La dura señora Leclerc 15ª parte

Luna de miel

LA DURA SEÑORA LECLERC

15ª PARTE

Sin dejar de vigilar los movimientos de Atila, trate de escurrir mi      cabellera. Tenía frio y tenia miedo de dormirme por su presencia. Patricia hablo nuevamente por micrófono.

PATRICIA: hola mi linda perrita, estuviste estupenda resistiéndote, pero viste él es el macho y es mas fuerte que vos.

Pronto vas a tener tus gozos. Tendrás muchos orgasmos y fuertes, te lo garantizo.

No podía decirle que había tenido en un momento un pequeño orgasmo que no paso a mayores.

PATRICIA: sabes estaba pensando, que mas adelante podía traer uno o dos perros mas, asi tienes para entretenerte todo el día. Que te parece ser la “Reina de los perros”, estaría bárbaro no?

A propósito conoces el dicho sobre Atila. “donde piso Atila no crece mas el pasto” que traducido a la actualidad, en especial a vos seria “a la mujer que es de Atila deja de ser mujer y será su perra”.

Que te parece, se me ocurrió a mí viéndote a ti. Ja,ja,ja.

No podía decirle lo que pensaba pues no tenia micrófono, movía mis labios puteandola por todo. Ella al verme asi se reía aun más.

Atila en tanto seguía en lo suyo. Mi culo me dolía y ardía espantosamente y aun destilaba un poco de semen. De pronto vi venir a Atila hacia a mi corriendo. Me desespere, me di vuelta para correr a la pared con tanta mala suerte que resbale en el barro y caí pesadamente de boca en medio de un charco y barro. Sentí el frio del agua y barro en mi cara y mis tetas. Cuando reaccione para huir, ya tenía a Atila encima de mí. Al caer media despatarrada no tuvo ningún problema en embocarme nuevamente en el culo.

Me canse de decirle, que por favor no, que me duele aun enormemente. Pero inútil el instinto animal suyo era superior a mis ruegos. Lo tenía nuevamente dentro de mí y cuando entro la bola parecía partirme en dos en medio de mis gritos de dolor.

Él inmutable siguió sobre mi espalda cogiéndome a más no poder.

Patricia y los suyos estaban mirando y a mi me venia un orgasmo.

Hice un esfuerzo tremendo para que no viniera, pero fue inútil y lo que logre, además, incentivar a Atila. Tuve un tremendo orgasmo y sentí al mismo tiempo su semen desparramarse dentro de mi, mientras su baba volvia a mojarme toda y él enredaba sus patas en mi pelo. Mis piernas se vencieron y quede tendida sobre el barro cuan largo era y con él encima mío. Con su pija dentro, que no podía aun sacar, por lo hinchada que estaba tuve una serie de orgasmos terribles, ante la mirada de placer de Patricia y compañía. Cuando estaba sacándola de mi, comenzó a llover nuevamente. Me puse en cuatro patas y él empezó a ladrarme y no sabia porque, si ya había logrado lo que buscaba. Salió disparado a la cucha. Escuche nuevamente la vos de Patricia.

PATRICIA: muy bien perra, no creí que fuera tan pronto que tuvieras orgasmos, pero me alegro que asi sea. Veo no me equivoque contigo y que te viene bien tanto un hombre como un perro. Como gozaste puta, como una perra.

Dejo el micrófono y vi se acercaba Atila de nuevo. Llego a mi lado y pensé no, otra vez no. Comenzó a ladrarme y a empujarme hacia la cucha. Sin mas remedio entre en ella y me acosté boca arriba. Él se tiro a mi lado y pronto sentí su cuerpo de sangre caliente en el mío. Era una verdadera estufa y deje de tener frio. No quería dormirme pero el sueño me venció. Abrí mis ojos al sentir al rasposo en mi concha y vis a Atila lambetear mi concha. Con los dedos de mis dos manos abrí mis labios vaginales y sentí el placer de su lengua pasarla por mi concha. De pronto empecé a convulsionarme total con un orgasmo infernal. Sentí bajaba por mi cuerpo y al llegar a mi concha tuve un placer como nunca había tenido. Al ver que me empapaba con mis jugos, acelero con su lengua y grite de placer como una perra. Que exhausta tirada, loca de placer, dándome cuenta en ese instante que tenía en mi mano todo su aparato genital creciendo. Me puse de costado, lo pajee un poco y me anime a chuparlo. A los pocos segundos estaba chupando no solo su pija sino también sus testículos y besando su bola. Acabo en mi boca y no pude evitar tragar su semen. Si Patricia hubiera visto esto estaría saltando de felicidad. Escuche su vos por parlante

PATRICIA: muy bien perra, te adaptaste muy rápido a todo . Lo vi por la cámara que hay dentro de la casilla.

