La dulce espera
Son las doce de la noche no acaba de llegar, asomo a la ventana cada diez minutos la calle está desierta, pasa un señor con un perro, detrás otro que saca la llave del bolso abre su coche y se va. Las doce y cuarto y nada, no llama no sé donde estará, llamo a su móvil y está apagado o fuera de cobertura.
Son las doce de la noche no acaba de llegar, asomo a la ventana cada diez minutos la
calle está desierta, pasa un señor con un perro, detrás otro que saca la llave del bolso
abre su coche y se va.
Las doce y cuarto y nada, no llama no sé donde estará, llamo a su móvil y está apagado
o fuera de cobertura.
Estoy pegada a la ventana y solo veo la calle ahora desierta, detrás de la cortina del
salón, escruto la calle, no viene, deseo tanto su compañía, a lo lejos una pareja viene
cogida de la mano, se paran de vez en cuando, se besan se acercan a la puerta de casa,
los pierdo de vista, al llegar a la fachada no los veo pasar, donde se habrán metido,
recuerdo el video portero de la puerta, salgo casi corriendo a la entrada de la puerta
descuelgo y les veo, se están besando, es una chica de unos 17 o 18 años y un chico
quizás un poco mayor que ella, veo sus caras, tienen un gesto de placer grabado en el
rostro, no puedo ver sus manos pero mi imaginación está volando, se están
masturbando mutuamente, lo puedo adivinar, el chico abre la boca de vez en cuando y
exhala un suspiro, la chica gime, pone cara de vicio.
La dice quiero hacerlo ahora, lo necesito.
Ella le dice que no, puedo quedarme embarazada.
Te quiero necesito tenerte, dice él.
Ya lo hemos hablado más veces, le responde la chica, no puedo, lo siento cariño lo
deseo tanto como tú.
Te necesito dice el chico
Yo también, pero no debemos, ¿quieres que te lo haga con la mano?
No ya estoy cansado de eso, quiero entrar dentro de ti.
Sabes que no podemos, ¿quieres con la boca?
No, yo quiero entrar dentro de ti, lo necesito.
Para entonces yo estaba totalmente mojada hacia un rato que tenía mis dedos
recorriendo mi rajita, como disfrutaba, como deseaba ser ella, me daban ganas de salir
y decir a la chica, no seas pánfila ábrete para él.
Oigo que el chico la dice, vale házmelo con la boca.
Dejo de ver la cara de la chica y el gesto de él me pone aun más cachonda, los dedos
no son suficiente para mí, necesito algo contundente entre las piernas, quiero ser
penetrada, taladrada, besada, amada.
En ese momento veo que el chico comienza a tener los estertores de una inminente
corrida, resopla y veo como se tensa, abre la boca como si le faltara el aire, al
momento vuelvo a ver la cabeza de la chica, la satisfacción se refleja en su cara, le
cuelga de los labios restos de semen, el chico saca un pañuelo de papel y la limpia la
cara, a la chica se la ha puesto cara de viciosa, seguro que se ha estado tocando y se ha
corrido mientras se la mamaba a le chico.
Yo la hubiera comido el coño, me hubiera encantado.
Recomponen la ropa y siguen su camino.
Que caliente me han dejado, puedo notar como mis pezones se frotan contra la
delgada tela de mi camisa, me desabrocho y los acaricio, que caliente estoy, me mojo,
los dedos y los acaricio tengo el segundo orgasmo solo con acariciarlos, siempre los
tuve muy sensibles, me voy a la cama y comienzo a imaginarme entre los dos chicos,
como me hubiera gustado lamerle la leche a la chica de sus labios.
Meto mis dedos dentro de mí y me pellizco los pezones, comienzo un rápido mete
saca, que culmina con otro orgasmo. Nunca pensé que pudiera gustarme tanto ver
hacer el amor a otros.
En ese momento al levantar la vista veo que ha llegado y esta mirándome abro los
brazos y digo, ven no sabes cuánto te necesito