La Diosa cornuda (1)

Alex y Cris son una joven pareja que llega a una disfrutar de una fiesta en la piscina de un chalet. Cris no tiene ni idea de la sorpresa que su novio le tiene preparada junto a Sandra, la ex de este. Ambos han descubierto la fantasía secreta de Cris de ser cornuda y sumisa, y piensan disfrutarla.

Llegamos al chalet a las siete de la tarde. Mi novia, Cristina, iba con un vestido veraniego azul marino (a juego con sus ojos), ajustado a su preciosa cintura, marcando el tipazo que siempre ha lucido. A sus 31 años mantiene una figura esbelta, de la que presume en ocasiones como esta, sabiendo que al andar muchas miradas estarán fijas en el culo que va contoneando al andar, y que el vestido cubre, pero no oculta. El cabello castaño le cae justo por encima de los hombros, sencillo, pero sabe que me encanta cuando lo lleva suelto. Debajo del vestido lleva un bañador que espera exhibir pronto.

Yo, Alex, en cambio, voy mucho más sobrio, simplemente con un polo verte y mi bañador gris. Con mis 175 cm de altura la rebaso por poco. Mis ojos marrones y pelo negro, mis 70k de peso y mi complexión normal hacen que no destaque nada en el lugar. No me importa, las miradas se fijan en ella, como debe ser en este momento. Pero de todas las miradas, ahora mismo sólo hay una que me importa.

Se trata de Sandra, mi ex novia. También está en la fiesta, y no, no es casualidad. Lo dejamos hace algo más de dos años, justo antes de empezar a salir con Cris. La verdad es que casi se podría decir que me robó. Casi. Sandra y yo pasábamos por una mala racha, y en poco tiempo ella tenía un viaje que la haría estar un año fuera. Conocí a Cris en una fiesta de una amiga de Sandra. Ellas se conocían también, pero poco. La atracción fue casi instantánea. Al poco de empezar a hablar quedó claro que éramos compatibles en todo, y la tensión sexual era evidente. Si bien no es que tuviera problemas sexuales con Sandra, sentía que estábamos estancados y necesitaba más, probar más, experimentar más, sentir más. La ruptura fue rápida, y a Sandra no le sentó nada bien al principio. Su enfado era mayor con Cris que conmigo, lo que facilitó que pasado ese año fuera, volviéramos a hablar y la situación se normalizara un poco. Mi relación con Cris iba viento en popa, pero no fue obstáculo para que habláramos de vez en cuando. Y desde hace unos meses, esos de ‘vez en cuando’ se convirtieron en muy a menudo. Y los temas de conversación pasaron del tiempo a nuestra relación, a las experiencias que ella tuvo en este último año, a las mías con Cris, y a las que ambos queríamos, pero aún no habíamos conseguido… Y aquí estamos, en un encuentro casual en una fiesta. O no.

Tras saludar a un par de amigos, llegamos a la zona de piscina. Sandra estaba hablando con un par de amigas, ‘distraída’. Nuestras miradas se cruzaron, y le dije a Cris:

-A: Cris, creo que no adivinarás quien está aquí. –Al decirlo señalo en dirección de Sandra.

-C: Joder, tenía que ser hoy, ¿en serio? Bueno, dices que últimamente está mejor no, que ya no está enfada, ¿no es así?

-A: Sí, sí. Hemos hablado un poco últimamente y, bueno, ya no está resentida al menos. Aunque puede que en el fondo siga pensando que le robaste al novio. –Mi tono de broma intenta relajar la situación.

-C: Puff, que piense lo que quiera.

Se gira hacia mí y me da un beso en la boca. Yo le respondo al beso, y paso mi mano por su cintura.

-A: Como si te sintieras mal por robarme. –Guiño y azote en el culo al acabar el beso.

Ella me devuelve el azote antes de decir:

-C: Que venga a buscarte si quiere.

-A: Pues parece que te ha oído.

Cris se gira y ve como Sandra se acerca. Sus pechos prominentes (que no enormes) destacan apretados sobre su bañador lila. Es algo más baja que Cris, corpulenta, pero con un tipo envidiable. Cris se pega a mí, y noto un tono nervioso por primera vez, cuando dice:

-C: No vendrá a montar un número, ¿no?

-A: Que no tonta, relájate.

-S: Hola Alex, Cris, ¿qué tal? Que alegría veros por aquí.

Al decirlo se acerca a Cris y se saludan con dos besos en la mejilla. A mí se acerca más, me da un abrazo y un beso, y su mano recorre mi espalda. No necesito ver a Cris para sabes que su expresión ha cambiado.

-C: Bueno, vamos a intentar disfrutar un poco de esto: dice señalando la piscina y el ambiente. ¿Y tú? ¿Cómo ha ido todo? ¿Estuviste fuera no?

