La Depresión de Mamá ( 11 de 14)

"Enséñamela" "No, que eres muy pequeña"... "La voy a chupar"... Cris cuenta as Estefanía cómo empezó todo con Diego...

LA DEPRESIÓN DE MAMÁ

Episodio 11

Era Miércoles por la tarde. Me había pasado los últimos dos días en la biblioteca. Había conseguido concentrarme en los estudios para apartar por un momento de mis pensamientos todo lo sucedido ese fin de semana y además me había servido para adelantar mucho para los exámenes que estaban a 6 semanas de llegar. Ese día estaba en el gimnasio haciendo clases de Aeróbic y luego unas clases de GAP(gluteos, abdominales y piernas).

Subí al vestuario a darme una ducha pero antes de desnudarme miré el teléfono móvil que estaba en la taquilla.

Entré en el WhatsApp y tenía un par de mensajes de Marta y uno de Jesús.

Jesús: Ey preciosa, no me comentaste la foto ¿No te parece bonita?

Era de hacía varias horas pero contesté, y como la otra vez, al instante estaba allí Jesús.

Estefanía: La hiciste a traición, de que me sirve recuperar mis bragas si me sacas una cosa peor que quien la viera podría pensar cualquier cosa.

Jesús: Cualquier cosa no. Pensaría que estás disfrutando de un tierno beso con un tío con un cuerpazo :p ¿Qué te parece eso?

Estefanía: No sé que esperas que te conteste. Me han salido caras las bragas.

Jesús: No me dirás que no te parezco sexy... ¿Tan hipócrita eres?

Estefanía: Pues hombre, no. No lo soy... estás bien la verdad.

Jesús: ¿Solamente bien? ¡qué decepción! Porque tu eres un pivón y yo creía que con la foto verías que hacemos una gran pareja.

Estefanía: Hombre estás muy bien, eso no lo puedo negar, pero lo de buena pareja olvídate porque yo ya estoy con tu hermano.

Jesús: Vamos que de tu frase saco en claro que te gusto, y que si mi hermano no estuviera presente, el beso del otro día sería solo el comienzo y ya me habrías hecho un baile sexual de los tuyos :D

Estefanía: Jajjaa como te gusta montarte las peliculas.

Jesús: Espera un momento, que voy a ver si compro una pistola para matar a mi hermano. Así consigo dos objetivos. Follarte sin que tengas la excusa de tener novio y matar a mi hermano de manera rápida que tampoco es cuestión de hacerle sufrir, ¡que le quiero cojones!

Estefanía: jajajajaajjaaja

Vamos, que te agrada la idea de que te folle ese culo de puta que tienes, seguro que has ido al gimnasio y te has puesto a menearlo. Te gusta ver como te miran, te gusta sentirte deseada y te gusta el rollo este que tenemos tu y yo, ¿eh?- me contestó el hermano de mi novio.

Me quedé por un momento en shock. Jesús era así, amable y de repente me azotaba con palabras como si lo hiciera con su propia mano en mis morros.

Repasé la conversación y vi que tenía sus motivos para darme caña. Jesús había insinuado que mi novio era lo único que se interponía entre él y yo, o más bien entre su polla y mi coño, y yo había reído no solo en el WhatsApp sino también en la realidad.

El camino de vuelta a casa me lo pasé pensando si realmente era verdad, si mi novio era lo único que se interponía entre nosotros. Luego pensé en Diego y en sus duras palabras llamándome guarra delante de mi hermana, diciendo que la envidiaba... ¿Pero era cierto? No lo sé, estaba muy angustiada.

Empecé a pensar en mi novio y en todo el tiempo que llevábamos juntos; las cenas juntos, los paseos, las risas, el cine, los tiernos besos y abrazos. Lo único malo era el sexo, pero se estaba esforzando mucho y tenía pinta de mejorar, además ¡era tan guapo y educado!

Fui al cuarto de mi hermana. Al entrar escondió algo bajo la amohada.

Estefanía: ¿Qué escondes ahí?

Cris: Pues... una revista.

Estefanía: Anda Sácala.

