La dulce Olga 3/3
Cuando comprendes que tu cuerpo ya no te pertenece, que otros deciden como y cuando gozar o sufrir, se abre un abanico de sensaciones del todo desconocidas hasta el momento.
Para la mejor comprensión de esta historia es recomendable haber leido los dos episodios anteriores.
Me coloque las lentillas y note como me colocaba las gafas, en un trayecto que creo que duro aproximadamente una hora llegamos al destino, sé que entramos en algún tipo de recinto, pues oí unas puertas exteriores y después entramos en un edificio, me tomaron de los brazos dos pares de manos femeninas y me llevaron a una sala, donde se oyeron palabras sueltas de admiración, creí oír también a alguna mujer, estaba dispuesta para todo o eso creía.
Me soltaron esas manos, al poco note como me tocaban por todas partes, incluso unos dedos se apoyaron en mis labios que entreabrí y entraron para explorar mi boca, eran dedos de mujer, poco después las mismas manos de antes me sujetaron otra vez y me hicieron avanzar, hasta algún sitio concreto, quizás el centro de la sala, note como deslizaban mi vestido lentamente hasta sacarlo del todo, solo con una ligera presión en los hombros me hicieron arrodillar sobre una superficie mullida, provista de una especie de “cazoletas” para las rodillas, note que apoyaron mi estómago en una especie de “tronco” también mullido, entonces fue cuando mi temor se disparó, aunque
no tenía, quería, ni podía
, hacer otra cosa.
Unas correas sujetaron mis tobillos inmovilizándome, una mano en la nuca me hizo abatirme hacia adelante, hasta que note otro “tronco” entre mis pechos y la garganta, entonces con unas correas me fijaron a ellos, lentamente algún tipo de mecanismo iba separando los soportes de las rodillas, entre murmullos de los allí presentes sonó un gong, se hizo el silencio y de súbito, note una polla en la entrada de mi vagina que sin preámbulos entro hasta el fondo, en este caso sí que había un condón, algo que “me tranquilizo” un poco, al menos nadie me pegaría nada.
Esa fue la señal de salida, un par de dedos entraron en mi culo mientras que dos manos diferentes, una de hombre y otra que por cómo me clavaba las uñas en el pezón era de mujer se dedicaron a sobarme las tetas, note una polla en mis labios, abrí la boca y entro como un polo, era delgada pero extremadamente larga, oí que alguien decía.
Procura no ahogarla, déjala respirar de vez en cuando
. Las embestidas eran largas y entraban en mi garganta, pero no se quedaba ahí más que unos instantes y salía otra vez, tardo poco en soltarme unas cuantas descargas, cuando se retiró, una mano femenina se posó en mi frente levantando la cabeza, apoyo un baso en mis labios y oí como decía.
Enjuágate y no te preocupes, tienes frente a la boca una “palangana”
.
Lo hice y comprobé que era un “colutorio” lo que me habían dado, lo agradecí pensando que era una muestra de “caridad” pero eso formaba parte del servicio, cada eyaculación que fueron varias en esa postura era seguida de la misma maniobra, me dieron de beber en varias ocasiones para que no me deshidratara, mi vagina y culo se vio invadida por varios miembros, solo recuerdo uno en particular, era casi tan grande como la del viejo y seguro que también pertenecía a un hombre mayor, algo que siempre me ha resultado repulsivo, pero por como los demás asistentes lo jaleaban comprendí que era una de las “estrellas” de ese selecto grupo.
Esa noche aún me deparó otras sorpresas, la primera llego de la mano y nunca mejor dicho de una mujer, comenzó a acariciarme los cachetes del culo, a una orden suya note como el “artilugio donde estaba atada se movía, dejando mi trasero bastante más alto, entonces fue cuando unos expertos dedos comenzaron a masajearme el clítoris, pensé que lo que había dicho Max no se iba a cumplir pues me estaba excitando de una forma bárbara, de pronto con tres dedos juntos comenzó a penetrarme, estaba muy mojada pero ni tan siquiera la polla del viejo era algo tan grande.
