La Depresión de Mamá ( 14 de 14)

Clímax final de la historia con deseo, sexo realmente morboso, sumisión y placer.

LA DEPRESIÓN DE MAMÁ

Episodio 14

(...)

Era un Samsung galaxy S4 de los nuevos, y el sistema Android lo conocía de sobras. Fui a la galería y ahi estaban todas y cada una de mis fotos. Las fui borrando una a una lo más rápido que pude, pues temía que el dueño del teléfono apareciese en cualquier momento.

Entré en la habitación y busqué por todas partes mis bragas. Localicé debajo de la cama una revista porno con mis bragas de hello kitty en su interior. Estaban manchadas de semen del muy cerdo. Las iba a tirar a la basura, pero no en esa casa, ni tan siquiera en el contenedor más cercano.

Las otras bragas, las rosas sexys, las encontré bajo la almohada. Entonces recordé el vídeo y busqué en el teléfono. Lo encontré rápido, era de los últimos recibidos por Whatsapp. Se me veía meneando el culo y dicendo que si me lo quería comer; tambien se veía a Marta en sujetador reflejada en el espejo. Lo borré. Busqué el otro vídeo y no lo encontré. Miré varias veces y entonces pensé en que lo hubiera borrado él, pero me resultaba imposible de creer. Me fijé que en su habitación había un ordenador y estaba encendido.

No me sorprendió ver que estaba bajando porno. Encontré la carpeta de vídeos porno rápidamente, no tenía ningún cuidado ese chico. Tenía como 30 archivos. Los abrí y no encontré el que buscaba, aunque alguno lo vi un poco más de la cuenta, debo admitirlo. No hay que olvidar que yo no había tenido un orgasmo y seguía muy excitada, además el hecho de poder ser pillada el efecto del alcohol y la coca también influían.

Cuando ya me iba a dar por vencida busqué en google como ver archivos ocultos y seguí los pasos. Descubrí una carpeta que ponía conquistas. Había fotos de varias chicas. Algunas eran mías y entonces vi una foto de mi madre. LLevaba el vestido azul ceñido que llevaba la mañana que llegó a casa con Merche.

¡¡No puede ser!! - pensé,pero todo apuntaba que sí, que el chico nuevo era Jesús.

Todo cuadraba de pronto. Mi madre dijo que aquel chico tenía un cuerpazo, Merche dijo que era el que les llevaría el material, osea la coca, y al parecer follaba con mucha potencia lo cual podía ser viendo su forma física.

Buscando vídeos encontré el mío. Ponía debajo: "por conquistar" y lo estuve mirando un poco. Verme a mi mísma me excitó más si cabe y comencé a frotarme el coño. Lo borré y justo cuando se abría otro de los vídeos de la carpeta escuché la puerta de la entrada.

Escuché unas llaves caer en la mesa del salón y un miedo enorme se apoderó de mí, no me podía mover. La puerta se abrió sin encenderse la luz y al verme allí, se sobresaltó casi tanto como yo.

Jesús: ¡Joder! Vaya, no te esperaba en mi habitación.

Estefanía: Jesús yo...

Jesús: ¿¡Ese es mi móvil!?

Jesús cogió el móvil sobre la cama y lo miró, justo cuando fue a mirar la galería se quedó sin batería.

Jesús: Supongo que has borrado todo lo que había aquí...

Estefanía: Todo no... solo lo mío.

Jesús: ¿La foto del beso también?

Estefanía: También.

Los ojos y mirada de Jesús reflejaban una enorme decepción, pero no decía nada, el silencio solo se perturbaba por los gemidos de una chica en un vídeo del ordenador que yo no me atrevía a mirar.

Jesús: ¿También has borrado los vídeos?,joder no se te escapa una, además de guapa lista.

Estefanía: No me dejaste alternativa.

Jesús se me acercó y cuando yo creía que se me iba a abalanzar como bien haría Diego pasó de largo. Miró bajo la almohada y no encontró lo que buscaba. Miró sobre la cama y vio las bragas de hello kitty, las cogió y cogió también las rosas que estaban sobre el teclado, rozándome los hombros al hacerlo. Me preguntó que si me gustaban sus vídeos señalando con su mirada al ordenador.

Se veía una puerta abierta de par en par y a una tía siendo enculada por un chico mientras botaba sobre la polla de otro y gritaba de placer. ¡¡Era la madre de Diego!! Mis sospechas eran casi seguro ciertas, Jesús estuvo en esa casa y la prueba era la escena explicada por Merche a mamá.

¡¡Fólladme cabrones AAAAAH!! JODER - gritaba ella.

¡¡Joder que puta eres!! - decía la voz de Gabi mientras magreaba sus tetas.

Jesús chasqueó los dedos y me devolvió a la reaidad, me cogió la mano y puso ambas bragas en ella. Se quitó la camisa y se quedó en los vaqueros mostrando su cuerpazo y después se acercó a mi oído. Yo creía que ahora sí, pero no, solo me dijo que con pedirlas amablemente y con decisión habría sido suficiente y nos habríamos ahorrado todo este jueguecito.

se tiró sobre la cama casi como si yo no estuviera, o como si le importase bien poco si estaba o no.