Mi hermana sacó la revista que Diego me lanzó en la habitación, la porno de cuando éramos más pequeños. Le pregunté si le importaba que la mirásemos juntas, y no puso impedimento.

Estaba tal y como lo recordaba, con sus fotos simulando una secuencia para mostrar una historia. Supongo que a su vez serían videos y que de ellos sacaban la historia.

La primera historia era sobre una chica cuyo novio se iba a jugar al padel con dos amigos y ella no quería. La mujer, una morena de pelo largo y liso con tetazas, les ponía polvos en la bebida que les hacía empalmarse y luego se los follaba a todos, marido y amigos. Lo mejor eran las frases.

esta puta nos ha metido algo en la bebida - decia uno

Joder tu mujer es una puta, creo que quiere fiesta de la buena - decía otro

"Bueno chicos vosotros sois mis amigos", "cariño lo has conseguido a la mierda el partido" o "que bien la chupa la cabrona cuando le revientan el ano" eran otras de las frases que decía el marido.

Pollones, sexo anal, dobles pentraciones y corrida en la boca de la mujer, y el marido ahí como si nada. Ver esas fotos a modo de historieta me había comenzado a calentar.

Otra historia trataba sobre un chico que enseñaba un yate a una rubia y ella le preguntaba si había algo dentro y al llegar y ver todo le preguntaba si no había algo más escondido tocándole la polla por encima del pantalón. Luego se la chupaba, le comía los huevos le cabalgaba y finalmente sexo anal y corrida en la boca y cara.

Es lo curioso de aquellos momentos. Esas imágenes eran suficientes para imaginar todo el proceso, todo el acto sexual y eran nuestro primeros contactos con el sexo. Comencé a recordar aquello, los magreos con Diego y como se masturbaba delante mía hasta eyacular, y lo mucho que me excitaba en aquel entonces estar en la cabaña con él; nuestro secreto.

Mi hermana comentaba que le excitaba mucho, pero que le gustaba más ver vídeos. Yo le expliqué que nosotros por aquel entonces no teníamos ordenador para nosotros mas que el de papá en el despacho y entonces no podíamos ver nada, por lo que era más difícil.

Le dije que teníamos una conversación pendiente también.

Estefanía: No hemos hablado de lo del otro día. Antes de preguntarte nada, me gustaría que hablases tú, y me contases lo que creyeses oportuno.

Cristina: Mira Estefi... Yo siento que nos vieras, no pensé... ppf con el calentón me dejé llevar.

Estefanía: ¿No te dije que no era bueno para ti? ?No te conté que se había propasado conmigo en el baño? Es que no lo entiendo.

Cristina: Ya , yo sé que tu esperabas que actuara de otra manera. Supongo que querías protegerme, pero cuando me contaste todo aquello, con la imagen de Diego marcando paquete por la mañana y vacilando y que tu me dijeses que la tenía grande me hizo sentir curiosidad.

Estefanía: ¿Curiosidad?

Cristina: Sí. Quería ver si era tan grande. Quería ver si le podía poner yo nervioso a él, como te ponía él a ti, no sé como explicarlo.

Estefanía: Pero tú sabías que se tiraba a mamá según dijiste, y no solo eso me viste a mí...

Cristina: Sí, lo sabía desde el día que te conté. Verte ahí mirando hacia el salón, tocándote, no ver a mamá en su cuarto, luego verte ir a la cocina y ver a Diego después y mamá ir detrás desnuda y por lo tanto descubrir porqué te tocabas. Y cuando mamá subió y tenía el pecho lleno de semen pues ya para qué decir más. Además de calentarme sentí más curiosidad. Mamá estaba más contenta últimamente y debió ser por el sexo. Tú te sentías excitada, no puedes negarlo porque te tocabas. Ese chico desprendía deseo sexual, y eso que no tiene un cuerpo del otro mundo... menos... ya sabes. Jijiji

Aunque me doliera lo que decía, tenía razón en todo. Estuve hablando con ella, le dije lo que sentía, le dije que sentía atracción y deseo cuando veía follar a mamá y Diego; que desde el primer día tenía un calor y deseo sexual desenfrenado y que tenía problemas con mi novio en la cama, aunque se estaban solucionando.

