La desconocida

Lo que suele pasar cuando vas a ver el futbol a un bar de una gran cuidad. El calor, el desenfreno y las escapdas a los urinarios para evacuar la bebida.

La desconocida

Todo sucedió una tarde de domingo como todo el mundo sabrá hay partidos de fútbol que dan por el canal de pago. Y yo como soy hincha del fútbol me fui a ver a mi equipo al bar. Siempre nos solemos juntar unos cuantos amigos para ver el partido en un bar que esta cerca de nuestras casas. Y, como siempre, solemos ir un poco antes para sentarnos en una mesa y así poderlo ver con tranquilidad. Aquella tarde en cuestión fue como todas las demás, tranquilas y sosegadas. La primera parte paso sin pena ni gloria ya que los dos equipos en cuestión se dedicaron mas a destruir que a jugar al fútbol. Todo era muy soso, hasta que apareció una morenaza de infarto con su novio y una amiga. En ese momento el partido era muy aburrido y todos nosotros solo fuimos capaces de centrarnos en aquellas diosas. Les mentiría si no dijera que son preciosas pero tampoco iban tan resultona como para destacar. Una iba vestida en chándal y la otra en vaqueros. La del chándal te quitaba el hipo al ser un chándal de hilo en color gris y muy ajustado. Marcando todas las lindezas de su trasero. Mientras que la amiga no marcaba nada. Los tres cogieron sus consumiciones de la barra y se sentaron en una mesa que había nada mas pasar un recodo. Nada mas sentarse esas dos preciosidades nosotros volvimos a centrarnos en nuestra pasión inicial que era la de ver el fútbol. El resto de la primera parte como les dije anteriormente discurrió sin pena ni gloria y al llegar el descanso seguimos bebiendo hasta que me levante para ir a mear. El bar que yo frecuento tiene los lavabos en el sótano del local y tienes que bajar dos tramos de escaleras para llegar a ellos. Al llegar abajo como pasa siempre el de caballeros esta a la derecha y el de las mujeres a la izquierda. Pero, tiene un inconveniente que el dueño del bar es tan descuidado que no a puesto los carteles para distinguirlos. Y, si por casualidad los a puesto alguna vez se le han caído. Como ya me había confundido un par de veces ya sabía cual era el mío y entre y me puse a mear. Estaba tan absorto meando cuando alguien abrió la puerta y la cerro de improviso pidiendo perdón. Ni me moleste en mirar porque sabía de antemano que era muy fácil confundirse y que no pasaba nada. Así que seguí a lo mío y termine. Y cual fue mi sorpresa que al salir estaba la morena parada en la puerta de enfrente. Me extraño sobre manera que estuviera allí parada porque casí nunca están los servicios ocupados. Cuando iba a subir las escaleras ella me dijo.

-Siento mucho haberte molestado antes.

Me volví, la mire extrañado y la conteste con amabilidad. –Eras tú la que has abierto la puerta. No importa son cosas que pasan y no te preocupes que a todos nos ha pasado alguna vez.

-Seguro que si, pero no creo que hayas visto lo que he visto yo

Me acerque a ella con una gran incertidumbre. Aunque sabía positivamente que era imposible que me la hubiera visto. Al no tenerla más grande de lo normal, así que la conteste. –Espero no haberte traumatizado y deseo que hayas disfrutado la vista.

Con cara de niña buena que en su vida hubiera roto un plato y con una voz suave y adorable me dijo mientras abría la puerta del baño de señoras. –Me ha encantado pero me gustaría volverla a ver.

-Lo que digáis mi bella dama.

Se giró con lentitud para que pudiera apreciar mejor su bello culo y como oscilaba al compás de sus caderas. Fue maravilloso el solo verla caminar que me dejo babeando y mi única reacción mientras entraba tras de ella fue la de darle un suave golpe en el culo. Su reacción fue instantánea, se dio la vuelta rodeándome con sus brazos por el cuello y cerrando la puerta con nuestros cuerpo mientras me decía.

