La Depresión de Mamá ( 10 de 14)

Estefanía se salvó por los pelos de ser descubierta pero... ¡Soy una puta! ¡joder! "¡¡fóllame el culo cabrón!!" ¿Qué ha pasado?

LA DEPRESIÓN DE MAMÁ

Capítulo 10

A las 6 y poco llegué a casa. Me fui a la cama, aún era de noche. Bajé todas las persianas y me acosté. Aún con la tensión de la situación me encontraba muy cansada.

Había besado a 4 chicos esa noche. Ni cuando estaba soltera había hecho nada igual. Justifiqué el beso a Gabi por la necesidad de no ser descubierta, y el de Jesús por mis bragas. Mi novio era mi novio, pero el problema fue el que me di con Diego. Al principio no quería, pero luego mis labios se dejaron llevar y si no llega a ser por mi hermana, miedo me da pensar qué hubiera pasado.

Como he dicho, estaba muy cansada, y en medio de mis pensmientos me quedé profundamente dormida.

Algo más tarde escuché abrirse la puerta y acercarse alguien, pero yo seguía muy cansada.

Mamá: Estefanía... oye... ¿Te encuentras bien?

Mi madre susurraba y me dio un beso en la mejilla. Posó su mano sobre mí moviéndome para despertarme. Me hice la remolona y me dio otro beso. Abrí ligeramente los ojos. Llevaba el vestido de anoche y el pelo alborotado. Su aliento olía a menta y me enfadó sobremanera pensar que me había dado un beso sin haberse tan siquiera limpiado los dientes tras pasarse la noche comiendo polla y tragando semen.

Le dije que me dejara, que quería dormir, pero levantó la persiana y con tanta luz me incorporé, apoyándome en el cabecero sentada en mi cama. Mamá me dijo que eran ya las cuatro de la tarde.

Estefanía: ¿Las cuatro de la tarde?

Mamá: Sí las cuatro.

Estefanía: Y llevas la ropa de ayer... ¿dónde has estado?

Mamá: Pues por ahí.

Mi madre abrió la ventana y dijo que olía a cerrado, que si mi novio oliera la habitación se desenamoraba.

Estefanía: Pues a ti te canta poco el aliento.

Mamá se hecho el aliento en la mano y dijo que olía a menta, que qué decía.

Estefanía: Jaja pues has dudado.

Claro que has dudado cacho guarra... porque hace unas horas estabas comiendo polla a base de bien y has tragado semen como una auténtica ramera - pensé.

Mamá: Bueno, vas a bajar ¿o qué?

Estefanía: Me doy una ducha y bajo

Mi madre iba a salir de la habitación, pero entonces me miró y como con dudas, me preguntó que donde habia estado yo, que le había dicho mi hermana que vine y me volví a ir. Le mentí y le dije que había discutido con mi novio y que con los examenes a la vuelta de la esquina estaba un poco agobiada y me fui a dar una vuelta. Pareció aceptar la respuesta y me dijo que tenía canelones en la cocina que quedaron de ayer, que los calentase en el micro que ella no iba a cocinar porque estaba cansada.

Me di una ducha rápida y me puse un chandal; total, no pensaba salir de casa. Fui a bajar la escalera y no se porqué bajé muy despacio. Cuando iba a ir al salón, al poco de acercarme a la vista, escuché algo de una polla, y volví a mi posición de poder mirar sin ser visto.

Solo veía el pelo de mamá y el de Merche. Estaban sentadas una al lado de la otra hablando muy bajito.

Mamá: Pues sí que tenía la polla enorme. ¿Tú habías visto otra igual?

Merche: No, te juro que nunca vi una tan grande. Y he visto muchas, te lo garantizo jijiji.

Mamá: Yo tampoco, aunque yo he visto menos.

Merche: Bueno, viendo como te soltastes anoche, de aquí a un par de meses ya habrás visto muchas jejeje.