Me parecía increible. Siempre le contaba de todo a mi hermana y ella a mí, pero creo que nunca le había hablado de mi vida sexual, más que algún pequeño consejo en su primera vez y con algunas dudas que tenía, a decir verdad ahora estaba más aventajada que yo en este tema.

Le pedí que me contase todo lo que había hecho hasta el momento con Diego, que lo hiciese sin miedo y contando todo, pues ya no había tabúes entre nosotras después de haberle visto siendo enculada como una perra. Así lo hizo, pues no dejó muchos detalles.

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""Tras todo lo visto aquella noche, sentí un deseo enorme de ver el pene de Diego, y ver si era tan increíble como decía. Al día siguiente, te fuiste todo el día a la biblio y Diego subió a mi cuarto a entregarme ropa que mamá había doblado. Le dije que la dejara sobre la cama y le pedí que me ayudase con una cosa de matemáticas que no entendía. Se puso nervioso pues no tenía ni puta idea de matemáticas, pero como ya sabes, a mí se me dan de lujo

En un momento cogió la libreta mirando mis apuntes y estaba de rodillas sobre la cama. Yo me levanté y cerré la puerta y al volver le pregunté si sabía lo que estaba leyendo, me contestó sinceramente que no. Me reí y le pregunté directamente si de follar sabía más.""

Diego: ¿Qué preguntas son esas? Eso no son temas de matemáticas ¡eh!

"Se le veía un poco nervioso así que me sentí fortalecida"

Cristina: Mi hermana me ha dicho que no me acerque a ti, que eres un cerdo. También me dijo que la tienes muy grande, pero yo creo que no es así. Los que vacilan son los que más tienen que esconder.

Diego: No he conocido a otro que la tenga como yo. Pero vamos que no es asunto tuyo, tú eres muy pequeña.

Cristina: No te creas.

"Le acerqué la mano al paquete y se puso aún más nervioso, soltó hasta los apuntes. Llevó sus manos a las mías y las separó.

Le pedí que me la enseñase que quería verla"

Diego: Mira cris, sé que estás en una edad mala, pero no te conviene hacer tonterías conmigo.

Cristina: Enséñamela.

Diego: Cris, por favor, sí entra tu madre ¿qué?

Cristina: Tú hazlo, mi madre te ha mandado a traerme la ropa por no subir, así que no creo que tenga muchas ganas de aparecer por esa puerta.

Diego: Vale, pero un momento.

"Se bajó el pantalón de chandal y sacó su polla por encima de la goma. Estaba flácida, pero en ese estado ya se veía enorme. Le dije que me dejara tocarla y me dijo que no,por lo que yo fui directa con mi mano y él nuevamente me la separó, aunque viendo que no se la había vuelto a meter en el pantalón estaba claro que no me sería difícil lograr mi objetivo. Seguí insistiendo y me dejó tocarla un poco. Noté como entraba en calor, su suave tacto y como crecía en mi mano. Se la meneé un poco."

Diego: ¿Qué? ¿Satisfecha?, ya podemos parar.

Cristina: La voy a chupar.

Diego: No..no no.

Cristina: Sí.

"Me la llevé a la boca. la desacapullé con la mano derecha y rodeé su glande con mi lengua. Sé que eso les encanta y les hace empalmarse antes. Empecé a metérmela en la boca, sorbiendo y estirándola para tratar de que se empalmará. Me separó y me dijo que ya era suficiente, que había que parar. Le dije que no y me lancé con fuerza a mi tarea de nuevo. Puse mi mano izquierda bajo sus huevos y su polla empezó a crecer. Tras unos segundos su polla ya estaba dura y al oir sus jadeos supe que ya lo tenía a mi merced. Empecé a chuparla de arriba abajo, le lamí los huevos y los sorbía en mi boca."

Diego: Joder, que bien lo haces, no es la primera que te comes.

Cris: Jajaja no. Ya me he comido varias.

Diego: Joder me tengo que tumbar.

