La Depresión de Mamá (5 de 14)

Estefanía no puede quitarse de la cabeza la escena de Diego y su madre en el baño, pero confía en que todo haya quedado ahí, ni mucho menos espera ver lo que pasa poco después, pero tampoco esperaba reaccionar así...

LA DEPRESIÓN DE MAMÁ

Episodio 5

Comimos en un restaurante al que solíamos ir cuando mi padre regresaba de alguno de sus habituales vuelos, y allí estuvimos comiendo y charlando. Yo no podía dejar de mirar a mamá. Estaba animada, llevaba la iniciativa de las conversaciones y además estaba guapísima, arreglada y pintada; llena de vida.

Una vez terminada la sobremesa, ya algo más tarde,dimos una vuelta por un gran parque donde da gusto pasear. Mi madre y Merche se fueron a un bar cercano y se sentaron a tomar un café y a charlar. Yo y mi hermana nos quedamos en el parque y fuimos debajo de un árbol sentadas en el cesped sobre un pareo. Hacía bastante frío aunque íbamos bien abrigadas y con bufanda. Diego estaba hablando con el móvil, a varios metros, sonreía continuamente.

Estafanía: Cris... Tengo que contarte algo, pero es un secreto y no se lo puedes contar a nadie.

Cristina: Uy Uy Uy, hermanita ¿qué escondes?

Estefanía: ¿Te lo vas a tomar en serio o no?

Cristina: Sí si, cuenta.

Estefanía: Verás... es sobre Diego...

Cristina: Suéltalo hermanita.

Estefanía: Nunca te lo conté, pero creo que ya es hora, más aún debido a las circunstancias que han venido sucediendo últimamente.

Cristina: Me lo puedes decir abiertamente, no te preocupes. Las hermanas deberíamos contárnoslo todo.

Estefanía: si bueno... Verás. Cuando Diego venía a casas los veranos y estábamos en la cabaña, nosotros...

Ey ya mismo voy con vosotras chicas es un momento - Nos interrumpió Diego desde la lejanía.

Le comencé a contar a Cristina todo lo que creía que era el momento de contar; que Diego y yo robamos una revista porno del vecino y la miramos, las sensaciones que tuve al contemplar eso por primera vez, que hacíamos petting, que fue la primera persona con la que tuve algún tipo de experiencia sexual... Le conté sus palabras en la discoteca y el lametón en el cuello y aunque no le dije lo de la ducha si le dije que había tratado de conseguir que me acostase con él aún sabiendo que tengo novio. El plan era hacerle ver que era un cabrón y mala gente y así prevenirle por si decidiese plantear algo con ella, aunque creo que ya estaba siendo satisfecho, satisfecho de verás el muy cerdo.

Cristina: ¡¡Ahh por eso se ha inventado a una porque contigo no ha podido y quiere intentar darte celos!! Menudo tonto.

Estefanía: Pues, vete tú a saber...

Si tú supieras -fue lo que pensé.

Cristina: ¿Y cómo la tiene entonces? ¿grande?

Estefanía: Hombre no me fijé mucho(mentira pensé), pero no era pequeña cuando tenía 16.

Cristina: Shh que ahí viene.

Diego se acercó y se sentó entre las dos casi apartándonos antes de que le hiciésemos un sitio.

Cristina: ¿Quien era? ¿Esa chica de la que tanto presumes pero que nadie conoce? jajaja

Diego: Pues no. Era el novio de tu hermana, y por cierto igual sí conoces a la chica; de hecho se parece incluso a tí, aunque no es tan chiquitita.

Diego le sacó la lengua al acabar la frase. Sus palabras resonaron en mi cabeza; menudo cabrón. Como ya dije, mi hermana era la viva imagen de mi madre aunque más bajita. Por suerte mi hermana no asoció esa relación.

Cristina: Sí ,sí,claro. Fue a verte jugar a fútbol con el novio de Cris y quedó enamorada por tu cuerpo serrano.