Mamá: Shhh a ver si nos va a oir mi hija. Lo que me faltaba, que se entere que su madre ha follado con más de un chico a la vez.

¡Hija de puta! no solo folla a Gabi sino que algo más cayó - pensé

Merche: Es que al principio estabas reticente, pero madre mía.

Mamá: Cuando entró Alberto con esa polla tan apetecible y dura como una roca, y yo... con el conejo hecho agua de chupársela al guaperas contigo, pues no pude evitarlo y me lancé a por él.

Merche: Jajaja el chico no creía lo que veían sus ojos. Cuando lo tiraste sobre la cama, te pusiste encima y te la metiste de golpe y comenzaste a botar tan fuerte sobre él el chico, me miraba a mí como diciendo: "¿Estoy en el cielo?¿Me he muerto ya?

Mamá: Jajaja ya te digo.

Merche: Luego nos dejamos llevar demasiado.

Mamá: Sí tía. Yo creo que nos echaron algo en la bebida esos cabrones.

Merche: No, lo que pasa es que tenías una pena tan grande encima que te volviste loca. Y con esos chicos tan jovenes, rejuvenecistes 20 años jijiji.

Mamá: Yo hace 20 años estaba con mi marido, y nada más.

Merche: Pues yo creo que ayer sacaste a la golfa que llevas dentro. Estaba mansa, pero ahora está dispuesta a todo.

Mamá: Oye que yo no soy lesbiana, lo de ayer fue algo que.. buuf. No sé como ocurrió.

Merche: Para no ser lesbiana me comías el coño que daba un gustito mmmh, aún me acuerdo.

Madre mía al final resuta que mi madre había comido almeja también, y eso que era reticente a meterse en la habitación.

Mamá: Shhh, ¡¡Mi hija!!

Merche: todas tenemos algo de bisexualidad, y cuando digo todas es todas.

Mamá: Pues permíteme que te diga, con todos los respetos, que yo ahora solo de pensarlo, me entran arcadas.

Merche: Jajajajaja Porque con el calor salen los más profundos instintos de cada uno. Con el sexo en general pasa igual. Yo no tragaría semen salvo estar muy excitada. Si me lo imagino mientras estoy comiendo, vomitaría, es normal.

Jajaja - rieron las dos.

Ya no aguantaba ni quería oir nada más, subí las escaleras y cerré la puerta de mi habitación de un portazo para que se escuchase bien. Al bajar la escalera mi madre se asomó.

Mama: ¿Y ese portazo?

Estefanía: Dejaste la ventana abierta y se ha cerrado con el aire.

Mamá: ¿Vas a comer algo?

Le contesté que sí, pero que me lo comía en la cocina.

Mamá: ¿Te pasa algo hija? Te noto muy rara.

Estefanía: Nada, cosas mías.

Me fui a la cocina y puse un plato pequeño de canelones en el micro. Cuando estuvo listo, me senté en la mesa de la cocina.

Merche vino y me dijo que le acompañase al salón, yo no quería pero, ante su insistencia, no me pude negar.

Mientras comía me estuvieron atosigando a preguntas sobre qué me pasaba exactamente y dónde estuve ayer. Estuve dando rodeos y al final les dije que fui a la cabaña.

Merche: ¿A la cabaña de cuando erais crías?

Estefanía: Sí, a esa.

Merche: Pues allí iban Diego y Cris.

En ese momento caí en la cuenta. No estaban en casa. Les pregunté si habían vuelto a salir a correr y me dijeron que no, que se llevaron unos sandwiches, una escoba par limpiar, una manta vieja y un par de cojines, que se habían ido a las 14 y que dijeron que volverían antes de anochecer.

Recordé entonces las palabras de Diego en el WhatsApp; que él se encargaría de cuidar de mi hermana. Eso sí que no. Mi madre ya era una mujer adulta, pero mi hermana era una cría, almenos mentalmente aunque estuviera ya totalmente desarrollada.