"Diego se tumbó en la cama y yo seguí chupando. Lamiendo su base. Recorriendo cada centímetro con mi lengua y sorbiendo con fuerza su rosado capullo mientras él se estremecía y me hacía tragar más y más. Cada vez que separaba mi boca él parecía sufrir. Le chupé en la zona del perineo, ya sabes la que está entre el culo y los huevos. En esa zona se vuelven completamente locos jajaja. Le dí un beso suave y luego un lametón. Después acerqué más los labios y sorbí y lamí con mi lengua mientras con ambas manos le masturbaba con fuerza. Jadeó más rápido y entonces me dijo que quería comerme el coño, que nunca se la habían chupado así.

Aunque me lo hubiera querido follar no teníamos preservativos, y además estando mamá en casa era una locura. También lo era desnudarnos, así que él se dejó la camiseta puesta y el pantalón sin apenas bajar y yo que llevaba el pijama solo me bajé el pantalón sin quitármelo y ni me quité el sujetador.

Me pusó sobrea la cama y él se quedo a los pies de rodillas."

Cristina: Me gusta llevarlo recortadito, espero que no te importe.

"Yo ya sabes que tengo el coño depilado por los lados pero arriba me gusta tenerle recortadito. No abundan los chochitos pelirrojos y él mío tan rosadito creo que es aún más sexy."

Diego: Me encanta, parece de fresa.

"Le pasé la pierna izquierda sobre su hombro y comenzó a comerme el coño. Yo ya estaba excitadísima. Chupar pollas no lo hago por cumplir, me gusta mucho y hace que me caliente antes. Me lamía de abajo arriba y se metía el clitoris entre los labios. Ese chico sabía lo que hacía. De los 3 chicos que me habían comido el coño hasta entonces ninguno sabía hacerlo como él; se notaba la experiencia."

Cris: aaaahhh mmm aahh que bien lo haces...

"Él me miraba a los ojos, se chupó un dedo y comenzó a metérmelo mientras no dejaba de chupar y succionar. Le sorprendió mi estrechez, pues no pudo meter el segundo hasta bien dilatado mi coñito. Ver su lengua apartar mis labios y recorrer cada centímetro con cara de estar disfrutando de un manjar era demasiado. Entonces me dió la vuelta y me puso a cuatro patas."

Cris: Tío sin condón no follamos y menos aquí en casa con mamá abajo.

Diego: Tranquila, no estoy tan loco.

"Me dio varios lametones del coño al culo y entonces clavó su lengua en mi culo mientras no dejaba de follarme con dos dedos, mi estrechó conejito.

Jamás había tenido una lengua en mi culo y eso más la follada de dedos me hizó gemir muy fuerte. Tuvé que ahogar mis gemidos con la almohada y entonces sentí que me corría. Él metió su boca en mi coño y succionó con mucha fuerza, mis espasmos adelantaron el orgasmo y él no se separó en ningún momento. Yo notaba como su boca sorbía mis fluidos y eso creo que fue el motivo de que mi orgasmo se prolongase. No había tenido ninguno tan intenso, almenos hasta la follada del domingo.

Se puso a mi lado de rodillas y le chupé la polla sin levantarme, entonces escuchamos que mi madre me llamaba desde abajo y tuvimos que parar. Salí yo primero y le pedí que airease la habitación y saliese enseguida pero que esperase a no oirnos, que no quería que mi madre viese que venía de mi cuarto.

Ese día por la noche cuando todos dormíais me acerqué a su habitación y le hice una mamada de campeonato dejando que se corriera en mi cara.

Al día siguiente fuimos a la cabaña con la excusa de que yo quería ir a correr, y allí estuvimos 30 minutos follando, como pudimos, pues su polla no me entraba entera. Se la chupé hasta el final y volvimos a casa. Te contamos que le dio un mareo y todo lo demás. Lo demás fueron alguna mamada esporádica hasta el día que nos vistes. Siento haberte mentido"

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Estefanía: Buuuf que calor hace aquí. Madre mía ¿Y ahora que piensas hacer?

Cris: Ya le he dicho que no vamos a hacer nada más y que conmigo ha terminado, que lo del otro día fue demasiado para mí.

