La despedida erótica
Una chica buenisima acaba en la cama con tres compañeros de trabajo.
La empresa cerraba, así que los empresarios organizaron una reunión de despedida para el equipo de trabajo. La fiesta seria en la misma oficina, después de medio día, para que todos pudiéramos convivir. Para la ocasión, yo vestía una minifalda muy ajustadita color rosa casi transparente. Para hacer juego con ella, me puse una tanguita gruesesita que me llagaba justo debajo de la cadera y me las nalgas. Como hacia mucho calor decidí no ponerme brasier para estar lo mas cómoda posible, me puse una camisa blanca tan ajustada que se pegaba a mis tetas, dejando ver la silueta de mis pezones. Cuando llegue a reunión ya estaban ahí casi todos, me dí cuenta que atraje muchas miradas. Me senté en la mesa, a mi lado se sentaron Juan y Renato, en frente de mi se sentó Samuel. Juan estaba muy atento conmigo, viendo que se me ofreciera. Renato estaba muy cariñoso y halagador, a cada rato me recordaba que me veía muy bien. Samuel, que usualmente no habla mucho, esta muy simpático e interesado en mi.
Estabamos todos muy divertidos, los empresarios habían preparado un numerito musical, y se veían muy chistosos porque también estaban pasados de copas. Al terminar el numerito musical sirvieron la comida, en cuanto me levante al tocador los tres chicos se levantaron a moverme la silla, pero Juan fue el único que alcanzo quedando detras de mi. Me di cuenta que estaba observando mi trasero, así que decidí pegar mi trasero a su paquete muy discreta y sutilmente, el me puso su mano en el trasero, justo donde la tanga divide mis nalgas.
Cuando regrese del tocador note que algunos compañeros ya se habían retirado, pero Juan, Renato y Samuel, continuaban sentados a mi alrededor. Todos estabamos brindando y dando un mensaje personal sobre nuestra experiencia. Al terminar la cena, comenzó la música y los tres chicos querían bailar conmigo. Todos estabamos muy contentos y un poco pasados de copas, casi que decidí bailar con los tres. Mientras yo bailaba de frente con uno de ellos los dos bailaban atrás de mi, yo me di cuenta que miraban mis nalgas. Juan tomo la delantera y me dio un repegon, me tomo de la cadera y siguió bailando así conmigo, Yo al principio quise alejarme pero me sujeto muy fuerte, así que accedí a bailar así.
De repente pusieron música quebradita y Renato me jalo y me tomo de la cintura para bailar con el, sentí que su mano iba bajando hacia mi trasero. Samuel no se quiso quedar atrás y me arrebato de Renato, pero en eso termino la música, y no le quedo otra que darme un fuerte abrazo pasándome la mano sutilmente rozando mi trasero. Fuimos a sentarnos porque la música para bailar había terminado. Ya sentados, Renato que estaba a mi lado, me paso el brazo por la espalda, y lentamente me toco una de mis tetas. Yo inmediatamente me sobresalte y le pregunte calmadamente que pasaba, el me dijo que estuviera tranquila que yo le encantaba, y discretamente le quite la mano de mi pecho. El salón estaba muy frío debido al aire acondicionado. Mis pezones estaban duros y muy parados, eran visibles a través de la camisa, tanto que Juan me pregunto si tenia frío, yo le dije que si hacia mucho frío, así que los tres acordamos salir a la terraza donde el clima estaría mas cálido.
Mientras Renato y Juan encendían un cigarro, Samuel llego ofreciéndome una copa de vino, la cual me sirvió para calentarme un poco. El ambiente estaba muy divertido y prendido, no negare que los cuatro estabamos pasados de copas. Samuel se acerco a mi por detrás y me tomo de la cintura, trato de besarme el cuello, pero yo me aparte, le dije que se tranquilizara, y se separo de mi ofreciéndome disculpas. Después de un rato regresamos al salón, ya solo quedaban unos cuantos miembros del equipo , nos dimos cuenta de que ya eran las 7 de la noche y la fiesta llegaba a su fin. Nosotros no queríamos que terminara, así que decidimos seguir la fiesta en casa de uno de nosotros. Acordamos ir a casa de Juan, ya que estaría sola porque su esposa y su hijo estaban fuera de la ciudad.
Nos subimos al carro de Renato y antes de llegar a casa de Juan, pasamos a comprar unas bebidas. El carro era muy chico, y la mitad del asiento trasero estaba ocupada por una computadora, así que yo iba sentada en las piernas de Juan en el asiento trasero. El comenzó a meter su mano entre mis piernas y la otra debajo de mi blusa, justo para tocar mis pezones. Yo no me opuse a que me tocara, me estaba gustando, así que deje que me besara el cuello. Yo podía sentir como trataba de jalarme la tanguita con dos de sus dedos, se topo con mi pubis y noto que estaba depilado, yo podía sentir que estaba muy excitado, su pene se estaba poniendo muy duro.
De pronto se detuvo el carro, Renato y Samuel se bajaron del auto y abrieron la puerta del asiento trasera de la que sacaron la computadora para ponerla en la cajuela. Renato le pidió a Juan que manejara, y el se paso al asiento del conductor. Samuel y Renato se subieron al asiento trasero conmigo, Yo tenia mucho calor, así que Renato abrió un cooler y me lo dio. Samuel tomo mis piernas y las puso sobre las suyas, mientras que Renato hizo que me recostara sobre el. Samuel comenzó a subirme la falda, con sus dos manos acariciaba mis piernas, jugueteando con mi tanga. Pasaba sus manos por debajo de mi cadera apretando mis nalgas. Yo estaba excitándome, cuando Renato comenzó a desabrocharme la blusa, metió sus manos alrededor de mi cuello hasta llegar a mis tetas, yo sentía las yemas de sus dedos haciendo círculos alrededor de mis pezones, podía ver como Juan veía por el espejo retrovisor. Finalmente llegamos a su casa, me abroche la blusa y baje mi falda, entramos a la casa que era pequeña.