Diego: Ya te he dicho esta mañana que tengo mis recursos, pero tú aún estás con el biberón. Ya crecerás y comerás con cuchara.

Estefanía: ¿Y qué quería mi novio de ti?

Diego: Hemos quedado.

Estefanía: ¿Para qué?

Diego: Cosas nuestras.

Dos palabras, tan simples y tan secas, fueron suficiente para cabrearme de verdad. Mi novio no había dado señales de vida desde ayer y lo primero que hace hoy es llamar a este capullo.

Entonces me llegó un whatsApp y vi que era Ángel . Me decía que mañana me iba a recoger a la universidad al salir de clase para ir a comer. Como no hacía mención a que había quedado con Diego le pregunté si hoy iba a hacer algo por la noche. Me contestó que sus padres volvían mañana y que tenía la casa hecha un asco por su hermano y que estaba ocupado.

Cristina: ¿Verdad estefi?

Estefanía: ¿Qué? perdón no me enterado estaba con el móvil.

Cristina: Qué digo que porque no quedamos un día los tres y su amiga y así le damos el visto bueno.

Diego: He quedado con ella mañana por la mañana, aprovechando que estais en la uni y en el instituto me la traigo a casa y allí le doy su merecido jajaja.

Cristina: Jajajaja Sí claro, que mi madre te va a dejar.

Diego: Tú tranquila que si hace falta yo le pido permiso.

A mi hermana le sonó el móvil era su mejor amiga Ana; le saludo alegremente y se apartó a hablar con ella.

Estafanía: Ya te vale ¿no? Menudo cabrón estás tú hecho.

Diego: ¿Qué cojones he dicho?

Estefanía: Tú bien sabes lo que pasa.

Diego: Si tu novio prefiere llamarme a mí que hablar contigo, será que no os va tan bien como presumes.

Estefanía: No tiene nada que ver, y además no sabes de lo que hablas payaso.

Diego: Pues entonces estás celosa de que otra mujer quiera lo que tú no te atreves a pedir no es mi culpa.

Estefanía: Lo que no puede ser es que te folles a mi madre en mi casa, en nuestra casa y luego le digas a mi hermana que la tía que te estás tirando se parece mucho a ella pero es más mayor, o que mañana por la mañana te la follarás sabiendo que en casa estará mi madre seguro y que por lo tanto mi hermana pueda llegar a sospechar algo, puto cerdo...

A Diego le cambió la cara por un instante, estaba claro que no se esperaba mi respuesta, aún así reaccionó rápido.

Diego: ¿Cómo lo sabes?

Estefanía: Como dirías tú, tengo mis recursos.

Diego: Pues me gusta que lo sepas, porque así ves lo que te estás perdiendo por hacerte tanto la estrecha.

Estefanía: ¿La estrecha? Tengo novio ¿sabes? y algunas los respetamos no como las mujeres casadas que te follas tú.

Diego: Así que esos son tus recursos. Vaya... Has puesto atención esta mañana cuando estaba rasurándole el conejo a tu progenitora.

Estefanía: progenitora dice... pff

Diego: ¿Te has quedado a ver como disfrutaba cuando le he metido los dedos, o cuando le temblaban las piernas con su clitoris entre mis labios? ¿Qué te ha gustado más?

Estefanía: ......

Diego: ¿Te has quedado a ver como me agarraba el pelo cuando me comía el coño por el que tú un día saliste?¿Has sentido envidia eh?

Estefanía: P-p-p-pues N-nooo.

Diego: Vaya que sí, lo veo en tus ojos, estás roja como un tomate, seguro que has mojado hasta las bragas.

Diego miró hacia a mi hermana que cada vez estaba más lejos. Aprovechó esa circunstancia para acercar su boca a mi oreja.

Diego: Sé cómo eres realmente, chiquilla. Sé que no puedes ser la chica modosita y normalita que simulas ser. Hemos compartido porno, nos hemos sobado y fuiste tú la que me planteó hacerme la paja sin siquiera yo decírtelo. Seguro que en el fondo quieres que te de caña, que te folle como la puta zorra que eres. Pero ahora tienes que esperar tu turno,que yo ahora estoy servido por tu querida madre. Mañana se la voy a meter por todos lados, le voy a rellenar de...