Le dí un beso y un abrazo y salí de allí feliz, pero con un calentón de narices.

Me dirigí a mi habitación. La puerta de la habitación de Diego estaba sin cerrar del todo y me asomé con curiosidad. Diego se estaba masturbando. El muy cerdo se tocaba ahí sin miedo a ser visto. Tenía la polla dura como una estaca de madera, su glande era grueso y rosado, y se escupía en la mano para darse mayor placer mientras su mano derecha subía y bajaba.

El sonido de su mano al chocar con los huevos, algo así como "FAP FAP FAP". El sonido húmedo de su mano resbalando en la saliva que rodeaba al glande y se extendía cada vez más por el tronco, su cara de excitación, y sobretodo el enorme tamaño de esa verga habían vuelto a despertar mi ya habitual voyeurismo. Tenía razón el capullo de Diego por más que me enfadase oírselo decir. Me había duchado en el gimnasio, pero mis bragas estaban húmedas otra vez. Es increíble lo que lubricaba últimamente y la facilidad que tenía para hacerlo. Sentía que mi coñito pedía guerra a la mínima oportunidad, y de hecho desde el último polvo con mi chico habían pasado varios días. Miré al pasillo y me asomé a la escalera. Mi madre y Merche estaban en la cocina preparando la cena. Mi hermana estaba en el cuarto y no solía salir hasta la cena, así que seguí miriando por el hueco de la puerta.

Diego aceleraba sus meneos, y cambiaba de ritmo para extenderse más saliva alrededor del glande. Cogió el móvil y se puso un video que parecía porno por los sonidos. No alcanzaba a oir lo que decían y sin quererlo me apoyé en la puerta, la cual cedió un poco abriéndose. Rápidamente me moví y me metí de golpe en mi habitación.

Cerré la puerta y me quedé escuchando pegando la oreja. No se escuchaba nada. Me senté en la cama.Estaba muy cachonda. La situación de ser pillada me había calentado más. Necesitaba tocarme para quitarme el calentón, así que me bajé los pantalones y las bragas, que estaban chorreando.

De la excitación que tenía me las llevé a la nariz para olerlas. Me gustaba su fuerte olor, el olor a sexo, el mismo olor del que se impregna la habitación cuando me toco, y el que se mezcla con los olores de mi novio cuando follamos.

Merche subió llamándonos para la cena. Me puse el pantalón de pijama y salí con las bragas en la mano para llevarlas a la cesta de ropa sucia que teníamos en el vestidor. Al salir, Diego me cogió del brazo en el que tenía las bragas.

Suelta - le dije enérgica.

Diego me agarró y me metió para la habitación justo cuando la puerta de la habitación de mi hermana se abría. Merche ya bajaba la escalera.

Me puso contra la puerta como tantas otras veces y me quitó las bragas de la mano.

Te gusta mirarme ¿eh puta? Te pone cachonda verme la polla. - me dijo al oido echándome su calido aliento.

No sé de qué me hablas - le dije sin mucha convicción.

Hablo de esto - Diego acercó las bragas húmedas a mi cara. Yo traté de apartar la cara pero él me sujeto con la mano derecha la cabeza contra la puerta.

Diego: Mira que guarra eres, mojaditas... como una sopa.

En el gimnasio se suda mucho, y en todas partes - le dije

Diego: Vamos, sabes que ya te duchaste antes de venir. Has movido la puerta mientras mirabas. Sabía que ibas a hacerlo, por eso la he dejado abierta.

Estefanía: ¿Por qué no te tiras a mi madre y me dejas en paz?

Diego rozaba su verga contra mi culo, otra vez, se notaba dura. El cabrón se la sacó del pantalón y sin soltarme la cabeza me empezó a dar golpes con el pene en mi culo. Yo trataba de apartarlo dando culazos hacia atrás, pero él se lo tomaba a risa.

Diego: Jaja mira como meneas el culo, celosona. ¿Quieres que te la meta niña mala? ¿Aquí antes de cenar?

¡¡¡Chicos la cena!!! - grito mi madre desde abajo.

Estefanía: Vamos tenemos que bajar.