Yo le dije que él me había chantajeado, que hasta me había hecho besarle y él sin levantarse y mirando al ordenador me dijo que eso no era cierto.

Estefanía: ¿Cómo que no?

Sabes que no fue así, yo no te pedí el beso, Tú me lo ofreciste. me dijo mi cuñado remarcando el Tú con fuerza.

Estefanía: ¿¡¡Qué!!?

Jesus: No te hagas la loca ahora. Tú me ofreciste un beso. Yo ya me iba, y no solo me ofreciste un beso sino que me besaste con lengua, no te negastes a que estuviera en camiseta y hasta me tocaste el pecho. Ademas te metí mano y si no fuese por que hice la foto nos habríamos seguido besando un poco más... y lo sabes.

Estefanía: ¡Yo te ofrecí un beso porque quería mis bragas!

Me di cuenta de que había hablado muy fuerte y mi novio estaba muy cerca en la habitación de al lado.

Jesús: Vamos no seas hipócrita.

Se levantó de golpe y me acorraló contra la pared, ahí ya si creía que me violaba.

Jesús: No le dijiste nada mi hermano de lo de las bragas en el parque. No me impediste ni tan siquiera quedármelas. No me bloqueaste en el whatsapp, y no solo eso sino que me dijiste que te parecía que estaba muy bueno.

Estefanía: Jesús.. te estás haciendo una idea equivocad..

Shhh - me puso el dedo en la boca y continuó hablando cada vez mas cerca, cada vez más suave, cada vez más... seguro.

Jesús: Me ofreciste un beso y cuando te dije que era una equivocación me ofreciste un morreo. Yo solo estaba con un juego disfrutando del momento, pero al ver que me lo seguías continué. Me la jugué y me quedé sin camiseta y no pusiste reparo en besarme, es más, te empleastes a fondo y disfrutaste.

Estefanía: Joder Jesús...

Jesús: ¿Me vas a negar que disfrutastes?

Sonreía y me miraba tan de cerca y fijamente que sentía que no le podía mentir, me sentía cada vez más débil, cada vez más indefensa ante sus palabras.

Estefanía: No.. el beso estuvo bien.

Jesús: El beso, las conversaciones... cuando ya solo te excusabas en que tenías novio y que era mi hermano y yo te las tiraba de que si no estuviera mi hermano sería otra cosa tu reías, me seguías el juego te lo pasabas bien. Te mandaba las fotos sexys y seguías sin bloquearme. Dime la verdad. ¿Verdad que te gustaron las fotos y hasta soñaste conmigo?

La última frase la dijo junto a mi oído y nuevamente no pude responderle de otra forma que con la verdad. El sonreía, se hacía más fuerte, yo miraba al suelo y él me levantaba la mirada para fijarse en mis ojos.

Jesús: Esos preciosos ojos, azules como de un auténtico ángel, saben la verdad, han visto la verdad. Sabes que me seguías el juego porque te excitabas, sabes que has bailado conmigo y te lo has pasado en grande, y sabes que deseas que haya algo ... más...

Jesús apretó sus manos en mi cintura y subió por ella. Sentí sus manos desplazarse hasta mis pechos, las sentí moldeando mis senos desde fuera del vestido, sentí su lengua invadir mi boca y sentí el calor crecer en mi parte más íntima, mientras sus manos me agarraban el culo, pero no fue así. Eso no había sucedido. Sus manos no habían pasado de la cintura.

No era un miedo a qué era capaz de hacerme, era un deseo a que lo realizase, a que hiciese conmigo lo que quisiera. Ese chico había conseguido lo que Diego tanto se había forzado en conseguir, hacerme rendirme ante lo evidente, rendirme al deseo de ser disfrutada por él.

Cómo si me leyese la mirada me dio la vuelta y me acercó al ordenador, yo no me movía. Puso un video mientras se acercaba al máximo a mi cuello con su boca sin llegar a besarme. En el vídeo se veía a mi madre desnuda, sentada en el sofá de la casa en la que la vi con Gabi. Jesús le pedía grabarle mientras se la chupaba y ella se negaba mientras el trataba de convencerla.

Jesús: Estefanía, ¿te gusta verdad?, te gusta esta situación morbosa.

Me empezó a besar el cuello tras echarme el pelo hacia un lado, mientras apretado a mi desde atrás con su mano izquierda sobaba mis muslos desde delante y la derecha subía a mi pechos.

Jesús: ¿Me deseas?

Estefanía: Jesús, no podemos, tu hermano es mi novio...

Jesús seguía sobándome y el vídeo avanzaba. Mi madre le preguntaba si iba a aparecer en internet la escena y él le decía que no. Mi madre se lo pensaba pero en su cara se veía que aceptaría, además se la veía borracha y seguramente algo drogada. Jesús le magreaba las tetas y le besaba.

Me dio la vuelta y comenzó a darme pequeños besos en los labios, al principio me apartaba pero luego le seguía cuando se apartaba él.