-Eres un chico malo y desaprensivo. No te han dicho nunca que a una señorita no se le toca el culo y, mucho menos, cuando le vas a enseñar tu pajarito.

La estuve mirando en todo momento sin parpadear a los ojos parduscos que desprendían un brillo especial. No pude reprimir la ganas de besarla y no pare hasta que nuestros labios se juntaron. Al principio ella rehusó mi beso haciendo un ademán de separarse de mí. Pero, en el momento que se iba a separar de mi cuerpo. Se lanzo sobre mí besándome como una loca, intercambiando nuestras salivas y entrelazando nuestras lenguas. Hasta ese entonces mis manos habían estado quietas. Hasta que como si fueran autómatas descendieron por la espalda y se aferraran a sus glúteos. No sé cuanto tiempo duro el beso pero fue el tiempo necesario como para que mis manos exploraran todos los ángulos de su culo. Mi miembro ya no cogía en los pantalones creyendo que los iba a estallar por el intensivo contacto que había tenido con su pelvis. Todo iba bien hasta que se separo de mí, me acaricio la polla encima de los pantalones y me dijo.

-Esto va mejor de lo que me había imaginado. Ven conmigo y disfrutaras como nunca antes los has hecho.

Me cogió de la mano y me metió dentro de uno de los escusados cerrando la puerta con el pestillo. Se sentó en la taza, me bajo los pantalones y comenzó a lamerme y a tocarme la polla por encima de los bóxer mientras me decía.

-Te gusta que te la acaricie, cabrón. No creía que se te ponía tan dura. Con lo pequeña que era cuando la vi en el otro servicio.

Me quito los bóxer y mi polla salto como un resorte quedándose más tiesa que el palo de una vela. Ella se quedo hipnotizada al verla sin saber que hacer. Acerque mi capullo hasta sus labios y la dije.

-¿Qué pasa zorra? Ahora no estas dispuesta a chupármela o te la voy a tener que meter por la fuerza.

Se quedo pensativa hasta que alzo la vista y un soberbio lengüetaza rozo mi capullo. Esto me excito de tal manera que mi polla se puso aun más tiesa y sin mediar palabra empezó a escupir sobre la polla y a restregarme los salivazos mientras me pajeaba. Era delicioso el notar la fricción de sus manos con mi miembro y como embadurnaba con sus manos mis huevos. Hasta que paro mientras me decía.

-Te encanta, so cerdo. Que te la machaque en el servicio mientras mi novio esta hay arriba.

-Sí. –contesté en voz baja y entre cortada

-¿Quieres que te la chupe?

-Sí. –dije en el mismo tono de voz

-Contesta, mas alto que no te oigo. –Me dijo mientras me apretaba los huevos.

-Sí, me encantaría. –Dije a gritos.

-Así me gusta. Eres un buen chico.

No solo se dedico a chuparme la polla como se hace convencionalmente. Con un ligero mete saca mezclando la estimulación manual. Si no que lo hizo como una verdadera leona, con fuerza y como si le fuera la vida en ello. Empezó por el glande dándole unos suaves lengüetazos para lubricarlo bien, siguió introduciéndose lo en la boca, sujetando con la lengua para liberarlo y succionarlo. Después se fue introduciendo el pene poco a poco hasta que se lo metió por completo. Nada mas tenerla metida me fui para atrás pero ella solo me permitió retroceder un paso y me retuvo sujetándome con sus manos en mis glúteos. Estaba alucinando por ser la primera vez que mi polla entraba tan dentro de la boca de una mujer. Esta tan excitado que ni me di cuenta cuando su cabeza empezó a bombear sobre mi polla. Fue algo enloquecedor el verla como engullía y soltaba unos centímetros de mi pene. No sé cuantas embestidas me dio solo puedo asegurar que no vi mi glande. Solo notaba como su saliva resbalaba por entre mis huevos. Solo descendió el calor del retrete cuando por fin libero mi pene. En ese momento creía que íbamos a cambiar de papeles. Pero, en lugar de eso ella volvió a reanudar hostilidadades centrándose en mis huevos. Primero los acaricio con sus manos. Pero poco a poco los fue besando, lamiendo, chupando hasta que los succiono por completo. Me acomodo de tal manera dentro del retrete que ella estaba de rodillas trabajándose mis huevos mientras que yo tenía uno de mis pies reposados contra el retrete. Estaba tan excitado que mi polla iba a estallar. Todo cambio cuando tímidamente fue deslizando sus caricias mas allá de mis huevos. Hasta que por casualidad su lengua entro en contacto con mi ano. Al principio mi erección se vino abajo y me iba a incorporar. Cuando introdujo su boca entre mis glúteos estimulando de tal manera mi ano que mi erección no fue a peor si no que fue la mejor que he tenido en tiempos. Me excito de tal manera que casi me corro del gusto.

