La ducha adaptada. Nueva etapa
Una ducha amplia da mucho juego
Atrás quedó mi época de sumisión, atrás quedaron mis amos perdidos en su propia egolatría, aquellos que no supieron entender quien era la verdadera ama, en realidad, desaparecieron. Alguno quedó, como amigo que respeta que vuele libre entre páginas y palabras.
Pero la ducha adaptada quedó en mi casa, un poco difícil moverla…. Un plato ducha negro de 90 centímetros de largo, una mampara completamente transparente que me dio pudor los primeros días, barandilla en su punto justo y un taburete para las duchas solitarias. Y aquí estoy, bajo el agua de la ducha. Sé que mi nuevo amante llegará pronto y he de estar lista, o no, que se espere….
El agua templada recorre mi cuerpo lentamente, sin prisas ajusto la presión del agua en el teléfono para dirigirlo directamente a mis pezones, que responden rápidamente excitándose orgullosos. Es la presión justa para dirigirla a mi entrepierna, directamente a mi vulva depilada y empezar a inundarme de placer. El agua cae por mis muslos, pero la presión justa alcanza mi clítoris llevándome poco a poco al éxtasis. Cojo el jabón y me enjabono lentamente, mi cuello, mis pechos, elevando un poco mas mi excitación…. Oigo que alguien abre la puerta de la entrada. Sé que has llegado, sé perfectamente quien eres. Te di la llave ayer sabiendo mi lentitud de movimientos (o eso es lo que te dije). Sé que estás mirándome a través de la puerta entreabierta del baño y el espejo medio empañado de vaho. Quizás no puedas verme del todo bien pero si oyes mis inconfundibles gemidos de placer al seguir estimulando mi clítoris con el agua. Sé que te estás excitando y eso me excita aun mas.
De repente, irrumpes en el baño, ya desnudo con claras pretensiones de entrar en mi ducha. Estás ya obviamente muy excitado. Paro un momento el agua para que puedas entrar, te pones rápidamente detrás mío pero tu polla erecta ha rozado claramente mi boca. Con las manos enjabonadas, me frotas lentamente la espalda. Tus manos no tardan en cubrir mis pechos, masajeándolos lentamente. Ya demasiado excitada, me sujeto a la barandilla y me pongo en pie. Tú aprovechas para retirar el taburete de entre los dos y seguir enjabonando mi culo. Puedes acceder fácilmente a mi coño con tus dedos, masajeando mis labios menores, sabes cómo excitarme. Controlar un orgasmo de pie apoyada en la barandilla es casi imposible. Sigues enjabonando insistentemente mi culo y mi ano. Empiezo a entender lo que va a pasar a continuación. Lentamente, tu dedo se va abriendo camino en mi ano. Ahora el agua cae sobre los dos desde el rociador en forma de lluvia y sé que ha llegado el momento que ya habíamos hablado, follarme por el culo. Tu polla no tiene ninguna duda frente a mi jabonoso ano y va entrando lentamente, siento tu polla dentro de mi culo y, extrañamente, un gran placer que me lleva a un nuevo orgasmo mientras tú me enculas concentrado en tu placer. Pronto siento tu leche caliente dentro de mi culo y eso me hace encadenar un orgasmo tras otro. Sin duda alguna, ha sido la ducha perfecta.