Le solté un fuerte guantazo que sonó muy fuerte en el parque e hizo a la gente mirarnos incluida mi hermana con el móvil. Me levanté y me fui.

El trayecto de vuelta a casa fue muy callado y al llegar le dije a mi madre que me iba a mi habitación.

Me tumbé sobre la cama y me puse algo de música. Mi hermana Cris tocó a la puerta pero le dije que quería estar sóla. A los 20 minutos sonó otra vez.

Estefanía: Entra que está abierto.

La puerta se abrió, pero no entró Cris, sino Diego. Apenas se asomó y me lanzó una revista.

Diego: Toma, por los viejos tiempos. Me voy que he quedado.

La cogí y se la tiré pero él se protegió con la puerta, cayendo la revista al suelo.

Llegó mi hermana y él le dijo que entrase que yo la estaba esperando, que él se iba ya.

Mi hermana entró y cogió la revista.

Cristina: ¿Qué es esto?Uy vaya vaya...

Cristina se acercó y pude comprobar que era una revista porno, y no una cualquiera, pues era la que vimos juntos por primera vez. Me sorprendió muchísimo que tras estos años la conservase, y el hecho de que la trajera era por sus intenciones de dar un paso adelante. No me había hecho falta ver las revista, ya me había quedado bien claro la verdad.

Cristina se tumbó a mi lado y aunque reacia yo al principio, finalmente estuvimos ambas ojeando la revista.

Había chorradas de niños escritas en rojo, como Estefi-corazón-Diego diálogos absurdos hechos por nosotros, pero las imágenes eran las mismas y muy explicitas.

Mi hermana no pareció sorprenderse por las imágenes aunque hoy en día se accede al porno muy fácilmente. Me preguntó directamente que posturas había practicado y con quien. Le contesté que era bastante recatada, todo lo contrario que ella. Me estuvo contando parte de su vida sexual. Si bien yo sabía que no era virgen, no sabía que era tan suelta.

Me contó que ya había tenido varias relaciones con un novio, y que además de él había hecho pajas almenos a otros 3 rolletes. Me dijo que ninguno la tenía como los de la revista, que todas eran mucho más pequeñas, a lo que yo le contesté que eso no era algo común y que por eso eran actores, además de los trucos de fotografía y video que suele haber en esas películas.

Me habló de que había probado la postura del perrito y que le encantaba sobretodo cuando le tiraban del pelo o le daban cachetadas en el culo. Actualmente no tenía novio, pero me dijo que a él se la había chupado varias veces y que una vez no le avisó el muy cochino.

Yo me quedé estupefacta, la vida sexual de mi hermana si bien no era más abundante que la mía si había probado más cosas y desde luego antes que yo.

Cristina: Me estoy poniendo cachonda Estefi, mira.

Se bajó el pantalón y las braguitas y dejó ver su rosado coñito que reflejaba la luz de la lámpara de la habitación en sus flujos.

Estefanía: Serás cochina. ¡No te toques!

Cris se pasó los dedos por la raja dejando ver un liquido viscoso en la yema de los mismos, su flujo. Me pidió que le enseñara el mío y le dije que no, se echó los dedos a la nariz y me dijo que le encantaba como olía. Le dije que saliese y me dijo que vale pero que era una cortarollos y que se llevaba la revista. Al cerrar la puerta tras la salida de cris ni siquiera tuve tiempo de pensar en la situación tan surrealista con mi hermana enseñándome su conejo. Empecé a pensar en las irrespetuosas palabras de Diego en el parque.

El muy cabrón estaba jugando conmigo. Me besa en el cuello al lado de mi novio y luego le dice que se va para dejarnos solos quedando bien frente a él. Hace migas con él y luego se mete en la ducha y abusa de mi comiéndome el chocho. Además ahora queda con Ángel a mis espaldas y no me dice el porqué. Claramente trata de ponerme celosa, sin olvidar que se folla a mi madre.

