La doctora

Javi va a pasar una revisión rutinaria de un problema de piel y acaba teniendo un trio con la doctora y la enfermera

LA DOCTORA

Javi tenía consulta esa mañana en el dermatólogo para mirarse un eccema que le había salido en un dedo de la mano. Iba a aprovechar para que le mirasen alguna manchita que le había salido con el sol. Había llegado con antelación a la consulta y se había sentado a esperar. Salió la enfermera y pronunció su nombre. Le hizo pasar. No era doctor, era doctora. Como para el siguiente paciente quedaba bastante tiempo tenían tiempo para atenderle. Ella le vió el dedo y le recetó una crema para dárselo.

Ahora para enseñarle los lunares ella le ordenó que fuera detrás del biombo y se desnudase entero y se tumbase en la camilla boca abajo. La doctora se puso unos guantes de látex y fue poco a poco valorando todas las manchas y lunares que tenia en la espalda. Miró también en las piernas y en las nalgas. Abrió los dos cachetes y le comentó que tenía otro eccema o eso parecía al lado del agujerito. Ella cogió el tubo de crema y se puso un poco en el dedo.

La fue aplicando con delicadeza. Para Javi se estaba entreteniendo demasiado pero no podía ser. Al lado estaba la enfermera. Era una de sus fantasías pero no creyera que tuviera tanta suerte ni fuera tan fácil. Pero la doctora seguía ahora directamente echó parte de la crema directamente con el tubo pero también parte dentro del ano para según ella aplicarla por si había algo mal dentro. Lo que no sabía él era que la crema no era tal crema sino un lubricante.

Cesó en la aplicación. Le hizo ponerse boca arriba y valoró los lunares del pecho. Javi tenía un lunar en el pubis que la doctora enseñó a su ayudante.

Nai fíjate que lunar tiene aquí. Dijo la doctora cogiendo con los dedos la polla y señalando el lunar.

La enfermera se acercó y acarició el lunar, con las cosquillas se fue excitando y ahora ya tenía una gran erección. La polla estaba completamente dura, con la mano izquierda lo fue masturbando muy suavemente. Con la mano llena de lubricante la polla resbalaba. Aprovechó para descapullar el glande y lamió el glande con mucha delicadeza y suavidad. Se lo ofreció a la enfermera que se había quitado la ropa y solo la quedaba el tanguita. La enfermera era una chica joven rubia con ojos almendrados color miel, unos pequeños más bien pequeños rematados en unos rosados pezones.

La chica obediente cogió la polla como si de un joystick se tratara, la fue agitando arriba y abajo con suavidad, acercándola a sus labios, con los labios la fue metiendo en la boca muy lento y suave para luego agitarla con más vigor. La doctora se acercó a su enfermera y la fue bajando el tanga hasta desnudarla completamente. La enfermera no tenía ningún vello en su pubis.

La doctora se había quitado también la bata y debajo no llevaba nada. Se chupaba el dedo con picardía como queriéndole mostrar su cuerpo desnudo. Pelo rizado castaño, algunas pecas que la hacían tener un aspecto más pícaro. Unos pechos medianos sobre todo teniendo en cuenta que era delgadita, pezones marrones claritos no muy grandes. En el pubis rasurado en la zona de los labios y un pequeño mechón en la parte superior.

Le dijo a la enfermera que colocara al paciente bien tumbado boca arriba. Que sostuviera las piernas abiertas flexionadas. Naiara, la enfermera, se subió en la camilla con el coño en la boca de Javi. El lamía los labios vaginales de la chica como si quisiera secarlos. La doctora penetró al chico con dos dedos en el culo buscando su próstata. Vanessa la doctora chupaba y se metía en la boca los huevos del chico.

A Javi le estaban entrando ganas de orinar, cada vez más pero cuando estaba a punto lo que hizo fue correrse con una gran corrida que llenó de semen las caras de las dos mujeres.

Ahora nos tienes que dedicar tu tiempo a nosotras--- Dijo Vanessa con la mano en su sexo.

Se bajaron de la camilla Naiara y Javi. El paciente se sentó en una silla de la consulta y cogió a Naiara de las nalgas, las abría y cerraba para que escuchara como chasqueaba su coño de lo mojada que estaba. Con la lengua lamió su agujerito trasero haciendo que ella gimiera. Luego un par de certeros puntazos con la misma. Con los pulgares le abrió ligeramente el culo para lamérselo con mucha suavidad y jugar con el.

La atrajo hacia él y la bajó hasta que la chica estaba completamente ensartada en él. Le daba la espalda. Javi se cogía a sus pechos, magreandolos. Naiara botaba sintiendo que la polla rozaba las paredes de su vagina, la parte que rozaba con el pubis. Las oleadas de placer eran máximas. Vanessa seguía tocándose lamiendo el clítoris de la chica. Al segundo lametón Naiara sintió que se venía.

Se puso tan tensa en el orgasmo que apretó el pene del chico haciendo que casi se corriera solo con eso.

Ahora me toca a mi----- casi chilló Vanessa

Empujó al chico al intentar montarlo por la excitación que lo tiró de la silla. Sacó la silla de debajo de él y lo montó como una amazona experta. Sus movimientos eran acompasados. Muy fuertes al comienzo pero luego al sentir que si seguía así él no aguantaría mucho los hizo más lentos alternándolos con subidas y bajadas muy rápidas. A veces se quedaba como suspendida en el aire con solo el glande en su vagina y apretando con su vulva la base del glande para luego deslizarse abajo tan lentamente que sintió completamente el roce de la suave piel de la verga que la tenía loquita. Naiara se había sentado en la camilla y hundía la cabeza de su jefa en su coño masturbándose con la lengua más que ella lamiendo su coño. Naiara no paraba de enlazar orgasmos y gemir como una perra en celo.

Javi con el calentón que llevaba encima sujetó a Vanessa de las tetas y la apoyó su cuerpo contra la pared de la consulta para sodomizarla contra la pared. Ella notó como un pedazo de carne la rompía las entrañas y los huevos golpeaban sobre sus nalgas. Lo que al comienzo fue un dolor casi inaguantable estaba dando paso primero a un tímido placer y luego a un placer tan brutal que tuvo un orgasmo solo con eso. Pero Javi no tenía bastante y se la sacó buscando otra vez a Naiara poniéndola a cuatro patas sobre la camilla y dándola por el culo pero esta vez más suave que a su jefa. Vanessa se situó en las piernas de su enfermera en un 69 comiéndose las dos sus respectivos chochitos. El chico ya no resistía más y una de las veces que penetraba a la chica eyaculó dentro de ella. Al sacar la polla del culo el ano en movimientos casi por inercia sacó parte del semen que cayó como de una fuente en la boca de Vane.

Ellas ya tenían el número de él y quedaron en volver a verse todos juntos o por separado para seguir disfrutando.

Este relato es imaginario pero si queréis podéis escribirme sobre todo mujeres a:

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