La depilación consiguió que consiguiera una puta.
De cómo un chaval con ganas de depilarse consigue dominar, humillar y follarse a su madre, con la ayuda de su padre. mM/F sin sexo gay
Raúl abrió la ducha con el fin de que el sonido del agua derramándose le relajara tras un día de ejercicio. Raúl salió de la ducha. Mirándose en el espejo, vio su reflejo. A sus 45 años, estaba genial físicamente. Sus músculos se marcaban mucho a lo largo de su metro noventa de altura. Era bastante guapo pese a estar completamente rapado, ya que no le gustaba ver blanquear a su pelo, otrora muy abundante y negro como el carbón. Algo reseñable también era su polla, como él prefería llamarlo ya que le hacía sentir joven, de 16 cm en reposo y 24.5 cm en erección, con un ancho de hasta 4.5 cm en una buena erección, llenos de venas marcadas. Estaba completamente depilado, como les gustaba tanto a su mujer como a él, pero en su miembro comenzaba a crecer un poco de vello. Absorto como estaba en su reflejo, Raúl se sobresaltó cuando la puerta se abrió y entró su hijo Juan, completamente desnudo, ya que la sala de la colada estaba junto al baño y solían dejar allí la ropa sucia .
-¡Vaya, papá!¡No me esperaba que estuvieras aquí!Necesito darme una ducha ya que hoy no voy poder ir al gimnasio y llevo demasiado tiempo en la habitación, y no precisamente quieto!-dice riéndose.
Raúl, acostumbrado a tener tanta confianza con su hijo, el cual era tan musculado como el de su padre o incluso más, pero con mucho vello por el cuerpo, oyéndole además insinuar que se masturbaba en su cuarto, contestó:
-Haz lo que quieras, y no hace falta que jures que no te estabas quieto, se te oía en cuanto pasaba por delante de tu cuarto.- contestó su padre.
-Si, bueno, soy bastante efusivo al cascarme las pajas. Por cierto, ¿me puedes dejar la maquinilla, papá?Quiero depilarme.-dijo Juan tras un rato mirando todo el cuerpo de su padre, deteniéndose un rato en su polla haciendo caso omiso a su padre y señalándose su rabo, no precisamente pequeño, de unos 15.5 cm en reposo y de un ancho de 5 cm, donde había un espeso matorral de pelos- Llevo un tiempo pensando si hacerlo o no, pero después de ver lo bien que te queda a ti me he decidido.
-Con la cantidad de pelo que tienes va a hacer falta bastante más que una simple pasada de la maquinilla, hijo. Toma- abrió un cajón de un armarito y saca un bote de crema- date esta crema depilatoria por todo el cuerpo, espérate unos 10 minutos, dúchate, luego me llamas y te digo si hace falta darte un repaso com una maquinilla. Pero ten cuidado con los ojos, las heridas y la polla- dijo recordando lo que otras veces le había comentado su mujer, una esteticien muy exitosa.
-¡Entendido!-dijo Juan antes de entrar en la ducha.
Mientras su hijo estaba en la ducha, llegó Camila, la madre de Juan y mujer de Raúl, una MILF perfecta, un culo de escándalo, unas tetas de talla 110 y un cuerpo con muchas horas de fitness, que se encontró con su marido en bóxers tumbado en el sofá, pues era verano y el calor arreciaba.
-¿Qué haces?
-Nada, esperar a que tu hijo termine de ducharse y me llame para que le revise, ya que se quiere depilar. Le he dado la crema y le he dicho que se pase por aquí después para ver si hace falta repasarle con una maquinilla.
-Anda,¿cómo es que se ha querido depilar?
-No sé, me encontró desnudo saliendo de la ducha, me dijo que llevaba un tiempo pensándoselo y que al verme se había decidido.
-Mejor para él ya que depilado se está mejor, ¿eh?-Camila sonrió de una manera muy pícara y se acercó a su marido, tocándole el paquete por encima del bóxer y bajándoselo le dijo-Vaya vaya, parece que aquí el padre también tiene unos cuantos pelillos, ¿que tal si te los quitamos? Vete al otro baño mientras yo voy a por la maquinilla-sugirió guiñando a su marido.
