La derrota de Robin

Relato erótico que narra cómo el superhéroe Robin es vencido por medio de golpes en sus huevos propinados por dos enemigos letales. Tiene tendencia gay y fetichista.

LA DERROTA DE ROBIN

César Montes

spat666@yahoo.com.mx

Los malvados duendes Carl y Jes se han dedicado a robar apartamentos en la Ciudad de México, roban para conseguir joyas que su máquina rompehuevos necesita. La máquina, cuando esté activada, emitirá ondas magnéticas que localizarán huevos y los golpearán, pero los malvados duendes Carl y Jes inventaron también un protector de huevos que los hará inmunes a la máquina rompehuevos. Pero Robin se entera del malvado plan, así que decide ponerles una trampa a los malvados duendes.

Robin era un superhéroe singular. Era atractivo y tenía gran fuerza física, aparentemente no tenía puntos débiles, era fuerte y vigoroso, y algunos lo consideraban sexi sobre todo por las grandes bolas que portaba. Se ayudaba de sus botas especiales, que le daban a sus patadas un gran impulso y fuerza. Sus botas fueron regalo de Batman, a quien tuvo que vencer en una lucha erótica para conseguir esos preciados calzados. No está de más decir que Robin venció a Batman dándole un fuerte puntapié en sus batibolas, que eran débiles y que no resistieron el embate del joven maravilla.

Robin se había propuesto vencer a los malvados duendes Carl y Jes, lidereados por su jefe, el famoso ballbusteador Phillip, alias Phill, que se escondía de la ley en un país sudamericano.

Robin sabía que los malvados duendes planeaban construir una máquina para derrotarlo, y que esa máquina había sido ideada por el ballbusteador Phill. Así que esperó en el interior de una casa famosa por sus joyas, pues sabía que los duendes irían allí para hurtar las gemas. Robin tenía razón: los duendes Carl y Jes, pequeños, delgaditos, calenturientos y maliciosos, llegaron pronto a la casa donde los esperaba Robin, quien les salió al encuentro:

─ Malvados duendes, les llegó su hora, yo los detendré y ustedes me llevarán con su jefe, el ballbsuteador Phill. No se saldrán con la suya, los patearé con mis batibotas y así los detendré.

Pero Robin no contaba con los poderes de invisibilidad de los malvados duendes, quienes se desaparecieron en cuanto él les lanzó su patada. De pronto, Robin sintió que unas manos invisibles le sujetaban las piernas, se las abrían y le agarraban las bolas.

─ Oh, no, pensó Robin, no deben descubrir que mi punto débil son mis bolas. Si me llegan a golpear allí, perderé toda mi batifuerza.

Entonces se escucharon unas macabras risas.

─ Ja, ja, ja, Robin, no sabes que podemos leer la mente de nuestros enemigos, así que tú mismo nos has dicho cuál es tu punto débil, ja, ja,ja, y créenos que aprovecharemos tu estupidez, ja, ja, ja"

Entonces, los malvados duendes apretaron con fuerza las batibolas de Robin que emitieron un sonido que el superhéroe temía: "¡CRAKK!"

El dolor que Robin sintió fue inaguantable, el peor que hubiera sentido en toda su vida, se retorció de dolor y sintió que se desmayaba. Mientras, los malvados duendes seguían apretando los batihuevos con furia y odio.

─ AUUUUUCHHH, gimió Robin, quien no podía soltarse de las manos invisibles que le aprisionaban sus batihuevos.

Sintió agonizar, mientras el duende Carl le gritaba al otro:

─ Suéltalo un momento, que lo haré sufrir más.

Entonces el malvado duende le propinó a Robin una invisible patada que lo hizo gemir con mucho dolor.

─ HHHHMMMMMMMM, MMME... AC...ACABB...ACABAN D.. DE ROMM... PER LOS HU... HUEVOS"".

─ Te vencimos, Robin, acéptalo. Y tan sólo tuvimos que leerte la mente, ja, ja, ja, ja, ja, decían los duendes, mientras seguían torturando los huevos de Robin.