Mire y vi realmente una pequeña cámara protegida para no ser rota o sacada. Salí de la cucha y vi como me aplaudían en la otra habitación. Le hice una seña a Patricia que necesitaba una tijera para cortar un poco el cabello. Me miro sin decir nada, pero vi que algo decía a otra persona. A los pocos minutos apareció un sirviente y apuntando con una pistola disparo sobre Atila, que cayo como fulminado al suelo. Me desespere y grite un no! Total, pero el hombre dijo que solo estaba dormido dopado por una droga, para poder sacarme a mi de la jaula, pues tenían temor por la reacción que podría tener si sacaban a su hembra de la jaula. Apareció otro con cosas en las manos. Patricia abrió el micrófono.

PATRICIA: no temas, solo esta dormido dopado. Es para evitar alguna agresión por ver que se llevan a su hembra. Ahora pon las manos a tu espalda.

Hice eso y uno de los tipos me puso esposas en mis muñecas. Luego otro me puso un bozal, para evitar que mordiera. En la punta del bozal había una argolla, en la que pusieron una cadena y asi me llevaron afuera. Patricia había tomado todas sus precauciones desde el día que quise agredirla. No quería correr ningún riesgo. Me llevaron a una sala, donde había un médico quien me examino y me aplico una serie de vacunas tanto humanas como para perros. Todo me lo dio en una sola dosis, mezclada todas. Luego sentí que decían a Patricia que me había dado vacunas humanas como la de la gripe, resfríos, tuberculosis, y otras, mezcladas con las contra el moquillo y la rabia. Le informo que me dejara 24 horas en esa sala para ver las reacciones y que quedaría ahí conmigo por prevención, más que nada por las vacunas de animales. Me sentí un conejito de laboratorio. Me ataron a la pata de una camilla, bien cortita, para evitar quiera subirme a ella a dormir. Informo que solo me dieran agua, nada de alimentos por 24 horas.

PATRICIA: bien doctor asi lo haremos. En cuanto a ti perra, no te preocupes por tu macho, lo mantendremos dormido todo el tiempo, hasta que vuelvas a la jaula. Por cierto doctor, que le pareció el espectáculo de la perra.

MEDICO: excelente, espectacular, lo vi por el monitor y no podía creer semejante acto sexual. Uno aprende cosas siempre Patricia.

PATRICIA: asi es doctor, creo que la perra se adaptara a las vacunas, como ya se adapto a su macho y las comidas de perro.

DOCTOR: a propósito Patricia, la escuche decir de traerle algún perro más para que este permanentemente entretenida cogiendo.

PATRICIA: asi es, doctor. Tiene alguno para ella?

DOCTOR: mi hijo es veterinario y tiene criadero de varias razas.

PATRICIA: magnifico doctor, pero necesitamos perros de mal talante.

DOCTOR: tiene alguno que no puede vender por lo bravo que son.

PATRICIA: bárbaro, perros de raza y grandes?

DOCTOR: si tiene de todos. Esta noche, desde acá, hablare por teléfono para saber cual tiene y mañana le digo.

PATRICIA: OK doctor, mañana me dice.

Me sacaron el bozal y quede con las manos esposadas y la cadena a las patas de la camilla. A mi lado un recipiente con muchas agua, que aproveche a tomar, que tenia mucha sed. Había momentos que estaba con fiebre. Vino el doctor y me tomo la presión y la fiebre. Dijo se cosa normal debito al coctel de vacunas.

A la mañana siguiente desperté por los ruido en el consultorio de al lado y al abrirse la puerta entraron el doctor y Patricia. A una seña de Patricia aparecieron los que me habían llevado, me colocaron de nuevo el bozal y me llevaron a mi jaula. Atila estaba dormido lo mas tranquilo. Mientras me llevaban el doctor comentaba.

DOCTOR: mire Patricia, en estos momentos de los perros grandes tiene un pastor alemán y un rottwailer y los son de muy bravos. La semana que viene me va a decir de otros.

PATRICIA: bien doctor, que me mande al rottwailer, que le doy el cheque a Ud.

DOCTOR: bien Patricia.

Patricia saco de su cartera un tijera grande y entre las carcajada de todos me corto el pelo todo desparejo. Cuando termino me puso un espejito delante para que me viera y me había hecho un desastre. Estaba mas corto pero todo desparejo.

El doctor se marcho y a mi me metieron en mi jaula. Pensé en ese perro y yo había tenido uno que lo tuve que enviar al campo. Era grandote, rudo, muy jodido y muy pesado. Entre y me fui a la cucha. Sola aun, pensaba en todo lo que me estaba ocurriendo y me parecía una pesadilla. Esclavizada y ahora una perra total, próxima a tener dos amantes. No podía creerlo, me pellizcaba y no entendía nada. Despertó Atila y aun aturdido camino por la jaula. Me quede en la jaula, note que estaba mojada. Tenia muchos deseos de coger con Atila, no solo en cuanto lo vi, porque los últimos metros antes de la jaula, la conversación de Patricia y el doctor sobre traer un perro mas, me había excitado de solo pensar tendría dos machos.