Salí de casa con lo puesto, no me di cuenta que llevaba las zapatillas de estar por casa hasta que llevaba ya 5 minutos caminando. Por mi cabeza solo pasaba la imagen de ese cabrón follando con mi hermana y además se tardaban unos 20 minutos andando hasta llegar allí; aún me quedaban 15 minutos de martirio. Pensé también en mamá, en lo que vi anoche y en lo que había contado Merche. Me preguntaba si podría volver a mirarla de manera normal sin pensar que era una auténtica zorra.

Cuando llegué, aprovechando la espesura de la naturaleza me asomé antes de entrar. Ahí estaba la cabaña donde hacía como 4 años que no iba.

Estaba muy muy deteriorada. Nos la construyó papá cuando yo tenía 8 años. Él y el tito José, que tenía un taller de evanistería. Tenía su techo y todo. En aquel entonces podíamos poner las mantas en el suelo y tumbarnos mi hermana y yo y aún quedaba sitio para una pequeña mesa junto a una ventana donde poníamos las cosas y teníamos plantas. Fuera teníamos una mesa y dos bancos al otro lado de donde yo veía ahora. Allí escuché las voces y me aproximé sin salir a la vista.

Diego: Que bien lo haces, se nota que te gusta.

Cris: SLURP SLURP grrrr aacccciias

Diego: Jajaja, no la sueltas ni para hablar.

Mi hermana se la estaba chupando de arriba abajo, recorriendo con su lengua toda esa verga, recreándose en movimientos lentos y prolongados.

Diego: ¿Por qué quieres que te grabe? ¿Qué vas a hacer con este video? Me podrías meter en un lío cacho golfa.

Cris: Me gusta como recuerdo y además, mi mejor amiga no se cree que la puedas tener tan grande o que follemos y quería pruebas.

Había llegado más que tarde, mi hermana no era la primera vez que estaba con él, y no solo la mamada sino que había hablado de follar, encima se estaba grabando, esto iba de mal en peor.

Le pidió que dejase de grabar un momento.

Cris: Oye, ya que grabamos dime guarradas y cochinadas almenos que quede bien.

Diego: Vale tía, que guarra eres joder.

Ella estaba sentada en el banco y él en la mesa.

Mi hermana le chupaba los huevos y le decía que a qué esperaba. Diego le dijo que tranquila que él sabía editarlo y que quedaría de lujo, que le iba a decir guarradas pero que si algo no le gustaba luego se borraba y punto. Acto seguido volvió as grabar.

Diego: Te gusta chupar pollas ¿eh puta?

Cris: slurp glup mmmhh me encanta.

Diego: ¿Te gustan grandes? ¿eh? Cómeme los huevos zorra. Así, eso es, a ver cuanto te entra. ¿Te gusta eh? te gusta que te golpean con la polla en la cara.

Diego se la metía, se la sacaba y se la restregaba por la cara y se la metia otra vez para sacarla y estirarle el labio al maximo. Le encantaba ver como aparecía una enorme bola en sus mofletes para salir luego disparada de su boca y ver como ella la perseguía para metersela otra vez dentro.

Diego sacó un preservativo. Esta vez era diferente, era mi hermana, pero mi coño no entendía de relaciones de consanguinidad y chorreaba como una catarata. No me iba a tocar... no siendo mi hermana.

Diego le cogió del pelo y le hizo levantarse y tumbarse en la mesa. Estuve a punto de saltar, no iba a permitir ninguna clase de maltrato a mi hermana, pero sus palabras me hicieron retroceder.

¿Me vas a follar cabron, vas a ser un hombre de verdad? - le dijo con lascivia.

Ella se cogió las piernas y se las apoyó en los pechos que su blusa escondía. Su pantalón estaba sobre el banco. Él llevaba una camiseta negra con el logotipo de los cazafantasmas y un pantalón vaquero. La polla le salía de la cremallera. y jugaba con el glande sin llegar a penetrarla.

