La diosas sometida
Juan se cruza todos los días en el ascensor con una diosa de la belleza con medidas de 90-60-90 una cara de ángel con unos ojos azules claros preciosos una nariz recta e pequeña, su pelo rubio y sus labios carnosos, para colmo con una voz dulce e sensual, siempre con una sonrisa y una respuesta agradable para todos los vecinos, solo tiene un defecto para él, tiene 16 años,
Antes que nada quiero dejar bien claro que este relato es una fantasia tanto la historia como los personajes descrito son imaginarios.
En este relato puedes encontrar palabras que puede herir la sensibilidad de algunas personas.
Juan es un hombre de 32 años, trabaja en una oficina y hace unos meses que se independizo, vive en un bloque de pisos de estos enormes.
En un hombre normal de pelo moreno y corto, ojos marrones, 1,80 de altura, pesa 85 kg.
Todos los días se cruza en el ascensor con algún vecino o vecina, a la mayoría no los conoce y a los que si conoce es solo de vista. Viven muchas mujeres guapas pero hay una en especial que le roba los sueños una diosa de la belleza con medidas de 90-60-90 una cara de ángel con unos ojos azules claros preciosos una nariz recta e pequeña, su pelo rubio y sus labios carnosos, para colmo con una voz dulce e sensual, siempre con una sonrisa y una respuesta agradable para todos los vecinos, solo tiene un defecto para él, tiene 16 años, Juan tiene el doble.
Desde su ventana Juan puede verla jugando al tenis tres o cuatro días a la semana, él la contempla quedando embobado mirando a aquella chiquilla encantadora.
Así van pasando los días aprovechando cualquier momento para verla o cruzarse con allá en el ascensor para escuchar su voz, aunque solo diga hola o buenos días.
Un día de octubre por la tarde sobre las 19h el subía a su piso tras abrir el portal de la calle pudo ver la puerta del cuarto de contadores abierta solo un dedo, le extraño y se acerco para cerrarla pero comprobó que la luz estaba encendida cuando ya con la mano en el pomo para entras pudo ver por la abertura a la diosa de sus sueños, estaba allí de rodilla chupando la polla de su compañero de juego de tenis, tras unos segundos sin poder reaccionar echo mano al móvil sacándolo de su bolsillo, lo puso en cámara no sin antes quitar el flash para no llamar la atención y dándole al zoom su puso a sacar fotos. No pudo quedarse mucho tiempo porque al oír pasos tubo que seguir su camino hasta su piso.
Ya en su piso no hacia mas que pensar el Eva, chupando la polla de aquel chico, varias veces saco el móvil para mirar las fotos, al irse a dormir se masturbo pensado en que el era el chico al que se la mamaba.
A la mañana siguiente camino al trabajo se cruzo con ella en el ascensor, se saludaron con el típico buenos días.
Buenos dias
Buenos dias
¿Te divertiste ayer?
La chica lo miro con cara de sorpresa
no, ayer no salí
Me refiero en el cuarto de contadores
¡Que! No se lo que quiere decirme
No te hagas la tonta, sabes perfectamente de que te hablo.
No, de verdad no se de que me habla
Juan saco al móvil, busco la primera foto y se la enseño, ella quedo sorprendida y sus mejillas se
ruborizaron, se quedo sin saber que decir o hacer.
Ya hablaremos luego dijo Juan abriéndose la puerta del ascensor, él salio del ascensor camino de su coche para ir al trabajo mientras que ella salio de tras de él camino del autobús del instituto.
Mue larga se le hizo a Eva la mañana pensando en que aquel vecino se lo contaría a sus padres, estos eran muy creyente y no comprenderían por que su hija tuviera ese comportamiento para ellos despreciable. Y por que me dijo ya hablaremos si se lo pensara decir a sus padres se lo diría directamente sin tener que hablar con ella.
Juan salio del trabajo, se metió en su coche y se dirigió a su casa como casi todos los días se cruzo en el ascensor nuevamente con Eva que regresaba del instituto, ella bajo la cabeza como avergonzada pero no pudieron hablar ya que una vecina también subía.
Juan que ya se lo veía venir saco un papel muy doblado del bolsillo y sin que la señora se diera cuenta lo coloco en la mano de Eva, esta miro la mano al notar el contacto, agarro el papel y cerro la mano para que no se viera.
Cuando pudo leerlo, descubrió que la intención de Juan era verla el próximo sábado sobre las 17h, que se inventara cualquier cosa para estar el sábado a las cinco en su casa, y que si no acudía sus padres se enterarían de lo del cuarto de contadores.
Eva no tubo mucho que pensar porque de ninguna manera permitiría que sus padres se enteraran, así que les dijo a su madre que el sábado iría al cine con una amiga.
Esta es la primera parte de una historia que iré contando en varios capítulos.