La Dulce Crystal 1ªparte
Con su cara de ángel y su comportamiento aniñado Crystal usa sus cartas, aunque, no siempre jugaran a su favor
El silencio y la paz reinaban en la casa mientras aquellos cuerpos descansaban reposando tranquilamente sobre la cama. Ella estaba totalmente estirada boca arriba y con su brazo izquierdo estirado de tal forma que su mano conseguía rozar el cuerpo del él, que, se encontraba de costado, pero totalmente estirado. Era el inmenso calor lo que mantenía a aquellos dos separados, el calor…. Y el cansancio.
Cuando dieron las 18:00 una melodía inundo la casa y sus cuerpos empezaron a desperezarse, a estirarse y a salir de aquel breve letargo que les había renovado la energía. El siempre despertaba con una sonrisa henchida de orgullo y satisfacción al verla a ella tan bonita y a su lado, le había costado mucho llegar a aquel punto. Sin embargo, ella abría poco a poco sus ojos y hacia pereza en la cama remoloneando y molestándolo con el pretexto de estar 5 minutos más en la cama. Ciertamente si alguien viese a esos dos levantarse no podría parar de sonreír, él se bajaba de la cama y la cogía de los tobillos, tiraba, la hacía cosquillas… pero ella siempre conseguía volver hacerlo caer y hacerle arrumacos, darle mordisquitos y pequeños pellizcos hasta que finalmente él se levantaba, la miraba y la mandaba a la ducha……
-Cristal, vamos a la ducha que tenemos el tiempo justo para salir de casa y llegar al restaurante- su gesto cambiaba por completo como si regañase a una niña pequeña que no hace caso y que todo la da igual.
Cristal arrugaba la frente, arrastraba su trasero por la cama y cuando llegaba al borde, balanceaba sus pies y jugaba con sus manos.
-Amo… porque no se viene usted a la ducha conmigo…anda por favor…acompáñeme- lo miraba con su cabeza girada hacia un lado y la mirada de inocencia más pura que alguien pudiese imaginar. Aun que nada inocente pasaba por la mente de la dulce Cristal cuando hacía aquello y lo peor es que nadie podía resistirse a aquella mirada.
-Cristal ve a la ducha. Si lo creo oportuno en ratito iré a hacerte compañía- Cristopher pronunciaba aquellas palabras con un tono de dureza en su voz, mientras con los ojos devoraba el cuerpo que tanto deseo y placer le causaba.
La pequeña Cristal bajo de la cama y cabizbaja anduvo hasta el baño, mientras escuchaba el sonido de la cafetera y colocaba las cosas del baño. Puso el agua bien caliente, casi quemando, extiendo una toalla a los pies de la ducha, se quitó la camiseta y se introdujo en la ducha. El primer contacto con el agua siempre la hacía dar un pequeño respingo dado al contraste de temperatura. Mientras el agua resbalaba por su cuerpo, olvidaba todas las preocupaciones y disfrutaba del calor de aquella ducha, olvidando el tiempo y casi su propia existencia. Fantaseaba con un descapotable a 200km/h con la capota levantada y el viento despeinando su melena pelirroja y su canción favorita sonando a todo volumen por una carretera infinita y con un sol espectacular y brillante…- ahhh!! Que susto- Cristopher se había metido en la ducha y la había tocado el hombro mientras ella estaba absorta en su fantasía. Él no podía parar de reír ante su reacción siempre la pasaba igual, Cristal y sus fantasías….
-y bien, dime que querías antes con tanta insistencia para que tuviese que acompañarte en la ducha. Cuando yo creo que es en el sitio que menos ayuda necesitas. – Su tono era cortante y reprochador. Siempre que tenían prisa por algún motivo a Cristal se le encaprichaba algo era una como una niña consentida.
La cara de Cristal se puso roja y se le dibujo una pequeña sonrisa a la que acompañaba su típico juego de manos de cuando se ponía nerviosa. A partir de aquel momento ya no era muy capaz de pronunciar muchas palabras seguidas o de formar frases muy largas, a partir de ahora necesitara toda la ayuda que Cristopher pueda proporcionarla.
-Cristal, ¿ya has entrado en mute? ¿De verdad? - Y dos sonoros bofetones cayeron sobre sus mejillas que cada vez se tornaban en un rojo más intenso….
Cristal devolvió una mirada retadora a su Amo, a lo cual, Cristopher la agarro del pelo y tiro de el hasta hacer que quedase de rodillas, con la cabeza levantada mirándole a los ojos. Ella era muy consciente de lo que vendría a continuación y Cristopher podía ver en sus ojos arrepentimiento y algo así como una súplica.
-Habla puta, habla ahora o no digas ni una sola palabra más-Cristal agacho la mirada y… -mírame a los ojos Cristal, mírame cuando me hables- de nuevo alzo la vista, mientras sus lágrimas se mezclaban con el agua de la ducha y comenzó a hablar -Lo siento, lo siento mucho Amo, no pretendia nada con la mirada… yo… los siento de verdad- Mientras Cristopher disfrutaba de ver como su perra rogaba y suplicaba perdón – De nada valen ya los arrepentimientos Cristal, ahora viene tu castigo, y bien sabes, que los castigos sirven para corregir conductas- Ella no podía creer lo que estaba a punto de pasar, aunque de sobra lo sabía -Quiero que abras bien la boca y me mires hasta el final, no quiero que te muevas. ¿entendido, Cristal? – Lo miraba con desconcierto y asombro, habían hablado varias veces sobre el tema, pero Cristopher sabia de sobra que era algo no terminaba de convencerla y claro ahora lo usaría como castigo -Pero…- Cristopher tiro de su pelo dejándole el cuello bien tenso y en señal de si tenía algo más que decir – Entendido, Amo. –
Allí estaban los dos en aquella preciosa estampa, ella de rodillas con la boca abierta y el agua cayendo sobre su cara mezclándose con sus lágrimas y él, impetuoso, de pie, y agarrando su polla dispuesto para marcar a su perra. A sí que se relajó, clavo su mirada en ella y dejo que su orina llenase la boca de Cristal. Disfrutaba mucho viendo como desbordaba de su boca y caía por todo su cuerpo, como recibía su castigo con toda la entereza posible y como su cara iba cambiando de gestos según entraba su orina en la boca, quitando algún intento que Cristal hizo para quitar la cabeza aguanto muy bien y eso siempre llenaba a Cristopher de orgullo. Cuando acabo, la acaricio la cara y la ayudo a levantarse, retiro el pelo de su cara y la beso, la beso con pasión, con desenfreno, con algo de rabia y con amor.
-Muy bien Cristal, lo has hecho muy bien. Ahora termina de enjabonarte y aclararte que nos tenemos que ir- La dio un beso y salió de la ducha antes que ella para dejarla un poco de espacio y tiempo.