-S: Si, de viaje por Londres, una pasada. Alex te habrá contado algo supongo, jeje. Y vosotros, ¿qué? Se os ve genial.

Le suelta una sonrisa a Cris, a la que contesta con otra, menos sincera. Ella se abraza a mí.

-C: Pues sí, no puedo quejarme, jeje. Venga, vamos a tomar algo Alex.

-A: Claro cari. Venga Sandra, luego nos vemos.

-S: Ciao guapos.

Nos alejamos, y Cris se asegura de mover su culo como sabe que me encanta. Después de un par de copas entre charlas con unos amigos, Cris se decide a bailar. Me cuesta seguirle el ritmo al principio, siempre se le ha dado mejor que a mí, sobre todo cuando se siente el alma de la fiesta. Ambos llevamos sólo el bañador, y sabe que cuando baila así de pegada a mi es mi criptonita. Me tiene cachondo, y eso la pone cachonda a ella. Cuando llega una canción algo más suave, se pega, y puedo decirle al oído.

-A: Sabes que me tienes cachondo, ¿verdad?

-C: Lo sé.

-A: Sabes que la mitad de los presentes también, ¿verdad?

-C: Lo sé, ¿y?

-A: Nada, sabes que me gusta más. Pero sólo llevo un bañador y cuando te separes será muy evidente.

Ella sutilmente busca el bulto que apenas esconde mi bañador. Se regodea, y en ese momento se da cuenta de que Sandra nos está mirando. Su mirada se tuerce un poco, pero enseguida se recompone. Me besa, y tira de mi rápido hacia la piscina. Ambos caemos al agua, riendo, y cuando salimos se tira encima de mí, besándome, abrazándome y restregando todo su cuerpo contra el mío. El espectáculo llama casi todas las miradas, y más nos imitan tirándose a la piscina. Es la reina del lugar, y lo sabe.

Después de un rato de besos y abrazos, veo de reojo que Sandra me hace una señal y se retira discretamente hacia dentro del chalet. Es el momento. Le digo a Cris al oído:

-A: Sabes, tengo la llave de una de las habitaciones. Podemos trasladar la fiesta a un lugar más íntimo… si quieres.

Al decirlo le voy mordiendo la oreja y besando el cuello. Noto lo excitada que está. Sé cuál será su respuesta. Sin decir nada me besa, con el ansia que tiene cuando está muy cachonda. Sin decir palabra sale del agua, y nos dirigimos arriba.

Sandra ya lleva casi 10 minutos. Lo ha preparado todo con cuidado. Una silla justo al lado de la cama, un par de esposas (con las que habitualmente jugamos Cris y yo) preparadas a ambos lados de la silla, los papeles en el cajón, junto con unas braguitas vibradoras a control remoto. Cuando nos oye subir, se mete en el baño y cierra la puerta.

Entramos de golpe, besándonos, y yendo directos a la cama. Tiro a Cris sobre la misma, me subo encima de ella. Mis labios recorren todo su cuerpo, desde la boca hasta el cuello, los pechos, el vientre… Llego a su coño, con una mezcla de agua de piscina y flujos. Me recreo en él, y noto como Cris se empieza retorcer. Por un momento dudo si debo cortarlo, le daríamos a Sandra un buen espectáculo. Pero mi mente vuelve a situarse. Cris gime y dice:

-C: Alex, dime que me quieres, dime que soy la mejor que has tenido.

-A: Eres una diosa para mí, y lo sabes. Eres la mejor chica con la que he estado.

Acto seguido vuelve a retorcerse de placer cuando mi lengua se adentra en su coño una vez más. Sé lo cachonda que está, y que podría hacer que se corriera pronto, pero el plan es otro. La levanto de la cama cogiéndola en brazos y hago que se siente en la silla. La beso para que no me pregunte por qué, y se deja llevar. Aprovecho el momento, y le ato ambas manos a cada una de las esposas que están atadas a la silla. Ella me mira confusa, aunque no es la primera vez que lo hacemos.

-C: Vaya, sí que lo tenías bien preparado. ¿Cuándo has puesto esto aquí?

-S: No ha sido él, he sido yo.

Sandra sale del baño, se pasea por detrás de Cris hasta llegar a mi lado, y se apoya en mi hombro.

-S: Desde luego chica, sí que te gusta sentirte una diosa. Menudo espectáculo habéis dado en la piscina.

-C: ¿Qué coño hace ésta aquí? Alex, ¡suéltame!

-S: Joder tía, relájate, ni que te fuera a hacer daño.

-A: Tranquila Cris, sabes jamás haré nada que no quieras.

-C: Lo que quiero es que me sueltes y que esta zorra se largue, ¡YA!

