La despedida de soltera de mi prima Ana - 2

2. La discoteca. Nuevas sensuales experiencias de los protagonistas de esta historia y como se lo montaron en la discoteca hasta que les echaron.

La despedida de soltera de mi prima Ana:

  1. La discoteca.

Después de las presentaciones de rigor, de los besitos y de ¡cuánto tiempo hace! ¡qué estáis haciendo! y todo eso, nos fuimos todos a bailar a una discoteca de moda que les gustaba a los chicos, ya con unas cuantas copas de más. Bueno no se si estaba de moda, pero lo cierto es que era un poco cutre, mucha oscuridad y mucho magreo que se veía a simple vista. El caso es que nos pusimos a bailar y a beber y esto desató la lengua de más de uno, sobre todo de Carlos.

Carlos a una semana de su boda tenía sus dudas y se preguntaba si finalmente daría el si, porque decía que su novia Marta era muy puta, que se calentaba rápidamente y follaba con cualquiera, pero a la vez esto le ponía cachondo a él y le impulsaba a participar en los desatinos que organizaba ella.

Marta estudiaba psicología, morena de pelo, alta, exuberante, bien dotada de delantera y de trasero y muy lanzada para todo, era irresistible para los hombres. Carlos era más bien retraído, pero insistente cuando quería algo, en el último curso de administración de empresas, guapo, la misma estatura que Marta, y con gancho con las mujeres, que me lo digan a mí.

-Delante de mí no se la han metido, pero sí que la he compartido con más de un amigo mío, a saber lo que hará cuando yo no estoy, se preguntaba Carlos (acordaros de lo que paso con Caridad, Miriam, Héctor y Fran en el anterior relato).

Pues había más, Carlos me susurró como una noche estando Jorge (mi ex) con ellos, Marta empezó a besarle y manosearle, y le puso las tetas en la cara, lo que él agradeció chupándole los pezones y agarrando las tetas con fuerza, luego se sentó de frente encima de él, metiéndose la polla hasta el fondo de su vagina. Jorge que estaba viéndolo todo no pudo resistir y se sacó la polla y comenzó a masturbarse. En esto que ella se quita de encima de Carlos y se pone a cuatro patas para que Carlos se la meta por detrás, y le echa una mirada a Jorge que es una invitación a que se la ponga en la boca, lo cual hace Jorge sin perder mucho tiempo. Entre los dos se la follan, Carlos empuja por el coño y Jorge por la boca, hasta que ambos se corren derramando toda la leche en coño y boca dejando a Marta satisfecha.

Y seguía Carlos lamentándose. Resulta que en otra ocasión estando con Marta y Martín y una amiga un poco delicada de éste llamada Susana, comienzan a hablar de si duele que te la metan por el culo, a lo que Susana dice que si, que a ella le han intentado metérsela pero que nunca han podido porque le duele demasiado. Pues mira por donde Marta se calienta con esta conversación y dice que ella quiere probar y le propone a Carlos que la encule allí mismo. Carlos sorprendido, pero deseando también, le da corte hacerlo delante de Martín y Susana. Pero estos dos no quieren perderse el espectáculo y comienzan a desnudar a Marta, Susana la abraza haciendo chocar sus tetas contra las de ella y la besa y la lame la lengua para calentarla. Marta se arrodilla para abrir la bragueta del pantalón de Carlos, que continúa sentado, sacarle la verga y chupársela, mientras Martín le toca las nalgas, le abre el coño y se lo lame. Susana se ensaliva un dedo de la mano y lo lleva al ano de Marta para dilatarlo un poco. Con esto y con la excitación de Marta es suficiente, se levanta y situándose de espaldas a Carlos se sienta sobre su polla, la cual agarra Susana con la mano para dirigirla al agujero de atrás de Marta. Lo siente y aprieta, duele, pero poco a poco va entrando y una vez todo dentro Marta tiene el primer orgasmo, después comienza a moverse y a saltar encima de la polla de Carlos, agarra por la nuca a Martín y le empuja para que le abra los labios de su concha y le chupe el clítoris e introduzca su lengua en su vagina, mientras Carlos la sigue enculando. Susana se coloca también a cuatro patas y acerca sus nalgas a la polla de Martín para que por detrás se la meta en el coño. Así se corren los cuatro, el culo de Marta queda lleno de la leche de Carlos, Martín saborea los jugos de la concha de Marta y el coño de Susana rebosa del semen de Martín.