Estefanía: Para Jesús, tu hermano está aquí al lado... yo no pue....

Me cayó con un profundo y sabroso beso que me hizo estremecer y que aceleró mi corazón. Me besó y besó, y volvió a besar. Sus manos fueron a mi culo y lo estrujaron mientras su lengua lamía con su húmedo calor mi suave cuello.

Jesús: Sabes que me deseas, quiero oírtelo decir.

Estefanía: .... tenemos que parar... deja que me vaya.

Me cogió la cara con una mano y me miró fíjamente a los ojos.

Jesús: Dime ahora mismo que no me deseas y me voy ... o calla y haz lo que yo te diga.

Le miré a los ojos fíjamente y por más que traté de razonar, por más que pensé la respuesta no pude cambiar lo que salió de mis labios.

Haz conmigo lo que quieras - contesté.

Me volvió a besar y yo me abracé a él con fuerza, le estrujé el pelo mientras él hacía lo propio conmigo. Me besaba con pasión y me estrujaba las nalgas, una mano fue a mi coñito.

Jesús: No llevas bragas. Joder estás empapada.

Estefanía: Es por tí.

Jesús me metió un par de dedos mientras me besaba, con el pulgar me rozaba el clitoris. Me besó y masturbó un rato así de pie.

De vez en cuando miraba el ordenador donde mi madre succionaba una ancha polla con venas y con una capa de bello perfectamente recortada.

Jesús me separó y me hizo arrodillarme. Le quité el cinturón y le bajé la cremallera deseosa de comprobar que iba a encontrar allí dentro. Un duro glande asomaba por encima de los boxer calvin klein grises.

Jesús: Bien. Ahora chúpamela, chúpamela como en el vídeo.

Le pasé la lengua por la base del pene. Aún en sus calzoncillos la noté temblar. Al llegar al glande que asomaba lo envolví y succioné con los labios y sin soltarlo le bajé los boxer hasta los tobillos sin dejar de mirarle. Su cara de placer fue total.

Levantó las piernas para sacarse los calzoncillos y yo comencé a chupársela de arriba abajo. La polla creció un poco más. No era como la de Diego pero era muy gorda y debía medir unos 17 o 18 cm, y tenía venas visibles y bello recortado. Le descubrí el capullo mientras le lamía la polla por todas partes, siguiendo los pasos que hacía mi madre en el vídeo. Lamer por los lados, chupar y succionar el glande a la vez que le masturbaba y tratar de meterme la mayor cantidad posible de polla era lo que estaba haciendo.

Pude escuchar las arcadas de mamá en el vídeo

¡Qué pensaría mi hija si me viera haciendo esto! - dijo mi madre en el vídeo.

Je... ¿Qué pensarías tú si vieras haciendo esto a tu hija? - dijo jesús en la habitación.

Trataba de meterme más y más polla de Jesús en la boca, pero me dolía la mandíbula de la anchura que tenía y no podía pasar de la mitad. El glande, rojo seguramente por el placer, era tremendamente grueso. Comencé a chuparle los huevos a la par que le masturbaba, y entonces escuchamos algo que nos hizo parar.

Ángel: ¿Estefi? ¿Dónde estás?

Me vino un baño de realidad en ese preciso momento. Ahí estaba yo, con la polla de mi cuñado en mi garganta y mi novio en el salón llamándome. Pensé en que la había cagado a base de bien, y ya me vi jodida de verdad. Quise esconderme pero Jesús sin sacarme la polla de la boca me empujó dos pasos atrás contra la pared y comenzó a follarme la boca.

Jesús: AAAAHH AAAHH que gusto joder, ¡qué morbazo!

La puerta de su habitación se abrió y yo me dispuse a escuchar los gritos de mi novio, ya sin escapatoria, pero no ocurrió.

Jesús me follaba la boca cada vez más profundo y los ruidos y saliva eran cada vez mayores. Ante mi indefensa posición esa polla se sentía poderosa y trataba de abrirse paso en el interior de mi boca.

Ángel: ¡Joder! No sabía que estabas acompañado, perdona , es que no encuentro a mi novia tío, tiene su móvil aquí en el salón y no sé dónde se ha metido.

Jesús: AAaah la vimos antes... hará 20 minutos que se fue, me dijo que no quería despertarte.

Ángel: Joder es que tengo un pedo que no veo nada todavía. Bueno mañana le llevo el móvil a su casa y listo, y perdonadme.

Jesús: Vale tío... AAAHH ¡¡¡CHUPA PUTA!!! ¡¡¡JOOOODER!!!

Las arcadas hicieron acto de presencia. Apenas me sacaba la polla de la boca para dejarme respirar el muy bestia. Por suerte para mí entre la borrachera, el mueble del ordenador y el cuerpo de Jesús mi novio no me vió.

Ángel le dijo a su hermano que era un bestia, que me iba a ahogar. Tuve dos arcadas muy fuertes y cuando Jesús dijo que a mi me gustaba así, mi novio tuvo una fuerte arcada y salió corriendo.

Jesús: Me corro joder ¡¡AAAHHH!!

