La dura señora Leclerc 1ª parte

Después de una dura jornada de trabajo, llame a la agencia pidiendo un macho

LA DURA SEÑORA LECLERC

1ª PARTE

Este relato es casi el fiel relato de mi vida. Mi nombre es Diana, tengo 38 años, felizmente divorciada y sin hijos. Soy rubia de pelo hasta la mitad de mi espalda, ojos verdes y piel blanca. Mi cuerpo es estilizado y práctico mi casa, natación todos los días, cinta, bicicleta fija y otras cosas, por lo que me mantengo en línea. Me divorcie a los 30 años, cuando ya mi matrimonio venia pendiente abajo. Tengo una empresa de servicios. Tomo contratos de bancos, y empresas para la limpieza de oficinas. Para ello cuento con un, cada día, mas numeroso plantel de empleados.

Se que, por lo bajo me llaman “la dura”, como el mas recatado de mis motes. Y eso porque dirijo la empresa con una mano durísima. Sin importarme si es hombre o mujer a quien tengo poner en vereda. Cuando me ven llegar, hay en el lugar silencio sampa adonde llego yo. Siempre hay murmullos a mis espaldas y creen que no lo se, pobre ilusos. Cuando los tengo que putear, sean hombres o mujeres, no me ando con chiquitas y nadie oso levantar la voz o decirme algo en mi presencia. Pero a mis espaldas se que dicen cualquier cosa de mi. Que soy una hija de puta, una malparida, una insatisfecha mal cogida y otras cosas.

Hablando de coger, cuando tengo deseos llamo a una casa de acompañantes que me manden un tipo así y así. Como pago bien me mandan enseguida lo que quiero y hago con ellos lo que se me antoja. Me hago coger y los hecho como perros. Pero mi obsesión es el trabajo y la obediencia, para ello debo aplicar el máximo rigor.

En mi vida personal soy igual, por lo que tengo muy pocos amigos y amigas y los pocos que tengo me dicen que estoy loca de cómo trato a la gente.

Adonde yo llego siempre hay alguno dispuesto a abrirme y cerrarme la puerta a mi paso.

Tuve que hacerme fuerte porque mi marido era un pusilame que no tenía carácter y un día cansada tome las riendas de la empresa y me divorcie de él. La verdad no me serbia ni como hombre ni como empleado, siempre educadito y social. Chau y a otra cosa.

Imagínense a los 30 años divorciada con una gran empresa era una diosa empresaria y mujer.

El año pasado hice un viaje a Europa por tres meses y controlaba todo desde donde estuviese por Internet. Este año tenia ganas de viajar a la India. Por eso no necesitaba segundos a mi lados, tenia todo bajo control.

Salí de la oficina, tipo 20 hs para ir a mi casa, en el camino se me antojo tener sexo y llame a la agencia que siempre llamaba.

AGENCIA: agencia buenas noches.

DIANA: buenas noches, deme con Patricia

AGENCIA: de parte de quien?

DIANA: LA Sra. Lecler dígale, urgente.

PATRICIA: hola Diana como estas?

DIANA: bien Pato, cuando vas a cambiar esa marmota que atiende el teléfono y nunca me reconoce.

PATRICIA: déjala así, se esta ganando la vida

DIANA: si pero, te jode a vos de puro distraída que es. Ni me reconoce y siempre me atiende ella.

PATRICIA: esta bien, le diré que preste más atención. Que necesitabas Diana, un machito fortachón.

DIANA: si de buena envergadura

PATRICIA: mira, tengo uno nuevo muy pijón, pero…

DIANA: pero que? Sale mas, no importa, sabes que pago?

PATRICIA: no eso, amiga. Es que es negro negro.

DIANA: negro africano?

PATRICIA: exactamente. Dicen que es muy bueno. Vos decidís.

DIANA: esta bien mándalo en dos horas, por todas la noche. Mañana me decís cuanto es y te mando el cheque.

PATRICIA: ok, hecho. A las 22 hs te va?

DIANA: si perfecto. Es limpio no?

PATRICIA: sabes que si no es así, acá no trabaja.

DIANA: ok lo espero.

Abrí el portón eléctrico de mi casa y entre por el caminito rodeado de jardines, hasta el garaje. Deje el coche y entre a la casa. Fui derecho al baño a hacerme un baño de inmersión. Puse un jabón nuevo que traje de Europa y nunca lo había usado. Tenía un perfume bárbaro. Me puse vestido negro con transparencias, hasta unos centímetros antes de las rodillas y una tanga al tono. Mis pechos parecían reventar bajo esa transparencia. Me perfume conveniente y espere. Espero que Patricia me haya recomendado un buen ejemplar, sino lo devolvía.