Me llamó mamá para ayudarle a preparar la cena y me preguntó qué hacía mi hermana.

Sus cosas estará haciendo - le contesté. Haciéndose un dedo seguramente. Ya con eso disfrutaría más que yo en el ultimo mes - era lo que yo realmente estaba pensando.

Esa noche pese al cabreo, al ver que a la 1 no volvía Diego de su rato con mi novio, me acosté a dormir pues al día siguiente tenía que llevar a Cris al instituto e ir yo a la uni.

Por la mañana me sorprendió ver a mamá levantada haciéndonos el desayuno. Cristina ya estaba abajo en la cocina. Ella tampoco daba crédito y muy sonriente le dijo que parecía otra, que estaba muy contenta.

Merche se acercó y preguntó por su hijo.

Estefanía: Estará cansado de tanta juerga.

Cristina: O se habrá sacado una novia.

Merche: ¿Ese? No le he visto yo una chica en 1 año no creo que se ligue a una en una noche.

Mi madre estaba un poco tensa, desde luego no se sentía cómoda con la situación.

Merche me preguntó si podía acercarle con el coche también a ella, que tenía que ir a un centro de estética en el que había cogido cita, le dije que sí y en breve nos pusimos en marcha.

Merche: ¿Necesitas algo Isa?

Isabel: No gracias, voy a llamar a la agencia, seguramente me acerque un rato por ahí, a ver si esta semana me pongo al día.

Merche: Si necesitas que mi hijo haga algo por ti, le despiertas sin miramientos ¿eh? Que es lunes y hay que cumplir.

Isabel: Tú tranquila, le dejo descansar un rato y luego ya se me ocurrira algo.

La cara de mamá estaba tensa, como cortada por lo que acababa de decir. Aunque estaba claro que a nadie se le habría ocurrido sacar un doble sentido a esa frase, tanto mi madre como yo lo habíamos hecho.

Yo cogí mi Audi A3 aún pensando en las palabras de mamá, y con el temor de que Diego la liase de nuevo y se aprovechase de su estado emocional.Dejé el Mercedes de mamá para sus gestiones , o eso quería yo pensar,y conduje a mis dos pasajeras a sus respectivos destinos.

Al dejar a Cristina, ésta me dijo que al final iba a ser verdad lo de la amiga de Diego, y que aprovecharía que mamá se iba a la agencia para llevársela a casa. Yo no me lo quitaba de la cabeza.

A primera hora no teníamos profesor y me fui a la cafetería con compañeras y compañeros a tomar algo. Estuve totalmente perdida de la conversación y no hacía más que dar vueltas a mi café que al llevármelo al paladar estaba ya frío.

Necesitaba volver; volver y ver hasta donde llegaba la situación entre mamá y el cerdo de Diego. De alguna manera creía que hasta cierto punto, aún sin la borrachera, mi madre se había dejado llevar por la situación de encontrarse frente a él desnuda afeitándose sus partes aún con la escena del día anterior en la mente y que Diego se había aprovechado de ello. Esperaba que cortase por lo sano y le parase los pies, así que me acerqué de nuevo a casa y aparqué en las inmediaciones.

Me acerqué andando. Ya habían pasado un par de horas desde que me había ido. Mi reloj marcaba las 11:15.

El coche de mi madre seguía allí. Yo siempre dejo la corredera del salón que da al jardín entornada sin cerrar por si me dejo las llaves alguna vez, así que lo utilicé para entrar sin que me escuchasen.

Me percaté primero de que no estaban en el propio salón y entré con cuidado. Escuché a mi madre y Diego conversando arriba, me acerqué silenciosa a la escalera y entonces escuché como mi madre cerraba la puerta de la habitación. No podía ver el interior esta vez pero sí escuchaba perfectamente.

Isabel: Mira Diego, yo... creo que eres un buen chico, y que cualquier chica estaría contenta de estar con alguien como..