Apenas había separado mi boca de esa gorda polla para respirar y al dar las primeras bocanadas de aire un espeso chorro me pilló con la boca abierta y pese a escupir no pude evitar que parte cayese por mi garganta mientras varios chorros más me lefaban la cara.

Me levanté y me subí el vestido para tapar mis tetas y escuché a mi novio vomitar en el baño.

Estefanía: Eres un cabrón, me has llenado la boca.

Jesús: aaaah... y porque tenías que respirar, sino te lleno el estómago. No veas como tienes la cara jejeje

Estefanía: Joder joder joder, ¿¡Qué hemos hecho!?

Jesús: Tranquila, pero yo que tu me iría ahora mismo no sea que nos pille.

Sin tiempo de pensar le dije que no me la iba jugar, que salía pitando con mis cosas.

Estefanía: Dejo el móvil porque lo ha visto, cierra la puerta e invéntate cualquier cosa.

Jesús: Ok. Gracias por la mamada. H sido una pasada,casi tan buena como la de tu madre.

Le miré con rabia y salí pitando lo más rápido que pude, justo cuando aún no había cerrado la puerta Jesús escuché a mi novio preguntarle a su hermano que si ya me iba, diciéndole además que sentía haberle jodido el polvo. Como el ascensor no iba bajé por las escaleras tan rápido como pude.

Sentía haberle jodido el polvo dice. Joder, se corona con los comentarios mi novio -pensé.

Cabrón, cabrón cabrón, me has humillado!!, me has metido la polla hasta la garganta mientras mi novio estaba a escasos metros! - pensé mientras me limpiaba la cara camino de casa en mi coche.

No me podía creer lo que había hecho. Había puesto los cuernos a mi pareja con su hermano, con él en casa y a escasos mertros mientras nos veía sin darse cuenta de que era yo. Además esa sensación, ese miedo extremo a ser vista, me había hecho enloquecer y mojarme como una auténtica puta.

Bajé la ventanilla para recibir en mi cara el aire fresco de la noche, lo que quedaba de noche. Tenía un extraño y fuerte sabor en la garganta y al respirar por la boca sentía ese frescor que sientes cuando has tragado algo y ha ido por otro lado. No me gustaba mucho, pero no me desagradó hasta el punto de tener ganar de vomitar.

No dejaban de venirme a la mente las imágenes de Merche doblemente penetrada mientras gemía como una auténtica zorra, debía estar disfrutando de lo lindo. Esas imágenes se entrelazaban con mi polvo con Ángel y el vídeo de mi madre comiéndose la polla de Jesús, y yo haciendo lo mismo y fijándome en como lo hacía ella para copiarla. Me sentía una auténtica guarra y utilizada por Jesús, que parecía haber dominado mi propia voluntad convirtiéndome en un muñeco de trapo para su personal y única satisfacción, no obstante no podía engañarme a mi mísma y pensar que la situación de poder haber sido pillada no me había resultado excitante, y prueba de ello eran los flujos y el calor que emanaba de mi coñito.

Abrí la puerta de casa con una extraña sensación de excitación y sentimiento de culpa, no volvería a hacer algo así, y debía guardar las distancias con mi cuñado. Además había borrado las pruebas de mis asuntos con Jesús, ni bragas, ni fotos ni vídeos. Sonreí y pensé que me sentía ganadora y que bastaba con actuar como si nada con mi novio.

Abrí la puerta de casa y entonces escuché un ruido en el salón. Enseguida pude ver una escena porno en el televisor. Diego estaba recostado en el sofá, dormido. Tenía la polla flácida y los calzoncillos y pantalón de chandal casi por las rodillas. Yo aún sentía el calor en mi bajo vientre y me fijé en su polla. Estaba blanda, pero era como la de mi novio empalmada y era más gorda.

Los sonidos de sexo del vídeo porno del televisor atrajeron mi atención. Una chica presidiaria era penetrada desde atrás por en policía en la celda,mientrastanto se la chupaba a otro que sacaba su polla para golpearle la cara mientras le decía que este iba a ser su día a día a partir de ahora. Estaba doblada y las comentarios y gemidos parecían exagerados, pero los ruidos de los huevos del otro hombre golpeando el culo de la rubia de ojos azules con un cuerpo de espanto era muy excitante. Me senté haciendo bastante ruido en el sillón donde días atrás estuvo mi madre comiéndole la polla a Diego.

Diego se despertó y al mirarse y verse con el pene al aire hizo un primer gesto natural de ruborizarse y taparse, aunque enseguida se quedó tal cual. Se le veía todavía medio dormido.

Estefanía: Menudo cochino estás hecho ¿no? Tocándote hasta quedarte dormido.

Diego: Soy un semental. Te estaba esperando, creía que vendrías antes, pero lo que importa es que has venido por fin. Así podremos aprovechar que estamos solos en casa y follar como conejos.

Estefanía: No vamos a follar.

Diego: Cómo que no, ¿entonces por qué te has sentado aquí?

Estefanía: He pensado que podríamos rememorar por última vez algo parecido a lo que hacíamos hace años. No sé porque, pero si no quieres me subo a mi cuarto y ya está.

