La despedida de soltera de mi prima Ana - 8
8. El marido. Turno para que Elena cuente su experiencia lésbica con otras siete chicas y el marido de una de ellas. Comidas de coño, penetraciones con dildos y variedad de corridas femeninas.
La despedida de soltera de mi prima Ana:
- El marido.
Terminado mi relato le tocaba a Elena o a Laura. Les preguntamos si ya podían hablar y Elena dijo que ella sí. Comenzaría su relato mientras pajeaba a Fran y Laura le chupaba la vulva, la cual ofrecía la suya a Antonio, que intentaba desde el asiento del copiloto acertar con su polla en la raja. Enrique al volante seguía meneándosela.
En el coche de Miriam, Emilio metía su cabeza entre las piernas abiertas de la conductora y su lengua lamía el clítoris de esta. Por su parte Caridad a cuatro en el asiento de atrás ofrecía su raja a Esteban que la lamía e introducía un dedo en la misma mientras ella chupaba sin preocupaciones la polla de Héctor.
En nuestro coche Lucas y Martín se pasaron a nuestros asientos y Ana se sentó, de frente a Lucas, encima de su polla, yo por el contrario me senté en la polla de Martín, pero dándole la espalda para poder pajear la de Jorge estirando el brazo. Carlos seguía con su masturbación a una mano.
Comienza Elena con su relato y nos confiesa que, aunque a ella siempre le habían gustado los hombres al terminar el bachillerato tuvo una época en que sintió cierta atracción por las mujeres y curiosidad por los juegos lésbicos. Casi cumplidos los 20 y en uno de sus primeros trabajos conoció a Samanta, que trabajaba en la misma oficina que ella en una empresa de confección de ropa deportiva. Samanta era de su misma edad, latina, mexicana, morena de piel, delgada, esbelta, melena larga y con una sonrisa encantadora. Se atrajeron desde el primer momento y se hicieron buenas compañeras y amigas. Al poco tiempo Elena se percató de los gustos de Samanta, pero la alegría no le duró mucho ya que un buen día le presentó a su novia, Yolanda, de Cuenca, muy guapa también. Un día que se fueron las tres de copas y ya con algunas de más, Elena le confesó a Yolanda su atracción por Samanta, asegurándole que no pretendía interferir en su relación pero que no podía evitar que le gustara. Lo que no se podía esperar Elena fue la respuesta de Yolanda.
-Sí, ella se ha dado cuenta y también se ha dado cuenta de lo que tú me gustas a mí.
En eso que volvió Samanta del baño y Elena no sabía que decir.
-Nos hemos confesado; le soltó Yolanda a Samanta.
Al día siguiente en el trabajo Samanta le confió a Elena un secreto a voces. Elvira, la adjunta al jefe de producción era lesbiana, era una mujer casada, aún joven, andaría por los 26 o 27 y también muy atractiva. En realidad, todo el mundo sabía de su homosexualidad, lo que no se sabía tanto es que ella y una amiga que la visitaba muchas veces en la oficina tenían una especie de clubs de lesbianas. El club, que dirigía principalmente la amiga, montaba actividades artísticas, exposiciones, conferencias, debates y reuniones. Las malas lenguas hablaban también de orgías. Samanta le dijo que ella y Yolanda habían ido a alguna de estas actividades y en la última las habían invitado a una fiesta en la casa de Elvira que se celebraría el siguiente fin de semana.
- ¿Te apuntas?;
-Pssss; fue la respuesta de Elena.
-En la última reunión conocimos a dos chicas que nos gustaron mucho a Yolanda y a mí y que van a ir a la fiesta. La verdad es que estamos excitadas desde entonces, nos queremos, pero también queremos probar nuevas experiencias, desmadrarnos un poco, en fin, ¡ah! y tú nos gustas mucho.
-Sí, voy; respondió rápido Elena.
El viernes en la noche Samanta y Yolanda pasaron a recoger a Elena y se presentaron en la casa de Elvira, un chalé cercano a Aravaca.