Diego: Mira Isa, perdona que te corte, pero yo no he venido a tu habitación a pedirte la mano y ser rechazado. He venido a darte caña y a hacerte gozar. Y también a conseguir lo que llevo deseando tantísimo tiempo.

Isabel: No voy por ahí, sé que no estamos hablando de una relación. Voy a que lo que hemos hecho está mal, está claro que no debíamos haber hecho esto; nos dejamos llevar por el alcohol y pasó algo que no tenía que pasar.

Diego: ¿Y ayer también estabas borracha? Cuando tenía mi lengua en tu coño no parecía parecerte tan mal...

Isabel: ... Ay Diego, lo de ayer me encantó, no lo puedo negar. Pero no por ello significa que esté bien. Si quieres te hago una paja para compensarte, pero sería lo último que haríamos.

Diego: No tengo 15 años para andar con pajas.Las pajas me las hago yo ya. Ahora necesito... otra cosa..¿una mamada ya sería otra cosa no crees?

El muy cerdo le hablaba a mi madre de esa manera como un cabrón y ella no le soltaba un guantazo. ¡¿Cómo podía hablarle así!?

Isabel: No te voy a chupar la polla, eso no es de señoras de mi edad.

Yo sé lo que les gusta a las mujeres como tú -le dijo el muy cerdo en tono de superioridad.

Se escuchaba ruido de besos y movimientos mientras mi madre le decía que parase que no podía ser, seguramente Diego trataba de convencerla.

Isabel: No me lo pongas más difícil está mal y ya está.

Se escucharon los muelles de la cama seguramente mi madre se levantó. Se movió el pomo de la puerta y escuché a mi madre decir que por favor saliera del cuarto antes de que hicieran algo de lo que arrepentirse. Cuando se comenzaba a abrir la puerta, ya me vi ahí sin saber que explicación dar, entonces la puerta se cerró de golpe y escuché de nuevo los muelles de la cama pero como si hubieran saltado de golpe.

De la fuerza del golpe la misma puerta se quedó sin cerrar. La empujé ligeramente e hizo un poco de ruido. Me eché hacia atrás temiendo que se hubieran percatado de mi presencia, pero estaban a otras cosas y no escucharon ese ruido.

Isabel: ¡¡Para Diego , para por favooooooor!!

Fue un grito muy fuerte pero la última parte sonó a placer.

No hacía falta verlo, se escuchaban los mismos ruidos de sorbos que escuché ayer cuando tenía el muy cerdo la cabeza entre las piernas de mi madre.

Como había mucha luz en el pasillo corrí las cortinas de la ventana para oscurecerlo y así poder observar evitando que me vieran fácilmente.

Diego no le había ni quitado los pantalones a mi madre, que los tenía a la altura de las rodillas. Estaba tumbada sobre la cama y Diego tenía su cabeza pegada al coño de mamá. Mi madre seguía diciendo que parase y ejercía algo de resistencia, pero Diego tenía sus piernas bien agarradas y la resistencia poco a poco fue menguando y los gemidos y jadeos fueron aumentando de ritmo e intensidad.

Diego se levantó y le quitó los pantalones de un tirón. Lo hizo en un gesto tan violento que casi le tira de la cama. Mi madre tenía cara de incredulidad, pero no decía nada. El cabronazo le dio la vuelta y tumbó a mi madre boca abajo con las piernas hacia él, que se encontraba de rodillas a los pies de la cama. Se encorvó, separó las piernas de mi madre Isabel y comenzó a darle lametones del coño al culo en repetidas ocasiones acabando por introducir la lengua en el culo con fuerza.

¡¡aaAHH aaAAHH!! ¡¡Jooooder...!! ¡¡Que cerdo eres, cabróoooon!! - gemía y gritaba mi madre a la par que echaba su mano derecha hacia atrás para agarrar el pelo desatendido de Diego.