Yo le recordé la vez que fuimos a la playa las tres parejas: ellos, Ana y Luis y Jorge y yo. A las tres de la mañana bañándonos desnudos y Marta que dentro del mar se pone a chuparle la polla a Carlos, el espectáculo hace que las pollas de Luis y Jorge se levanten y Marta que las ve, primero quiere medirlas, después agarrarlas y por último chuparlas.  Las tres pollas son respetables, alrededor de los 15 centímetros, no podemos quejarnos ninguna. Aunque Ana y yo intentamos apartar a nuestros chicos, Marta se las ingenia para colocarse entre los tres y menear dos pollas con las manos y chupar la otra, se va cambiando la polla que mete en la boca y las que tiene en las manos, prueba las tres y repite otra vez la operación. Nos revela que es una gran chupadora de pollas y que tiene garganta profunda, lo cual nos demuestra introduciéndose las pollas hasta bien dentro de la garganta. Conseguimos rescatar a nuestros chicos y fue Ana la primera que se alzó sobre su novio rodeándole con las piernas la cintura e introduciéndose la polla en su coño, mientras Luis de pie la sujetaba con los brazos alrededor del culo, yo la imité inmediatamente y Marta hizo lo mismo. Las tres empezamos a saltar como locas encima de las pollas de nuestros novios como si se tratará de una carrera que ganaba la primera que hiciera correr a su chico. Ganó Marta, segunda yo y Luis fue el que más aguantó. Me corrí justo al recibir la leche, igual que Ana y que Marta que daba alaridos. Bajamos de nuestras monturas y de nuestros chochos resbalaba la esperma caliente de nuestros chicos. Marta se abría el coño y nos enseñaba como rebosaba de leche, con los dedos agarró una buena dosis y se la metió en la boca, la saboreó, nos la enseñó abriendo bien la boca y se la tragó, para a continuación darle un buen morreo a su novio.

-Qué loca, qué loca, qué puta, qué tía, joder como me pone, gruñía Carlos.

Bueno, en esto se nos acercan el tal Martín y Antonio (acordaros que los dejé haciéndose una paja en el anterior relato). Como si no pasara nada, me empiezan a magrear, mientras Martín me da un buen morreo Antonio me toca el culo, enseguida tengo también las manos de ambos en las tetas sobándomelas. Viene a mi rescate Ana, pero Carlos la para y se abraza a ella, también la morrea y le da la vuelta de tal forma que aprieta su polla contra el culo de Ana y le agarra con las manos por detrás ambos pechos. Antonio que se da cuenta pone sus manos también sobre las tetas de Ana, con lo que ya tiene cuatro manos sobándoselas y entre los dos le bajan los tirantes del sujetador dejando sus tetas al aire. Martín que lo ve, hace lo mismo con los míos y empujando a Antonio para que se quite de en medio me acerca de frente a Ana para que nuestras tetas desnudas se froten, también empujan nuestras nucas para que nos besemos y nos demos lengua. Noto la polla de Martín totalmente erecta pegada a mi culo y Antonio me lleva una mano a su bragueta para que note que la suya también está como un palo.

Me pillaron por sorpresa y me quedé paralizada, dejándoles hacer. Primera vez que me morreo con Ana, primas y amigas, pero nunca nos había dado por el bollerío entre nosotras. Ella también sorprendida, pero le gustó, no hizo ascos.

Estoy excitada, pero estamos en un sitio público, consigo deshacerme de Martín y Antonio y ponerme las tetas en su lugar, igual que Ana, pero ahora vemos como en los sillones Miriam está siendo acosada por Esteban y Enrique, sentada entre ambos, el primero la morrea con la lengua y le mete mano en la entrepierna, el segundo le está chupando una teta y le agarra una mano con la que se está frotando la bragueta.

En otro sillón están Lucas y Emilio y veo la cabeza de Caridad que parece que está arrodillada debajo de la mesa chupando al unísono las pollas de estos dos. Pero debajo de la mesa también veo a Jorge metiendo un dedo en el coño y otro en el culo de Caridad.

Alzo la vista y veo bailando sueltos al resto del grupo Elena, Laura, Fran y Héctor, están jugando y según el ritmo de la música se besuquean, Fran morrea a Elena y Héctor a Laura y después a un nuevo acorde cambian, Fran con Laura y Héctor con Elena y cuando entra el estribillo Laura y Elena se suben la falda y por ahí se agachan Fran y Héctor a chuparles el coño, mientras ellas se dan lengua. A un nuevo acorde los chicos cambian de coño y a otro nuevo los dos se van con Laura uno chupando el coño y el otro el culo, nuevo ritmo pues Laura se da la vuelta para que los chicos chupen un agujero diferente. Y otro acorde y Elena le quita el sitio a Laura quedándose entre los dos chicos para que a ella también le chupen coño y culo y al cambio de ritmo pues lo mismo, vuelta para cambiar a los chicos de agujero que chupar. Terminó la canción y Fran y Héctor salieron de debajo de las faldas de Laura y Elena y se fueron a tirar a los sillones en los que estaban los otros.

Aprovechamos y Ana y yo y los tres chicos con los que estábamos también nos dirigimos allí. Pero al llegar vemos como uno de los porteros está sacando a Caridad y a Jorge de debajo de la mesa y nos está invitando a todos a irnos de la discoteca.

No nos vamos sin armar un poco de bronca, vociferar bastante, poner a caldo al portero y llamarles estrechos, reprimidos, meapilas y algunos otros epítetos insultantes. El griterío se detiene cuando vemos que se acercan otros dos fornidos porteros con cara de pocos amigos. Miriam se retrasa buscando desesperada su sostén, pero Enrique, ya en la puerta, se lo muestra agarrándolo por un tirante y blandiéndolo a modo de trofeo y como si estuviera haciendo hondear una bandera.

Bueno, otra vez en la calle, decidimos irnos a un pub a tomar la última, en la próxima entrega os cuento lo que pasó allí.