La despedida - Capítulo 5 - Amistad
Después de un buen sexo viene el merecido descanso, en medio de esta peculiar conversación pos-sexual, nacen nuevas amistades y una gran sorpresa, que podemos esperar de estos insaciables personajes?
Capítulo 5: Amistad
Juan abrió sus ojos, asustado… << ¿me quedé dormido acaso? >> pensó. O Quizás seguía dormido, le era difícil discernir, sus ojos cansados concebían imágenes algo borrosas. Frotó sus ojos displicente, con lo que parecía sus puños. Algo extraño pues todo él se sentía adormecido. Bostezó sin control <
Estaba cerrando los ojos cuando << ¡Mierda! De donde salió tanta gente >> El podio de autoridades estaba lleno de personas que no había visto hasta ahora. La gente a su lado, parecían diferentes. << ¿A qué hora se vistieron? >>
Ahí estaba Carmina sentada al frente, escribiendo algo en una portátil, parecía una secretaria. Parpadeo varias veces, la imagen cambió.
Carmina ahora está montando a Daniel, mientas con sus manos acariciaba una verga grande la más grande que he visto. Esta imagen es más real, no importaba lo falso que parecía aquel falo. Entonces Carmina tomó algo con su otra mano, lo chupa, debe ser un falo.
La imagen cambia otra vez, es un vaso con agua << ¿y otra vez esta vestida? ¿Cómo lo hizo? Mierda estoy desvariando >> pensó para sus adentros. Cerró nuevamente sus ojos, se concentró. Alguien habla, puede escucharlo
- Amistad, amistad, es lo que nos ha traído hasta aquí
Siento nuevamente esa deliciosa lengua de Mabel, lamiendo mi flácido pene, regresan los gritos de Carmina y todo parece volver a la normalidad. A excepción de esa voz que parece dictar un discurso, no sé quién es, parece una grabación. ¡Dios estoy tan cansado! Sigue hablando de amistad. No importa, me concentraré en lo que estaba haciendo.
Vuelvo a disfrutar la fantástica orgia frente a mis ojos. Sobre la mesa, Carmina recibe a todos los amantes, en cualquier forma que ellos lo soliciten, no importa si son hombres o mujeres, muchos o pocos. Todos desean a Carmina.
El tiempo pasa y algunos minutos después, todos están cansados, todo parece a punto de acabar, los hombres se retiran. Entonces, se acercó Fernanda, se sentó a mi lado, agotada.
- Hola – nos dijo, refiriéndose a todos lo que estábamos en esa fila - ¿Agotados? - preguntó
- Claro que sí, no es para menos – Respondí
- ¿Crees que nuestra amistad, ha mejorado hoy? – preguntó muy segura de lo que decía, a mí me sorprendió escuchar esa palabra “amistad” por todas partes
- Si, si ha mejorado mucho me parece – respondí convencido
- Entonces, tengo que hacerte un reclamo - soltó un poco enojada Fernanda, la aseveración también sorprendió a Mabel, quien dejó de chupar mi verga
- ¿Y cuál es la queja? – pregunté, tratando de hallar una razón
- Me he enterado que eres un excelente amante – sonreí mi autoestima se fue al cielo - me lo ha dicho Patricia, y yo me pregunto ¿Por qué no me has follado aun?
- ¿Qué dices? –respondí algo sonrojado- creo que Patricia exagera y bueno no hemos tenido la oportunidad, pareces muy ocupada
- No creo que exagere –habló otra vez parecía enojada - estuve lamiendo su concha, noté lo dilatada que estaba. Le pregunté quien había causado ese efecto, me respondió que fuiste tu
Yo no sabía que responder, mi pene realmente no soportaría otra cogida. Era alrededor de las 7 de la noche. Quizás nadie se había dado cuenta de la hora, pensé que esto estaría próximo a terminar.
Traté de cambiar el tema de conversación, preguntándole por la hora en que tendríamos que salir de este lugar.
- Pues, la hora exacta no lo sé – me respondió Fernanda
- ¿Lo dices en serió? - Mabel regresó a ver con sus ojos bien abiertos y saltó una carcajada
- ¿Cómo que no lo sabes? –Gritó Mabel increpando a Fernanda – tu organizaste la fiesta
- ¿Saber qué? - Pregunté
– Tenemos toda…-aclaró Mabel- la noche, alquilamos el lugar para el día completo, mañana lo entregamos a medio día. La fiesta de verdad, aún está por empezar. ¿Tú que creías? A eso de las 9 pm, vienen algunos invitados especiales, este solo es el comienzo
– Es cierto – agregó Fernanda – casi lo había olvidado
Eso sí me preocupó << ¿Como que el comienzo? >> dije para mis adentros mi pene no está como para follar más este día.