Diego: Vamos.Dile que un minuto.

Diego me llevó del pelo contra la pared junto a la puerta y la abrió.

Estefanía: ¡¡Ya voy un minuto!! Me estoy poniendo el pijama.

Diego: Eso es, guarilla ¿te gusta lo que te hago?

Diego me besaba el cuello y con su mano izquierda me agarraba el pelo mienrras rozaba su polla directamente entre mis piernas. El roce de su erecta verga entre mis piernas con el fino pijama y no llevando las bragas era casi como el roce directo, y con el calentón y la sensibilidad extrema que tenía últimamente no tardé en gemir y perder fuerza de resistencia.

Estefanía: Diego por favor... te lo pido... no me hagas esto...

Diego: Es lo que deseas... lo que deseamos los dos... llevamos esperando esto muchos años.

Estefanía: Ta te he dicho que tengo novio, y que me da todo lo que necesito.

Diego: Ja... Si te diera todo lo que necesitas no habría ido al médico a tratar su problema.

Estefanía: Pero ¿c-c-como s-sabes tú eso?

Le miré más que sorprendida.

Diego: Decías que tu novio no tenía nada que envidiarme, que tenía la polla algo más pequeña que yo cuando en realidad es un micropene a mi lado. Decías que follaba mejor que yo y resulta que se va en un par de minutos o incluso menos, y para colmo dices que te trata mejor, y lo que pasa es que no sabe como quieres que te traten.

Me quedé muda, solo se escuchaba mi respiración acelerar. Sin quererlo comencé a acompañar los movimientos de la polla de Diego sobre mi entrepierna y entonces me soltó el pelo.

Diego: Sé que tienes ganas cariño, pero tenemos que cenar.

Diego me besó en el cuello tiernamente abrió la puerta y se fue. Yo tardé un par de segundos en reaccionar pero le seguí.

Estuve toda la cena como ausente. Si Diego me había inmovilizado ¿por qué me sentía tan mal?¿Por qué demonios acompañé el vaivén de su polla con mi culo? ¡Por dios!...Sentía que le había puesto los cuernos a mi novio. Me sentía fatal.

Merche me dijo que estaba muy rara, y mi madre dijo que llevaba días muy distante. Yo evadí el tema y mi hermana me ayudó contando cosas de su instituto. Había sido un día muy largo.

Después de cenar fui a la habitación llevándome un bol de fresas con chocolate y empecé a comérmelas mientras hablaba por WhatsApp con Marta. Le estuve contando todo lo sucedido desde nuestro último encuentro, con pelos y señales;todo. Los chicos tratando de ligarse a mi madre y consiguéndolo. La bacanal que desembocó en orgía, lo que le escuché a mamá y Merche, que vi a Diego follándose a mi hermana, y terminé explicando lo de esta noche. Me dijo que fuese a su casa a desahogarme, que podía quedarme a dormir. Le pedí permiso a mamá y no puso impedimentos.

Estuvimos hablando casi toda la noche. Yo no podía evitar llorar al mostras mis sentimientos más profundos.

Estefanía: ¿Cómo puedo sentirme atraída al ver a mi propia madre tener sexo? ¿Cómo puedo ir con intención de evitar que mi hermana se acueste con Diego y luego me quedo mirando el espectaculo? Tía, que estuve a punto de agacharme al pilón a sus órdenes si mi madre no llega a llamar.

Marta: Estefí, tienes un cacao mental de tres pares de cojones. No te voy a negar que yo nunca miraría a mi madre follar ni creo que me excitase verlo, aunque mi madre tiene 8 años más que la tuya pero en apariencia tiene 15 más. Se te ha juntado la falta de sexo con ver a tu alrededor a todo el mundo disfrutando. Encima es un chico con el que te iniciaste en el sexo.

Estefanía: Nunca llegamos a más que una paja.

Marta: Es igual, pero os masturbábais juntos, os sobábais y magreábais y tú le mirabas y él te miraba. Veíais porno juntos compartias unos momentos sexuales de tal magnitud que ni siquiera en un año con tu novio has compartido. De hecho ni yo con mis novios creo que haya compartido tanto. El sexo no es solo meterla y sacarla, y tú aún pareciendo una mojigata has sacado tus instintos más oscuros.

