La diosa, la bestia y el bastardo 10

Una nueva entrega y en verdad disculpas por la demora

— ¡NO TE RÍAS ESTÚPIDO NO ES GRACIOSO!— le reclamaba enojada Andrea a Manolo tras contarle lo mas relevante de la discusión con Nersy— De ahora en adelante quiero que antes de que salgas a donde sea primero me avises, si hubieras estado aquí, esa estúpida no me hubiera tocado un solo cabello.

— ¡Faltaba mas!— comentó burlón Manolo.

— ¡Ohhhhhh pero se va arrepentir Manolo eso te lo garantizo!;

— ¡Ya Andrea, cálmate, contrólate por favor!— le habló Manolo abrazándola y besándola tiernamente en las mejillas aprovechando la confianza de la cual aun podía gozar con Andrea.

— ¡Aun me arden Manolo!— se quejó Andrea acariciándose sus blancas mejillas.

— ¡Esa Nersy golpea fuerte!— comentó riendo Manolo.

— ¡Ahhhhhhhhh solo tantito!— respondió Andrea subiendo graciosa los hombros. Manolo respiró profundamente para armarse de valor e intentar una vez mas hacer entrar en razón a la muchacha, rogando por que esta vez sus consejos surtieran efecto en ella.

— ¡Mira Andrea!— le dijo tomándola por los hombros— Por una vez; escúchame, hazme caso y te aseguro que todo marchará bien; habla con Nersy, hagan las paces, discúlpate con ella; la pobre está pasando por una etapa durísima en su vida como para que encima tú la termines de amargar, ella te quiere y esperaba y espera tu apoyo; ¡Hazlo hermosa, bríndale un rayo de luz entre tanta oscuridad!;

— ¡Bah, patético!— respondió grosera— ¡Claro que la buscaré pero para cobrarme lo que hizo conmigo! ¡Ya verá esa mocosa!;

Manolo suspiró. En verdad que Andrea no tenía compostura.

— ¡Es tu amiga Andrea!— insistía Manolo— La única en la que quizás deberías confiar. ¿Acaso no te duele siquiera tantito por lo que está pasando? ¡Está sufriendo Andrea! No puedes ser tan indiferente ante eso, ponte en su lugar, imagínate al menos un instante tú en lo que ella está pasando.

— ¡No es mi problema Manolo y sufrirá mas por haberse burlado de mí! Lo dicho, Nersy ya no entra en mis planes a futuro, debió marcharse y no hacerse la lista conmigo.

— ¡Bien Andrea pues que Dios te bendiga por que si buscas a Nersy seguro y la encontrarás y con ella te toparás con otra buena paliza!;

— ¡Ja – ja – ja!— rió con ironía. Manolo aprovechó para a su vez reírse de ella.

— Pero a todo esto Andrea; ¿En verdad no lograste conectarle un solo golpe?;

— ¡No se presentó la oportunidad!— se quejó berrinchuda.

— ¡Claro!— respondió sonriente Manolo dispuesto a finalizar la charla no sin antes, insistir una vez mas por si acaso, no estaba de más, en una de esas y convencía a Andrea.

— ¡Piénsalo hermosa, solo piénsalo; valora todo lo que has vivido y divertido a lado de Nersy, medita si no estás siendo demasiado egoísta y cruel con ella, por favor Andrea, confío en ti, se que pronto volverán a ser muy buenas amigas!;

Andrea le sacó la lengua a Manolo como toda respuesta.

— ¡Bueno pues yo no pienso intervenir si te veo peleando con ella a lo que si en uno de estos días te me presentas con el ojo morado, bien merecido lo tendrás!;

— ¡Tengo la solución a eso!— opinó Andrea. Manolo la miró y ésta añadió con una clásica y hermosa sonrisa— ¡Págame clases de defensa personal!;

— ¡No quiero ser el primer herido!;

— ¡No es broma Manolo, no te lo pido, te lo exijo; págame clases de defensa personal!;

Manolo se retiró. Andrea lo vio alejarse.

— ¡Estúpido Manolo, ya verás si no terminas complaciéndome!— pensaba Andrea en voz alta, cruzada de brazos y golpeando el piso con su sandalia blanca.