- Está bien - me dijo Fernanda finalmente, algo resignada - veo que estas exhausto, descansa un poco. Tendrás que dedicarme un momento luego, ahora lo que mejor podemos hacer es beber un poco de alcohol. ¿Qué se les apetece? –preguntó en voz alta- tenemos cervezas heladas, Wiski y no sé qué mas
Fernanda alzó la voz y llamó a todos a un merecido descanso. Los únicos que seguían en la faena eran Carmina y Leo. Ella ahora en cuatro, soportaba el pene de Leo por atrás.
Todos se acercaron a refrescarse, excepto pareja que mencione antes. Todos se ubicaron haciendo un círculo amistoso, hablando de lo ocurrido.
Yo hice lo propio, me ubique junto a Mabel, Ella no quería despegarse de mí. Recostó su cabeza en mi hombro por un momento, de una forma bastante romántica. Cuando Fernanda se dio cuenta, se acercó inmediatamente a nosotros. Entonces Fernanda se acomodó sobre mis piernas, mientras conversaba con uno de los chicos.
Mabel frunció el ceño, molesta, no le gustó nada esa actitud de Fernanda, pero no dijo nada. Yo rodee a Mabel con mi brazo izquierdo, para que no se sienta relegada. Ella me respondió con una sonrisa, pareció gustarle mi actitud y aprovechó para pegarse más a mi cuerpo desnudo.
Empezaba una lucha entre estas dos mujeres y rivales. Una lucha en la que yo era el nuevo juguete y por el cual debían pelear. En parte me sentía alagado, porque estas dos chicas lindas querían algo conmigo.
La conversación se volvió de lo más amena, cuando las chicas cayeron en cuenta, los penes de todos los presentes, no podían más. Empezaron a burlarse y hacer bromas, aduciendo que ellas si, aguantarían toda la noche. La charla era muy curiosa, pues aunque todos estábamos desnudos, ninguno mostraba vergüenza o trataba de ocultarse.
Un dato interesante que salió a flote, es que las mujeres estaban completamente desnudas, en cambio los hombres, conservábamos los zapatos o calcetines puestos. Excepto uno de los chicos, nunca supe su nombre, había perdido uno de sus zapatos, de cerveza en cerveza el ambiente se puso lo más de alegre.
Pasó como una hora, algunas chicas se habían puesto ya sus ropas íntimas. Otras se exhibían de un lugar a otro felices, de mostrarse sin ropa. La vista, era simplemente formidable, lamentaba saber, que quizás mi aparato no reaccionaría más esa noche, parecía muerto. Debes en cuando parecía despertar, pero era muy corta la sensación.
Nadie estaba follando ya, pero se habían formado algunas parejitas. Por ejemplo Carmina y Leo, en un rincón alejados de todos, se besaban frenéticamente. Me alegré por él, su sueño se cumplió. Ahora parecían una pareja común, no dejaban de besarse. Cerca de nosotros estaba Sabina y su novio, el sentado en una silla y ella sentada sobre el rodeando a horcajadas, muy juntos sus sexos, pero no creo parecía haber penetración, ni siquiera una erección.
En el grupo en el que estábamos, el alcohol seguía haciendo su efecto, se incrementaban las risas y chistes. Las mujeres agradecían por las cogidas, otras se quejaban, otras contaban alguna de sus anécdotas. Fernanda pareció caer en cuenta, regresó su mirada hacia mí, muy seria, soltó su reclamó:
- ¿No habrás olvidado lo que te pedí? ¿o sí?
- No, no Fernanda, como crees – respondí algo preocupado, no me gustaba el mal genio de esta chica
En ese momento, tocaron muy fuerte la puerta, nos asustamos un poco. Fernanda se levantó como un resorte de mis piernas, preguntó la hora, eran casi las 9 pm.
- ¡Maldición! - gritó Fernanda - es casi la hora, ya deben estar llegando los invitados, vamos todas tenemos que prepararnos – dijo mirando su cuerpo desnudo