Diego le cogió con fuerza y le dio la vuelta. Le cogía como quien coge una muñeca de trapo. Se quitó la camiseta quedándose solo en pantalones, se acercó a ella y comenzó a sobarle las tetas por encima de la blusa blanca que marcaba unos pezones durísimos.

Al poco rato mi madre se quitó la blusa, su cara era ya satisfacción y lujuria, no me había fijado, pero a la par que Diego le sobaba las tetas (ahora desnudas libres ante sus labios), con la mano derecha metía varios dedos en su coño libre de bello y con el pulgar le tocaba el clítoris.

Diego chupaba y sorbía las grandes tetas de mamá. Mi madre gemía descontrolada mientras él le llenaba los pechos de saliva. El cochino sorbía sus pezones y alternaba entre un pecho y el otro, así como con besos humedos en los que le comía hasta la cara. Estaba descontrolado, parecía una película de porno duro pero los actores eran mi madre y Diego. Yo no me lo podía creer, pero estaba realmente caliente y no podía dejar de mirar.

Mis pezones estaban duros y el flujo ya mojaba mis bragas. Comencé a frotarme ambas zonas por encima de la ropa.

Diego se introdujó todo lo que pudo de la teta derecha de mamá en la boca y aceleró la penetración con los dedos de su mano derecha a una velocidad endiablada, casí parecía que le iba a romper el coño. Los flujos podían verse salpicar las sábanas y parte del suelo. Su mano izquierda la tenía situada tras la nuca de mamá obligándo a mirarle a los ojos fíjamente.

Diego le hablaba en un tono chulo y prepotente, disfrutando del momento.

Diego: Te gusta ¿eh?¿ quieres que pare,eh? ¿quieres que pare?

Isabel: No pares no pareeees aaaaahhh aaaaaahhh mmmmmmmh!!!

Diego: ¿Me vas a dejar que te folle verdad? Voy a follarte cuando quiera y donde quiera...

Isabel: ¡¡¡AAAhh , AAahhh!!!

Diego le tiró el pelo y le dijo que quería oirselo decir.

Diego: Dime que voy a follarte como quiera y donde quiera.

Isabel: Puedes hacer conmigo lo que quieras ¡¡¡JOODEEEER AAAAAAAAAHHH AAAAH ME CORRO!!!

Mi madre gritaba a lo bestia, le temblaron las piernas y se corrió. Se corrió como nunca había visto correrse a nadie, ni siquiera en el porno. Un flujo constante y abundante salía de su coño mientras Diego seguía con la masturbación hasta que su voz parecía casi un llanto de tanto placer. Cuando ya apenas salía flujo paró con los dedos y dirigió su lengua a ese punto donde mi madre debía tener el clitoris ardiendo y no podía soportar el placer que esa lengua le estaba dando.

Aún le temblaban las piernas cuando el muy cerdo sacó los dedos de su mano derecha impregnados en flujo y los llevó a la boca de mamá que incomprensiblemente para mí los chupó sin rechistar y con semblanza de disfrutar con ello.

El muy bestia le agarró del pelo y le hizo arrodillarse de golpe en el suelo sobre su propio flujo,se bajó con la mano derecha pantalón y calzoncillos sin soltar del pelo a mamá y sacando su enorme polla empalmada se la acercó a la boca, o más bien se la metió de golpe.

No podía creer lo que veían mis ojos, mi madre chupaba esa polla como si no hubiera un mañana. Se la introducía hasta la mitad, y cuando se la sacaba para respirar casi no cogía aire y se la volvía a introducir sin necesidad de que Diego le guiase ni le dijese nada. Le relamía el capullo, sorbía con fuerza... la cara de Diego era de placer total. Joder y eso que decía que estas cosas no las hacían las señoras...

Diego: Esto es lo que te hacía falta a ti, una polla dura que llevarte a la boca. Menuda guarra estás hecha.

Diego le decía todo tipo de cochinadas y le golpeaba la cara y labios con la polla. Mi madre disfrutaba como una auténtica zorra y trataba de volver a metersela en la boca, persiguiéndola con sus labios primero, sacando la lengua para que le golpease sobre ella después. Era todo un espectáculo.

