La despedida
Adiós breve pero intenso.
Lamento haberte atado querida, pero por tus jadeos, el pelo revuelto, la sábana sudada, tu sexo totalmente empapado y la forma de estremecerte, entiendo que te has rendido y te ha gustado…
Desde que te nombraron a ti jefa del departamento, tenía ganas de demostrarte mis verdaderas habilidades, además de las que me hacían idóneo para ese puesto. Lástima que no quisieras comprobarlo antes y que te haya costado colaborar, por eso los azotes y las cuerdas.
Pero eso ya no importa, mañana me voy, aunque todavía nos queda toda una noche por delante…Y como has visto, tengo una mesa llena de juguetes… todos para ti.