Cris: ¿Me la vas a meter ya cerdo? ¿o te da miedo correrte nada más meterla?

Diego: Ninguna putilla consigue jamás que me corra.

Cris: Eso ya lo veremos.

Diego se la metió despacito, solo le entraba la mitad. Ella dio un fuerte gemido y él le dijo que nunca se había follado un coño tan estrecho. Le follaba despacio, con dulzura y mi hermanita se sacó las tetas por encima de la blusa.

Diego se las tocaba y aceleraba muy ligeramente sus embestidas, pero solo le metía la mitad de la polla.

Diego: Joder que gusto, que coño más estrecho.

Diego se la sacaba muy despacio, el ruido de los fluidos era un ruido líquido que me puso aún más cachonda. Aún sin tener la mejor visión de la penetración, me podía imaginar la imagen de cerca. El coño rosadito de mi hermana estaría empapado y cuando se la metía y sacaba despacio resbalaría por su interior impregnando su glande de flujo que saldría como una telilla al exterior.

Diego: ¿Te la puedo meter por el culo?

Cris: Uy, no sé.

Diego: Vamos chica te va a gustar.

Cris: Nunca lo he hecho,¿me dolería mucho?

Diego: ¿Nunca te han roto el culo?

Cris: No, mmhm .. no pares de follarme, no ahora.

Diego le seguía penetrando y le seguía diciendo que se la quería meter por el culo, ella decia que le acababa de conocer y que eso igual era demasiado.

Diego le ofreció 100 euros y ella le dijo que era poco. 150 euros la hicieron dudar y cuando dijo doscientos aceptó. Diego se la sacó y se dirigió a la bolsa, le entregó el dinero y cogió un bote de aceite, o eso parecía.

Cristina guardó el dinero en un bolso y se volvió a tumbar en la misma posición pero esta vez tocándose el coño para no perder la excitación. Diego le embadurnó el ano con el aceite. Lo del dinero estaba forzado, estaba claro que era para el video,y con el aceite estaba claro que lo tenía todo planeado.

Le dio la vuelta y se la volvió a meter en el coño. esta vez estaba ella de rodillas sobre la mesa, pero tan agachada como una gata para quedar a la altura perfecta para el mastodonte; si no fuese por la manta se habría hecho daño en las rodillas. Diego la penetró por el coño con mucha suavidad y le metió un dedo en el ano. Al principio solo le metio la mitad del dedo.

Diego: Joder que culo más apretado ¿Nunca te metiste nada ahí detrás?

Cris: Las pollas me gustan en mi boca y en mi coño, pero nunca he probado por el culo, siempre tuve curiosidad, pero no, nunca me he tocado ahí detrás.

Diego: Cacho puta pero por 200 euros sí ¿eh?

Diego introdujo otro dedo y metió los dos hasta el fondo, mi hermana dio un grito de dolor y se puso tensa, pero él se inclino hacia delante y le besó en el cuello. Dejó los dedos ahí y la polla en su coño moviendo está ultima en circulos muy despacio, cuando notó algo de relajación sin sacar los dedos de su culo siguió penetrando su coño.

El aceite cayó sobre su culo y diego empezo a pentrar ese ano con los dedos adentro afuera, adentro afuera, se veia empapada en aceite, pero no más empapada de lo que estaba yo.

Comencé a frotarme por encima del pantalón, y entonces vi que Diego le trató de meter un tercer dedo, le costó bastante. En lugar de más aceite Diego escupió, entonces entró un tercer dedo. Diego lo mantuvo varios segundos dentro, esperando que dilatase.

Diego: Sé que duele, pero así te dolera menos cuando te la meta.

Cris: ¡AAaahh! ¡Ssss! Espero que sea verdad snif.