Robin se retorcía de dolor, sintiendo que el dolor de sus huevos se esparcía por su estómado, sus entrañas, su pene y su cabeza. Era un dolor insoportable. Pensó que había sido un tonto por no prever los poderes mágicos de los duendes, y que debía haber traído su batiprotector de huevos.

─ ¡UUUUUGGGGG, SIENTO QUE ME MUERO! EL DOLOR ES INSOPORTABLE.

─Pobre Robin, mira cómo se retuerce, hermano Jes, dijo el duende Carl.

─Tenemos que ayudarlo, repondió Jes con ironía.

Entonces el malvado Carl le agarró los batihuevos a Robin, y no conforme con habérselos pateado, los sujetó con sus uñas largas, las clavó en sus bolas y las jaló con mucha fuerza

─¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYY!, gritó Robin del inmenso dolor que sentía.

─¿Quieres más, batichico?, preguntó con burla Jes.

─Por favor, basta, me están destrozando mis batibolas, suplicó Robin.

─Eso es precisamente lo que queremos, Robin, destrozarte las bolas para que no vuelvas a combatir el mal, o sea, a nosotros y a nuestro amado Jefe Phill, el ballbusteador", respondió Carl.

─Por cierto, dijo Jes mientras veía cómo Robin agotaba sus fuerzas para resistir el no desmayarse ante el sufrimiento genital que le proporcionaban los duendes, ¿sabías que las técnicas de ballbusting que te estamos aplicando nos las enseñó nuestro jefe Phill, el ballbusteador. Es famoso por saber aplicar dolor a las bolas. Y ni siquiera tuvimos que emplear nuestros aparatos, sólo nuestros poderes mágicos

─Desgraciados, dijo Robin entre gemidos, los detendré, ya verán, me liberaré y los detendré

─JA, JA, JA, JA, JA, JA, rieron con malicia los duendes.

─No estás en posición de amenazar, chico maravilla deshuevado, dijo Carl.

Y acto seguido descargó sobre las bolas de Robin, ya de por sí adoloridas, una fuerte descarga eléctrica de sus manos poderosas.

─CHIZZZZZ, emitió la descarga.

Robin sintió que era demasiado, tuvo que hincarse y juntar sus musculosas piernas para soportar el inmenso dolor que sintió con la descarga. Entonces no pudo más y se tiró al suelo, presa del dolor que le inflingieron los duendes. Se sobaba con sus fuertes manos, pero ni así lograba mitigar el dolor de las torturas de los duendes a sus bolas. Robin sólo quería que el dolor pasara un poco, para activar sus armas y poder detener a los duendes, pero éstos no se rendían ni tenían suficiente con la tortura a Robin.

Jes aprovechó su invisibilidad y la posición de Robin, así que se colocó de frente a él, lo miró con lástima y tomó vuelo para incrustarle la punta de sus botas de duende a las mallugadas bolas de Robin. ¡WOK!, se oyó cuando Jes hundió la punta de sus botas en las bolas de Robin.

─¡AAAAAUUUUUUCCHHHHH! HHHHMMMMM, OOOOOOUUUUUGGG, YA NO MÁS, POR FAVOR", dijo el vencido Robin.

Robin se llevó la mano a su paquete mientras Carl y Jes reían a carcajadas. Robin pensó, en medio de su agonía de dolor:

─Sólo necesito invocar el espíritu del murciélago para reponerme un poco, así que me concentraré a pesar del dolor...

Estando acostado, Robin invocó el espíritu del gran Murciélago, esperando ser ayudado por él. Como ayudado por una fuerza superior, Robin pudo ponerse de pie gracias a la fuerza que sintió brotar de sus poderosas botas, echó una sustancia verde que sacó de su baticinturón y vio cómo aparecían inmovilizados los dos duendes. Los golpeó con furia, sintiendo todavía un poco el dolor que le habían producido con tanto castigo a sus batibolas. Por último, los tiró al piso y les dijo:

─Malvados duendes Carl y Jes, sus horas de malhechores han terminado, los pisaré con mis batibotas y así los destruiré.