Elvira las recibió con una falda muy corta, medias negras y top sin tirantes. Cabello rubio caído sobre la cara y pintados los labios su aspecto mejoraba mucho al que llevaba en la oficina. Elena quedó encandilada. Elvira repartió besos a las tres presionando mucho los labios contra las caras de las chicas. Apareció Amelia, la amiga. Sería de su edad o un poco mayor, más recia, más alta, con piernas largas y esbeltas, busto generoso y trasero rotundo. Lo que tenía de encantador Elvira lo tenía de avasallador Amelia.
-Hola. -Mi amiga Amelia, tu Samanta ya la conoces, bueno esta es Yolanda la novia de Samanta y esta Elena que como te he dicho hace poco que trabaja con nosotros.
Más besos ahora de Amelia también bien remarcados. Así estaban cuando llegaron las dos amigas de mi compañera y su novia, Esther y Claudia.
Como ya se conocían los besos fueron en la boca, primero Elvira y después Amelia fundieron sus labios con las recién llegadas. Después saludaron a las compañeras de Elena y estás tampoco se cortaron, se fueron directo a besarlas en los labios con gran determinación y arrebato, incluso metiendo la lengua. Elvira y Amelia las jaleaban y aplaudían. Samanta presentó a Elena y las dos nuevas la dieron un beso conjunto en los labios a modo de romper el hielo. También se jaleó esta ocurrencia.
Esther y Claudia tendrían como 22, 23 años, una castaña y la otra de pelo negro. Las dos venían con minifaldas bien ajustadas a sus muslos, más rellena Esther, más descocada Claudia, entraban disparadas y con ganas de no perder el tiempo, al parecer.
La anfitriona se dio cuenta.
-Estas vienen desbocadas. Un poco de sosiego que nuestras amigas son nuevas.
-No hay problema, yo también vengo calentita; respondió Elena.
-Pero pongamos un poco de ambiente; intercedió Amelia.
Elvira ofreció licor y unos bocaditos a las chicas y Amelia puso la música. Claudia y Esther agarraron a Elena entre las dos y se pusieron a bailar las tres. Las otras cuatro se sentaron en el tresillo y Elvira les explicó que su marido estaba de viaje y que no volvía hasta el domingo.
-A saber, con quién estará ahora. Pero me da igual yo me contentaré con vosotras, ¿no?
Y como para querer averiguar la respuesta acercó su boca a la de Samanta besándole en los labios y metiendo un poco la lengua. Lo mismo hizo Amelia con Yolanda. Eso fue como darles el pistoletazo de salida a Esther y Claudia que al verlo empezaron a manosear y besar a Elena. Pero en eso sonó el timbre. Era Hortensia.
Hortensia, bueno ¿cómo describir a Hortensia? Alrededor de los 30, fuerte, alta, maciza, con todo de sobra, decidida. Venía con unos pantalones de cuero muy ajustados. Chupa también de cuero. Nos saludó con un -hola chicas-, sin más, y después un –ya sabéis a qué habéis venido ¿no?- Elvira la recriminó: -Hortensia no me asustes a las chicas, y a nosotras nos dijo: -No os preocupéis es un poco bruta. -Parece que hay género nuevo, prosiguió Hortensia y se acercó a las que no conocía, Yolanda y Samantha. Se presentó ella misma. -Soy Hortensia, las miró de arriba a abajo, les pegó un buen abrazo a las dos y concluyó. -Muy bien, muy bien, Elvira te vas superando. –A ti tampoco te conozco le espetó a Elena, nueva mirada integral y fuerte abrazo. –Ya estoy chorreando, acertó a decir. Elvira nuevamente terció, -No la hagáis caso. Por último, se enzarzó con Esther y Claudia alzando a la primera a horcajadas, la cual enrolló sus piernas a la espalda de Hortensia. Después de unos buenos achuchones la bajó y repitió la misma operación con Claudia. Elena huyó de la escena para sentarse con Samantha ya que Elvira había dejado el sitio libre al ir a abrir a Hortensia. Hortensia seguía jugando con Esther y Claudia, ahora al son de la música simulaba que las penetraba por detrás agarrándolas por las caderas y golpeando los culos de las chicas con su vientre. Aprovechó Elena para besar a Samantha en la boca y meterle lengua a lo que rápidamente se unió Yolanda que acercó su boca y su lengua a las de ellas. Hortensia que lo vio empezó a jalear y se abrazó a sus dos compañeras morreándolas y juntando también las tres bocas y las tres lenguas en un prolongado besuqueo y lameteo. Amelia y Elvira que salían de la cocina se guiñaron un ojo entusiasmadas de como empezaba la noche y lo que prometía. Amelia se acercó al grupo de Hortensia y Elvira al de Elena para poner orden porque todavía era pronto para empezar las hostilidades. Amelia se llevó una buena palmada en el culo que le endosó Herminia a la vez que un magreo de tetas.