Diego: No no, algo así mejor que nada. Además ahora somos más mayores y la cosa podría acabar... de manera diferente.

Estefanía: Bueno, eso no será así.

Diego: Cuéntame Estefi.. ¿Te han follado hoy?

He estado con mi novio, ¿quieres saber lo que hemos hecho? - le dije con voz de chica mala.

Diego me dijo que sí mientras se agarraba la polla y comenzaba a meneársela muy despacio. Comencé a hablarle muy despacio y con voz muy sensual.

Estefanía: Me he puesto el conjunto sexy del otro día. ya sabes... braguitas semitransparentes de encaje rojas, sujetador apretado sin tirantes y el camisón... me acerqué despacito a cuatro patas como una leona.. como una leona hambrienta. Comencé a chuparle la polla sin dejar de mirarle a los ojos y sin utilizar mis manos. Se la chupaba arriba y abajo, le comía el capullo, lo ensalivaba y recorría su polla con mi lengua.

Diego se estaba excitando con mi relato y su polla crecía. Sus manos iban igual de despacio y me pidió que le enseñase las tetas.

Me bajé la parte superior del vestido hasta la cintura dejándole ver mis tetas con sus pezones puntiagudos mirando hacia arriba. Le seguía hablando mientras me los tocaba con mis manos.

Estefanía: Eres un cochino, ¿ya no te acuestas con mamá?

Diego: Tu madre ya ha encontrado otras pollas que comer.

Estefanía: ¡Uy qué pena! ¿Y mi hermanita también pasa de ti?

Diego: ¡Qué mala eres!... sabes que sí.

Estefanía: Uy que penita me das...

Diego: Eres una guarra, ven y acércate que te vea mejor.

Estefanía: ¿Quieres verme mejor? No me voy a acercar, no me fío de ti.

Diego: Ven aquí, no voy a hacerte daño.

Estefanía: Diego sabes que tengo novio y te da igual, solo piensas en follarme... esto es lo más cerca que me vas a ver.

Subí las piernas al sofá dejándole ver mi coñito. El bello había crecido desde que me lo corté en forma de triángulo invertido. Tenía algo de pelo a su alrededor, pero solo en la parte superior y muy poquito. Me comencé a masturbar suavemente mientras miraba la televisión y alternaba con mirarle a él.

La mano de ese cochino subía arriba y abajo y su polla ya tenía un tamaño más que considerable, aunque no estaba totalmente dura. Diego comenzó a jadear y a pedirme que me acercase más y más veces. Con esa visión de su excitación por mí sin haberle tocado, me sentía poderosa, me sentía muy caliente y tardé poco en estar de nuevo lubricada.

En la película, uno de los policías le dijo a la encarcelada que le iba a romper el culo y dirigió su glande al ano blanquito de la rubia. En un par de embestidas se la metió entera, no era virgen eso estaba claro.

Diego se masturbaba mirándome directamente de arriba a abajo con deseo sin decir una palabra, mientras yo seguía frotándome con los dedos sobre mi coñito mojado. Era como una vuelta al pasado. Recordar mis primeras experiencias con él me hacían sentir sensaciones cada vez más calientes y pensamientos más lascivos. Comencé a mirarle con deseo.

Estefanía: ¿Te gusta lo que ves ?¿Eh? ¿Te recuerda a algo?

Diego: Ven. Siéntate más cerca que no puedo verte bien.

Me levanté y dejé caer mi vestido hasta los tobillos. Caminé con los pies juntos y me puse frente a la televisión. Solamente la mesa nos separaba a Diego y a mí.

Me incliné hacia delante dejándole una visión perfecta de mi culo. Noté como mis nalgas se endurecían y separaban, como mi coñito caliente, húmedo y cerrado, se abría muy ligeramente y su calor era ya como una hoguera de chimenea en su momento más intenso. La mano de Diego me tocó el culo con suavidad, luego le siguió la otra, masajeando mis nalgas mientras yo notaba mi coñito caliente abrirse un poco más cuando él las separaba. Paró para quitarse los pantalones y se volvió a sentar. Yo noté el calor de su aliento directo en mi vagina y entonces me puse derecha y me giré hacia él.

Estefanía: Espero que hayas disfrutado, porque ya no vas a disfrutar nada más de mí.

Diego: ¿¡Pero qué dices!?

Estefanía: Digo... que tengo novio y que hasta aquí hemos llegado.

Diego: Vamos no me seas calientapollas Estefi joder, mira como me has puesto.

Estefanía: Quizás lo soy, mira tú por donde.

Diego: Joder mira como tienes el coño, deja que te lo coma y verás como cambias de idea.

Estefanía: Este coño tiene dueña y su dueña dice que no es para ti.

Moví mi cintura y me toqué el coño mientras le decía esta última frase.

A Diego se le veía bastante cabreado su polla estaba dura como una roca y una gota de liquido preseminal enorme le goteaba desde la punta hasta casi los cojones.