Con el transcurso de los días, Manolo no quitó el dedo del renglón, continuó en parte aconsejando y en parte reprendiendo a Andrea por ser tan egoísta y cruel con Nersy; por no compadecerse, siquiera solidarizarse con la situación de ésta y al no ver reacción favorable, continuó también burlándola por no haber ocasionado ni un inofensivo rasguño a Nersy.

Por su parte Andrea, ignoró todo comentario de Manolo; si por alguien sentía aprecio aunque igual desprecio era por aquel joven y eso le permitía tenerle una que otra consideración y a decir verdad, la muchacha no deseaba aun apretar el acelerador con Manolo, habían otras prioridades en que ocuparse y una de ellas era Nersy.

Andrea era cruel y desconsiderada por excelencia, tal y como comentó a Manolo en mas de una ocasión; el problema de Nersy no era suyo y lejos de importarle se tomó muy en serio en hacerle la vida de cuadritos con el tonto pretexto de que Nersy primero se había burlado de ella y en efecto, Andrea localizó a Nersy en varias ocasiones solo para molestarla, mas que eso, para ofenderla e intentar golpearla y todas esas veces le salió el tiro por la culata.

— ¡LÁRGATE ANDREA SOLO LÁRGATE NO TE QUIERO LASTIMAR!— le aconsejó Nersy con lágrimas en los ojos a unas cuadras de su casa.

Andrea la había interceptado y se había burlado de ella y de su enfermo hermano.

— ¡Uy sí mira que miedo! Para tu información mugrosa estoy tomando clases de defensa personal— mintió; había insistido hasta el cansancio a Manolo de que se las pagara pero la misma Andrea terminó aceptando que por el momento a Manolo no le era posible cubrir aquella inversión.

Total que a Nersy no le importó lo que Andrea hiciera o dejara de hacer y al quedar harta de ésta no tuvo de otra que darle otro escarmiento. Andrea emprendió la retirada con tan mala suerte que tropezó y cayó hincada; Nersy, con toda la calma del mundo, la alcanzó y comenzó a jalarla del cabello.

— ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!— gritó llorosa Andrea.

Nersy echó a reírse. La actuación y el comportamiento de Andrea le divertía y mucho; la extrañaba, deseaba odiarla por lo mal e injusta que le había pagado a tantos años de amistad pero en su lugar, a cada día la extrañaba más.

— ¡LÁRGATE YA COÑO!— le dijo pateándola sin excederse en su costado.

— ¡PÚDRETE JUNTO CON EL INÚTIL DE TU HERMANO! ¡SON BASURA, MENOS QUE BASURA!;

— ¡CÁAAAAAAAAAALLATEEEE YAAAAAAA!— explotó Nersy abofeteando un par de veces a Andrea que apenas y se levantaba a lo que con los golpes volvió a quedar en el piso. Nersy la levantó por los cabellos y le propinó un rodillazo en el estómago.

— ¡Auuuuuuuuuuuuuuuuuuu!— se quejó Andrea rompiendo a llorar intensamente, quedando a merced de Nersy que en verdad, lo último que quería era hacerle daño, la sujetó por el cuello haciéndola permanecer de rodillas y le habló claro y firme.

— ¡Mira Andrea, déjame en paz o no seré responsable de mis actos, ya me tienes harta!— estuvo a punto de soltarla pero al final decidió jugar con ella apretándole un poco mas el cuello; los ojos de Andrea le indicaron a Nersy el miedo que le estaba ocasionando a la odiosa chica.

— ¡Si quieres que te suelte, parpadea los ojos dos veces!;

Andrea obedeció y comenzó a estornudar repetidas veces. Nersy le impidió levantarse y amenazó con golpearla.

— ¡Pídeme perdón o te va a pesar!;

— ¡Nooooooooooooooo!— contestó llorosa Andrea.

— ¡Mmmmmm claro, Andrea Mendoza nunca se humilla!— se burló Nersy cacheteándola suavemente.

— ¡Basta!— se quejó Andrea.

— ¿BASTA? ¡Eso es lo que te he pedido hasta el cansancio!— le recriminó Nersy volviéndola a cachetear sin excesiva violencia.

— ¡Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!— se expresó llorando Andrea. Nersy suspiró y le dijo:

— ¡Bien Andrea! Aquí voy una vez mas abusando de ese sentimiento que todavía me une a ti; ¡Venga, levántate, aun todo puede ser como antes!— dicho esto le ofreció la mano. Andrea en respuesta le asestó un puñetazo en el estómago.