Diego le sacó los dedos, su polla había perdido potencia por la inactividad, estaba a medio armar. Le dio un escupitajo en su culo y acercó la punta de su pene pero al haber perdido potencia no podía ni entrar. Se masturbó y comenzó a chuparle el coño y el ano en la misma posición. Con la mano izquierda le penetraba el coño mientras con la lengua lamía su ano y coño de abajo a arriba. Cris gemía y se retorcía de placer. Yo no podía más que envidiarla, pues mi hermana estaba disfrutando con 16 años, en un solo rato, más de lo que yo había disfrutado con 18, así era la realidad.

La polla de Diego, dura de nuevo, se dirigió en busca de su conquista y no sin esfuerzo comenzó a entrar poco a poco. Ella le ponía la mano y le decía que parase, él mantenía la polla ahí y la sacaba para echar más aceite.

Diego: Que estrecho lo tienes guarra. ¡¡Menuda puta eres!!, te voy a romper el culo.

Diego se le metió esta vez un poco más y comenzó a moverla ahí dentro. Ella solo alcanzaba a decir "ay ay " y "duele"- entre sollozos. Entonces le metió un buen cacho más. La pequeña Cris sollozó mucho más y él la besó.

Cris: Sácala, que duele mucho.

Diego: Aguanta ahí un poquito.

Tras esperar un par de segundos, lentamente Diego se la sacaba y le metía, almenos hasta la mitad. Su ano iba dilatando y entre los quejidos se empezaban a escuchar los primeros gemidos de placer.

Diego sacaba la polla y se recreaba. Ella le pidió que se la metiera toda y entonces le endosó varias metidas de polla seguidas con fuerza para entrar, pero saliendo muy despacio, sintiendo como ese culo apretaba su glande al final del recorrido, y sintiendo que cada vez se resistía menos a su mástil.

Metió todo lo que entraba hasta el momento y un poco más, la sacó entera y la metió esta vez un poco mas y más. En 6 penetraciones dió un fuerte golpe y se la metió entera. La pelirroja pegó un grito que debió escucharse bien lejos. Y comenzó a llorar un poco pero resistiendo, unas lagrimas le caían de la mejilla. Diego se asustó.

Diego: ¿Estás bien? si aguantas un minuto ya estará.

Cris le hizo un gesto como de que saliera, estaba demasiado ocupada aguantando el dolor como para hablar. Eso era demasiado di un paso y salí muy cerca de donde estaban ellos, di otro paso y entonces ella, recuperando el habla por arte de magia, le dijo que esperase.

Cris: Espera semental, ya me duelo menos.

Diego: Sabía que podrías, has nacido para follar. Que pensaría la puta de tu madre...

Diego empezó a penetrarla despacio pero esta vez con toda la polla dentro y sacando muy poco la verga de su culo.

Diego: ¿Qué pensaría tu madre viendo a su hija con el culo roto pidiendo más y más? ¿Eres la chica más puta de tu clase verdad?

Cris: Ay mmmh aaaah ay... mmmhh

Los quejidos alternaban a los gemidos.

Diego: Quiero oírtelo decir puta, dime lo que eres.

Cris: Soy una zorra...

Diego: No te oigo.

¡Soy una puta! ¡joder! ¡¡fóllame el culo cabrón!! -gritó ella.

Diego la penetró fuerte mientras con la mano le estimulaba el coño, en menos de un minuto se corrió y Diego siguió penetrándole el culo.

Diego: Menuda puta eres, más puta que tu madre. Ella con 39 años tiene el culo virgen y tu con tu edad ya la has superado, y eso que ella se esfuerza. Si supiera que tú la chupas mejor que ella.

Cris: A mi madre no le gustaría enterarse de que me has follado el coño ya 3 veces como para decirle que me has follado el culo. Aunque si ella te ha follado teniendo casi 20 años de diferencia ¿por qué no iba a poder yo? mmmmh esto lo borras ¿eh?

