La diosa de mis deseos.

Mi nueva compañera de trabajo se convierte en la diosa de mis deseos.

Siempre me he considerado un tipo muy normal, mido 180, peso 85 kilos y aunque estoy en  forma tengo unos kilillos de mas. No suelo tener mucho éxito entre las mujeres y menos con las mujeres despampanantes que se ven todos los días por la calle, suelen pasar de mi porque no soy el típico cachitas, moderno y a la moda.

Como cada día me acercaba a mi trabajo del cual estaba bastante orgulloso,  a mis 28 años y   después de unos años en la universidad y otro par de años como becario me contrataron en un buen laboratorio, cosa que siempre había soñado desde que empecé mis estudios.

Aquel día al llegar al trabajo, alguien me llamo al teléfono  para que me presentara en el despacho de mi jefe de proyecto.

-    Buenos días Mikel, ¿Que tal va todo por abajo?

-    Muy bien esperando a que lleguen los análisis.

-    Bien pero bueno no te he llamado para eso.

-    Dime, ¿Qué pasa?

En ese momento sonaron unos tímidos golpes en la puerta y mi jefe hizo pasar a quien había llamado. Lo que entro por la puerta me dejo hipnotizado una preciosa chica de no más de 23 añitos, bajita, ojos verdes, un cuerpo de infarto y una de las sonrisas mas dulces que habia visto en mi vida.

-    Buenos días Lidia.

-    Buenos días - se notaba en su voz que estaba nerviosa.

-    Te presento a Mikel, es uno de nuestros investigadores y el compañero con el que trabajaras.

-    Hola Mikel un placer.

-    Ho…Hola – me quede embobado casi no me salían las palabras

-    Mikel desde hoy te voy a poner una nueva becaria a tu cargo, como tu fuiste becario hasta hace un añito sabes perfectamente lo que quiero de esta colaboración.

-    Si me imagino.

-    Pues bueno enséñale todo y al trabajo.

Desde el primer día me quede prendado de esa chica, ya que además de preciosa era inteligente y extrovertida, sabía que no tenía nada que hacer con ella era demasiada perfecta y yo un tío demasiado normal, además llevaba la palabra tengo novio escrita en la cara.

Cada día en el trabajo me constaba mas concentrarme, me miraba con esos preciosos ojos atendiendo con una sonrisa dulce a mis explicaciones. Cada vez que se acercaba a mí para preguntarme algo tenia que apartar la vista para no toparme con esos perfectos pechos, me sorprendia a mi mismo absorto mirandola y aunque ella me pillara siempre me contestaba con una dulce sonrisa, nunca con una mala cara.

Después de varios meses currando juntos la confianza era mutua y yo estaba colado por esa mujer que habia aparecido en mi tranquila vida. lidia esa semana estaba muy apática cosa rara en ella ya que siempre estaba contenta y con una bella sonrisa en los labios. El viernes salimos a tomar un café en el descanso como de costumbre y me anime a preguntarla si le pasaba algo.

-    Gracias por preocuparte Mikel, eres un tío genial.

-    Si claro, lo dices porque soy tu supervisor de la beca.

Con esa tontería conseguí sacar la primera sonrisa de la semana.

-    No enserio eres muy buen tío, pero no me pasa nada.

-    Si quieres hago que te creo, pero sé que no es verdad.

-    Es que no quiero aburrirte con mis tonterías.

-    Lidia somos compañeros de trabajo y amigos, puedes contármelo.

-    ¿Hacemos una cosa?

-    Soy todo oído.

-    Te invito a tomar una copa a la tarde y así te hago más llevadero mis penurias.

-    Ok, trato hecho.

El rato después de esa pequeña charla se me hizo eterno Lidia esta un poquito más animada y yo nervioso como un flan porque iba a quedar fuera del trabajo con la diosa de mis deseos mas íntimos.