Haciendo caso omiso a lo último, abro el cajón de la mesita que está lleno de papeles, y los cojo. Suelto el primero sobre las piernas de Cris. Ella lo mira y su sangre se hiela por un segundo. ¿Cómo es posible? No puede ser…

-A: ¿No pensabas contarme que estas cosas te gustaban? La verdad es que me decepciona, con toda la confianza que tenemos y todas las fantasías de las que hemos hablado. ¿Por qué no ésta?

La hoja muestra el inicio de un relato en el que una mujer se vuelve cornuda y sumisa de la amante de su marido, y al final es convertida en la putita sirvienta de ambos.

-C: Alex, eso es sólo algo que leí una vez, no es nada…

La corto, mostrando otro en el que una chica acaba sometida a por su compañera de habitación en la universidad, y es obligada a servir a todos los tíos que se tira. Antes de que pueda contestar, le doy la vuelta al papel en el que hay un tercero. Una mujer madura que acaba sometida por su secretaria, la cual también se convierte en la amante de su marido.

-A: Cris, sé que los has escrito tú. No entiendo por qué me lo ocultas.

-S: Quizás le de vergüenza. Una ‘Diosa’ como ella, rebajada a una sumisita cornuda.

Sandra se acerca a Cris, y la toma de la cara, forzando a que suba la mirada.

-S: ¿O no, PUTA? ¿Me vas a decir que no has soñado más de una vez con tu novio follando con otra?

Cris la miraba con una mezcla de odio, rabia, celos y excitación. Al no haber respuesta, Sandra se gira hacia mí:

-S: Tendremos que averiguarlo, ¿no?

Al decirlo me besa, rodándome con los brazos. Nada de besos de pico. Su lengua tarda poco en recorrer mi boca. Yo reacciono como puedo, sorprendido. Al final la abrazo también, y bajo mis manos a su culo, sobándolo delante de Cris. Dudo, pero al final me dejo llevar. Es a lo que hemos venido.

Cris no podía quitar la mirada de su culo, rodeado de mis manos. Sabe que no es tan bonito como el suyo, pero tampoco está nada mal. Vuelve a sentir la excitación que tenía antes… pero diferente. Por una vez se siente como nunca imaginó que se sentiría conmigo. Se siente sobrepasada por la situación. Baja la cabeza un segundo y lee unas líneas del ultimo relato que escribió: `` Laura se quedó en el suelo, de rodillas, vendo como su nueva Ama se lanzaba encima de su marido. La mezcla de sensaciones era rara, pero con sólo rozar su coño sabía que disfrutaría de cada segundo de lo que ocurriera esa noche’’. Sandra la interrumpe de su ensoñación.

-S: ¿Y bien, reina? ¿Vas a admitir de una vez cómo te sientes?

-C: No, por favor. Déjame. Alex por favor, pa…

Sandra la interrumpe con una bofetada. Nada fuerte, pero que retumba en la habitación. La tira del pelo haciendo que la mire a los ojos, y mientras con su otra mano va recorriendo su pierna, subiendo, hasta encontrar lo que buscaba.

-S: ¿Y esto que es, PUTA? Última oportunidad, o me largo. Sin tonterías: ¿cómo te sientes?

Cris apenas se había recuperado del tortazo cuando siente los dos dedos llegando a su coño. Se retuerce y gime. Siente el olor de sus flujos en su cara cuando Sandra acerca los dedos. No puede más.

-C: Me siento… me siento celosa. Me siendo cabreada… y me siento más cachonda que nunca.

Baja la mirada al decirlo, como quien admite una derrota. Sin levantar la cabeza, dice:

-C: Por favor no te vayas.

Sandra saborea su primera victoria. Me mira y ambos sonreímos, sabiendo todo lo que nos espera. Se vuelve hacia Cris, le agarra la cara por las mejillas, y dice:

-S: Abre la boca, ¡ya!

Cris, dubitativa, la va abriendo despacio. Sandra le mete ambos dedos mojados en la boca. Sonríe viendo su cara al lamerlos, y al acabar la besa. Cris no lo espera, se queda sorprendida, y apenas mueve los labios o la lengua. Sandra acaba el beso riéndose, sabe que la tiene en su mano.

-A: La verdad, pocas veces la he visto tan cachonda. Pero me pregunto, si es por ti, o por mí… Podemos averiguarlo.

Le suelto la parte de arriba del bikini a Sandra, dejando ver sus preciosos pechos de 95B. Me pongo detrás de ella y empiezo a acariciarlos, mientras le beso el cuello a Sandra y ella relaja, cerrando los ojos a disfrutar. Mi mirada vuelve a clavarse en Cris.

-A: ¿Qué te parece? Nada mal, ¿no?

Cris niega con la cabeza, sin poder soltar palabra. Le digo a Sandra al oído:

-A: Creo que le gustas.

-S: ¿Si? ¿Alguna vez has tocado o besado a otra chica, putita?