Sin pasar de la largada de los dedos las embestidas eran cada vez más frecuentes, cuando pensé que todo sería eso, con un fuerte empujón logro meterme la mano entera, y el grito que habría soltado no salió, al parecer con la bebida me dieron algún tipo de anestesia para las cuerdas bucales, tan solo moví la cabeza a los lados, mientras ella movía su mano alante y atrás y me golpeaba el cérvix con los dedos, creí que me lastimaría el útero pero se notó que no era la primera vez que lo hacía, cuando abrió los dedos dentro pensé morir, pero se esforzaba en hacerme sentir bien acariciándome los riñones con la otra mano, cuando se cansó de “jugar” con mis entrañas, saco la mano con decisión, después de eso, llego lo que fue para mí no tan doloroso pero aún más desagradable.
Unas manos se posaron en mis cachetes, mientras una “rasposa” lengua comenzó a lamer mi coño, después de dos o tres lametones siguió su camino, por el perineo hasta llegar a mi culo, pensé que se trataba de una recompensa, siguió lamiéndome la espalda mientras sus manos atrapaban mis doloridas tetas tironeando de los pezones, entonces se apartó un poco y note como otro “tronco” era colocado contra mi culo y el artilugio se movió otra vez, quede prácticamente sentada sobre ese “soporte”, con el cuerpo algo adelantado.
A continuación esa “misma” lengua prosiguió su labor, primero fueron los pechos, su rastro de baba porque era espesa los cubrió en instantes y poco después se dedicó a lamerme la garganta, subiendo hasta el lateral del cuello, cada vez me sentía más “sucia” pues eso nunca lo había soportado, cuando siguió hasta los ojos cerré los parpados con fuerza a pesar de que no podía ver nada, entonces bajo por la nariz, y me embadurno toda la cara, dejo para lo último la boca, la cual abrió con los dedos para meterme su asquerosa lengua en algo que ni se aproximó a un beso, solo era una exploración, acompañada del desagradable sabor de su saliva, se apartó y pensé que ya estaba, pero solo acabó cuando soltó unas cuantas descargas de semen que cayeron sobre mi torso, note como los reguerones bajaban hacia mi vientre, quedando imagino sobre el “tronco” que tenía en esa zona.
Esa fue la última actividad de la noche, las mismas manos que me habían guiado y atado me soltaron, me llevaron a un baño donde me ducharon y secaron, después con mimo me colocaron el vestido otra vez, entonces me acompañaron hasta el coche de Max, después de un buen rato de circular parábamos y me dijo.
Te voy a dar un pañuelo para que te cubras la cabeza, sácate las lentillas y ponte las gafas oscuras que te daré, deja los ojos cerrados y ves entreabriéndolos según vayas viendo, y procura que la luz no te haga daño.
Hice lo que me dijo y poco después reanudamos la marcha, al poco llegamos a mi casa, entramos juntos y comprobé que eran las seis de la mañana, entonces Max me dijo.
Has estado muy bien, entenderás que “toda” esa gente es muy especial e iras a esas fiestas como en esta ocasión, dejaras de ser atada cuando consideres que no es necesario, si lo pides y fallas serás castigada, pero de momento hoy tienes premio, ya no nos veremos hasta la semana próxima, contactare contigo si te necesitamos para el viernes o el sábado, ahora descansa y recuerda mi “recomendación”.
Agradecí quedarme “sola”, cuando se fue y siendo muy consciente de la presencia de las “cámaras” pero para acostumbrarme a ellas, trate de ignorar su presencia y comportarme como siempre en casa, me saque el vestido y solo después de tomar un vaso de leche fresca, me acosté hasta pasado el mediodía, me levanté y comí algo, después salí por la puerta de detrás y me di un corto baño en la piscina, cuando me seque al sol, me acosté otra vez en mi cama.
En esa ocasión no me dormí pero descanse, mientras pensaba, en la
“recomendación”
que me había hecho Max, eso quizás sería lo más doloroso de todo, recordé como me tenía que comportar y como lo había hecho en los últimos años.
Solía ir desnuda por casa siempre que tenía ocasión, sin hacerle el mas mínimo caso a Juan, cuando lo veía excitado aprovechaba para ponerme crema en el cuerpo, principalmente los pechos y desde el culo hasta el coño y siempre en las posturas más sugerentes, pero apartándolo cuando se acercaba con un brusco “
ahora no tengo ganas
”, otras veces simplemente me masturbaba ignorándolo por completo y si veía que el también comenzaba a tocarse, me levantaba y me iba a otro sitio para que terminara sin mi presencia, cuando comencé a manipularlo de forma más consciente, fue aprovechando una ocasión en que de forma muy dramática me dijo.