Bordeé la mesa para irme rápido porque sentí que me había equivocado y temía que Diego no tuviese suficiente. Tan rápido me quería ir que ni me subí el vestido que lo tenía por los tobillos. Yo ya me había excitado sobremanera y sentía deseos absolutos de follar, pero ya había perdido el control absoluto con mi cuñado y no quería hacerlo ahora con Diego. En un par de días se habría ido y todo volvería a la normalidad.

El mastodonte me intentó agarrar el brazo y yo se lo aparté de un manotazo.

Que no Diego, que tengo novio y ya está - le dije enfadada.

No podía dejar de mirarle la enorme polla mientras le decía esas palabras. Me quedé incluso un momento embobada.

Diego: Vamos, Estefanía, chúpamela un poquito anda, que se te ve que tienes ganas.

¡Joder!, estaba cachondísima. Sentía un impulso sexual absoluto y abrí la boca para decir unas palabras pero no salieron . Diego me acaricio el pelo y me hice arrodillarme frente a él, otra vez me vi como un muñeco de trapo. Cogió mi mano y la llevó a su polla dura y enhiesta. Cogiendo mi muñeca la movió arriba y abajo y me hizo masturbarle. Luego me soltó y por unos segundos lo hice yo sola. Diego comenzó a jadear, yo le miré y entonces pensé en mi novio y la razón volvió a hacer acto de presencia, me levanté y me dí la vuelta.

Diego se enfadó y me fue a agarrar de nuevo, pero esta vez con fuerza. Yo con el esfuerzo para soltarme me caí.

Diego: Me la vas a chupar zorra, vaya que sí, a mí no me jodes más con tus jueguecitos.

Diego lo dijo en un tono que me dio miedo. Me levanté y traté de correr, pero antes de llegar a la escalera volví a tropezarme con el propio vestido. Intenté subir a rastras por la escalera y conseguí sacar un pie del vestido, justo entonces noté la mano de diego en el otro pie. Por suerte me solté y se quedó con el vestido y uno de los tacones en la mano. me levanté como pude y comencé a subir rápido la escalera, pero la torpeza de la tensión del momento me hizo volver a caer y esta vez noté que me agarraba con fuerza por los tobillos.

Yo trataba de dar patadas pero él estuvo muy rápido y metió su cabeza entre mis piernas, quedando mis muslos sobre sus hombros mientras sus brazos se cruzaban en mi cintura.

Como última defensa traté de cerrar las piernas mientras él empujaba con fuerza para abrírmelas. Su lengua rozaba mi coño y ensalivaba la cara interna de mis nalgas y muslos. Yo me quejaba amargamente pero a él le daba igual.

Diego: Calla coño, que lo estás deseando.

Me mordió el muslo y abrí las piernas mientras daba un grito, entonces aprovechó ese momento para incrustar su boca en mi coño y comenzar a chuparlo con mucha energia.

Su lengua iba desde mi escaso bello púbico hasta mi coño pasando por mi clitoris. Yo no pude evitar jadeos entre mis sollozos pidiéndole que parase, pero él no solo no hizo caso sino que se puso de pie sin soltarme.

Creía que nos ibamos a caer por la escalera, pero él se apoyo en la pared. Chupaba mi coño con la lengua, trataba de hundírmela en lo mas profundo. Sorbía mis flujos y yo ya no le decía nada, pues era tal el placer, el calor inmenso y el deseo que me sentía de nuevo totalmente sumisa. Su polla estaba delante mi mis ojos solo que yo la veía al reves los huevos y la polla. El placer, el calor, los olores, en definitiva el deseo pudo más que la razón y me lancé a comerle la polla. Al principio despacito, pero a medida que su lengua me volvía loca, lo hice de manera violenta, atragantándome y teniendo arcadas mientras la saliva caía de mi boca al tapizado de la escalera. Yo me agarraba a su culo por miedo a caerme, pero ese mastodonte no me iba a soltar, se estaba comiendo mi coñito sin apartar la boca como si fuese el mejor de los manjares.

Un par de minutos después me bajó léntamente lo que me permitió apoyarme en mis manos mientras me dejó sobre la escalera, Me dio la vuelta, se puso mi pierna derecha sobre su hombro y comenzó a comerme el coño de nuevo.

No dejaba de mirarme por momentos y de cerrar los ojos haciendo numerosos ruidos que me hacían enloquecer. Yo movía mis caderas y frotaba mi coño sobre su boca. Era como en la escena de video de castings, él no apartaba la cara de mi coño y dos dedos comenzaron a masturbarme rapidamente mientras mi decía cochinadas.

Diego: Mira que te gusta puta, córrete zorra, córrete.

Estefania: Sí sí joder, AAaaaahh mmmmm.

Yo movía mis caderas a un lado y a otro en movimientos circulares sobre sus dedos, un par de lametones y la continua metida y salida de sus dedos fue suficiente para tener un fuerte orgasmo. Un escalofrío me llegó desde el coño hasta la cabeza pasando por toda la espina dorsal. Tensé mis piernas y noté el electrizante placer hasta en los dedos de los pies mi coño convulsionaba y él no dejaba frotar mi clítoris con varios dedos. La mejor comida de coño que me habían hecho jamás, solo por este momento merecía la pena cualquier cosa.