-Eres un viciosillo. Aunque aun no me has demostrado nada.

Sin darle mas cuartelillo la quite los pantalones y el tanga. Dejando al descubierto su conejo depilado. Tenía un tacto muy suave y delicado lo estimule manualmente mientras me senté en la taza del water y así podía acceder a su conejo con mayor facilidad. Acerque su cuerpo hasta que mi boca se introdujo entre sus labios y así mi lengua pudiera recorrer con toda impunidad su conejo. Ella estallo al penetrarla el coño con los dedos fue tal el descontrol que tuve que parar de penetrarla con los dedos y taparla la boca para que no se enterara todo el bar que me la estaba beneficiando. Cuando se calmo, se desnudo por completo y nada mas volverme asentar en la taza del water. Se introdujo mi polla en su coño y besándome en los labios me dijo.

-Te voy a follar como nadie te lo ha hecho antes y solo vas a salir para que te corras en mi boca.

Sin acabar de decirme esto comenzó a mover sus caderas sin sacarse ni un centímetro de mi polla del coño. La oscilo para delante y para atrás y haciendo movimientos circulares dándome mas placer del que creía que iba a recibir. Lo único que fui capaz de hacer en ese momento fue él aferrarme a sus caderas y dejarme llevar. Todo se volvió más frenético cuando cambio de ritmo y cabalgo sobre mi pene. La mujer se transforma en una bella amazona con el pelo al viento que me había poseído hasta la locura. Cuando llegue al techo de la cordura sexual tome el control de la situación. Me levante llevándomela a horcajadas, la apoye contra la pared y la poseí con toda demencia. Cuando paraba su cara volvía a la normalidad e incluso me reprochaba el haber parado y se volvía a desencajar y al asimilar mis embestidas con leves suspiros. La mantuve contra la pared hasta que note los primeros indicios que me iba a correr, la desmonte y con rapidez felina, se agacho y se la introdujo en la boca. Nada mas notar que estaba en su interior comencé a bombear con rapidez hasta que el semen sin previo aviso inundo toda su boca. Al principio empezó a salir a través de la comisura de los labios pero luego, se la tuvo que sacar de la boca al empezar a atragantarse con el semen. Tosió, escupió e incluso le dieron arcadas de devolver pero no echo nada en la taza del water. Al levantarse nos abrazamos y nos besamos mientras nos vestíamos. Abrimos la puerta del water y comprobó que no había nadie en el lavabo. Se lavó la cara, se enjuago la boca y se peino mientras yo la observaba. Al levantar la vista se me quedo mirando y me dijo mientras me agarraba la mano.

-Gracias.

-Gracias a mí, ¿por qué? Si en todo caso el agradecido debería de ser yo.

La mujer se acerca a mí, me abrazo y besándome con lascivia me dijo.

-Eres la primera persona que desde hace mucho tiempo me hace sentirme como una mujer deseada y, encima, has sacado a la zorra que llevo en mi interior.

Me dejo sin palabras y sin saber como reaccionar. Lo único que hice fue volverla a abrazar, besarla y recorrer su cuerpo con mis manos para recordarlo con mayor facilidad. Después de esto, abrió la puerta y se marcho. Espere unos momentos a salir y cuando abrí la puerta casi me muero del susto al ver que su amiga iba a entrar al servicio. Se me quedo mirando con cara de poco amigos y yo la dije.

