La deuda

Mi novio me entregó a un camello para saldar sus deudas de drogas.

Allí estaba yo con aquel extraño, en una habitación de hotel, los dos estábamos sobre la cama desnudos, él era puro músculo con un gran tatuaje en su brazo izquierdo, lo mire sentado sobre la cama yo estaba fuera de lugar, aunque la luz del cuarto era tenue podíamos vernos con claridad, eso me hacía sentir peor, porque iba a ver con claridad como ese gigantón me iba hacer lo que quisiera y es que esa era la palabra idónea para él, gigante era enorme, aunque no se lo exactamente posiblemente rozada los dos metros de estatura y pesaría más de cien kilos, yo apenas llegaba al metro cincuenta y ocho y pesaba cincuenta y cuatro kilos, aunque si el tamaño de su cuerpo me impresionó aún más el de su polla, estaba flácida y ya era más grande que cualquiera que me hubiera metido.

  • Tu novio te ha dejado aquí para saldar sus deudas conmigo, así que me da igual que llores, patalees o supliques, cuando terminé mi glande habrá estado en todos tus agujeros y todo tu cuerpo olerá a macho. Yo le miré callado, el puso su mano sobre mi nuca y llevó mi cabeza hasta su entrepierna, se acomodó sobre la cama boca arriba, apoyó su espalda en las almohadas y yo quedé entre sus piernas.

  • Vamos. - Puso una de sus manos tras de su nuca, mientras me miraba desde arriba. Agarré con mis manos ese pollón que por nada del mundo quería tener dentro y le di un lametón en la punta, eché la piel hacía atrás asomando el capullo, estaba morcillona y comencé a chupar el glande, me lo metí en la boca y comencé a succionarlo, los chupetones se escuchaban por toda la habitación, mientras agarraba el tronco con mi otra mano le comencé acariciar sus huevos, el rugió y pude sentir como se ponía dura en mi boca, si morcillona ya me costaba cogerla cuando al fin alcanzó su plenitud no había por donde pillarla, la tenía agarrada con mi dos manos y chupando con mi boca, aún así no podía cubrirla había una gran separación entre mis manos y no llegaba a tocarme los dedos cuando la agarraba, con todas las venas marcadas, empecé a meterla y a sacarla de mi boca, pero solo conseguía meter un poco más del glande, así subiendo y bajando por su polla pajeaba con mis dos manos a la misma vez, mientras el gemia de una forma varonil, le miraba desde abajo y veía como su enorme pecho subía y bajaba, yo continúe con mi tarea, lo hacía lo más rápido que podía, toda su picha estaba empapada de mi saliva y sus fluidos, perdí la noción de tiempo, no se cuanto tiempo estuve así, solo recuerdo que la mandíbula me dolía cuando el empezó a gemir de forma más sonora, note como su cuerpo se convulsionaba, fui a sacarla de mi boca, pero él me agarró de la cabeza y se giró sobre la cama quedando yo debajo, notaba toda la presión de su cuerpo, su polla en mi gaznate axfiandome, él la metía más y más pero yo sentía que me rompería la garganta, cuando comenzó a correrse dentro de mi boca gimiendo de placer, por mi parte tragué y tragué cuanto pude, pero mucho semen se salía por la comisuras de mis labios y me dieron ganas de toser, no pude el la metía más y más, cuando terminó de correrse la sacó y empecé a toser, mientras tenía arcadas, después de eso me recompuse.

  • Estamos en paz. - Dije limpiandome la boca, él comenzó a reír sonoramente.

  • En paz dice. - Volvió a reír. - Aún no hemos acabado, no ha hecho más que empezar. - Dijo malicioso.

  • Pero te has corrido. - Le dije, el se agarró de los huevos y vi su rabo durisimo lleno de semen y mi saliva.

  • Cuando se baje podrás irte ¿Queda claro? - Preguntó, yo por mi parte asentí apenado.