Se puso de pie y subió un par de peldaños sentándose. Me cogió del pelo y me acercó como un muñeco a su polla y yo me la lleve a la boca con sumo gusto. Estaba muy caliente y dura. Me la llevaba a la mejilla por la cara interna y la hacía salir estirándome el labio. La chupaba de abajo arriba, comenzando por los huevos sin separar mi lengua hasta el glande. Por el centro, por un lado, por el otro, la polla era tan grande que se me secaba la lengua al arrastrarla por toda su longitud.

Diego: Chupa puta, sabía que acabarías así. Joder porque has tardado tanto.

Yo solo le miraba y no le decía nada.

Diego: ¿Se te ha comido la lengua el gato zorra?

Seguía chupándosela, envolviéndola entre mis labios, haciendo fuerza de succión en su glande mientras le pajeaba con ambas manos, ese tamaño era descomunal.

Diego: Ven aquí puta verás como ahora si hablas.

Me puso a cuatro patas pero por la postura de la escalera era un follón y subimos a la planta superior. Allí me hizo ponerme a cuatro patas y tras un par de lametones de coño a culo introdujo su lengua en mi culo mientras frotaba mi coño sin sacármela del culo.

Yo gemía y jadeaba, él acercó su glande a mi coño y estuvo jugando sin llegar a meterlo. Estuvo frotándolo, restregándose y yo movia mi cadera hacia atrás deseando ser penetrada.

Estefanía: ¿¡A qué esperas!?

Diego: ¡Vaya! ¿ya te ha vuelto el habla?

Estefanía: Joder estoy chorreando quiero que me la metas ya.

Diego: Pues toma.

Diego de un empujón me la metió hasta la mitad. Sentí un fuerte dolor y placer a la vez, le miré con los ojos muy abiertos.

Estefanía: ¡¡AAAAUUU!! sssssss Me has hecho mucho daño.

Diego: Calla puta, que enseguida te la meto entera.

El coño me dolía, nunca me había metido algo tan grande, ni cuando había jugado alguna vez con un plátano ni al meterme dos dedos. Sacó un poco de polla e introdujo un poco más, la sacó casi entera e introdujo un poco más. La dejó dentro y me dijo que fuera yo la que me la metiese entera.

Fui moviendo mis nalgas y por ende mi culo mientras su polla se abría paso en interior. Dolía mucho menos y el placer era inmenso. Cuando la tuve toda dentro, saqué un poco y me la metí otra vez , una y otra vez, sacando cada vez más polla para empujar mi culo hasta que sus huevos hacian tope. No le debió gustar el ritmo porque apretándome las nalgas comenzó a embestirme más y más rápido. Una y otra vez sus huevos chocaban con mi coño. Me daba tan fuerte que me desplazaba hacia delante y yo tenía que hacer fuerza con los brazos para aguantar el equilibrio. Me daba tan fuerte y me gustaba tanto que mis jadeos y gemidos eran tan seguidos que parecían un largo quiejido. Me sentía llena, las paredes de mi coño envolvían ese pollón y se agarraban a él como tratando de apresarlo para siempre.

Diego: Joder que coñazo tienes. Ésta no es la polla de tu novio ¡eh!

No le contesté.

Me agarró del pelo y me hizo mirarle a los ojos.

Diego: Te he dicho que este no es el micropene de tu novio ¿eh? ¿no me has oído? ¿Qué polla te gusta más la mía o la de tu novio? Contesta puta.

Joder la tuya cabron la tuyaaaaaaaa AAAAAAHAHH - le dije mientras me embestía tan fuerte que no pude más que gritar y apoyarme esta vez en los antebrazos en el suelo, no tuve tiempo ni de pensar si debía cabrearme por el comentario.

Aguantó así por unos segundos y luego bajó el ritmo para acabar con unas embestidas mas lentas y profundas sacando casi toda su polla.

Se sentó pegado a la pared y me puso encima suya apoyándome en las rodillas, sentándome sobre su polla mientras bajaba lentamente hasta el fondo y volvía a subir. Él me comía las tetas y mis pezones estaban muy muy sensibles, los mordia y los estiraba con los dientes.

Estefanía: Joder que pollón tienes, ¡la tiene enorme cabron!

Diego: Bota zorra, ¿te gusta follar?te gusta que te follen ¡eh!

Estefanía: Aaahhm joder me encanta.

Diego: Ya sabía yo que eras una guarra, ven anda. Te voy a follar en la cama de tu madre.

Hicimos un 69 por un rato y luego me dejó medio tumbada de lado con las piernas juntas y flexionadas. Puso un cogín para levantarme la cintura y quedar así mi coñito a la altura de su polla, luego me la metío y comenzó a follarme esta vez más despacio.

¡Qué aguante tenía este tío! Llevábamos follando más de 20 minutos. Aceleró sus embestidas con deseo. De esta manera mi coño era más estrecho si cabe y no me la metía entera porque me dolía mucho. Sentía que me venía otro orgasmo n breve.

