La diosa sometida (2)
El roce de aquella boca le estaba produciendo espasmos en su vientre unos espasmos maravillosos que nunca había sentido, espeso a dejarse llevar por aquellas caricias que le estaban dando placer a su pesar.
Llego el tan esperado día, Juan se levanto temprano, desayuno, recogió la casa dejándolo todo limpio como una patena, luego se fue a hacer la compra semanal. Eva se levanto sobre las 11, estaba muy nerviosa pensando en que que pretendía Juan.
Justo a la hora que la había citado Eva abrió la puerta de su casa, la cerro tras ella y camino unos metros que le separaban pues eran vecinos de la misma planta, se le hizo larguísimo mirando para todos los lados con temor de que alguien la viera ¿que escusa podría poner? Llamo a la puerta con golpes suaves como con temor a que se abriera, no tardo ni cinco segundo en abrirse ya que juan estaba en la mirilla observando, ella entro mirando asía su casa, la puerta se cerro tras ella, ya no había vuelta atrás.
Siéntate por favor
Eva miro al sofá y se sentó en el, le temblaban las manos, se las agarraba y jugaba con ellas intentando evitar su nerviosismo. Juan se sentó a su lado mirando asía ella.
De los labios de Eva con su peculiar voz dulce salieron las primeras palabras-
Por favor no le digas nada a mis padres.
Él la miro a los ojos.
Claro que no, tu pórtate bien con migo y sera nuestro secreto.
Juan agarro suavemente la barbilla de Eva dirigiéndola asía él, acerco sus labios a los de ella pero cuando estaba a unos centímetros ella se aparto levantándose. y dirigiéndose a la puerta.
Vale si es eso lo que quieres puedes irte ya le llegaran a tus padres las fotos para que vean lo puta que es su preciosa hija.
Eva se paro en seco, se giro y bajo la cabeza.
Eres un hijo de puta
Y tu una pequeña zorra que vas a hacer lo que te diga sino quieres que tus padres se enteren.
Juan se acerco a ella, mirando su precioso cuerpo vestido con unos pantalones vaqueros, y una camisa blanca de botones, se puso delante y la beso en los labios, ella no opuso ninguna resistencia
solo se dejo besar, la beso de nuevo abrazándola estrujando de forma suave su cuerpo con el de ella,
era lo que tanto había deseado y ahora podía hacer su sueño realidad., la cogió en brazos con suma facilidad y la llevo al dormitorio donde la dejo en la cama, desnúdate le dijo, lo que ella sin responde comenzó a hacerlo de malas ganas mientras el se desnudo en pocos segundos quedándose en slip, ella se quito los pantalones y después la camisa, y se sentó en el borde de la cama.
Juan se acostó en un lado y agarrándola por el hombro la forzó a tumbarse se inclino sobre ella para besar sus labios mientras que con su mano derecha posada en los muslos de Eva la acariciaba muy suavemente, ella quieta sin poner ninguna resistencia pero tampoco estaba dispuesta a participar,
Juan se enfado con el comportamiento de ella y le quito el sostén y las bragas le abrió las piernas y se coloco en cima, la miro a los ojos con una mirada de deseo y la beso apasionadamente a lo que ella no movió ni un musculo, él coloco sus labios en el cuello de ella, los beso muy despacio y rodó lentamente sus labios por el cuello sin despegar sus labios ni un milímetro de su piel fue besando el cuello a la vez que bajando lentamente hasta llegar a el canal de los pechos de Eva, abrió la la boca y saco la lengua y lo recorrió de arriba abajo, levanto un instante la boca para posarla en aquellos preciosos pechos su boca lamió y beso con delicadeza los pechos al rededor en forma de espiral de fuera adentro hasta llegar a su pezón.
Eva no estaba dispuesta a darle placer y menos a sentirlo, con todas sus fuerzas intentaba pensar en cosas desagradable para evitar sentir el mas mínimo placer.
Juan comenzó a chupar el pezón con delicadeza pero disfrutando de el a la vez su intención era que ella también disfrutara del placer que el estaba disfrutando por lo que se recreo lamiendo, chupando e incluso mordiendo suavemente el pezón de Eva, mirando de reojo su cara para poder ver la expresión de deseo en ella.
La chica parecía un tempano de hielo, frio, inmóvil, dejándose llevar, pero hasta los témpanos de hielo se derriten.
Él bajo su mano sin dejas de disfrutar del pezón, acariciando sus muslos y bajado a la entrepierna, ella cerro las piernas.
Abre las piernas, quiero verte disfrutar como la puta que eres.
Un NO enérgico salio de los labios de ella
Pero Juan no estaba dispuesto a que aquella niñata come pollas estropeara aquel momento tan soñado para el.
Agarro con una mano el pecho de aquella preciosa diosa lo estrujo fuerte y puso su boca con fuerza en el pezón, lo chupaba como queriendo ordeñar aquellas ubres tan perfectas.
De la boca de ella salio un quejido de dolor, el tenia su pecho apretándolo, pensaba que le estallaría, ademas los chupeteo le molestaban su pezón cada vez mas dilatado.
Juan siguió lamiendo y mordisqueando el pezón un buen rato, luego dando un cachete en el interior del mulo de ella y forzando la pierna con cu mano consiguió que Eva abriera las piernas.
Instantáneamente puso la mano en su coñito
Con la palma de la mano abierta comenzó a acaricia lo mas intimo de ella de arriba abajo y de abajo arriba mientras su boca ya con mas suavidad seguía disfrutando del pezón.
Ella no se resistía, porque ademas del chantaje, él era mas fuerte que ella, lo único que podía hacer era dejarse hacer sin sentir nada, eso es lo que pretendía su mente, pero su cuerpo la estaba traicionando.
Bajo la boca de Juan los pezones comenzaban a ponerse duros y aumentando su tamaño, la mano de Juan dejo de acariciar el coño para ser uno de sus dedos el que ahora recorría la rejita de ella acariciándola muy despacio, subió asta arriba de la raja y con los dedos busco el clítoris, poco tardo en encontrarlo y ponerse a jugar don el, un dedo lo tocaba con suma delicadeza acariciándolo en circulitos muy pequeños.
Eva luchaba por mantenerse fría pero su cuerpo se doblegaba a las caricias de su chantajista, sus pezones duro le comenzaban a dar dolor y cierto placer, pero sobre todo aquellos dedos jugando en su clítoris, sabia que no podría aguantar mucho mas, mordió sus labios intentando provocar dolor y eliminar la sensación de placer.
Él soltó el delicioso pezón sin despegar los labios de aquella piel suave y delicada y bajo con sus labios comiendo centímetro a centímetro la piel de Eva, bajando por su ombligo, recorriendo lo al rededor y bajando mas hasta el monte de venus donde jugo besando y casi rozando todo el monte.
Eva se relajo, dejo de poner en su mente una resistencia que tarde o temprano seria en vano, el roce de aquella boca le estaba produciendo espasmos en su vientre unos espasmos maravillosos que nunca había sentido, espeso a dejarse llevar por aquellas caricias que le estaban dando placer a su pesar.