Después de la cena y de unas copitas empezó el jaleo. Herminia comenzó con un baile sensual contoneándose y desvistiéndose al son de la música. Se quedó en bragas y sostén y reclamó su premio besando una a una a todas las que estaban allí además de algún que otro magreo, a una le tocaba el culo a la otra las tetas, a otra el coño, a Elena le restregó las tetas por la cara. Era el turno de las anfitrionas. Elvira y Amelia bailaban y se restregaban los cuerpos uno contra el otro, se besaban y se tocaban. También se desnudaron una a la otra. Mientras las nuevas en estas fiestas Elena, Samantha y Yolanda y las menos nuevas Esther y Claudia observaban ensimismadas. Herminia se fue a sentar entre Esther y Claudia y aprovechando sus faldas cortas rápidamente les hecho mano al coño. Esther y Claudia sintieron los dedos de Herminia acariciando por encima de las bragas sus rajas.
-Venga las nuevas que hagan algo, clamó Hortensia. Entonces Samantha y Yolanda agarraron de las manos a Elena y la sacaron a la pista por así llamar al centro del salón. Comenzaron a besarla y a tocarla por todas partes, Samantha le quitaba la blusa y Yolanda le bajaba el pantalón ajustado que llevaba, dejando al aire su culo cubierto por unas bragas negras. Alaridos de aprobación al cuerpo de Elena y en eso que Amelia y Elvira se unen al grupo para desvestir a Samantha y Yolanda dejándolas también en ropa interior. Las tres nuevas en sostén y bragas siguen magreándose mientras Herminia les quita las bragas a Esther y Claudia y de rodillas en el suelo junto al sofá comienza a chupar los coños de las dos chicas sentadas en el mismo. Herminia les abre bien el coño e introduce la lengua y lame y chupa los labios, los clítoris y el interior de las dos vaginas. Después les da la vuelta y las pone de rodillas en el sofá con los culos al aire, mete y saca sus dedos en las dos rajas abiertas y las chupa una vez más, mordisquea los cachetes de ambos culos y lame los ojetes de ambos, para a continuación introducir el dedo índice de una mano en el culo de Esther y el de la otra en el de Claudia. Samantha y Yolanda dejan a Elena en pelotas y cada una le lame una teta y le chupa un pezón. Elvira y Amelia en ropa interior se masturban observando el espectáculo de los dos grupos. Yolanda se arrodilla para chupar la concha de Elena que está de pie mientras Samantha la besa en la boca y le da lengua y otra vez le chupa los pezones y le acaricia las tetas, quita a Yolanda de entre las piernas de Elena y ocupa su lugar lamiendo y chupando labios y vulva de Elena, Yolanda sigue de rodillas ahora besando y lamiendo las nalgas de Elena primero y después el ojete. Los besos y lamidos de las dos en concha y culo hacen que Elena se corra y derrame algo de líquido. Elena se sienta y Elvira y Amelia se enzarzan con Samantha y Yolanda, las besan, se abrazan, restriegan sus cuerpos y acarician sus sexos. Elvira y Samantha y Amelia y Yolanda se meten mano mutuamente, de pie las cuatro y cada par con la mano en la vagina de la otra. Ahora las que se arrodillan son Elvira y Amelia para lamer las conchas de Samantha y Yolanda y tocarles el culo con las manos, al rato cambian de presa, Elvira chupa a Yolanda y Amelia a Samantha, hasta que por fin las dos nuevas se corren también derramando gran cantidad de fluido. Herminia sigue chupando y penetrando con sus dedos los coños y los culos de Esther y Claudia de rodillas en el sofá a las cuales se acercan Elvira y Amelia y les ofrecen sus conchas para que las chupen, Esther lame la de Elvira y Claudia la de Amelia. Al rato las cuatro se corren como locas con alaridos y chorreando líquido. Herminia se masturba y va agarrando por la cabeza a cada una de las cuatro mujeres y les restriega su coño por cara y boca hasta que se corre con la última de las cuatro.