Estefanía: Pero ¿y mi novio? ¿Por qué no consigo pensar exclusivamente en él? Yo le quiero.

Marta: Como ya te he dicho, es por la presencia de este cerdo. Digamos que eres dos chicas. Una modosita que solo piensa en su chico y en quererle, y otra que es una cabeza loca que le gusta mucho el sexo en todos sus aspectos. La modosita encerró a la otra y tiró la llave, pero ha venido Diego y la está buscando mientras la chica "mala" trata de salir.

Estefanía: Entonces ¿¡qué debo hacer!? Mis calentones son cada vez peores, no puedo aguantar más, y mi novio está cansado del trabajo y no puedo agobiarle con el sexo, no ahora que va a mejor.

Marta: Juega con él. Id de compras. Compra algo sexy. Hazte fotos y se las mandas. Y tócate más chica, no sé que más decirte. Como has dicho, el domingo de la semana que viene se va Diego. Entonces podrás volver a tú vida.

Me sonó el whatsApp. Era Jesús que me mandaba fotos y un vídeo. Las fotos eran de él en calzoncillos apretados frente al espejo marcando paquete. Una sacando morritos y tocándoselos con el dedo. Otra agarrándose el paquete y sacando la lengua etc. Las había de todas las formas. Le enseñé todo a Marta.

Marta: ¡Madre mía qué cuerpazo! Si lo sé le hago pasar a casa el otro día jijiji¿y ese video?

Estefanía: No sé tía, ¿lo vemos?jiji.

En el vídeo se veía la televisión, el sofá y una cabeza de espaldas que debía ser mi novio. Grababa como se acercaba con el móvil el cerdo de mi cuñado con mis bragas rosas en la mano y se apoyaba en el sofá con una mano y la otra al borde con las bragas. Le decía a Ángel que le tenía que contar algo pero que temía la repercusión de decírselo. Su hermano se ponía serio y le decía que eran hermanos y que lo mejor era contarlo. Jesús le dijo que le diera unos días, y que entonces se lo contaría todo. Se echó las bragas al bolsillo y fue al baño. Allí se grabó en el espejo y cogió mis bragas mientras las olía.

¿Qué crees que podría contarle yo a mi hermano? -dijo

El vídeo terminó. Me sentí fatal. No dormimos mucho y nos fuimos juntas temprano a tomar un café.

Coincidimos con Jesús, en el Starbucks. Parecía que nuestros caminos se cruzaban. Llevaba una camisa apretada azul dejando intuir su cuerpazo, y una chaqueta vaquera colgada del respaldo Llevaba también unos vaqueros grises. Pasamos de largo haciendo como si no le hubieramos visto.

Al rato se acercó al baño y al salir nos miró y siguió adelante. Yo me levanté y fui a saludarle, entonces me saludó él, pero antes de poder comentarle algo respecto al vídeo de ayer, me evitó diciéndome que había quedado y acababan de llegar. Llegaron dos chicas, bueno, mejor dicho dos mujeres. Mujeres de unos 35 años. Una morena de pelo corto con un vestido gris y tacones y bolso a juego y otra rubia pelo largo liso que llevaba vaqueros y una blusa con un escotazo exagerado. Se saludaron y se sentaron con él, dejándome allí plantada.

Marta y yo pedimos otro café y seguimos charlando. Comentamos que tenía que buscar la manera de hacerme con el móvil de Jesús y borrar todas nuestras conversaciones y fotos aunque principalmente tenía que recuperar mis bragas. También comentabamos o criticábamos a esas mujeres que llevaban mucho maquillaje, y estaban muy arregladas. Parecían listas y preparadas para zorrear desde las 10 de la mañana. Aunque me cueste admitirlo, me había sentado mal que no hablara conmigo, que no me las presentase y se sentara con esas zorras.

¿Celos también de este cerdo hijo de puta? Al final va a ser verdad que te gusta que te den caña, Estefanía - Pensé...

CONTINUARÁ...