Por fin lograba acertar su primer golpe, mas bien, estuvo a punto de lograrlo pues el golpe expiró en el aire. Nersy logró hacerse para atrás, meneó la cabeza en actitud de molestia al comprobar lo testaruda e insoportable y a la vez infantil que era Andrea y le impactó una tremenda bofetada que le dolió como nunca a Andrea.

— ¡AYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY YA YA NO ME GOLPEES!— se quejó tristemente tallando su ahora roja mejilla. Nersy la levantó del cabello y le reiteró la amenaza.

— ¡Si vuelves a buscarme para lo mismo, te juro que aunque me duela, te destrozo a golpes!;

Nersy se marchó tan dolida como Andrea que al llegar a casa subió corriendo las escaleras llorando y frotándose su mejilla. Manolo la vio subir y se entristeció al deducir que lo que iba en aumento entre las chicas era la enemistad y quizás mas tarde el odio pero no la reconciliación; lo que mas dolía a Manolo era saber perfectamente que la única culpable era Andrea.

Andrea no se lo pensó mas, se dio su tiempo para tejer muy bien su plan para desquitarse de Nersy pero consideró que desquitarse era igual a nada, lo que realmente ideó fue destruirla.

Nersy en realidad nunca le causó daño, lo que había hecho con Andrea era un juego de niños y que ésta bien merecido se lo tenía pero Andrea no jugaba a la hora de actuar en contra de alguien y si jugaba era para disfrutar mas su triunfo y eso fue lo que hizo con Nersy; jugó con ella haciéndose la débil, la siempre indefensa y en cuanto lo consideró, recurrió a quienes pensaba hacerlo desde el inicio, a aquellas personas que para ella eran la mas clara representación del poder.

Luego de ofrecerle unos días de respiro a Nersy; Andrea lo tenía todo listo, sabía muy bien donde encontrarla y comprometerla y había planeado todo con lujo de detalle con ayuda de sus amiguitas Rubí y Divanny que gustosas la apoyarían.

Andrea se podía sentir en verdad afortunada al tener cautivada tanto a Rubí como a la prima de ésta; dos jóvenes caprichosas, déspotas y altaneras pero que de momento doblaban las manitas ante la hermosa Andrea, cosa que enfurecía a la huerita Padilla al verse un tanto opacada y presenciar como Andrea se convertía en el centro de atención de Rubí y su prima dos años menor que Andrea y Rubí.

Andrea podía presumir de controlar en muchos aspectos a las primas pero bien sabía que no podía cometer pecado de confianza a lo que no abusaba y se llevaba de maravilla con ambas chicas.

Un mal día para Nersy; Andrea y Rubí abordando el auto de la señorita Panty se dirigían al centro comercial en donde Nersy laboraba, nada mas llegar ubicaron el local, una prestigiosa zapatería al servicio de las damas pertenecientes a las familias mas exclusivas y poderosas de la ciudad, por lo tanto, Rubí era como de la familia en ese local.

Andrea sonreía orgullosa y Rubí aun mas tomada del brazo de su admirable amiga, las dos se sentían y eran el centro de las miradas de muchos de los presentes; Rubí, fiel a su belleza lucía hermosa con una falda de mezclilla azul, blusa roja y sandalias plateadas y Andrea simplemente dejaba con la boca abierta a cualquiera con esos jeans superajustados azules, blusa negra al igual que unos preciosos zapatos negros cerrados, de piso.

Ambas muchachas aumentaron sus sonrisas al situarse a la entrada del local; sabían muy bien a lo que iban, a divertirse a costa de la humillación y la burla que harían sufrir a Nersy.

— ¡Sorpréndeme!— le susurró dulcemente Rubí a Andrea.

— ¡Haré mas que eso!— contestó la engreída chica.

— ¡Bien! Muéstrame que sabes poner en su sitio a ésta mosquita muerta y ya luego nos vamos a ver eso de las clases que quieres tomar.

— ¡De defensa personal!— le aclaró Andrea a su estirada amiga.

— ¡Eso!— respondió Rubí para de una vez disponerse entrar al local y dar inicio a arruinarle aun mas la existencia a Nersy que nada mas ver entrar a Andrea se sintió morir, sintió en verdad un escalofrío recorrer todo su ser.

