La ducha de la doctora

La doctora se masturba en la ducha pensando en su compañero de trabajo.

Otra vez vuelta a la soledad del piso, creo que me equivoqué al venirme a vivir aquí sola. A veces incluso pienso que me equivoco teniendo un piso, o teniendo una vida fuera del hospital. Allí soy alguien, me encanta cuando se dirigen a mí. Doctora.. Pero en la calle me pierdo entre todos y no soporto ser alguien más – necesito una ducha bien caliente que me relaje- Es verdad. Que Diego trabaje allí también es un buen aliciente- sería mejor si de vez en cuando me viera como mujer y no como su jefa-

A veces creo que tontea con las enfermeras para darme celos, siempre tan encantador, con esa sonrisa que pone siempre cuando pregunta si necesito algo- claro que sí, Diego, necesito que me eches un buen polvo, joder, es que no te das cuenta- Haber si la ducha me relaja-

Creo que hoy me hizo especial ilusión ver a Diego, o por lo menos eso me dicen mis bragas. Me va a venir bien olvidarme de todo. No sé por qué me engaño a mi misma, cualquiera sabe que estoy loca por él- voy a pasar de la esponja, prefiero extender el jabón con las manos, aunque sean las mías, voy demasiado caliente y no me puedo aguantar- pero el se lo pierde. Me encanta echarme el jabón por las tetas y dejar que resbale, ahhh. Un poco más y ya sí que empiezo a extenderlo con mis manos- si fueran las suyas- masajeándome con fuerza, hasta que los pezones se me ponen bien duros- Diego, si vieras como los tengo ahora..., seguro que te gustarían mis tetas, con unos pezones bien grandes para que los mordieras y los lamieras- Sé que a veces se te escapa alguna mirada a mi escote. Acaso crees que me pongo así para estar más comoda? Me encanta ver en tus ojos el deseo. Deseo de abrirme la camisa y sacármelas fuera. Sé que te gustan grandes, como las mías. Que te mueres por comprobar que nunca llevo sujetador si ese día voy a verte.

Como me estoy poniendo con el masaje y el agua caliente recorriéndome, no sé si voy a durar mucho. Cojo el mando de la ducha y bajo con él hasta mi coño, uhm, que gusto ponerme el chorro de agua directo, bien caliente, que abra mis labios. Si supieras la de veces que me he tocado pensando en ti en el trabajo. Si supieras que a veces voy sin bragas a la consulta soñando con que un día me vas a tumbar en la camilla y me vas a follar allí mismo. Cada vez estoy más cachonda y voy bajando mi mano hasta el centro de mi calentura. Me tiemblan las piernas de gusto y empiezo a rozarme con mi mano. Lentamente, haciendo círculos cada vez más pronunciados alrededor de mi rajita depilada. Por momentos siento la tentación de meter algún dedo, pero hoy quiero que dure, quiero disfrutarlo hasta no poder más. Una mano en mi coñito y otra en mis tetas, si me vieras ahora seguro que me follabas.

Mi mano ya me recorre desde el culo hasta el clítoris y con tanto jabón se me escurre un dedito dentro de mi culo. Uhmm. Como me gusta sentirme puta y meterme ese dedo en mi culito, con mucho jabón, que me resbale, que entre y salga. A ti te dejaría que me la metieras por el culo, Diego. ¿Cómo la tendrás? Seguro que muy gorda, me encantan gordas, sentir como ocupan todo mi coñito cuando me embisten, que me llenen la boca cuando la chupe. Si la tienes así de gorda es mejor que me meta otro dedo, así todo será más real. La verdad es que no me cuesta mucho trabajo y no sé si es por el jabón o porque tengo el culo algo dilatado de tanto gusto.

Estoy muy caliente, hoy sería capaz de cualquier cosa, lástima que no estés aquí. Sé que eres como todos, que te gusta que seamos unas zorritas, yo podría ser tu putita si tu quisieras. Yo cumpliría todas tus fantasías.

No voy a aguantar más, necesito terminar. Me siento en la bañera y noto que me estoy meando. Sé que para mucha gente esto es un inconveniente. Para mía es todo lo contrario, me encanta mear mientras me ducho.

Abro mis piernas todo lo que puedo y me coloco de tal manera que el agua de la ducha me dé directamente en mi coñito. Con la mano derecha empiezo a tocarme las tetas y con la izquierda empiezo a rozarme todo el coño. Utilizo toda la mano para rozarme entera, quiero sentirlo en todo mi coño. Ya casi me viene y ahora es cuando viene lo mejor. Casi sin esfuerzo comienzo a mear, ufff, que gusto, rozarme mientras me meo, me falta muy poco diego. Me encanta sentir el calor de mi coñito mientras me toco. Necesito más, voy a meterme un dedo y después otro, ya no aguanto, me voy a correr, me da igual que se enteren los vecinos, diego, ya me viene, ahhhhhhh.

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