  • No pongas esa cara ahora viene lo mejor para ti. - Dijo maliciosamente, yo le miré enfadado, sonrió mirándome y me agarró de la cintura, me arrastró por la cama hasta quedar, él de pie al lado de la cama, con mi culo en su cara y yo boca abajo con la cabeza apoyada sobre la cama. Metió su nariz entre mis nalgas y aspiró profundamente.

  • Me encantan los coños depilados. - Dijo y volvió a olerme el ojete profundamente, acto seguido en esa postura comencé a sentí su lengua pasar por la entrada de mi agujero, no tarde en sentir su lengua metiéndose en mi agujero, nunca sentí una lengua tan larga, metió y sacó su lengua varias veces, cuando la metía la movía rápido, en contra de mi voluntad me estaba poniendo cachondo, intentaba no gemir, pero se me puso dura y su comida de culo era tan placentera que era imposible no gemir, después de estar un rato conteniendome mientras él me comía el culo con ansia, dejó un momento de lamer mi agujero y me mordió una nalga.

  • ¡Aaaah! - No pude contenerme más.

  • Esto sólo acaba de empezar putita. - Dijo y me soltó sobre la cama, le miré, estaba empapado en sudor y su respiración era agitada, además de su gran erección, me giró sobre la cama con brusquedad, abrió mis piernas desde atrás y mis nalgas, sentí como sus dientes mordían mi agujero.

  • ¡Aaaaaaaaaaah! - Di un grito en seco, entonces volví a sentir su lengua dentro de mi, después de comerme un rato más el culo, me había convertido en su juguete que se dejaba hacer todo lo que él quería, me giró sobre la cama, no podía parar de mirar su rabo, largo, muy largo, tan ancho como un antebrazo y sus venas que parecían más marcadas aún.

Me agarró de los muslos y me acercó a él, su polla se pegó a mi culo, él intentaba acceder a mi agujero y me giró de nuevo.

  • Ponte a cuatro patas. - Dijo mientras me ponía él a la fuerza, mi culo quedó en pompa y aún más cuando dejé de apoyarme con mis brazos sobre la cama, mi culo quedó completamente a su disposición.

Restregaba su polla contra mi raja, ese roce me ponía más cachondo, aunque seguía sintiendo miedo por aquella enorme barra de carne, sus pelotas rebotaban contra mi culo en cada restregon que metía, entonces sentí como la punta de su picha se pegó contra mi agujero. Apretó contra mi su enorme mástil y atravesó mi culo metiendo su glande.

  • ¡Aaaaaaaaaaaaaah! - Grite, era tan ancha y sólo acababa de comenzar. Él continuó metiendola y cuando llevaba la mitad sentí que me partía en dos, todo mi cuerpo ardía, el dolor era muy grande y sin saber porque cuanto más me dolía más cachondo me ponía, mi culo echaba fuego, su polla me partía y sin embargo estaba tan cachondo que mi polla goteaba sin parar y al fin sus huevos se pegaron a mi cuerpo, mi culo me palpitaba y también notaba su polla así, se quedó quieto agarrándome de la cintura, yo sentía que me iba a morir de dolor y placer, cuando él comenzó a sacarla un poco y la volvía a meter, dejó su peso sobre mi, haciéndome caer sobre la cama, notaba toda su presión sobre mi y sus huevos volvían a estar apretados contra mi culo. Sentía su corazón acelerado en mi espalda y me susurró al oído desde atrás.

  • ¡Uf! ¡Qué culo! - Metió su lengua en mi oreja. La sacó de mi culo y se puso boca arriba sobre la cama.

  • Siéntate aquí. - Dijo, le miré y abrí mis piernas, cogi su polla y la llevé hasta mi culo, fui sentándome poco a poco en su enorme rabo hasta tenerla por completo dentro, no pare de gemir mientras me sentaba sobre ella, estaba entera dentro por increíble que pareciera.