Diego se inclinó sobre mí y me miraba a los ojos mientras me penetraba. Mi excitación estaba al máximo. Me susurraba que me iba a follar a todas horas, que le daba igual si estábamos solos o si no, si estaba mi madre o si estaba la suya, si estaba mi hermana o si estaba mi novio, que no pararía de follarme mientras estuviera aquí, y que cada vez que viniese de vacaciones me follaría tuviera novio o no. Sus palabras de superioridad, de macho que hace de la mujer lo que quiere y el placer que me estaba provocando me hicieron venir en otro orgasmo.

Estefanía: ¡¡AAAAH!! ME CORRO OTRA..... VEZ ¡¡¡AAHHAAA!!!.... ¡¡AAH!...

Diego: Toma polla zorra, toma una polla de verdad y no esa mierda que tiene tu novio.

Me corrí y me gustó tanto que hasta los ojos se me dieron la vuelta.

Aún con mi excitación diego me agarrÓ de la cintura y me dejó apoyada únicamente en la parte más alta de la espalda, hombros y cabeza, quedando mi torso casi en vertical y mis pies apoyados en la cama mas alla de donde apoyaba mi cabeza. Desde esa posición me comía el coño con mucha dulzura y yo casi no podia soportar tanto placer pues lo tenia tremendamente sensible y por la posición estaba tan cerca y a la vez yo tan inmóvil que era el súmmum del placer.

Estuvo un rato y yo creía que me iba a desmayar. Acercó su pene e introdujo su capullo en mi coño para sacarlo otra vez. Se estuvo recreando un rato jugando con los pliegues de mi coñito y luego ya introdujo la mitad de la polla mientras se aguantaba con las manos en mis muslos dejándome completamente inmóvil y sumisa.

Diego acercó su glande a mi culo y presionó pero yo le dije que no, que me iba a destrozar.

Diego: Bueno, más tarde ya te daré lo tuyo por ahí. Ahora quiero que me la comas hasta que me corra en esa boca de puta que tienes.

Se sentó a mi lado y yo me incorporé y me fui a poner en la misma cama de lado para chupársela pero él así no quería. Tiró un cogín al suelo y me dijo que desde el suelo de rodillas es como le gustaba más.

Me puse ahí y comencé a masturbarle y chupársela. Le hice lo que me dijo mi hermana de chuparle el perineo, y comenzó a temblar. Apoyé mis labios en esa zona y alternaba entre pasar mi lengua y presionar con ellos mientras le pajeaba. Diego jadeaba cada vez más rápido así que me puse a comerle los huevos sin dejar de mirarle y masturbarle con ambas manos.

Diego: Como la chupas Estafanía joder, has estado practicando ¿dónde me voy a correr?

Estefania: Donde tu quieras.

Diego: ¿Donde yo quiera,eh? Jejeje, menuda puta estás hecha. Me voy a correr en tu boca y no quiero que te lo tragues hasta que me enseñes mi semen llenándotela.

Yo solo le miraba y sonreía le ponía cara de viciosa y succionaba sus bolas, él se estremecía, podía sentir como su polla palpitaba y ver como su capullo estaba cada vez más rojo, un rojo cada vez más y más intenso. Se lo chupé y succioné con fuerza.

Diego: Me corro, me corro.... ¡Me voy a correr en tu boca eh! haz lo que te dije antes.

Córrete donde quieras...- le dije rendida a compensarle todo el placer que me había dado.

Diego: ya viene, YA VIENE AAAAAHAH AAAAAAAAH

Abrí la boca mientras él se pajeaba frente a mi cara y dirigía todos los chorros de su corrida a mi boca. Tuve que soltar un poco porque no me cabía toda en la boca. Fui a tragar pero él no tenía bastante.

Diego: Espera espera, que queda un poco.

Diego se apretó la polla dejando caer unas ultimas gotas en mi boca y restregando lo que le había quedado en el glande en mi labio superior. Me hizo enseñarle la boca llena de lefa.

Diego: Mira, mira mi leche, ya tenías ganas de tenerla en la boca... eh puta. Anda trágatela.

Me la tragué toda y no pude evitar una muesca de asco, y una arcada, era mucha cantidad.

Diego: ¿No te gusta la leche? Jejeje espera que te queda un poco.

Diego recogía con sus dedos el poco esperma que me había caído en las tetas y llevaba sus dedos a mi boca.

Estefanía: Es la primera vez que me lo trago, es un poco amargo.

Diego: Jejeje tranquila que con las corridas que vas a tragar entre hoy y mañana le vas a coger el gusto.

Era la vez aque mas habia disfrutado en mi vida con el sexo, los orgasmos mas intensos experimentados hasta entonces. No había rastro de sentimiento de culpabilidad, no me sentía mala persona por disfutar de mi sexualidad como mi propio cuerpo pedía. Creía lo que me dijo Marta de que todo cambiaría cuando Diego se fuese, lo creía ciegamente, pero entretanto iba a disfrutar de todo lo que me había sido privado hasta el momento por pensar demasiado las cosas, el auténtico y deseado placer sexual.

FIN