Estefanía: ¡¡¡HIJO DE LA GRAN PUTAAA!!!

No pude más y estallé, mi hermana me miró asustada y Diego aunque parezca mentira ni se movió, ni cambió mucho su expresión.

Estefanía: ¡¡Se lo has contado cabrón!! No solo te la has follado sino que le has contado que te follas a mi madre, ¡serás hijo de puta!

Es su madre joder - Dije en un tono de angustia.

Cris: Para de follarme tío que es mi hermana ¡joder!

Diego se la sacó del culo, pero se la metió en el coño de golpe y empezó a follarla despacito, tumbándola y evitando que se fuera hacia delante empujandola hacia sí mismo desde el hombro a la par que celeró sus embestidas.

Cris: AAAAhhh AAaah para joder, que me da vergüenza.

Diego: No le he dicho nada a tu hermana Estefanía. Ella lo vió con sus ojos. Cris, díselo.

Cris: AAAAaaaaah sí... el otro día.... fui al baño de mamá... por no aahh despertarte...aahaahh mmmm... y .. aaahh mmm.. mamá no estaba... me asomé a la escalera y te ví tocándote... Entonces escuché como si estuvieran fpollando.. mmmm y me escondí pegada a la pared... vi a mamá llena de semen y desnuda detrás de Diego, y estaba bien claro.

Estefanía: Joder Diego ¡¡quieres dejar de follartela!!

Diego: Cris, tu hermana es una voyeur, le encanta mirar, vamos a darle una vision de una buena corrida. ¿Cuanto llevas ahí mirando?

Estefanía: .....

Cris comenzaba a gemir más rápido otro orgasmo se le venía.

Diego: ¿¡Cuanto joder!?Contesta zorra.

Estefanía: Ll-llev-vo un rato pero...

Diego: Pero ¿qué? ¿qué? Ven... y chúpamela.

Estefanía: ...

Diego: Mira como le chorrea el coño a tu hermana, más que a ti Cris y eso que te estoy follando, tu hermana te envidia, quisiera ser tú, y no hace más que engañarse así misma. Es una puta, una zorra que está deseando hacer lo que su cuerpo le pide, pero que resiste por unos absurdos prejuicios que ya están anticuados.

Cris: ¡¡¡Jodeeeeeer me voy a correr AAAAAAHHH!!!

Diego le puso la cara contra la mesa mirándome a mi. La penetró tan fuerte y rápido, con tanta rabia, que el sonido de su polla al entrar en el coño sonaba como una auténtica metralleta,a mi hermana se le puso la cara roja y lanzó varios gritos y gemidos agudos seguidos de un grito enorme aún más fuerte que antes que debió escucharse a 20 km a la redonda por aquello del eco de la montaña. Flujos salían de su coño y a pesar de la tremendamente rápida follada se podían ver salir, eran muy abundantes.

Mi querida hermana abrió la boca y los ojos verdes esmeralda de su precioso rostro se clavaron en mí. Yo estaba paralizada, no era cabreo lo que sentía, ya no sentía rabia, solo veía a Diego con ese desparpajo follándose a mi hermana delante mía con todas sus fuerzas sin dejar de mirarme, diciéndome que era una guarra y que la envidiaba.

Miré hacia abajo. El calor de mi coño, la humedad, había transparentado el chandal fino blanco que llevaba y estaba manchado de agua; no, de agua no, de flujo, flujo vaginal cálido y viscoso que daba total sentido a las palabras de Diego. Era una guarra, había observado a mi hermana ser enculada por primera vez, había que iba a salvarla al igual que iba a rescatar a mi madre de las garras de Gabi, pero no era eso lo que acababa haciendo, y no lo hacía porque me gustaba lo que veía.