Poco duró el descanso. –A ver las nuevas, que no las he catado, gritó Herminia y al momento se levantó y buscó algo en su bolso. Era un pene de plástico con un arnés para agarrárselo a la cadera. También Elvira y Amelia sacan de no se sabe dónde otros de estos artilugios y se los ajustan a la cadera. Efectivamente Herminia busca con la mirada a Elena y la encuentra tumbada en la alfombra del salón abrazada a Samantha y Yolanda, se acerca y las pone de rodillas ante ella. -Ahora chupadme la polla, ordena. Las tres obedecen y lamen el pene por ambos lados, se lo van introduciendo en la boca, una después de otra y lamen también el coño de Herminia. Samantha se coloca detrás de Herminia para besar y morder su rotundo culo, Elena le abre la vulva y la chupa y Yolanda introduce en su boca el pene de plástico hasta hacerlo casi desaparecer.
Elvira y Amelia ponen a cuatro a Esther y Claudia y les meten el consolador por el coño. Empujan y empujan, y cambian de coño de vez en cuando. Amelia coloca a Esther al revés, es decir con el culo al lado de la cabeza de Claudia, para así sacar la polla del coño de Esther y meterla en la boca de Claudia. Elvira hace una maniobra igual y así se divierten. En el otro grupo Herminia ya se está follando a las tres. Ha puesto a cuatro a las nuevas y mete y saca su polla de plástico primero de un coño, después del otro y después del que queda. Atraviesa a Elena que ahora está en el medio y mete sus dedos en los coños de las otras dos chicas a uno y otro lado de Elena.
Elvira se ha tumbado boca arriba en el suelo y Esther se encaja el consolador en su vulva, a la vez que Claudia se sienta sobre la cara de Elvira para que esta le lama la concha. Amelia de pie, coloca su pene entre las bocas de las dos chicas que cabalgan a Elvira. Elena también se ha sentado sobre el pene de Herminia, tumbada en el suelo, mientras Yolanda la besa boca y tetas y Samantha le da su coño a Herminia para que lo saboree. Elena con la polla de goma en su vagina se deja caer y se abraza a Herminia, le chupa las tetas y avanza hasta sus labios ocupados en besar los labios del coño de Samantha, ambas enzarzan sus lenguas y chupan al unísono labios, clítoris y vagina de Samantha. Por su parte Yolanda se entretiene en besarle el culo a Elena y meterle un dedo por el ojete. Al ver esta escena Amelia se acerca al grupo de Herminia para clavar su polla en el culo de Elena, que así rellena sus dos orificios mientras sigue chupando la concha de Samantha. Elvira también se percata y se desembaraza de Claudia y Esther y se acerca a Elena para endosarle el pene de plástico en la boca. Así está Elena penetrada por sus tres agujeros con pollas de plástico, encima de Herminia, la cual chupa la concha de Samantha que sentada sobre ella lame el clítoris de Yolanda que se lo arrimó a la boca. Claudia lame la lengua, manosea las tetas y penetra con los dedos el ojete de Amelia, atareada en dar por culo a Elena, pero que le queda una mano libre para corresponder a Claudia pajeándola, Esther se abraza a Yolanda, le chupa las tetas, se deja pajear por ella y pajea a la vez el coño de Elvira, atareada en penetrar la boca de Elena. Los gemidos son generales y las chicas empiezan a correrse, Elena atravesada por todas partes, se riega la primera. Amelia siente el calor de los dedos en su culo y del roce de su clítoris contra la vulva de Elena y también chorrea. Claudia se corre con la paja de Amelia. Samantha derrama sus fluidos en la boca de Herminia, que con esto y el roce de las embestidas de Elena claudica y vierte gran cantidad de líquido. Yolanda y Esther se van a la vez, una extasiada por la comida de coño y la otra por el manoseo de del suyo. Finalmente, Elvira gime y también salpica abundante líquido con tanta excitación vivida.
