La Dra y el Señor 2
Soy Mariana y ahora quiero contarles como han seguido las cosas con Alex. Este relato es un buen acercamiento a la autosatisfacción sexual. Espero les guste y hagan comentarios, ademas, revisen la primera parte, que esta en la categoria "Anal"
Dos meses después siendo fin de semana, estaba sola en mi apartamento y pensé en Alex, desee su pene en mi vagina, en mi culo, en mi boca… quería invitarlo a pasar la tarde conmigo y calentar un poco el clima frio y lluvioso de la ciudad. Tenía su número telefónico y le escribí al WhatsApp de forma muy torpe, pues no podía encontrar en mi mente la mejor forma de explicarle que quería tenerlo en mi cama toda la tarde y noche.
Contestó inmediatamente al saludo, le pregunte si estaba en la ciudad y me dijo que si, que para que lo necesitaba…. Me avergoncé y sólo me propuse a escribirle “jummmm”, a lo que de la forma mas admirable del mundo entendió y me respondió: “Entiendo. Pronto te llamo”.
Me cansé de esperar su llamado y decidí salir a tomar unas cervezas con un par de amigas a un bar muy popular en Buenos Aires. Ya estaba algo bebida cuando veo a Alex entre la gente, con sus amigos. Nos saludamos cordialmente, pero con mucho respeto, como dos personas que apenas se conocen, al final del saludo se retiró a la mesa donde estaban sus amigos haciendo que olvidara que ya me había dejado esperando el llamado toda la tarde, no entendía el poder que tenía sobre mí, era inexplicable, mi ego excepcional e inmediatamente sucumbe ante su presencia, dejando en mí una creciente necesidad de volver a tenerlo.
Desde su mesa me escribía que apenas saliéramos del bar, estaría conmigo. Eran las palabras mas esperadas… mi ansiedad estaba al tope, sabia que me esperaba una excelente madrugada, mi vagina palpitaba y deje de oír lo que hablaban mis amigas, toda mi mente estaba llena de ganas de estar con él, de entregarme, llena de afán porque terminara esa jornada, para irme al apartamento a esperarlo.
Tarea que sorteé rápidamente, pues me despedí y tras hacerle una seña, me fui al apartamento a esperarlo, me duche e hice enemas para lavar mi intestino, pues o que más deseaba era que disfrutara de mi culo como la primera vez; me puse ropa interior negra para llamar su atención y un pijama algo corto de forma que pudiera ver mis nalgas cuando subiera las escaleras tras de mí.
Controlé inexplicablemente mis ganas de masturbarme, porque quería que el se llevara todo el premio, que me encontrara lista y dispuesta.
Me escribió que tenia un problema, que no podía llegar, que lo sentía.
Quede desilusionada y calientísima, no podía creer lo que había pasado, culpe al destino de mi desgracia. En mi celular empecé a leer relatos eróticos de la categoría anal mientras me masturbaba sacándome un primer orgasmo con mi almohada, sé que es todo un cliché, pero nunca pasará de moda, me acosté de lado y puse una de mis almohadas entre las piernas y empecé a mover mi cadera de arriba abajo frotando mi pelvis contra ella. Una y otra vez subía y bajaba y acariciaba mis pezones erectos, mordía mis labios y leía. Imaginaba que podría haber estado siendo penetrada de sorpresa. Maravillada y aún llena de ansiedad, llegó el temblor a mis piernas. Adoro ese corrientazo que sientes que baja directamente desde el clítoris hasta los dedos de los pies, haciendo que se retuerzan involuntariamente y que todo empiece a temblar.
Después de tan maravilloso orgasmo, mi mente aun no lograba aquietarse, no podía conciliar el sueño. En mi mente peleaba con la frustración de la cita incumplida. Empecé a limpiarme la vagina de mis fluidos y venida con un paño, me quite el pijama pues estaba empapado y así medio vestida, pase fácilmente de la limpieza a las caricias directas sobre el clítoris. Mis dedos índice y medio de la mano derecha de forma autónoma y automática, saben cómo encontrar, exponer y acariciar en el lugar correcto mientras con mi mano izquierda acariciaba mis tetas, que aproveche a sacar del bra y la blusa de tiritas del pijama, cerré los ojos y pensé que la próxima vez que pudiera hablar con Alex, le iba a convencer de que viniera a mi casa y me follara, y yo lo iba a follar a él de tal forma que nunca más quisiera o intentara dejarme plantada, llegue al orgasmo entre temblores, llena de placer y ganas de venganza.
Termine extasiada y exhausta, pero no lograba aún conciliar el sueño, di algunas vueltas en la cama hasta que me toco sacar la artillería pesada , fui a mi lugar secreto en el closet y tome mi dildo conejo, es un dildo con forma de pene muy venoso y grande y de la base sale del látex una extensión en forma de conejo que tiene una bala vibradora dentro, las orejas del conejo, cuando te penetras con él, quedan justamente sobre el clítoris y la vibración de la bala te lleva a una cadena de orgasmos espectacular, no has salido de uno cuando estas entrando en el otro; me fascina porque muy pronto consigues lo que deseas y de buena calidad. Yo le llamo conejo y aprovechando que estaba super húmeda de mis dos anteriores orgasmos, la penetración no tuvo resistencia alguna. Encendí a conejo y sus orejas hicieron maravillas inmediatamente, pues estaba sobre estimulada de tanta paja que llevaba hasta el momento. Con el conejo es imposible no gemir. Tiene una base que hace las veces de chupa y puedes ponerlo en el piso o en la pared, y yo lo disfrute pegándolo en todo lado, una cadena de orgasmos inolvidable y que no hubo necesidad de contar porque cuando no pude más lo apague y retire de mi vagina, quedándome dormida casi desmayada del agotamiento.
Fue fatídico para mí al despertar más o menos a las 10 am y ver un mensaje de Alex enviado a las 4 am que decía: “¿Ya solucioné, aún puedo ir?”