La desaparición de la especie humana

Cuidado, en cualquier momento puede pasar.

¡Que gran invento! la silla de ruedas automática, solo pulsar unos botones y ahorras el esfuerzo inútil de mover las piernas.

A medida que voy pasando, las luces se me encienden automáticamente, la temperatura se adapta a mí, ¡que gran invento lo de las casas inteligentes!

Meto un envase en el microondas y puf, en un minuto está la comida hecha ¡bendita comida precocinada!, ahora a ver a mis amigos a través de Internet.

¿Qué ha pasado? La luz se ha ido, bah, seguro que son solo un par de horas.

Diez minutos después.

¡QUE ALGUIEN HAGA ALGO! ¡No puedo chatear! ¡No se me cargan los móviles! Y encima hace un frio que pela y, y, ¡no puedo tomarme mi quinto desayuno! ¡El microondas no funciona! He intentado freír un huevo pero... ¡no me acuerdo de cómo se hacia! ¿Qué tenia que hacer? ¿Cascar la sartén sobre el huevo? ¿Echarme la sal sobre mí? ¡Que alguien haga algo!

Dos días después

Las baterías de mi silla móvil se han agotado, estoy inmóvil, intento levantarme pero tengo demasiado peso y mis piernas están débiles por la falta de uso, tengo agua, pero estoy muriéndome de hambre ¿cuándo volverá la luz?

Siete días después

Hambre, hambre, en las primeras horas pensaba que me Moria de hambre, ahora... si salgo de esta prometo no reírme de los africanos que salen desnutridos en la tele, ¡un momento! ¡Que veo! ¡Una manzana! Esta algo pocha y tiene gusanito, pero... ¡es comida! Está demasiado lejos, será doloroso, pero he de hacerlo.

Me levanto de la silla, santo cielo, cuanto esfuerzo estoy haciendo, ¿se caminaba así?, ahí esta la manzana, me da algo de asco comer fruta, pero el gusano añadirá el toque de carn... ¡no, no no! ¡No te desequilibres! Ay, me he caído y no puedo levantarme, la manzana, tan cerca, pero tan lejos, mi mano regordeta no llega ¡que alguien me ayude!

Un año después, unos alienígenas que pasaban por ahí aterrizaron en la tierra, eran criaturas musculosas con gran cerebro, entraron en las casas y vieron los millones de cadáveres de los humanos.

-¿qué ha pasado? Padre – decía el más pequeño de los alienígenas.

-no se, pero deberíamos informar a nuestro líder supremo para que investigue y así que no nos pase a nosotros, bueno familia, hemos descansado bastante, ¡a casa!

Volvieron todos al ovni, un ovni que funcionaba ¡¿a pedales?!

-¡ah! Que gran invento la nave a pedales, haces ejercicio y ahorras energía – decía el padre alienígena.

-¡y mantiene una figura estupenda! – decía la madre alienígena.