Te quiero mucho y hare lo que sea por tu felicidad
”.
Ese día le contesté.
Ya lo estás haciendo, querías que fuera de mente más abierta y lo soy, ahora ya no tengo inconveniente en que me hagas fotos o videos, ¿quieres hacerme alguna cosa u otra para demostrártelo?, lo que no sabrás si no es que te lo cuento yo, es quien será el destinatario real de esas fotos o videos.
Ese fue el día de mi primer gran triunfo, lo tenía atrapado, por unas migajas hacia todo lo que le proponía, al principio de contarle cosas de las que hacía con otros se excitaba mucho, pero se tenía que aliviar solo, después se fue apagando y a pesar de que cada vez que le proponía que me hiciera alguna foto o video accedía encantado, pues eran los únicos momentos en que me veía además de desnuda sonriente y feliz, aunque era consciente que no sonreía por él parecía que esos momentos, eran los únicos en que estaba vivo de verdad.
Casi no teníamos sexo y el poco que teníamos era muy desigual, por ejemplo, hacía más de un año que no le hacía una mamada y en cambio el, solo podía comenzar con una comida de coño que no cesaba, hasta que yo había tenido al menos dos orgasmos, había veces en que todo terminaba ahí, otras veces, me tiraba en la cama y hablaba de moda o de televisión mientras él me follaba, pero solo era un polvo rápido y se terminó.
Pensar que lo tenía que satisfacer lo suficiente, para que no le “molestara” que pasase parte del fin de semana fuera me sacaba de quicio, pero no tenía otra opción pues Max lo había dejado muy claro, me levanté de la cama, ya era oscuro y pensé que al día siguiente lunes tenía que ir al trabajo de forma normal, para eso mejor dormir algo por la noche, salí al salón con intención de servirme una copa y quizás ver algo de tele y de paso, darle un buen espectáculo al que estuviera mirando las cámaras, si es que había alguien en ese momento.
Me serví un cointreau con hielo, que es lo que suelo beber cuando tomo algo de alcohol y cuando me iba a sentar en el sofá, repare en un abultado sobre que había sobre la mesa, al tomarlo pude comprobar que contenía billetes, los saque y conté sesenta de cincuenta euros, eso hacía tres mil solo por esa fiesta, entendí lo que había dicho Max “
cantidades nada despreciables
”
Me puse a ver la tele y después de cenar algo me acosté, ese fin de semana había sido muy agitado, más que cualquier otro que recordara, mi último pensamiento fue para los 3000€ y dormí toda la noche de un tirón hasta que sonó el despertador, me duche con energía renovada y pensando que si había soportado al baboso, bien podría soportar a Juan, llegue al trabajo contenta.
Esa noche de lunes cene con mi hermana Sonia y al terminar la acompañe a su casa y después fui para la mía, a la tarde siguiente cuando llegue del trabajo encontré a Juan con una copa en la mano, lo bese sin demasiada pasión y mientras me desnudaba que es lo que hacía casi siempre cuando llegaba, le pregunte por “su viaje”, me contesto tratando de hacerlo con detalle, pero lo interrumpí quitándole la copa de la mano y comencé a sacarle la camisa, al echarla para atrás clave mis pezones en su pecho y note que se estaba poniendo “burro”.
Cuando me agache para bajarle el pantalón, teniéndolo ya en las rodillas, metí su polla en la boca y comencé una rabiosa mamada, oí como suspiraba, no se le ocurrió preguntar ni tocarme siquiera, quizás pensaba que había una confusión, o quizás que llegaba borracha o fumada y no quería romper el encanto del momento, cuando se corrió en mi boca, la primera vez en años y trague con ansia, para no desperdiciar nada le limpie muy bien la polla, antes de permitirle que se sentara en el sofá.
Me levante y sin darle importancia a lo que acababa de suceder, le pregunte entre varias cosas que tenía en la nevera, ¿qué le apetecía cenar? me coloque un delantal para evitar alguna salpicadura y desde la cocina lo llame, acudió al instante y le pedí que me alcanzara una bandeja, que normalmente cogía yo sin problemas.