Cris vuelve a negar con la cabeza. Sandra se suelta de mí y se sienta en la silla sobre Cris, dejando sus pechos enfrente de la cara.

-S: Vamos, no seas tímida, bésalos, chúpalos.

Cris, sigue congelada, aunque empieza a reaccionar tímidamente, acercando su boca. Sandra se la empuja de golpe hacia ellos, y los restriega por su cara.

-S: Vamos puta, disfrútalos. No los tendrás para siempre.

Cris se deja llevar, los besa y lame por un segundo. Su orgullo da un retazo por un momento, y le muerde fuerte un pezón. Sandra grita un poco y se separa.

-S: AAaahhh, será puta!

Vuelve una bofetada, y acto seguido retuerce uno de los pezones de Cris.

-S: ¿¿Te gusta jugar puta ?? ¿Es lo quieres?

-C: Aaaaayyy. Lo siento Sandra, lo siento, lo siento mucho.

En el fondo la ha excitado también, pero el dolor acaba siendo mayor. Sandra retuerce más, y dice:

-S: Perdón, ¡Ama! Así me llamarás esta noche.

Cris intenta negarlo, pero el dolor la hace ceder.

-C: ¡Perdón ama!

Yo acerco mi mano, hago que Sandra la suelte, y la vuelvo a acercar a mí.

-A: Vamos, ten un poco de piedad, estará abrumada.

Nos volvemos a besar. Esta vez es más largo, me siento sobre la cama con Sandra encima de mí. Cris nos mira atónita. No acaba de creer todo lo que ha pasado, todo lo que pasa. Ni siquiera es capaz de calmar el ansia que tiene, ya que sus manos están atadas. Como si le leyera la mente, vuelvo a traerla de vuelta cuando ve que le estoy colocando unas braguitas. Me mira confusa, pero enseguida Sandra activa la vibración. Le recorre un escalofrío por todo el cuerpo, seguido de una onda de placer incontenible. Gime, casi grita, antes de contenerse un poco. Sandra y yo nos reímos un poco.

-A: ¿Ves? Te dije que con esto la tendrías en tu mano.

Sandra baja la vibración un poco.

-S: Si, no me lo tienes que jurar. Bien putita, este es el trato. Te portas bien, yo lo subo. Te portas mal, yo lo bajo. ¿Entendido?

Cris vuelve a gemir, cierra los ojos sin parar de sentir las ondas que le vienen de su clítoris vibrando. Sandra se vuelve a disgustar y vuelve a decirle a la cara.

-S: ¿Entendido o no?

Cris apenas puede hablar por la vibración.

-C: Si…  si ama...

Sandra sonríe, muy satisfecha por el control que le da la situación.

-S: Buena chica.

La besa rápido otra vez, y se vuelve a mí.

-S: ¿Por dónde íbamos?

Volvemos a besarnos, yo sentado en la cama y ella sobre mí. Mi polla está tan dura como puede estar, y Sandra lo nota al restregarse. Cris altera mirarnos con cerrar los ojos dejando que la inunde la vibración. Después de un momento Sandra decide pasar a más acción. Se pone de rodillas frente a la cama, me baja el bañador y coge mi polla dura con su mano, comenzando al lamerla. Cris no le quita ojo de encima, está casi a punto. Le hago una señal a Sandra, y baja la vibración al mínimo.

-S: He echado mucho de menos esta polla, y más aun pensando que se la quedaba esta putita. - Mira a Cris con desprecio mientras sigue acariciándome. - ¿Te gustaría chuparla tu puta?

Cris se queda de piedra. Le cuesta encajar cada insulto, pero la onda de placer que le sube la domina. Consigue asentir antes de que Sandra vuelva a hablar.

-S: Bueno, si portas bien quizás te la deje un rato, cuando haya acabado con él.

Yo cojo a Sandra de la cabeza y la hago empezar a chupármela. Su cabeza sube y baja, guiada por mi mano. Mientras no dejo de mirar a Cris a los ojos. Casi sin soltar sonido, digo:

-A: Buena chica.

Al decirlo activo el vibrador al máximo. Cris me ha leído los labios, y cuando la vibración sube, y ve mi cara de placer con la mamada de Sandra, no se puede contener más. El orgasmo la recorre de arriba abajo. Suelta un grito sordo al principio, para luego dejarse llevar y no parar de gemir. No es consciente del tiempo que ha pasado gimiendo, casi dos minutos. La vibración se detiene y vuelve en sí. Tiene la cara de Sandra delante, que sin esperar la besa. Nota algo más esta vez, más caliente y viscoso. Mi semen se mezcla en la boca de ambas. Sandra corta el beso y le lame la cara, dejando restos también en su mejilla. Le dice al oído:

-S: Ahora voy a follarme a tu novio, puta cornuda.

Continuará…