Diego: Estás hambrienta jajaja.

El capullo se sentó en la cama y la hizo seguir de rodillas ahora ella estaba de espaldas a mí.

Diego: Puedes comerme los huevos también, son todo tuyos.

Diego: AAHHH AAHH Qué bien lo haces, joder, y eso que dices que no haces estas cosas.

Mi madre le sorbía los huevos mientras le masturbaba. Yo podía ver como su enorme falo sobresalía por encima de la cabeza de mi madre que ahora se centraba en comerse alternativamente los huevos de Diego. Su mano subía y bajaba, pero no abarcaba ni la mitad de la polla de ese mastodonte. Era enorme, parecía incluso más grande que cuando se la vi en la ducha.

Mis dedos ya jugaban con mi botón; por dentro del pantalón primero y por dentro de las braguitas poco después. Me sentía una auténtica guarra, de hecho era una auténtica guarra.¿Cómo podía estar tocándome con la visión de mi propia madre teniendo sexo? ¿Sería por la falta de disfrute sexual? ¿Sería porque realmente era una guarra como decía Diego? El caso daba igual, yo estaba disfrutando y comenzaba a gemir, aunque me resistía con fuerza, pues no quería ser descubierta.

Era increíble lo que aguantaba este cabrón. Tenía a toda una pelorroja de 39 años con un cuerpo espectacular, totalmente desnuda y entregada haciéndole una mamada de campeonato, llevaría ya algunos minutos y él aguantaba ahí sin correrse; y pienso en mi novio que se corrió en apenas un minuto...

Diego: Levanta, quiero que te subas encima.

Mi madre se levantó, se puso a horcajadas sobre él, agarró su polla con la mano derecha y se fue sentando poco a poco.

Isabel: mmmm aahh Joder es enorme.

Diego se reía y le vacilaba. Le agarró el culo con ambas manos y le fue sentando sobre su verga poco a poco hasta que ella se introdujo toda la polla en el coño y los huevos le hacían tope.

Diego le levantó lentamente hasta casi la punta y la dejó caer de golpe repitiendo eso algunas veces. Luego se tumbó hacia atras apoyando los pies en el colchón, echándose a mi madre encima para metérsela con fuerza y velocidad.

Mi madre jadeaba muchísimo y gemía. Le estuvo follando en ese postura, y de lado durante un rato.

Diego se separó y le puso de nuevo a cuatro patas. Le dio unos lametones en el coño y se escupió en la polla. Se la introdujo en la postura del perrito de golpe, su coño ya se había habituado a esa polla, pero aún así mi madre no pudo evitar un grito.

Isabel: ¡¡AAAAY!! Me has hecho daño.

Diego: Perdona, se me olvida la tranca que tengo jeje. ¡Menudo culazo joder! Ya verás como hago que te corras otra vez.

El moreno de barba de varios días comenzó con un ritmo pausado para seguir con un mete-saca espectacular. Mi madre volvía a gritar como una perra y el cabecero de la cama golpeaba contra la pared. La aceleración en los gemidos de mamá adelantaron la llegada de un nuevo orgasmo.

Isabel ya estaba exhausta y aún a cuatro patas no pudo evitar desplomarse contra la almohada y quedar en una posición de "V" invertida, si bien sus brazos apenas aguantaban y eran más un acompañamiento a su cabeza hundida sobre la almohada.

Diego se puso de cuclillas sobre la cama. Yo le veía con su culo en pompa sobre el culo de mamá mientras su polla se abría camino entre los labios vaginales de mamá,dándole duro de nuevo.

Yo ya no podía más. Tuve que dejar de tocarme porque no podría hacerlo sin gemir más fuerte y delatar mi presencia. Tenía las manos llenas de flujo y sentí curiosidad y me las llevé a la nariz como hizo mi hermana. Me las pasé sobre el labio superior mojándolo ligeramente sintiendo el tibio pringue de su textura. Me puse aún más cachonda.