  • ¿No sabes cuanto dinero me debe tu novio? Tu novio me debe mucho dinero. - Me dijo poniendo sus manos tras su cabeza, mientras la tenía clavada en mi ojete. - Demuestrame que merece la pena pagar por ti ese dineral, cabalga sobre tu macho putita. - Comencé a cabalgar sobre él suavemente moviendo la cintura y esos movimientos se intersificaron, subía y bajo por esa barra de carne haciendo rebotar mil nalgas, apoyé mis manos sobre su abdomen y aumente más el ritmo, se escuchaba el ruido de los fluidos con claridad, su polla entraba y salía fácilmente de mi interior, yo podía ver como la barra de carne aparecía y desaparecía dentro de mi.

  • ¡Diooooooos! ¡Puta, puta! ¡Cómo te gusta los rabos pedazo de guarra! - Dijo mientras clavaba sus dedos en mi cintura y él también comenzó a bombear, cuando yo me sentaba él empujaba y la penetración era tan profunda que sin darme ni cuenta, comencé a correrme sin que me tocará y dios que corrida, era la primera vez que me pasa, era tan placentero, gemi como una puta, así me sentía como su putita, estaba follandome a cambio de algo y no pensé que podía llegar a ponerme tan cachondo, cuando terminé de correrme, vi como había llenado su abdomen de semen, yo no paraba de botar sobre su rabazo, mientras el manchó sus dedos con mi semen y se lo llevó a la boca, me enseñó la lengua llena de mi semen y la introduzco en su boca, cuando vi aquello aún comencé a bombear más rápido estaba tan cachondo. El sonrió pícaro y se levantó sacándola de mi interior.

  • No me la saques. - Suplique como una zorra, volvió a sonreír maliciosamente y me puso a cuatro patas, comenzó a follarme, estuvo así un rato hasta que me empujó sobre la cama yo quedé boca arriba abierto de piernas, me inclinó un poco y me la clavó, siguió clavandomela rápidamente, notaba su cuerpo mojado sobre mi, mis piernas estaban muy abiertas y mi culo recibía ese enorme rabo, que no se saciaba.

Mis gemidos se oían por toda la habitación, él continuaba montandome, cada vez que notaba sus pelotas rebotar me ponía más cachondo, entonces nos morreamos, estuvimos metiéndonos lengua hasta la garganta sin parar de follar, le arañe la espalda y él entre morreo y morreo me mordía la boca, me agarraba la lengua entre sus dientes, la penetración se volvió más rápida, creía que no aguantaría más, pero él seguía sobre mi con su enorme rabo, note como palpitaba y todo su cuerpo aun se puso más duro.

  • Voy a preñarte. - Dijo entre gemidos.

  • Si, si lo quiero todo dentro, mi boca ya a probado tu leche, ahora le toca a mi culo. - Dije entre gemidos.

  • Estoy apunto putita. - Me susurró al oído entre gemidos.

  • Si, si preñame mi macho. - No podía parar de gemir.

Empezó a soltar gemidos y note como su semen caliente inundaba mis entrañas, varios chorros de semen espeso inundaron mi ojete, el cayó exahusto sobre mi, yo le rodee con mis piernas sin llegar abarcarle del todo, su anchura no me lo permitía y dejó su polla dentro hasta que salió por si sola.

Cuando baje mi novio estaba esperando en la cafetería del hotel, me acerque a su mesa y le dije ; Ya estáis en paz y nos fuimos del hotel, no hable nada más con mi novio, pero esa noche le busqué follamos un par de veces, le pedí que no hablará, cerraba mis ojos y pensaba en el otro, pero su polla que ahora veía pequeña no me saciaba, mientras mi novio dormía me pajee y me metí los dedos pero mi calentura no se apagaba y después de ver las marcas que me dejó por el cuerpo mi excitación aumentó más, sus dedos estaban marcados en mi cadera y mis nalgas tenían moratones, solo deseaba que volvería a deberle dinero para que ese cabrón volviera a convertirme en su puta.