La misma dueña del local se ofreció para atender a las señoritas luego de una exagerada reverencia ante Rubí que era a quien conocía y por ésta, Andrea ya podía gozar de todos los privilegios con los que contaba la señorita Panty en ese y muchos establecimientos.

Nersy pensó rápido; sabía muy bien que estaban ahí por ella con la única intención de fastidiarla a lo que se dio a la labor de ocuparse y desaparecer de la vista de aquellas malvadas muchachas.

Andrea se sonrió al percibir el nerviosismo y la incomodidad de Nersy y con su fino dedo la señaló indicándole a la señora— ¡Quiero que esa sea quien nos sirva en lo que requiramos!— sentenció con autoridad y desdén.

— Desde luego señorita que así será ehhhh señorita….

— ¡Mendoza!— le aclaró Rubí.

— ¡Por supuesto que así será señorita Mendoza!— contestó la señora ante la enorme satisfacción de Andrea al sentirse más que respaldada por Rubí.

La señora se tronó los dedos y en nada una frágil Nersy se situaba junto a ella y las odiosas muchachas con la mirada clavada al piso.

— Lo siento señora pero estoy atendiendo a otra clienta pero enseguida una compañera me sustituye— intentó escaparse Nersy de aquella bochornosa situación.

— ¡ATIÉNDELAS TÚ HE DICHO! ¿ENTENDIDO?— alzó la voz la dueña del local.

— ¡Sí señora!— respondió con un hilo de voz Nersy sin atreverse a darles la cara a Rubí y Andrea que ya se la devoraban con la mirada.

Enseguida la señora para reparar el pequeño desaire a la otra clienta, se ofreció ella misma para atenderla poniendo mil y una excusa con el fin de lograr complacer el deseo de la amiga de la señorita Panty quedando finalmente Nersy a merced de las estiradas muchachas.

Rubí se entretuvo mirando alguno que otro modelito de calzado sin perder de vista como Andrea se vanagloriaba en hacer sentir mal a la que fue por mucho tiempo su mejor amiga, como se divertía en ofenderla y degradarla a la medida de su gusto.

— ¡Muéstrame ese y ese otro; rápido chica!— le ordenó Andrea despectivamente a Nersy tronándose los dedos y señalándole los modelos que deseaba.

— ¿No me oíste? ¿Estás sorda miserable?— insistió Andrea demostrándole su desprecio en el tono de voz que empleaba al dirigirse a ella.

Nersy por fin se atrevió a mirarla a la cara, le retuvo la mirada por unos segundos, le sonrió con ironía y sin más se dispuso a complacer las exigencias de su ex mejor amiga.

— ¡Aquí están señorita Mendoza!— habló Nersy en un tono cargado de ironía tanto como la sonrisa que le dedicó a Andrea.

— ¡Uyyyyyy hasta feliz se te ve! ¡No me digas que tan pronto y te haz acostumbrado a vivir bajo las órdenes de la gente de poder! ¡Qué lástima, qué pena representa vivir bajo el dominio de otros por que tú y tu puto empleo dependen de lo que el cliente considere y déjame decirte chica que yo soy ahorita tu cliente!— gozaba Andrea cada una de sus palabras.

Por su parte Nersy le dejó las cajas con los respectivos modelos y decidió dejarla sola pero Andrea había planeado muy bien todo.

— ¡Eyeyeyeyeyeyeyeyey!— la llamó entre divertida y ofendida— ¿A dónde demonios crees que te vas? ¡Tú vas a calzarme cada modelo, vas a hacer cuanto yo te diga; estás para servirme, que no se te olvide! Y recuerda querida cómo se calza a Andrea Mendoza— recalcó con una enorme sonrisa— Si aprecias tu trabajo mas vale que lo tomes en cuenta; me conoces bien, por lo tanto, sabes de sobra qué se debe hacer antes de calzar o descalzar a Andrea Mendoza— le dejó la frase a la interpretación de Nersy.

— ¡NI LO SUEÑES!— respondió indignada Nersy— Ni a otras clientas mucho mas sofisticadas y elegantes se les presta tal atención ja tal parece que contigo lo haré; ¿Calzarte? ¡En verdad que estás enferma!;

— ¡No se te olvide querida que existe una bendita boleta para calificarte! El servicio al cliente aquí y en otros locales es de vital importancia y si te califico negativamente hoy sería tu último día de trabajo, dependes de mi y de la atención y esmero con el cual me sirvas— concluyó una sonriente Andrea que para demostrarle a Nersy que iba con todo, groseramente arrojó las cajas con zapatos al piso.

