La ducha del placer parte 1
Claudia llega del trabajo y decide tomar una ducha, mientras que sus jóvenes primas llegan a visitarla, se meten con ella al baño y el ambiente se pone muy pero muy caliente...
Hoy tuve un día bastante ocupado, mucho que hacer, algo estresante, nada mejor después de salir que ir a casita y tomar un rico baño, un refrescante duchazo para sacar el estrés del diario trajín. Mientras el agua recorre cada centímetro de m cuerpo, recuerdo la experiencia mas placentera que haya tenido y que me permitió descubrir las delicias de lo prohibido, desmitificar el tabú del lesbianismo y atreverme a gozar como nunca antes…
Fue hace dos años cuando un buen día luego de mucho trabajo en los almacenes, una ruta larga y muy ocupada, llegué a mi casa solo con ganas de darme un bañito y descansar, me quité la ropa presurosamente y me metí a la duchan solo con la tanguita azul, mi favorita, sentía como el agua se deslizaba suavemente por mi piel y sacaba toda la tensión y el estrés del día, luego apliqué el jabón líquido que con su suave aroma me relajaba, lo sobaba lentamente por todo mi cuerpo, por mis senos, el vientre y un poquito más abajo…
Estaba concentrada en este ritual de sensualidad y relajación, cuando sentí que abrieron la puerta de mi cuarto, lo cual me hizo desconcentrar de mi éxtasis, y oí las voces de mis primas llamándome.
- Claudia, primis, estas por ahí?
- Podemos pasar, mami?
- Pasen nenas – respondí- Estoy en el baño!
- Qué más, muñeca, cómo taz? – Preguntó Janeth, mi prima de 17 años, una morena con un cuerpazo de modelo, cabello largo ondulado, mona, de ojos oscuros, y una carita de muñeca….
- Bien mami, aquí bañándome antes de acostarme, estoy rendida... Y Kate, tú qué más, por qué no me saludas, bb…?
- Bien, amor… -contestó la niña- (Y que niña!!!)
Katherine tenía solo 15 años pero tenía un cuerpazo de modelo, morena también, cabello negro rizado, carita de ángel y un trasero de diablita, senos pequeños pero provocativos, toda una princesita…
- Ya salgo, lindas -Me asomé y les mandé un beso- Qué mas mis amores, qué hacen por ahí?
- Estábamos allí en la sala de internet haciendo una tarea de Kate, y pasamos a ver si estabas por aquí, nena – Dijo Janeth con su sonrisa pícara característica
Seguí con mi baño mientras iba hablando con las niñas, y me apresuré para salir rápido y no hacerlas esperar mucho. Ya me estaba empezando a enjuagar cuando sentí que abrían la puerta corrediza de la ducha, volteé a mirar y ¡Oh, sorpresa!
- Podemos hacerte compañía? -Dijo Janeth con su dulce y sensual voz
- Ay sí, está haciendo mucho calor y nos antojamos de un bañito bien rico – Agregó Katherine
- Eh, bueno… creo que sí – Dije tímidamente y sin poder salir de mi sorpresa – Ya están aquí de todos modos…
Las niñas se habían quitado la ropa, usaban una ropa interior muy sexy que resaltaba aun mas sus innegables atributos. No puedo negar que la situación era algo incómoda para mí, pues yo no era muy liberal sexualmente y jamás había siquiera fantaseado con tocar una mujer, pero tampoco puedo negar que me llamaban la atención y bastante ese par de sensuales diosas adolescentes, y mas en esa situación tan erótica, por decirlo de alguna manera…
Ellas se metieron junto conmigo a la ducha, primero Janeth, se mojó toda de pies a cabeza y sonreía pícara y satisfecha al refrescarse con el agua.
- Uuuyy, que rica está esta agua, apenas para este calor. Ven Kate, métete conmigo! – Le dijo animada a Katherine
La tomó de la mano y la atrajo hacia su cuerpo mojado y sensual, se abrazaron y quedaron bien pegaditas mientras Katherine también se empapaba de pies a cabeza en la refrescante ducha, se miraban cómplices y pícaras y luego me miraron de una manera muy sensual y atrevida, y me tomaron cada una de una mano y pegaron mi cuerpo mojado con los suyos, me abrazaron cada una por un lado para que el chorro refrescante nos cubriera a las tres, sonreían pícaramente, se miraban y me miraban como queriendo decir o hacer algo, una travesura tal vez. La mano de Katherine fue bajando despacio hasta posarse en una de mis nalgas, mientras me apretaba contra su cuerpo y Janeth a la vez hacía lo mismo. Mi corazón empezó a latir a mil por hora, empecé a sentir que me faltaba el aire, y no podía dejar de mirarlas mientras esperaba a ver qué sucedía, elambiente se calentaba mas a cada instante.