Tocaron el timbre de la entrada y mire por la pantalla, mostrándome una credencial de la agencia. Lo hice entrar. Venia con un coche de mas o menos diez años y lo ubico al lado de mi flamante BMW sport.

Lo observaba con las distintas pantallas, hasta llegar a la puerta de la casa. Me parecía bien, por lo que pude ver. Toco el timbre y lo hice entrar. Lo recibí así como me había vestido y vi como sus ojos relucían. Tenia puesto un saco azul común y un pantalón vaquero. Yo mido mas o menos 1,73 y calculando parecía de 1,85, musculoso, bien formado su cuerpo. Me gusto.

Lo hice sentar en un sillón y ofrecí alguna bebida.

ANIBAL: (así dijo llamarse) una cerveza bien helada

DIANA: bien,

Saque de la pequeña heladera que tenia al lado del bargueño y le ofrecí una cerveza. Yo preferí no tomar nada.

DIANA: bien, mi nombre lo sabes ya. Quiero que pases la noche conmigo.

ANIBAL: bien Diana, como Ud. guste. Es realmente una mujer hermosa. Puedo sabes su edad, para mi tiene no mas de 30 o 31 años.

DIANA: jajaja, que dulce eres, voy a cumplir 38 años

ANIBAL: 38, pues no lo parece. Yo tengo 26 años.

DIANA: gracias por el cumplido, 26 años que linda edad.

Fui y me senté a su lado, apoyando distraídamente mi mano en sus rodillas. El se acerco un poco y tomándome del cabello acerco mi cara a la suya y me dio un beso en los labios.

(En otro momento si alguno me hubiera tomado y tirado del pelo así, le hubiera dado una bofetada y echado a la calle, pero me interesaba el ejemplar.) Luego tomo mas confianza y metió manos sobre mis tetas en tanto yo baje el cierre de su bragueta para tantear su instrumento. El quiso bajar mi vestido por los hombros y lo pare.

DIANA: acá no, vamos a mi dormitorio

Nos levantamos al unisonó y al llegar a la escalera le levanto con sus fuertes brazos y subió conmigo a upa.

Yo estaba encantada. Abrí la puerta del dormitorio y entramos. Suavemente me deposito en el suelo y que parada frente a él. Sus manos eran rugosas como un trabajador de albañilería. Después me entere que hasta hace poco estuvo construyendo su casa y que la falta de plata se dedico a esto.

Enhorabuena, pensé, creo voy a pasar una de las mejores noches de mi vida.

Mientras yo trataba de sacar su pija afuera, el bajo mi vestido quedando solo con mi tanga. Comenzó a manosear mis tetas y pellizcar mis pezones. No se, pero extraño me sentía mojada.

Pude sacar su pija afuera y quede pasmada por su tamaño y volumen que hasta temí no poder recibirla en mi concha.

Desabroche la hebilla de su pantalón y callo al suelo. Abrí su camisa casi con desesperación, mientras él bajo mi tanga quedando totalmente desnuda ante él. Tu tórax era todo perfecto.

Y con los pelitos negros retorcidos y pequeños parecían les daba mayor dimensión. Me fue llevando hasta la cama y se acostó a mi lado. Puso su mano en mi concha y jugo con mis labios vaginales y después introdujo sus dedos. En tanto yo pajeaba su ya erecto miembro.

ANIBAL: estas toda mojadita ya

Se subió encima de mí y con su mano guio su pija hacia mi concha y comenzó a penetrarme primero lentamente.

A mi me parecía me iba a abrir en dos con semejante pija, pero no mi concha se fue adaptando a su tamaño. Sentí un alivio tremendo cuando la sentí toda adentro. Empezamos a movernos, primero lentamente y luego frenéticamente, teniendo sus tetillas a disposición de de mi boca. En el fragor de entrar y salir las mordí y el acelero su marcha, apretando mi pellizcando mis tetas.

DIANA: no pares por favor me estoy viniendo

ANIBAL: no, toma así, toma

Parecíamos dos animales salvajes. Pase mis piernas por su espalda y apreté con ellas hacia mi.

Eso lo enardeció más y parecía un animal entrando y saliendo.

DIANA: siiiiiiiii, vengooooooooo, ohhhhhh

ANIBAL: te gusta perra no, toma

DIANA: si daleeeeeeeeeeeeeee

Acabamos juntos y cuando hizo ademan de sacarla

DIANA: no déjala así un poco más.

El obedeció dejando unos minutos mas su chorreante pija adentro de mí.