-Disculpe, señorita. No sé da cuenta de que se esta confundiendo de servicio que este es el de caballeros.

Su amiga me miró aun mas enfadada y me dijo. –El que está confundido es usted o no ve que esta en el de señoras.

-Disculpe, señorita. No era mi intención molestarla. Pero, no sé que me pasa últimamente que no se donde me meto.

Salí disparado hacia el bar para poder seguir viendo el partido de fútbol. Pero, no había subido ni tres escalones cuando su amiga me llama.

-Disculpe caballero. Se le acaba de caer este papel de la mano.

Me volví extrañado y sabiendo a ciencia cierta que no llevaba ningún papel en la mano cuando salía del servicio. Me di la vuelta y le iba a decir que no era mío cuando vi que en su cara se dibujaba una muy bella sonrisa. Baje los escalones y con caballerosidad la conteste.

-Muchísimas gracias, mi bella señorita.

-No hay de que, mi hospitalario caballero.

La cogí el papel de la mano mientras ella me agarraba el paquete y lo acariciaba a su gusto mientras yo veía el contenido del papel. Era su nombre y su móvil para que esta noche la mandase un mensaje. La guiñe un ojo, la retire la mano de mi paquete y besándola la mano me despedí.

-Ya nos veremos mi bella dama.

-Eso espero mi hospitalario caballero.

Subí del baño y mis amigos me increparon que había tardado mucho y se rieron diciéndome que parecía como si me hubiera tragado la taza del water. Por suerte, solo me había perdido diez minutos de segunda parte. Allí estuve viendo el fútbol y viendo como se marcho diez minutos después de que yo me sentara. Se fueron ella, la amiga y su novio. El fútbol desde ese momento se me hizo pesado por que esta contando lo minutos para mandarle el mensaje. Al concluir el partido salir pitando hacia mi casa y sin darme mayor dilación la mande un mensaje en respuesta.

Su respuesta no tardo nada en llegar. Me emplazaba para vernos mañana por la tarde sobre las seis de la tarde. La noche, la mañana e incluso el comienzo de la tarde se me hizo enorme hasta que llegaron las seis de la tarde y por las tremendas ganas que tenía por verla. Llegue unos minutos antes de lo que habíamos quedado. Tome asiento en una de las mesas y espere su llegada. Sobre las seis de la tarde, llegó su amiga. Más espectacular aun más si cabe. Venía con una mini falda vaquera que casi era un cinturón y una camiseta de tirantes con la que quitaba el sentido, me dio dos besos y se sentó conmigo a tomar algo.

-¿Y tu amiga?

-Nos espera en su casa.

-¿Y eso?

-Por que la conoce mucha gente y le pueden llegar ciertas habladurías a su novio.

-¿Y de ti no podrían hablar?

-Claro que pueden hablar. Aunque a mi, me da lo mismo porque no tengo que rendir cuentas a nadie. ¿Y tú?

-A nadie.

-Eso esta bien. Te espero en mi coche. –me dijo mientras se levantaba y salía del bar.

La observe todo el camino hasta que salio del bar y me quede aun más prendado aun si cabe que la noche anterior. Sus piernas eran maravillosas y el ver como se contoneaba andando. No solo me hipnotizo a mí si no que todo el bar la observo. Pague y salí lanzado tras de ella. Al salir busque el coche pero no la vi. en ninguno. Hasta que un deportivo de dos plazas se estaciono delante de la puerta del bar, me pito y vi que la que conducía era ella. Me introduje en el interior del vehiculo, apoye una de mis manos sobre su rodilla y la dije con cordialidad.

-Tengo que reconocer una cosa que tienes muy buen gusto en lo que se refiere a los coches.

-Gracias. Aunque tengo otros gustos iguales o mejores que el de los coches. Como el saber vestir y el saber elegir a los tíos con los que me acuesto. –me contesto riéndose y mirándome a los ojos.

Sin mas dilación la bese y sin darme importancia a lo que había sucedido dije.

-Cuando quieras nos marchamos.