Camila se entró al baño y no pudo por menos que observar a su hijo desnudo de perfil bajo la regadera, el cual no se había dado cuenta de la presencia de su madre en la habitación ya que estaba con los ojos cerrados. Observó detenidamente su miembro que comenzaba a estar morcillón y había ganado un considerable tamaño, alcanzando los 19 cm. Y es que desde un día que lo vio en la ducha sin querer, ella no había podido evitar tener una fantasía sexual de un trío con su marido y su hijo, algo que le había compartido a Raúl y este usaba para darle más morbo a sus relaciones sexuales. Su madre cogió la maquinilla sigilosamente, pero no pudo evitar que su hijo la notara.
-¡Mamá!¿Qué haces?
-Nada hijo, estoy cogiendo la maquinilla para depilar a tu padre-dijo ella intentando disimular la excitación que le había proporcionado ver a su hijo desnudo.
-Vale, en un rato voy para allá para ver que tal quedo.
-OK, estamos en el otro baño, el que usamos menos.
Camila salió y, debido a su excitación, no pudo evitar pasar por su cuarto a desnudarse y ponerse una fina bata sobre un conjunto muy bonito de lencería negra de encaje que solo consistía en un sujetador que a duras penas sostenía sus pechos y un tanga de hilo dental. Sabía que su hijo la iba a ver así, pero no pudo evitar sucumbir a su excitación.
Cuando entró en el baño donde estaba su marido, Raúl no pudo evitar excitarse al ver a su mujer con esas pintas y su miembro comenzó a empalmarse, cosa que vió su mujer, pues se había quitado los bóxers.
-¿Cómo vienes así, acaso no te he dicho que después de ducharse Raúl vendría por aquí?- Camila solo le hizo callar poniendo un dedo sobre los labios de su esposo.
-Tú solo entra en la ducha para no llenar todo esto de pelos. Además, ¿acaso no estás tú desnudo también?
-¿Es que quieres depilarme con los calzoncillos puestos?
-Sólo despreocúpate.
Ambos entraron en la ducha, sin cerrar la mampara transparente siquiera, y Camila se arrodilló frente a su marido y comenzó a pasar con cuidado y maña la maquinilla por el pubis y los cojones de Raúl, quie calzaba ya una erección que llegaba a los 24 cm de largo y 5 de ancho.
Cuando terminó, Camila apartó la maquinilla y le dio un beso a la punta del erecto miembro de su marido
-Hoy te has portado muy bien-dijo ella muy pícara.
Raúl, con mucha excitación encima, dijo:
-Créeme, no solo le vas a dar un beso a mi rabo ahora, zorra, vas a hacer mucho más.
Diciendo eso, y sin acordarse siquiera de su hijo, le metió su polla en la baca hasta la garganta de una forma muy brusca y lo dejó ahí unos cuantos segundos,pues así es como les gustaba hacerlo: Muy duro.
-Así, zorra, muy bien, quiero que te tragues mi rabo bien hasta el fondo, ya que te voy a follar la puta boca de zorra que tienes hasta que me corra y no vas a dejar ni una gota de semen desperdiciarse, y ni se te ocurra tocarte, todavía no.
Camila se dejó hacer extasiada, sintiendo cómo se moja su sujetador con sus propias babas, mojándose cada vez más, ya que le encantaba el sexo duro con su marido, cuando este tomaba las riendas y la trataba como a una vulgar puta, pues así eran ambos, dos personas de gran corazón pero que disfrutaban en la cama de una manera muy dura.
Raúl continuó follándose la boca de su mujer, buscando su máximo placer, pues sabía que eso era lo que ambos disfrutaban. La puerta se abrió y entró su hijo Juan, pero ellos, sin notarlo debido a la lujuria, siguieron a lo suyo hasta que Raúl se corrió en la boca de Camila de una forma muy copiosa y abundante, hasta doce lefazos que adornaron la cara de la mujer, que no paraba de relamerse mientras su marido soltaba fuertes y guturales gemidos por el gran orgasmo que había tenido.