Cuando acabo el turno cada uno nos fuimos a nuestra casa pero antes de eso me dio un fuerte abrazo en el que pude sentir su cuerpo apretarse contra el mío y un beso muy cerca de los labios que me dejo desconcertado.

-    Te espero a las 19:00 vale.

-    Por supuesto no faltare.

-    Gracias por animarme, Mikel.

Las horas pasaron lentas y con unos nervios absolutos, por un lado mi mente me decía que no me hiciera ilusiones que era demasiada mujer para mí y que además tenía novio, aunque nunca hablaba de él, ella solo quería un amigo para hablar.

Llegue a las 19 al sitio acordado vestido de forma informal y veraniega vamos un pantalón corto y una de mis camisetas heavy, en la calle siempre vestía así, ya que en el trabajo ya vestía demasiado formal.

Cuando vi a Lidia el corazón me dio un vuelco, venia vestida con un vestido de esos veraniegos blanco que hacían resaltar su precioso moreno, su pelo negro y sus preciosos ojos verdes, además de resaltar su precioso cuerpo.

Venía con una agradable sonrisa y lo primero que hizo fue darme un fuete abrazo y un dulce beso muy cerca de los labios.

-    Hola Mikel, que puntual.

-     Lidia estas increíble

-    Gracias¡¡ es la primera vez que me dices algo así –Me dijo con una sonrisilla muy picara.

-    Pues lo pienso todos los días, pero imaginaba que estarías harta de oírlo

-    Bueno un piropo siempre es agradable y viniendo de ti me agrada más.

Después de esa afirmación no supe cómo responder.

Pasamos una tarde de lo más agradable, dimos un paseo aprovechando el bonito dia que hacía, cenamos algo rápido y nos fuimos a tomar un par de copas a un bonito bar de corte moderno con sofás y música ambiental, el sitio perfecto para mantener una buena charla.

Durante todo el día estuvimos hablando de un montón de cosas anécdotas del trabajo, de nuestra época de estudios, etc. Después del bar la acompañe hasta la puerta de su casa un bonito apartamento en la planta baja de un edificio a las afueras de la ciudad.

-    Gracias Mikel me lo he pasado genial contigo.

-    Si pero al final no me has contado que te pasaba estos días.

-    No  quería estropear la tarde me lo estaba pasando muy bien.

-    Y yo también pero no te cortes cuéntamelo.

-    Vale, la cosa es que he dejado a mi novio hace unas semanas y el fin de semana pasado me lo encontré y no me dijo cosas bonitas la verdad

-    Que cabron, pero ¿estas bien? ¿Te hizo algo?

-    No, gracias por preocuparte. Me insulto por haberle dejado por otro.

-    Uff bueno supongo que unos cuernos nunca sientan bien.

-    No que va si no le he puesto los cuernos, solo que desde hace un tiempo siento algo muy fuerte por otro chico.

-    Ahh entiendo.

Mi corazón estaba a punto de estallar roto en mil pedazos, me acaba de enterar que mi diosa estaba enamorada de alguien.

-    Decidí dejarle por que no podía seguir con esa mentira, y no le sentó bien.

-    Supongo que hiciste bien, aunque en cosas de pareja no es que sea el mas indicado para dar consejos.

-    Gracias Mikel.

Según dijo esto sus ojos se clavaron con los míos y una dulce sonrisa asomo en sus labios. Me agarro del cuello y me beso de la forma más dulce y sensual de mi vida. Sus labios suaves y dulces me hicieron temblar.

-    ¿Quieres entrar?

-    Siii…si claro

-    Me gustas mucho Mikel

-    ¿Estás hablando enserio?