Se acomodaron de forma que yo quedé en medio de ellas, Janeth quedó frente a mí, sobando sus grandes pechos con los míos, y Katherine detrás de mí me hacía sentir sus senitos adolescentes sobándolos en mi espalda. Yo estaba concentrada en la forma en que el agua se deslizaba por la morena y suave piel de mi prima, ella me miraba intensamente y pasaba suavemente sus manos por mi cara en una sensual caricia, no me incomodaba para nada… Ella sonreía de manera pícara mientras me acariciaba, y por su parte Katherine me abrazó por detrás cogiendo con sus casi infantiles manos mis senos, mientras que besaba con suavidad mi húmeda espalda.
- Quieta, pequeña traviesa! – Le dije mientras la miraba por encima del hombro
Le dije esto, pero con la mirada aprobé lo que estaba haciendo, pues no me incomodaba. Ella empezó a apretar suavemente mis senos y a masajearlos en movimiento circular. Por su parte Janeth bajó sus manos juguetonas por mis hombros, dibujó mis brazos con la punta de sus dedos, acarició mis manos y luego las posó en mi cintura, desde donde empezó a subir para encontrarse con las manos de Katherine que intentaba proteger mis pechos de cualquier ataque invasor.
Yo sonreía nerviosamente, pues no sabía como actuar ante aquella situación tan inesperada, mientras tomaba a Janeth por la cintura, de curvas estilizadas pero amplias y que hacían despertar en mí pasiones que nunca había explorado. El agua seguía deslizándose sin parar por nuestras sedientas pieles, llegando hasta los mas recónditos rincones de nuestros jóvenes cuerpos. De pronto y casi sin darme cuenta, la boca de Janeth se pegó a la mía suavemente, no supe qué pensar ni qué decir, parecía que el tiempo se hubiera detenido. Me besó suavemente mientras apretaba mis senos, o mas bien las manos de Katherine, que se habían apoderado de ellos, me soltó de su suave beso y me miró en mi asombro y éxtasis, se sonrió como una niña luego de hacer alguna travesura, mientras decía:
- Tranquila primita, la estamos pasando rico, o no?
- Sí, y ahora es que se va a poner mas rico! – Dijo Katherine con voz sensual e insinuante
- Muchachas, yo no sé… - Dije temerosa – Esto no está bien, ustedes son mis primas, y bueno…
- No pasa nada, solo nos estamos bañando – Dijo Janeth – Kate y yo nos bañamos juntas para ahorrar agua, tu sabes, baby…
Me sorprendió el ver con la naturalidad que ellas hablaban de esas cosas, y mas aun cuando vi que sus bocas se unían en un apasionado beso.
- Como puedes ver, somos unas hermanas muy unidas – Dijo de manera pícara la bella quinceañera – Por eso fuiste mi primera mujer.
- Pero muchachas, ustedes siendo hermanas no deberían hacer esas cosas – Dije con tono de asombro, pero me calenté toda solo al imaginarlas en la cama haciendo de las suyas.
- Y quién dice que no se debe? – Dijo Janeth en tono desafiante – Yo prefiero que mi hermana lo haga conmigo y no con una desconocida que quien sabe que enfermedad le pueda pegar… Y menos con algún tipo que la vaya a dejar embarazada, ella está muy niña para esas cosas…
- Este, bueno… No te enojes, primis – Dije algo apenada – No quise molestarte
- Te perdonamos, pero con una condición – Dijo Katherine
- Sí, cuál?
- Que me dejes chupar esas lindas teticas que tienes – Dijo la pequeña pícara mientras me las apretaba con pasión
- Sí mamacita, yo también quiero – Dijo Janeth mientras pasaba de manera sensual su lengua sobre sus rojos y provocativos labios.
- Bueno, está bien, con tal de que me perdonen, mis muñecas lindas – Dije tímidamente, pero expectante ante la nueva experiencia que me disponía a vivir.
Las dos se hicieron frente a mí, me cogieron por la cintura y sus traviesas lenguas tocaron mis pezones, empezaron a juguetear con ellos, Janeth pasó suavemente su lengüita alrededor de la areola del pezón derecho, y Katherine la pasaba de lado a lado, chocándola como loca contra mi erecto pezón izquierdo. Yo me agité un poco al principio pero luego de unos segundos me relajé y me entregué totalmente a las lascivas caricias de estos dos angelitos... Continuará