Diego seguía de cuclillas sobre mamá metiéndole toda su carne en barra.

Diego: AAHHH JODEER ME CORRO, ¡¡NO PUEDO MÁS!!

El cerdo se incorporó y se puso de pie sobre la cama agarrando a mi madre del pelo violentamente poniéndole de rodillas ante su polla. Un chorro enorme de esperma seguido de 3, 4, 5 y no se cuantos más le llenaron la cara de esperma a mi querida madre, que tenía los ojos cerrados y la cara chorreando. Se apartó de los labios lo que pudo, pero Diego le acercó el pene aún con algunos restos de esperma y mi madre se lo llevó a la boca limpiándolo para luego escupir esa leche.

Salí de mi especie de hipnosis y aún con las bragas empapadas salí de casa evitando hacer ruido.

El camino al coche se me hizo infinito. ¿ Cómo podía mi madre haberse acostado con un amigo mío que a su vez era el hijo de su mejor amiga?

¿¡¡¡Cómo era posible que mi madre hiciera esas cochinadas con él!!? ¿Cómo actuaría mi madre cuando comiésemos todos juntos?¿Sería capaz de fingir?¿Continuaría follando con él a escondidas?¿Cómo me podía haber puesto cachonda viendo a mi propia madre?¿era yo una guarra como me dijo Diego en el parque? No, yo no era así, lo que pasa es que estaba necesitada de sexo, sí, eso debía ser.

Miré el reloj cuando estaba llegando al coche, eran ya las 12:40 y la humedad imperante en mis bragas ya no me resultaba agradable sino que me hacía sentir sucia y culpable. Aproveché la falta de gente alrededor para bajarme el pantalón sentada en mi asiento. La puerta me tapaba en todo caso y al otro lado no había más que un descampado y no se veía a nadie. Me quité las bragas, las miré fijamente y no solo estaban empapadas, sino que podía coger restos de flujo si pasaba el dedo. Olía a sexo todo el coche, o quizás me lo parecía a mí, no lo sé.

Metí las bragas en el bolso y saqué unos pañuelos perfumados para limpiar mi zona íntima. Me puse los pantalones y me dispuse a conducir cuando me sonó el movil.

Estefanía: ¡¡¡MARTA!!! ¡¡Eyyy!! ¿Qué tal?¿Ya has vuelto?

Marta: Estefi, acabo de llegar al aeropuerto. Vaya tres días que hemos tenido en el pueblo. La familia matándose por la herencia, ha sido lamentable.

Estefanía: Vaya... ¿Y tus padres?, ¿No te fuistes en coche?

Marta: Mis padres se han quedado allí, mi madre estaba triste y mi padre cabreado. Ya sabes, muchos no se acuerdan de cuidar a su madre pero luego se pegan por la herencia cuando ésta muere. Tienen mucho papeleo que hacer y yo no quería estar más y me he venido en avión. Esto... ¿Me podrías venir a buscar?

Estefanía: Pues claro, tardo 30 minutos eso sí.

Marta: No te preocupes.

Estefanía: ¿Te apetece que comamos algo?

Marta: Perfecto así me cuentas si ha pasado algo más de lo tuyo...

Estefanía: Bueno, mejor te cuento cuando nos veamos, hasta luego guapísima.

Marta: Hasta ahora, preciosa.

Marta era mi mejor amiga y secreto de confesiones desde bien chica. Sabía todo de mis inicios sexuales con Diego, las posturas que practicaba con mi actual novio y la falta de orgasmos ya habitual en mis relaciones sexuales. Lo último que supo fue lo sucedido en la ducha, de ahí no había vuelto a hablar con ella.

Llamé a mamá para decirle que me quedaba a comer con Marta, ella me dijo que estaba en la oficina y que iría a recoger a mi hermana al instituto.

Maldita mentirosa - pensé.

Arranque mi querido y cuidado Audi y me dirigí a buscar a mi mejor amiga al aeropuerto.

CONTINUARÁ...