En esto que todavía con los coños húmedos, disfrutando de las corridas y desparramadas por el salón, se oye la puerta, se abre y entra alguien. ¡El marido! El marido de Elvira, Jacinto. Alucinado, parado en la puerta, sin cerrarla y sin saber que hacer, observa la escena. 8 mujeres desnudas desparramadas por el salón de su casa. Tres, Amelia, a la que conoce, Elena y Claudia tiradas sobre el sofá, la primera con un enhiesto pene de plástico sobresaliendo de su pubis y las otras dos con las conchas abiertas aparentemente mojadas. Otras dos mujeres Samantha y Yolanda comparten sillón abrazadas con las piernas entrecruzadas, el otro sillón es ocupado por Esther que, al parecer no satisfecha del todo, se está haciendo una paja. En el suelo Herminia, a la que también conoce, boca arriba, despatarrada y con un enorme pene cubriéndole el vientre. Por último, su mujer, en el suelo, sentada sobre los talones y con la columna bien recta, pero con un pene alzándose desde su entrepierna y al cual agarra con la mano como si estuviera masturbándolo.
-Hola Cariño, le saluda Elvira sin ningún embarazo. ¿Pero no venías mañana? ¿Qué ha pasado? Jacinto balbucea. Elvira se levanta y el pene se balancea ante la mirada atónita del marido, se le acerca y le besa en los labios. -Aquí estoy con estas amigas, divirtiéndonos un poco. -A Amelia y Herminia ya las conoces (ellas le saludan con la mano) y las otras son (las va señalando con el dedo mientras ellas levantan la mano en señal de saludo) Elena, Claudia, Samantha, Yolanda y Esther.
Jacinto sigue aturdido sin pronunciar palabra. -Bueno ven, ponte cómodo.
Elvira lo lleva hacia el sofá, Elena le deja su sitio, y le sienta al lado de Amelia, que le besa en la cara. -Hola Jacinto ¿cómo estás? -Atónito, acierta a susurrar. Elvira se sienta en el brazo del sofá al lado de su marido, que mira a ambos lados viendo a las dos mujeres desnudas, con las tetas colgando y con pollas de goma sobresaliendo de sus entrepiernas. -Lo hemos pasado muy bien ¿verdad?, pregunta a sus amigas Elvira que asienten con la cabeza.
Amelia le hace un guiño a Elvira, se levanta del sofá, se quita el arnés, le sirve una copa a Jacinto, hace que se mueva hacia el centro del sofá para dejar sitio a Elvira y se sienta encima de las piernas de Jacinto. -Esta tu mujer es muy puta, menuda fiesta que ha montado. Se ha follado a todas estas, así que ahora para vengarte nos vas a follar a todas ¿verdad chicas? Elvira se muestra muy dispuesta, las chicas dudan y Herminia no parece estar por la labor, pero entre Elvira y Amelia empiezan a desnudar a Jacinto, le quitan la chaqueta, la corbata, le desabrochan la camisa y le besan, en los labios, en el cuello, le mordisquean el lóbulo de la oreja y le dan lengua las dos a la vez. Le quitan la camisa, le bajan los pantalones y Elvira le saca la polla de los calzoncillos. -No te cortes chica, le dice Elvira a Elena, con lo que esta agarra la polla ya medio erguida de Jacinto con la mano y la menea. Amelia le pone las tetas en la cara y se las restriega. Él le besa y le lame los pezones, hasta que la misma Amelia le agarra las manos y se las lleva a las tetas. La polla de Jacinto ya está dura como un palo y su mujer compite con Elena en manosearla y pajearla a la vez que la restriegan por el coño de Amelia que está encima. Elvira sin soltarla se la lleva a la boca, la chupa y se la pasa a Elena para que haga lo mismo, después se la introducen en el coño a Amelia que se agita sobre ella.