La sala era muy amplia y había cuatro sillones situados formando un cuadro, había un pasillo y pude ver que había dos recamaras y un baño al final del pasillo. Fui a la cocina, saque unos vasos del gabinete y hielo del congelador, Juan llego por detrás de mi y me repego su pene, estaba excitado, me dijo al oído que le encantaba mi trasero, yo me di la vuelta quedando de frente a el, su pene rozaba mi pubis, cada vez me estaba excitando mas, pero me seguía teniendo miedo.
Los dos volvimos a la sala, donde Samuel estaba programando música y Renato habría una cerveza. Me deje caer en el sofá para tranquilizarme un poco, y tratar de pensar mas claro. me un poco, y tratar de pensar mas claro. Yo había tomado mucho y estaba excitada, los tres me gustaban, y yo sabia que les gustaba, quería que me siguieran tocando, pero no sabia hasta donde quería que llegaran. Despues de un rato, decidimos jugar cartas o algo así. Yo les propuse jugar a la botella. A mi me toco girarla y perdí, Samuel me reto a quitarme la falda, yo al principio no quería, pero acordamos que si yo me la quitaba, cuando a mi me tocara retar, todos cumplirían mi reto. Accedí y me la quite, quede en tanguita roja, con mi blusa blanca. Después me toco retarlos a ellos y les ordene que se quitaran la camisa, pero no solo se quitaron la camisa, se quitaron toda la ropa quedando solo en calzones.
ME dio un poco de pena pero no le di importancia. Después le toco el turno a Juan de retarme, y me ordeno que me sentara entre sus piernas, que no tuviera miedo. Yo me senté y el comenzó a desabrocharme la blusa hasta que me la quito. Sentía que el estaba erecto. Renato me tomo del brazo y me ayudo a levantarme, la música que Samuel había puesto era para bailar, así que Renato apretó su cuerpo con el mío, y me tomo de las nalgas.
Yo ya estaba excitada, y sentía como su manos acariciaban mi espalda, mis caderas y mi trasero, me quito la tanga. Samuel se puso detrás de mi y sentí su pene desnudo entre mis nalgas, mientras Renato se quito los boxers quedando desnudo, se paro frente a mi y tomo mis manos para ponerlas alrededor de su pene, Yo comencé a acariciarlo se sentía suave y muy duro, me daban ganas de chuparlo. Yo podía sentir el pene de Samuel acariciando mi vagina por fuera, lo movía de atrás hasta delante, yo estaba mojando su pene, pude saberlo porque su pene se resbalaba muy fácilmente desde mis nalgas hasta mi clítoris, era largo y muy oscuro, estaba muy duro.
Renato rozaba su pene en mi pubis. Juan se había cansado de observar, me tomo del brazo e hizo que me recostara en el sofá, puso sus piernas al lado de mi cabeza, y su pene en mi boca, Renato se hincó a mis pies y comenzó a chupar mi vagina, sentía como su lengua rozaba mi clítoris erecto, haciendo figuras con su lengua en mi pubis desnudito, mientras Samuel me chupaba las tetas, mordiéndolas y jugando con ellas.
Renato me dijo que estaba muy mojada, dejo de chuparme, de pronto sentí que me penetraba, mientras yo seguí chupando a Juan, Renato se deslizaba rápido en mi vagina, se sentó en el sofá y puso mis piernas sobre sus hombros mientras su pene seguía en mi vagina. Me tomo de los muslos y me empujaba hacia el, sentí que estaba a punto de eyacular así que salió de mi y comenzó a venirse. Juan saco su pene de mi boca y pude pararme. Juan se sentó sobre el sofá y me puso sobre sus piernas de frente a el.
Su pene estaba en mi vagina, Samuel no quiso quedarse atrás, se hincó en el piso y puso su pene entre mis nalgas, empujaba y no lograba penetrarme, me dolía un poco así que le pedí que se detuviera, puso su lengua entre mis nalgas y comenzó a mojarme, cuando ya estaba lo suficientemente mojada me penetro, al principio me dolió, pero después me gusto. Sentía como sus miembros se deslizaban dentro de mi. Samuel me empujaba hacia el tomándome de la cadera. Juan me besaba y chupaba las tetas mientras me mecía de arriba a abajo.
Yo no pude controlarme y ellos tampoco, gritaba y gemía, Juan me pedía mas y Samuel permanecía callado disfrutándome. Pude controlarme y les dije que ya no podía, ellos me dijeron que tenían que venirse, así que les pedí que lo hiciéramos al mismo tiempo. Los tres estabamos bañados en sudor, y gemíamos y gritábamos, Yo sentía como se venían dentro de mi, hasta que los tres quedamos cansados sobre el sofá. Nos quedamos dormidos. Yo desperté y me di cuenta que iban a dar las 12 de la noche, cuidadosamente me vestí y llame un taxi. Cuando el taxi llego por mi, ellos seguían dormidos, así que no los desperté. El taxi me llevo a recoger mi carro, y de ahí me fui sola a mi casa, sabiendo que probablemente pasaría mucho tiempo para que yo pudiera ver a mis compañeros de trabajo.