La doble vida de la señora Miravete 09

La señora Miravete se monta un trío...

CAPÍTULO 9º

LA SEÑORA MIRAVETE SE MONTA UN TRÍO

Sábado, 13:30 del mediodía en la lujosa casa de Claudia Miravete.

La vemos a ella y a su amiga y ocasional amante Carlota tomando el sol en la piscina mientras Román, el joven y bien dotado jardinero, pasa la desbrozadora por el césped.

-Menuda herramienta gasta tu jardinero… -Carlota deja caer el comentario de forma entre pícara e inocente, cosa que hace reír a la anfitriona, que estira una mano y le acaricia una de las grandes mamas y le susurra al oído…

-¿Te gustaría probarla, cariño?

-¿Mmm…? ¿Me dejarías? –Inquiere Carlota, notando como su coñito se humedece sólo de pensar en la tremenda polla del guapo jardinero de su amiga.

Claudia no responde, se limita a alzar la mano y a gritar…:

-¡ROMÁN, CARIÑO, ACÉRCATE!

-¿Sí, señora? –Inquiere el joven empleado y semental acercándose a las dos calientes y sonrientes hembras.

-Román, amor… -Susurra su ama a su oído mientras con su mano derecha palpa descaradamente el tremendo bulto de su entrepierna, ya duro ante la visión de las estupendas tetas de Carlota-. Mi amiga quiere que le muestres tu tranca… ¿Qué me dices? ¿Le dejamos que la vea?

Y Román, siempre dispuesto a complacer a su señora, se baja la cremallera del uniforme de jardinero y muestra a las dos mujeres su pollón, ya duro y enhiesto en sus esplendorosos veinticinco centímetros.

-¿Qué te parece? –Sonríe Claudia al ver la cara de asombro de su amiga, que se relame y tiende su diestra para acariciar la enorme verga del sonriente jardinero.

-¡La madre qué me parió! –Exclama al tiempo que con su diestra comienza a pajear el duro cipote, notando en su mano cada vena y cada pliegue del pollón.

-Anda, no te cortes –le susurra la dueña de la casa al oído, mientras se desabrocha las cintas de la parte inferior del bikini y empieza a masturbarse con los dedos-; es toda tuya.

Carlota no se hace repetir la sugerencia y, de un solo golpe, se la mete en la boca y comienza a mamar como si le fuera la vida en ello.

-MMM… ESO ES, CARIÑO… -Gime Claudia sin dejar de frotarse el clítoris con los dedos-. CÓMETE BIEN ESA ENORME POLLA.

-¡OH, SÍÍÍ! –Gime Román sintiéndose en el séptimo cielo gracias a las dotes feladoras de la pelirroja Carlota-. ¡QUÉ MAMADA TAN FABULOSA!

-¿TE GUSTA CÓMO TE LA COME MI AMIGA, CARIÑO? –Inquiere la dueña de la casa, alzándose de la tumbona y participando en la mamada, compartiendo con Carlota el pollón del jardinero.

Mamada a dos bocas que sigue una vez las dos mujeres han tumbado al feliz Román en una de las tumbonas.

Luego, Carlota se sube sobre el jardinero, ofreciéndole su chochito, jugoso y depilado, mientras Claudia lo cabalga en medio de sonoros gemidos y jadeos de puro éxtasis sexual.

-¡ASÍ, ASÍ! –Suspira nuestra protagonista mientras su empleado la folla bien follada y su amiga le restriega las tetas por la morena y suave espalda-. ¡CÓMO ME GUSTA TU TRANCA, CABRÓN!

Después, Claudia se tumba en la hamaca, totalmente abierta de piernas y, mientras Carlota le come el coño, la pelirroja es ensartada por detrás por el pollón de Román, que casi no cabe en sí de contento de tener a dos hembras tan calientes y guarras como éstas para él solo.

-¡FÓLLATELA BIEN DURO, MI AMOR! –Gime la señora Miravete, mientras se abre bien la rajita para que Carlota pueda lamer mejor sus dulces fluidos vaginales con su lengua.

-¡UFFF, QUÉ CHOCHITO TAN CALIENTE! –Jadea Román, bombeando con más fuerza con su polla en el coñito de la pelirroja, que sigue comiéndole el chumino a su anfitriona, llenando el jardín de la lujosa casa de jadeos y gemidos de puro placer.

-¡QUIERO COMERTE LA POLLA Y QUE TE CORRAS SOBRE SUS TETAS! –Dice entonces Claudia agarrando el vergón de su empleado y empezando, primero a lamerlo para ensalivarlo bien, y luego a mamarlo con fruición, emitiendo sonoros chasquidos con la lengua y la garganta, notando como la punta del capullo toca su campanilla, provocándole placenteras arcadas, mientras Carlota se masturba frenética, tumbada en la hamaca.

Y por fin, y con el pollón bien lubricado con la saliva de su señora…

-¡YA ME VIENE, YA ME VIENE! –Román se agarra la minga y empieza a soltar lefa sobre las tetazas de la pelirroja. Lefa que, de inmediato, será lamida por la caliente señora Miravete.