-¡Joder con mis padres, dignos de una peli porno!-comentó Juan muy excitado, habiéndose recuperado rápido del sobresalto gracias a su forma tan natural de ver el sexo.
Camila, aun siendo muy liberal, se sintió muy avergonzada de que su hijo les hubiera pillado en semejante situación intentó disculparse, olvidándose por completo de que su cara estaba completamente cubierta de semen que estaba resbalando hacia sus grandes tetas.
-Hijo, verás..., nosotros...
-No te preocupes, mamá no pasa nada porque disfrutéis del sexo de la forma en que queráis- dijo Juan quitándole hierro al asunto, y es que el lo había disfrutado de sobremanera y ahora mostraba una lustrosa erección de 23 cm y 6 cm de ancho-Para mí ha sido todo un espectáculo.
Raúl, viendo a su esposa muy nerviosa todavía, intervino:
-Camila, ¿puedes ir a por un baso de agua para los tres, por favor?
Ella, muerta de vergüenza, salió disparada de ahí, pues confiaba en que Raúl, quien tenía mucha más confianza con Juan, pudiera solucionar esto.
-Juan, verás-
-Papá, sé que sois mis padres y no debería excitarme tanto como lo he hecho, pero ahora mismo necesito cascarme una paja o me dará algo-dijo mientras agarraba su polla y comenzaba a masturbarse a un ritmo frenético y empezaba a jadear- Verla ahí, con toda su cara llena de semen, la bata abierta de manera que se veía la lefa que recorría sus tetas... Encima contigo dominándola completamente como si ella fuera una muñeca...¡JODER!
-¡Para!-Raúl le sujetó la mano a su hijo y detuvo su paja, pues se le acababa de encender la bombilla al ver a su hijo pajear su duro miembro-Acabo de tener una idea, y será mejor que guardes semen.
-¿Qué se te ha ocurrido, papá? Espero que merezca la pena, porque tengo el rabo y los cojones a punto de reventar-dijo con la voz entrecortada por la excitación.
-¿Follarte a tu madre como lo hago yo crees que merece la pena?-interpretando la forma en la que los ojos de su hijo casi se salen de sus órbitas y el salto que dio su rabo al mencionarlo como un sí, continuó-Si me haces caso y dejas tu polla como está ahora mismo, dejas que te depile para que vea bien tu polla y le guste cuando termine te pones en modo dominante como me has visto hacer a mí, te aseguro que a partir de ahora tu vida será un puto paraíso.
Sin podérselo creer Juan asintió.
-¿Crees que se habrá lavado?
-Seguramente, pero si lo haces bien volverá a estar igual en un rato- comentaron en susurros por si Camila estaba cerca, y así era, pues al medio minuto Camila entró por la puerta con tres vasos de agua, vestida con un pijama de invierno sobre un top y unas braguitas brasileñas, mucho más recatada esta vez y, para desgracia de su hijo, se había lavado completamente.
-Creo que prefiero verte como antes-soltó Juan sin poder contenerse.
-Niño, un respeto. Raúl, ¿no le dices nada?- dijo ella con más entereza ahora que antes.
Este, riéndose contesta:
-Tranquila mujer, son cosas de un chaval de 18, además, un poco de razón tiene. Pero bueno, que aquí Juan venía a que terminaras de depilarle, que no es plan de que se corte por todo el cuerpo ya que ses su primera vez.
Dirigiéndole una mirada asesina a su marido por ese comentario, Camila empujó a su hijo, quien seguía con una erección de caballo hacia la ducha y, cogiendo la maquinilla empezó a depilar a su hijo, dejando sus órganos sexuales para el final. Cuando llegó a esa zona se arrodilló frente a su hijo y, suspirando comenzó a pasar la maquinilla por el poco vello que le quedaba al joven. Cuando estaba próxima a acabar, Raúl le guiñó un ojo a Juan para que se preparara y, cuando su madre terminó su tarea y se disponía a levantarse, Juan la mantuvo de rodillas con una mano y le sujetó el pelo con la otra, haciendo que su madre mirara hacia él.
-¿No crees que te falta algo, puta?¿Me vas a dejar con el rabo así de empalmado?¿Qué clase de madre tengo, una calientapollas?Papá, ¿es eso lo que mamá es, una zorra calientapollas?