Herminia se ha quitado el arnés. Samantha y Claudia se han puesto los dos arneses disponibles y después de chupar los coños de sus novias las han penetrado con las pollas de plástico. Yolanda y Esther medio tumbadas en los sillones del tresillo reciben las embestidas de sus novias. Se intercambian miradas entre ellas y cambian de coño, Samantha folla a Claudia y Esther a Yolanda.
Amelia se despega de la polla de Jacinto y se pone de pie en el sofá de espaldas a él para ofrecerle el culo. Elvira le aprieta la cabeza contra el culo de Amelia, el cual lame y chupa Jacinto con entusiasmo. Amelia se da la vuelta y de pie en el sofá agarra la cabeza de Jacinto y la empotra contra su coño para que se lo coma. Elena aprovecha la ocasión y se monta sobre la polla de Jacinto que no para de chupar la vulva de Amelia.
A todo esto, Herminia se ha montado sobre la polla de plástico de Elvira y las dos se lengüetean mientras una folla a la otra. También las otras chicas se han cambiado los arneses y ahora son Yolanda y Claudia las que se follan a Samantha y Esther.
Elvira se ha quitado el arnés y se lo ha pasado a Elena que se lo pone y espera acontecimientos. Elvira se ensaliva el ojete del culo y se introduce la verga de su marido por detrás, mientras le pide a Elena que se la encaje por delante. Amelia no pierde el tiempo y de pie en el sofá ofrece su coño a la lengua unas veces de Elvira y otras de Jacinto. Yolanda deja su grupo para endilgársela a Elena y Claudia hace lo propio con Yolanda. Herminia agarra a Samantha y Esther, cada una le chupa una teta y le meten un dedo por el coño y otro por el culo. A continuación, hacen una especie de carrusel en el que tumbadas en el suelo las tres chupan un coño y a las tres les chupa el coño otra.
Las chicas se quitan los arneses, tumban en el suelo boca arriba a Jacinto y su mujer incita a las demás a follárselo con lo que se van empotrando en la polla de Jacinto, primero Yolanda, después Claudia, que se han quitado el arnés y más tarde Samantha y Esther. Por último, es ella la que le cabalga, Amelia se le sienta en la cara con la concha en la boca, Samantha y Yolanda se sientan sobre sus manos y se introducen los dedos en la concha y Claudia y Esther hacen lo mismo, pero con los dedos de los pies. Las seis retozan y gozan de Jacinto. Elena que no tiene hueco, se las ingenia para sentarse sobre el pecho de Jacinto, frotarse el coño sobre el mismo y meterle un par de dedos en el culo. Jacinto no puede más y eyacula dentro de la vagina de su mujer, mientras las siete mujeres que tiene encima se corren y derraman sobre él sus fluidos, llenándole la boca de fluido vaginal. Polla, pecho y dedos de pies y manos quedan empapados de lo mismo. Elvira hurga en su coño y saca un montón de semen en su mano que lleva a su boca y da a probar a Elena, que le chupa los dedos bañados en esperma de Jacinto. Herminia por su parte se consuela con los tres consoladores metiéndoselos por coño, culo y boca hasta que consigue correrse como una loca.
