La doble vida de la señora Miravete 04
LA SEÑORA MIRAVETE Y EL SEXO LÉSBICO... A nuestra protagonista le gusta probar cosas nuevas...
CAPÍTULO 4º
LA SEÑORA MIRAVETE Y EL SEXO LÉSBICO
Nuestra protagonista, la respetable e insigne Claudia Miravete, como buena folladora y casi adicta al sexo, no le hace ascos a nada, es decir, cuando las ganas aprietan, un coñito caliente y jugoso también es bien recibido, como vamos a comprobar en este episodio.
Es una cálida mañana de Primavera y Claudia, muy a su pesar, ha de coger el autobús para acudir a uno de sus bufetes, pues tiene su auto en el taller mecánico.
Paga su billete y se acomoda al fondo del transporte público, junto a una guapísima pelirroja, de piel clara y una excelente delantera talla 100.
Solo basta una mirada para que ambas hembras entablen contacto, un contacto tan intenso y brutal que hace que las dos tengan un orgasmo simultaneo.
Tanto es así, que antes de bajar, Claudia cita a la desconocida la dirección de su casa, con la esperanza de que ésta le haga una pronta visita.
Nuestra protagonista tiene suerte y la visita de la pelirroja no se hace esperar.
Ese mismo fin de semana la tiene en la puerta de su lujosa vivienda, ataviada con un vestido que no deja casi nada a la imaginación, y una preciosa sonrisa adornando su bello rostro salpicado de graciosas pequitas por encima de la naricilla, levemente respingona.
Poco después, ambas mujeres toman un refresco en la piscina del jardín trasero, como si se conocieran de toda la vida.
-Me encanta tu cuerpo –dice de repente Carlota, pues tal es el nombre de la pelirroja, inclinándose sobre Claudia y besándola en la boca larga y profundamente, saboreando su lengua y su saliva durante un buen rato, mientras sus manos acarician sus tetas por encima del vestido de corte veraniego, notando como sus pezones se ponen duros como piedras contra las palmas de su manos.
-Mmm… Carlota, niña mala… -Suspira nuestra protagonista mientras ella también sobetea las grandes mamas de su invitada.
Poco después, en el dormitorio de Claudia…
-¿Te gustan los juguetitos? –La dueña de la casa sonríe mientras muestra a Carlota un vibrador de unos veinte centímetros totalmente liso y de color plateado.
La pelirroja, ya totalmente desnuda sobre la cama, se abre el depilado coñito con los dedos y gime…:
-MMM… SÍ, ME ENCANTAN…
-MMM… ¿QUIERES QUE TE FOLLE CON ÉL, GUARRILLA? –Todavía sonriendo, Claudia Miravete se arrodilla ante las abiertas piernas de Carlota y comienza a acariciar su palpitante clítoris con la punta del consolador, arrancando gemidos y jadeos de la garganta de su nueva amiga pelirroja.
-¡UFFF, SÍÍÍ! ¡MÉTEMELO TODO HASTA EL FONDO! –Pide Carlota abriéndose más el coñito -¡FÓLLAME BIEN FOLLADA COMO LA PERRA QUE SOY! ¡SOY TU PERRA, TU PERRITA!
La señora Miravete no se hace repetir la orden, y muy despacio comienza a penetrar a la pelirroja con su juguete sexual mientras, con la lengua, juguetea con su clítoris.
-MMM… ESTÁS EMPAPADA… -Suspira Claudia lamiendo con ansia los fluidos vaginales de su invitada-. ERES UNA NIÑA SUCIA Y MALA… -Añade luego metiendo dos dedos en la mojadísima gruta de la caliente Carlota, que se retuerce de gusto, antes de incorporarse y gemir algo al oído de la dueña de la casa, que ríe maliciosa y cachonda y se tiende en la cama, tras deshacerse de la ya chorreante tanguita negra, ofreciendo su coñito a su visitante y susurrando-: ACARICIÁMELO CON TUS TETAS, CARIÑO…
-MMM… ¿TE GUSTA ASÍ, MI AMOR? –Susurra Carlota mientras masturba a su caliente anfitriona con sus enormes, rosados y duros pezones, pasando primero uno y luego el otro, por el mojado chochito de Claudia.
-UFFF… ¡ME ENCANTA, PEDAZO DE GUARRA! –Jadea nuestra protagonista, estremeciéndose de placer de arriba abajo con la llegada de cada nuevo y bestial orgasmo.
Ambas hembras terminarán la sesión amatoria con un fabuloso 69 y la promesa de volverse a ver en otra ocasión.