La doble vida de la señora Miravete 05
El jardinero nuevo...: A la señora Miravete le gusta probar a sus nuevos empleados...
CAPÍTULO 5º
EL JARDINERO NUEVO
La vida de doña Claudia Miravete es muy estresante, hoy sin ir más lejos, debe hacerle una entrevista al nuevo jardinero, y eso es algo que la agobia sobremanera.
Cambia, sin embargo de opinión, al ver al fabuloso ejemplar que la empresa de jardinería le ha mandado.
Alto y fuerte, pero delgado, piel tostada por el sol, Cabello negro y rizado muy corto ojos castaños y expresivos, y lo que es más importante, un tremendo paquetón que abulta considerablemente la entrepierna del mono de trabajo.
-¿Cómo te llamas? –Pregunta la dueña de la casa mientras se humedece los labios con gesto lascivo y sensual.
-Román, señora. Me llamo Román.
-Y dime, Román… -Ni corta ni perezosa, Claudia Miravete se acerca al muchacho y comienza a sobarle la entrepierna al tiempo que le susurra al oído-. ¿Sabes cómo usar la manguera?
-Por supuesto, señora –responde Román, mientras sus enormes y fuertes manos comienzan a recorrer el perfecto y caliente cuerpo de su nueva jefa, desde sus bien formadas y duras tetas, hasta sus rotundas y apetecibles caderas, en tanto con sus labios besa y devora su precioso y bronceado cuello.
-¡JODER, ROMÁN! –Gime Claudia una vez el jardinero ha sacado sus veinticinco centímetros de polla dura y palpitante-. ¡QUIERO QUE ME FOLLES CON TU MANGUERA! ¡QUIERO QUE ME HAGAS SENTIR MUY GUARRA Y MUY SUCIA!
El nuevo y flamante jardinero de doña Claudia Miravete no se hace repetir la orden, y una vez que la dueña de la casa queda desnuda ante él, la tumba en el sofá, y tras abrirle el coño con los dedos, hunde su lengua en la húmeda y ardiente gruta, iniciando un experto cunilingus que hace que nuestra caliente y viciosa protagonista se deshaga en jadeos y gemidos de puro placer.
-¡UFFF, SÍÍÍ, ASÍ! –Gime Claudia fuera de sí mientras Román le mete hasta tres enormes dedazos en el coño-. ¡QUÉ LENGUA TIENES, CABRÓN! ¡Y QUÉ BIEN LA MANEJAS!
-¿TE GUSTA CÓMO TE COMO EL COÑO, GUARRA? –Susurra Román mientras mueve sus dedos a toda velocidad dentro del chorreante chumino de la señora Miravete.
-MMM… ¡ME ENCANTAAA, JODIDO CABRÓNNN! –Jadea Claudia al tiempo que se frota el hinchado clítoris de forma salvaje hasta lograr otro fenomenal orgasmo.
Entonces, el jardinero se agarra la tranca y la arrima a la ansiosa boquita de su nueva patrona, la cual lanza un gemido y, sacando la lengua, comienza a lamerlo desde las gordas pelotas, repletas de leche, hasta el morado capullo, para luego, meterse casi todo el pollón en la boca, iniciando una fabulosa mamada.
Slurp, slurp, slurp…
Hace la boca de Claudia mamando la bestial pollaza del jardinero mientras sus manos acarician y soban los gordos cojones cargados a reventar de semen caliente, dispuesto a ser tragado por nuestra cachonda protagonista.
-MMM… QÚE RICA POLLA, SEMENTAL… -Claudia se lo saca de la boca y escupe sobre el hinchado glande para luego propinarle un largo y concienzudo lametón y volver a metérselo de nuevo en la boca dispuesta a seguir su labor feladora.
Diez minutos más tarde, vuelve a sacarse la verga de la boca para tenderse, abierta de piernas, en el cómodo sofá de tres plazas del salón comedor de su lujosa vivienda, al tiempo que se abre el chumino con ambas manos y gime…:
-¡CLÁVAMELA HASTA LOS HUEVOS, CABRÓN! ¡FÓLLAME COMO LA PUTA VICIOSA QUE SOY!
Y dicho y hecho…
Tras clavarle de un solo golpe los veinticinco centímetros de verga dura y palpitante, Román comienza a bombear adentro y afuera, cada vez más rápido, mientras Claudia se amasa las rotundas y duras tetas y se pellizca los erguidos y duros pezones.
-¿TE GUSTA CÓMO TE FOLLO, GUARRA? –Jadea el jardinero fornicador mientras gruesos goterones de sudor caen de su rostro al plano vientre de la dueña de la casa-. ¿TE GUSTA NOTAR MI ENORME POLLA EN TU COÑO CALIENTE Y MOJADO?
-¡UFFF, SÍÍÍ! –Gime la señora Miravete frotándose el clítoris mientras Román sigue jodiéndola cada vez más y más rápido hasta que…
-¡ME VOY A CORREEER! –Brama el semental sacando su pollón del chumino de nuestra protagonista y acercándolo a la boca de la caliente hembra, sedienta de leche caliente.
-¡SÍ, DÁMELA TODA! –Gime Claudia metiéndose la tranca en la boca y tragando hasta la última gota de lefa, dulce y ardiente.
Una vez se han vestido, estrecha la mano del joven y le susurra al oído:
-Señor Román, está contratado.