La doble vida de la señora Miravete 10
Cuatro Pollas para la Señora Miravete...: Y como colofón, nuestra protagonista organiza un pequeño Gang-Bang...
CAPÍTULO 10º
CUATRO POLLAS PARA LA SEÑORA MIRAVETE
A estas alturas de nuestra historia a todos nos ha quedado más que claro lo guarra y caliente que es nuestra protagonista, la sofisticada y distinguida abogada Claudia Miravete, pero en este último capítulo vamos a descubrir a lo que es capaz de llegar para satisfacer su ansia de rabos.
Hace unas semanas puso el siguiente anuncio en una página de contactos…:
“HEMBRA MUY GUARRA Y CACHONDA BUSCA CUATRO SEMENTALES PARA ORGANIZAR UN MINI GANG BANG. INTERESADOS, MANDAR FOTO DE SU POLLA ENHIESTA A LA SIGUIENTE DIRECCIÓN ( PERRACALIENTE@GMAIL.COM ).
Con eso y una fotografía de su escultural cuerpazo,en menos de veinticuatro horas tenía el correo colapsado de fotos de vergas de todos los tamaños, colores y formas.
Fue una ardua tarea la de decidirse entre tanta polla la que tuvo que arremeter nuestra cachonda protagonista para seleccionar a los cuatro afortunados sementales.
Por suerte contó con la inestimable ayuda de Carlota y, entre comidas de coño y sobeteos de tetas, por fin lo tuvo claro…
-¡Estas cuatro! –Dijo entre risas mientras la pelirroja le practicaba un suculento cunilingus.
Y he aquí que llegado el día, los cuatro afortunados se presentan en la dirección prefijada por la señora Miravete, un discreto piso en el centro alquilado exclusivamente para la ocasión.
Y allí está nuestra protagonista esperándoles, vestida para la ocasión con un ínfimo picardías de color rojo pasión y una diminuta tanga del mismo color, dispuesta para ser follada por los cuatro sementales.
-Desnudaos –indica Claudia a los recién llegados una vez están todos en el pisito-. No quiero nombres. Sólo me interesan vuestras pollas –les dice luego, una vez se han desnudado los cuatro.
Y entonces, comienza la juerga.
Claudia empieza a sobar, a pajear y a lamer los cuatro rabos, hasta que alcanzan su máximo esplendor, encontrándose con uno de cerca de treinta centímetros, perteneciente a un chico de raza negra.
Los otros, por su parte, no están nada mal tampoco, pues ninguno baja de los veintipocos centímetros, destacando un tipo regordete con un pollón tan grueso como la muñeca de la señora Miravete.
-No quiero nombres –dice mientras va lamiendo y besando una a una las cuatro vergas-. Sólo que me jodáis como lo que soy: Una guarra cachonda y hambrienta de rabo. ¿Entendido?
Todos asienten con la cabeza, y se ponen a ello, turnándose de dos en dos para satisfacer a tan caliente hembra.
Los primeros son el de la polla gorda y otro chico alto y desgarbado con unos cojones enormes. Mientras él se la clava a nuestra protagonista, ésta se la come al polludo soltando de vez en cuando sonoros gritos de puro placer pidiendo ser follada más y más fuerte.
-¡ASÍ, CABRÓN, ASÍ! –Gime Claudia fuera de sí, notando como los cojonazos del joven follador chocan contra su vulva-. ¡JÓDEME BIEN DURO, VAMOS, NO PARES!
-¡JODER, COLEGA! –Exclama el muchacho guiñando un ojo a su fortuito compañero de jodienda-. ¡ESTA TÍA ES INSACIABLE!
-¡SÍ, LO SOY! –Replica Claudia, apartándose para dejar paso al semental negro, que se acerca acariciándose el enorme y oscuro capullo con su grandiosa manaza izquierda.
-¿LISTA, SEÑORA? –Inquiere antes de clavar su pollón hasta la mitad en el estrecho coñito de nuestra caliente hembra, que tiene que morderse el labio inferior para no soltar un grito mezcla de dolor y placer ante la brutal embestida del negrazo.
-¡DIOSSS, HIJOLAGRANPUTAAA! –Gime Claudia mientras siente como la gran verga negra ahonda en sus húmedas entrañas, en tanto ella reparte sus besos y lametones entre las otras tres pollas para deleite de los tres afortunados asistentes al mini gang bang.
Y así, uno tras otro, gozarán de la oportunidad de joder con la cachonda y guarra señora Miravete.
Y por fin, después de casi una hora de intenso folleteo…
-¿OS VÁIS A CORRER YA, CABRONES? –Claudia Miravete se arrodilla y abre la boca, dispuesta a tragar hasta la última gota de leche de los cuatro sementales-. ¡VAMOS, QUIERO TODA VUESTRA LEFA CALIENTE EN MI BOCA!
El primero en correrse, y muy abundantemente por cierto, es el de las pelotas enormes, soltando sobre Claudia varios potentes lefazos, que impactan con fuerza en la cara de nuestra protagonista, que ríe divertida mientras recoge la corrida con los dedos y se los lleva a la boca.
Los otros tampoco lo hacen nada mal, quedando la señora Miravete cubierta de semen espeso y caliente y relamiéndose de gusto.
FIN