─NOOOOO, suplicaron los duendes pero era tarde, porque Robin ya los había exterminado con el poder de sus batibotas.

Robin pudo ver con satisfacción cómo los duendes Carl y Jes se desintegraban y dejaban este mundo.

Cuando Robin se disponía a salir de la casa donde se había enfrentado a sus enemigos, sintió que una fuerza invisible molía sus huevos.

─OOOOUUUUGGG, exclamó, al tiempo que pensaba confundido cómo podía ser posible si había acabado ya con los duendes. Sintió que la punta de una bota le hundía en su marcado vientre sus preciadas y sufridas bolas, el dolor ni siquiera lo dejó articular palabra, sólo gemía ahogadamente. Entonces escuchó una risa macabra, fuerte, honda, que pronto dejó materializar a su dueño: el perverso Phill, el ballbusteador, quien portaba una especie de pistola con un cañón ancho.

Mientras Robin sufria por este nuevo suplicio, Phill se dejaba ver con todo su cuerpo alto, fornido, vestido de negro, con sus dientes de plata y su mano y su bota de hierro, con los que había destrozado los huevos de muchos superhéroes.

─Ja, ja, ja, Robin, te he vencido, porque caíste en mi trampa. El enfrentamiento con los duendes fue sólo el comienzo. Y no creas que detuviste la creación de mi máquina rompehuevos, ya estaba hecha! Sólo tenía que atraparte y de eso se encargaron mis duendes. Ahora que tienes los huevos débiles, será más fácil derrotarte.

Entonces el malvado Phill apuntó con su rompehuevos a los genitales de Robin, disparó y Robin sintió que sus huevos se aplastaban con una gran fuerza

─¡AAG, AAAG... AAAAG, AAAAAYYYYY!, gritó Robin, mientras se desplomaba en el suelo

─¿Lo disfrutas?, pues ahí te va un poco más, chico maravilla.

Y Phill disparó con saña a los huevos de Robin, quien sintió que se los jalaban con una fuerza impresionante, porque el rompehuevos castigaba las bolas de diferentes maneras, haciendo sentir a los mismos patadas, puñetazos, apretones, quemazones, pellizcos, y demás, según fuera la intensidad del disparo

─Creo que no has sufrido bastante, Robin, veo que tus huevos todavía están en su lugar, por eso ahora te mandaré un fuerte puñetazo, dijo Phill disparando sin misericordia su arma.

─PUNCH, sonó cuando el disparo llegó a los débiles huevos de Robin.

Robin se quejaba:

─¡Mhh, mhh, mhh, ay, ay, auchhh! ¡Basta, engendro del mal! Aunque me venzas ahora, me repondrè y te venceré, ya verás", dijo sujetando con fuerza sus huevos, que sentia desprenderse de su cuerpo.

─¿Ah sí?, no lo creo, tú nunca te repondrás, y de eso me encargo yo, amenazó Phill.

Entonces, Phill el ballbusteador subió toda la potencia del rompehuevos y oprimió la opción "patada fulminante", que era capaz de romper los huevos de cualquier superhéroe.

Dile adiós a tus bolas, Robin, y disparó.

¡WOOOOOOKKKKK!, se oyó salir de las bolas de Robin, quien quedó fulminado, desmayado del dolor.

Después, sólo se escuchó la risa tenebrosa y triunfante de Phill, el ballbusteador, que gozaba con su triunfo sobre su odiado enemigo.

¿Podrá el mismo rompehuevos vencer al poderoso y atlético Robin para siempre? ¿Habrá sido éste el fin de nuestro superhéroe? ¿Podremos ver cómo Robin se recupera y logra vencer a Phill el ballbusteador? No se pierdan la segunda parte de esta batiaventura, pronto...

¿FIN?