Nersy temblaba de impotencia de los pies a la cabeza, se clavaba las uñas en las manos para contener la furia que la invadía en ese momento y las ganas que le sobraban para darle una paliza a Andrea y sacarla de ahí por los cabellos pero se concentró en la bendita boleta de calificar el servicio al cliente.

Andrea tenía razón, ella era la clienta y si se le antojaba firmar dicha boleta con referencias o comentarios negativos hacia Nersy era seguro, garantizado que perdiera el trabajo; por si fuera poco, la señora le dedicó una mirada a Nersy fulminándola con ella, indicándole que mas le valía someterse a las exigencias de la señorita si deseaba conservar su empleo.

Al igual las pocas damas que se encontraban en el local se percataron de la escena pero no le dieron mayor importancia. La clienta caprichosa y engreída humillando a la inepta empleada era una escena que se daba todos los días en especial cuando se trataba de jovencitas arrogantes como Rubí y compañía.

— ¡Cálzame!— disfrutó Andrea al hablarle a Nersy tomando asiento y sonriéndole sabedora de que a ésta no le quedaba de otra que complacerla.

Con la cara invadida por la vergüenza, la rabia y la impotencia; Nersy se arrodilló en el piso, ordenó los zapatos y a los pies de Andrea se dispuso a servirla.

Con una enorme sonrisa de triunfo Andrea estiró tantito el pie dejando a Nersy batallar con el resto que la labor implicaba. Con las manos temblorosas, Nersy descalzó el zapato a Andrea, al momento, una esencia mezcla de sudor femenino y del material del zapato penetró en las narices de Nersy que la ofendieron por completo y ésta no pudo ocultar una mueca de desagrado que no pasó inadvertida a Andrea.

Andrea sonreía ante la clara molestia de Nersy y solo con el fin de atormentarla le había dejado el pie a centímetros de su rostro para después acomodárselo indolente en el hombro.

Algunas clientas incluida Rubí no perdían detalle alguno de lo que acontecía.

Nerviosamente Nersy calzó a Andrea el modelo solicitado pero mas tardó en hacerlo en cuanto Andrea le exigía lo contrario, descalzárselo y calzarle otro.

Así transcurrió algo más de una hora sin temor a exagerar con la pobre Nersy arrodillada a los pies de Andrea calzándole y descalzándole infinidad de modelos. Andrea no autorizó que Nersy se levantara para ir en busca de otros modelos solicitados; la quería ahí, humillada a sus pies; por lo que otra empleada se aplicaba por los modelos solicitados y en ese lapso Andrea descansaba el pie sobre el hombro o las piernas de Nersy.

En más de una ocasión, maliciosamente le rozó la mejilla a Nersy con la suave planta de su pie. Nersy estaba a nada de llorar ante las caricias que su rostro recibía cortesía del pie desnudo de Andrea, eran las caricias de la humillación.

Así se la pasaban; Nersy calzaba, descalzaba a Andrea; expresaba su molestia, su desagrado con una que otra mueca y Andrea en lo suyo, a aplicarse a fondo en ofender a la pobre muchacha.

Al final Andrea había optado por quedarse con no menos de media docena de pares de zapatos que orgullosamente sería un pequeño obsequio por parte de Rubí. ¡Déjate consentir!— le había susurrado Rubí y Andrea sencillamente se dejó consentir.

— ¡Al menos será una buena venta, espero la señora me lo reconozca!— pensaba la pobre Nersy mientras Andrea la hacía aun calzarle modelos de todo tipo de calzado e iba señalando con cuales se quedaría.

Nersy esperaba ansiosa que por fin Andrea y la estirada de su amiga pagaran y se largaran para poder respirar tranquila y para ello ya no faltaba mucho, de hecho estaban a punto de hacerlo.

Andrea sonrió burlonamente a Nersy, era el momento de rellenar y firmar la bendita boleta; por lo tanto, para Andrea era el momento de la verdadera humillación a la cual sometería a Nersy, todo lo anterior fue tan solo un aperitivo.

Continuará……………………………………………………….