Cuando me la dio, me di la vuelta quedando de espaldas a él, arrimándome a su paquete que había guardado en el pantalón otra vez, cuando le murmure si ya no quería nada más conmigo sin responder se bajó el pantalón y llevando mis manos hasta el fregadero, para que tuviera donde agarrarme me enculo de una forma salvaje, creo que el alucinaba mucho más que yo que estaba sorprendida, en la cocina no había cámaras pero fue algo que he de reconocer, fue sensacional notar como en apenas quince minutos eyaculaba por segunda vez, casi me gustó.
Cuando terminó, le invite a que se desnudara el también y así estábamos en igualdad de condiciones, trato de poner el aire acondicionado, lo rechace diciéndole que me gustaba más notar el cuerpo algo sudoroso,
cenamos poco y pronto,
en seguida nos sentamos en el sofá, allí le dije que tenía que hablarle de algo, puso mala cara pero después de agarrarle la polla con una mano le dije.
Todo no te lo puedo contar de momento, tendrás que confiar en mí, sé que eso ya lo has oído otras veces, pero en esta ocasión también yo estoy dispuesta a que lo nuestro funcione, no habrá nadie más a quien te restriegue por los morros, y esto de hoy y lo que sigue lo repetiré durante la semana cada vez que tú quieras, pero estoy en “un proyecto”, que cuando pueda te contare y que me ocupara algunos días en fin de semana.
Eso le entristeció un poco, me agache sobre la polla que no había dejado de pajear lentamente y tan solo la engullí, sin intención de que se corriera, solo quería que se sintiera “poderoso” sobre mí y lo logre, me sujeto la cabeza y fue el quien marco el ritmo, para lo que termino siendo una mamada en toda regla, me dolían las mandíbulas pero aguanté, después de esas dos primeras eyaculaciones tardo bastante en hacerlo por tercera vez, no recordaba que la tuviera tan gorda y pudiera llegar a ponérsele tan dura.
Acabo en un ruidoso orgasmo y sujetándome la cabeza para que tragara, algo del todo innecesario pues el esperma me gusta TODO pero eso parece que le sentó muy bien, al terminar parecía que iba a preguntar algo, pero callo de momento y cuando me incorpore, solo dijo.
¿Esta no será otra de tus tretas, para hacerme sufrir?
Le sujete la mano asegurándole que no, y que en cuanto pudiera contarle algo lo haría, pero de momento tendría que ser así, además le asegure que ya vería que lo de esa tarde-noche, además de no haber terminado aún, era un principio de querer hacer las cosas bien por mi parte, añadí
no más fotos, no más videos, solo cuando tú quieras y como quieras, así como cualquier capricho que hayas tenido en este tiempo que he estado tan “dispersa”
.
Me miro sonriente y me dijo.
Algo que he deseado siempre, es que me folles tú a mí, parece una petición un tanto simple, pero es lo que se me ocurre ahora.
Fuimos a la habitación, y tras acostarse en medio de la cama, después de pajearlo un poco para ver si reaccionaba y ver que no era así le di la vuelta, comencé a meterle la lengua por el culo y eso lo reanimo de golpe, se giró con una tremenda erección y me dejo hacer, me limite a acuclillarme sobre su polla y lo fui follando hasta que oí como bufaba, estaba cerca el orgasmo cuando me desclave de él, me miro con indignación, pero cuando guie su capullo a mi culo (que solo había catado en contadas ocasiones) y me deje caer de golpe, abrió los ojos como platos, sujetó mis pechos mientras me lo follaba y conseguí arrancarle un tremendo y sonoro orgasmo, acompañado de una serie de descargas de semen que me fueron inundando las entrañas.
Seguí cabalgándolo frenéticamente, hasta que note que ya no soltaba nada, como colofón, salí de él y arrodillada entre sus piernas limpie su polla de todo resto que encontré, el alucinaba y yo resistía mejor de lo que imaginaba, Max estaría contento conmigo y eso me impulsaba a esmerarme, al terminar, fuimos ambos al baño y después de una ducha me dijo.
En realidad, no sé si esto ha sido parte de una treta para alguno de tus perversos planes, o si realmente estas cambiando tu forma de actuar, sea lo que sea no me importa si te vas a comportar así conmigo con cierta frecuencia.
Ya me había lavado la boca, lo bese intensamente y le respondí.
Ponme a prueba de aquí al fin de semana, no sé si este tendré cosas que hacer, solo pruébame y veras que estoy dispuesta a ser OTRA.
Continuara.