-    Por supuesto, eres una de las mejores personas que he conoció en mi vida

Entramos en su piso y la pasión se desato, nos empezamos a besar suave y dulcemente, mis manos empezaron a acariciar tímidamente su delicioso cuerpo. Mis labios se deslizaron a su cuello y mis manos deslizaron los tirantes de su vestido dejando al descubierto su increíble cuerpo. La di la vuelta poniéndola de espaldas a mí y empecé a recorrer dulcemente su cuerpo con la punta de mis dedos. Sus precioso pechos, sus pezones que se pusieron duros al contacto de mis dedos, su cintura, sus caderas, su piel se erizaba y empezó a suspirar suavemente.

Deslice la última prenda que la quedaba y tenía a mi diosa totalmente desnuda delante de mí. La acerque al sofá y ella se sentó.

-    ¿Por qué sigues vestido? – me dijo con una de las sonrisas mas picaronas que me había visto en mi vida

Se levanto del sofá y me ayudo a desnudarme mientras nuestros labios se fundían en un tierno beso.

Estando ya los dos desnudos, nos tumbamos juntos en el sofá y mis besos recorrieron su cuerpo centímetro a centímetro disfrutando de sus gemidos. Poco a poco pase por sus pechos y baje centímetro a centímetro hasta su lo mas intimo de su feminidad.

Sus gemidos y gritos de placer fueron en aumento, mientras lamia su intimidad fui metiendo poco a poco primero un dedo y  luego dos.

-    Ahhh Me estas matando Mikel.

Lamia su clitoris mientras mis dedos se introducian en ella, poco a poco y ayudado por sus abunantes jugos, acaricie su ano y le introuje un dedo, mientras que con mi legua empece a penetrarla su coñito. Su orgasmo no tardo mucho en llegar mientras gritaba y me agarraba del pelo.

Me tumbe a su lado mientras su respiración se tranquilizaba. Poco a poco su mano se acerco a mi polla y me empezó a acariciar suavemente.

-    Ahora me toca a mí.

Me hizo sentarme en el sofá, se arrodillo entre mis piernas y mientras me miraba a mis ojos empezó a lamerme el glande y me empezó a hacer una mamada increíble. Su leguna recorria mi polla mientras acariciaba mis testiculos. Mi polla desaparecia parciarmente en su garganta en un suave mete y saca. Me estaba llevando a la locura por el placer, tuve que pedirla que parara porque estaba a punto de explotar.

Ella con una sonrisa, se levanto, me dio la mano y me llevo a su habitación, allí se tumbo en la cama y yo me tumbe  sobre ella. Empece a acariciar su clitoris con mi grande hasta que me rogo que la penetrara. Poco a poco la fui penetrando centímetro a centímetro, disfrutando del momento sintiendo su calor interno y lo apretada que estaba. Fui aumentando el ritmo al mismo ritmo que sus gemidos aumentaban.

-    Ahhh Mikel sigue por favor – me pedía con los ojos cerrados y la cara roja por el placer

Su piernas me apretaban con fuerza sobre mi cintura, en un movimiento puse sus piernas sobre mi hombros y seguí penetrándola profundamente cada vez más fuerte. Tuve que parar un segundo para no correrme y aguantar un poco más. Ella aprovecho este momento para hacer que me tumbara en la cama y ponerse encima mío.

Poco a poco fue penetrándose y cogiendo ritmo, su forma de mover las caderas y verla gemir con los ojos cerrados mientras yo aprovechaba la postura para acariciar su culito y sus pechos, me estaba volviendo loco y me estaba costando muchísimo no correrme.

-    Ohhh Lidia frena un poco que no aguanto más me voy a correr

-    Pssssss calla – me dijo mientras llevaba un dedo a mi boca y aumentaba el ritmo.

Unos segundos después me no pude aguantar más y me corrí dentro de ella, ella se tumbo encima mío sin sacarse mi polla de dentro, me sonrió y acercando su boca a mi oído

-    Ha sido maravilloso Mikel.

Estuvimos abrazados unos minutos y nos quedamos dormidos.

PD: Es mi primer relato, espero vuestros comentarios para poder mejorar. Gracias por leer mi relato.