De golpe me vi ahí, en la cabaña con las primeras experiencias sexuales con ese chico que tenía delante y que buscó mi coño desde que llegó y yo se lo impedí. Mi hermana y mi madre habían sido folladas a lo bestia por este animal, pero esos pollazos eran para mí.

Diego: ¿No me oyes? Que vengas... y... me la chupes.

Di un paso, luego el siguiente y luego un tercero.

Estefanía: Yo, yo...

Diego se desacopló del coño de Cris con total frialdad, como si mi hermana no fuera más que un objeto para darse placer y ahora no le interesase lo más mínimo. Se quitó el preservativo, se frotaba la punta de la polla masturbándose, mirando hacia mi.

Diego: ¿Desde cuando estabas mirando?

Estefanía: Dd-desde la mamada.

Diego: ¿Ves Cris? Tu hermana es una voyeur, lleva ahí 15 o 20 minutos. No solo nos miró el otro día a su madre y a mí en el salón, sino que nos ha mirado más veces y con lo de hoy se confirma.

Cristina no decía nada, bastante tenía con recuperarse de semejante follada.

Mi móvil sonaba pero yo no atendía.

Diego: Me la vas a chupar y te lo vas a tragar todo... cacho de puta.

Entonces eché un vistazo al móvil que no dejaba de sonar. Era mamá. La llamada me devolvió al mundo que me rodeaba.

Puse el manos libres.

Mamá: ¡¡Estefanía!! ¿¿Estás bien??

Mi madre sonaba muy asustada.

Mamá: ¡Estefanía contesta! ¿¡estás ahí!?

Estefanía: Si...

Mamá: ¿Y tú hermana? ¿¡¡Está contigo!!?

Una lagrima caía por mi mejilla.

Estefanía: Sí... aquí... aquí está...

Mamá: ¿Va todo bien? He escuchado un grito muy fuerte, y parecía Cris.

Estefanía: Tranquila mamá que estamos bien, vino un perro suelto y estaba ladrando y cristina se asustó mucho. Ya sabes el miedo que le tiene a los perros grandes.

Mamá: ¿¡Le ha mordido!? ¿¡Está bien!?

Estefanía: Está perfectamente. Tranquila que ya vamos.

Mamá: No tardéis por favor, que ya estoy bastante preocupada.

Estefanía: Tranquila mamá... Estamos recogiendo todo y ya vamos, son 20 minutos.

Colgué la llamada. Dos lagrimas más siguieron a la anterior que aún no se habia secado,los ojos se me pusieron llorosos y me sequé con la manga. Los ojos de mi hermana también estaban llorosos, se subió la blusa y bajó de la mesa. La polla de Diego perdió su consistencia. y Cristina se quedó de pie mirando al suelo.

Estefanía: ¿Y si hubiera creído que era un orgasmo? ¿Qué habría pasado?...

Cris: Estefi... yo...

Estefanía: Tú y yo ya hablaremos, pero no hoy. Son 20 minutos para ir a casa, yo tardaré 25. vestíos rápido y me alcanzaréis. Lo suyo es que lleguemos todos juntos.

Dicho esto me giré y me fui.

¡Salvada por la campana! - gritó Diego.

Razón no le faltaba...

A los 20 minutos me alcanzaron. No me decían ni una palabra, y yo les dije que debíamos contar lo del perro y que Diego no estaba pero que vino y le enfrentó y el perro se fue.

Procuré pasar la tarde en mi habitación. Cogí los apuntes para estudiar pero no se me quitaba la imagen de mi hermana de la cabeza. Me asomé a la escalera y les vi en el salón ahí, riendo los cuatro viendo una comedia en la televisión. Mi madre abrazaba a mi hermana y la besaba con cariño y Diego parecía un chico de lo más normal. Si mi hermana y mi madre podían fingir de esa manera, si mi hermana podía hacer como si Diego no se la hubiera follado, quizás aún había esperanza para mí. Al fin y al cabo el tiempo lo cura todo...

CONTINUARÁ...