Siete mujeres aprisionan a Jacinto con sus cuerpos desnudos encima de él lo que hace que no tarde mucho en que se le ponga otra vez dura. - ¡Ya estás otra vez!, exclama Elvira. Con una mano le agarra la polla y con la otra los huevos que los aprieta con firmeza. Las chicas van retirándose y dejándole sitio a Elvira que se mete la polla de Jacinto en la boca hasta la garganta y después hace lo mismo con los huevos. Amelia acude al rescate y le sustituye en la tarea de chuparle la polla. Elvira pone a su marido a cuatro, le hace una señal a Elena para que le sustituya en la tarea de chupar huevos y ella se dedica a chuparle el ano a su marido, después de varias lamidas le mete un dedo y dos por el culo, mientras Amelia y Elena siguen a los suyo. En eso Elvira agarra un arnés, se lo pone y se la endiña a su marido por el culo. Samantha acude para ponerle el coño en la boca a Jacinto, Claudia se sienta a caballo en la espalda de Jacinto y se frota el coño contra ella. Amelia y Elena dejan su sitio de chupapollas y chupahuevos a Yolanda y Esther y se van a por los arneses con pene de plástico. Pide turno Elena para metérsela por el culo a Jacinto, Elvira le da su pene a Yolanda, Claudia y Samantha se meten los huevos una y la polla la otra en la boca y Esther aprieta su sexo contra la boca del hombre. Amelia es la siguiente en encular a Jacinto y así van dándole por turno todas las chicas, Yolanda, después Claudia y por último Samantha y Esther. Herminia está visto que no quiere saber nada del hombre, pero se consuela con las últimas que se la han metido a Jacinto, pues en el sofá Claudia se tumba boca arriba con su pene de plástico apuntando al techo, Herminia lo dirige a su culo y deja el coño libre para que Samantha se la clave y Elena le restriegue el coño por la cara. Mientras Esther se la sigue endiñando a Jacinto, todavía en cuatro, esta chupa la vulva de su mujer mientras Yolanda tiene sus huevos en la boca y Amelia la polla. Elvira ordena hacerle un bukkake a su marido. Lo sientan con la espalda apoyada en un sillón y Esther ya sin arnés y Yolanda se masturban delante de la cara de Jacinto. En esto aparece con una botellita de agua Elvira y la vacía en las conchas de las dos chicas. Herminia termina de correrse con grandes alaridos con la doble penetración que le estaban haciendo y ya si, las siete restantes se colocan alrededor de Jacinto toqueteándose sus clítoris, manoseándose los labios y perforando sus vaginas con sus dedos. Primero Yolanda y después Esther desparraman su líquido vaginal y el agua que contienen sus vaginas en la cara y boca de Jacinto que aparece como si le hubieran duchado. Amelia también se corre en la boca de Jacinto y le restriega el coño por la cara y se lo abre para que introduzca su lengua en él, lamiéndole las paredes interiores. Claudia, Samantha y Elena ya se han vaciado otra botellita en sus conchas y proceden a masturbarse delante de la cara de Jacinto y derramar agua y fluidos sobre él, Elena es la primera de las tres que se corre, duchando otra vez a Jacinto y restregando también su vulva sobre labios y cara de Jacinto. Casi a la vez Samantha y Claudia vacían sus vaginas, Jacinto recibe en la boca un caudal de jugos vaginales que se desparraman por su cara, las dos restriegan los coños en su cara y se hacen lamer clítoris y labios. Es el turno de Elvira que hace un 69 con su marido, le entrega en la boca sus fluidos y a la vez recibe en la suya el semen de Jacinto. Todas menos Herminia se le acercan para lamerle la lengua y llevarse algo del esperma recién cocinado. Elvira también lame y chupa la boca y lengua de Jacinto para llevarse lo más posible de los jugos femeninos que sobre él han llovido y compartirlos con las chicas que se morrean, lengüetean, y se transfieren los restos de las corridas, hasta tienen para llevarle algo a Herminia, la cual lo agradece. La fiesta acabó ahí y las invitadas no tardaron mucho tiempo en irse, todas extenuadas.
A Elena el enamoramiento de Samantha se le pasó, pero continuaron amigas. Samantha se casó con Yolanda. A Claudia y Esther las vio en otra fiesta de las de Elvira. Herminia se convirtió en actriz porno, pero solo actuaba en escenas lésbicas de dominación. Amelia se trasladó a vivir con Elvira y Jacinto y finalmente los tres se fueron a vivir a otra ciudad, algo después de que Elena cambiara de trabajo.