Ante la mención de su marido, Camila dirigió su mirada desesperada hacia su marido, pero al verlo con los brazos cruzados, la polla enhiesta, sonriendo, con una mezcla de satisfacción y perversión en la mirada hacia la estampa que tenía delante, supo que no la ayudaría.
Raúl, sin mirarla, respondió:
-No hijo, tu madre es una puta zorra, sí, pero no una calientapollas.
-Entonces- dijo Juan tirando del pelo de su madre otra vez hacia él-¿Por qué cojones tu boca de puta, donde todavía conservas el olor del rabo de mi padre, no está mamando mi polla todavía?-preguntó dandole bofetadas con la polla en sus mofletes entre cada palabra para humillarla tanto como pudiera, pues sabía que eso le ponía un montón.
Camila, humillada completamente por su propio hijo, ayudado por su propio marido, sintió florecer su personalidad de sumisa sexual y se eintrodujo la polla de su hijo en la boca y comenzó a chupar y meterse su rabo bien dentro de una manera muy rápida. En una de esas veces en las que tenía el rabo de su hijo completamente empalado en la garganta, Juan le sujetó la cabeza contra su pubis obligándola a meterse todos sus 23 cm en la boca y le tapó la nariz durante unos instantes, consiguieod que ella sntiera que iba a ahogarse y babeara aún más. Camila no podía contener ya la excitación, pues en ese momento su coño ea una auténtica regadera de jugos vaginales que se estremecía con las arcadas que le estaban comenzando a dar.
-Así me gustas más, mamá,con una buena polla teniéndote ocupada, y créeme, que ahora que somos dos machos, no pasarás mucho tiempo sin que te demos rabo.¿Eso te excita, verdad?Saber que vas a ser el objeto sexual de dos machos completamente desatados y hambrientos te calienta tu coño de puta, ¿verdad?-dijo mientras liberaba la cabeza de su madre- Ni se te ocurra dejar de comerme la polla hasta que tengas la cara llena de lefa. Y quítate esa ropa, que quiero ver las tetorras de mi puta madre.
Camila, a duras penas pues estaba arrodillada y mamando el rabo de su hijo, consiguió deshacerse de su pijama y del sujetador y, cuando se iba a quitar las bragas, su hijo la interrumpió.
-Las braguitas no, zorra, me gustará follarte mientras las llevas puestas. Pero a partir de ahora, por la casa sólo llevarás tangas, ¿te parece bien, papá?
-Por supuesto, nuestra puta siempre ha de estar disponble para nuestro disfrute- dijo Raúl verdaderamente complacido por la forma en la que su hijo había tomado las riendas.
La mujer, dentro como estaba de su papel de sumisa no pudo sino calentarse más,al punto de que se sacó la polla de su hijo de la boca.
-¡Folladme!
-¿¡Acaso te he dado permiso para sacrte mi rabo de la boca, zorra!?Papá, creo que nuestra zorra se merece un buen castigo, y tú, zorra, no te olvides de contar los azotes- dijo metiéndole el rabo otra vez en la boca.
Raúl se acercó a su mujer y le levantó el culo hasta que formó un ángulo de noventa grados con su cuerpo, sin sacarle la polla de su hijo de la boca.
-Zorra, te tengo enseñado que has de obedecer a tu macho, incluso si este es tu hijo.- dijo y comenzó a azotarla, con ella contando como podía cada azote pues aún tenía la polla de su hijo en la boca,
-¡Unpfff!¡Dofffp!
Así hasta los diez azotes, a los que Raúl no pudo conteerse y, apartándole las braguitas le metió la polla en el coño de una estocada.
-¡OH, SÍ, JODER, QUÉ GUSTAZO ME DAS, PUTA!
A los 10 minutos, Juan, sin poder aguantar más sacó de un golpe brusco su polla de la boca de Camila.
-¡Puta, ahora me voy a correr en tu cara, vas a mantener los ojos abiertos y tú no te vas a mover ni un ápice para quitar mi lefa de tu cara, tú sólo me vas a dar las gracias por obsequiarte con mi semen, ¿entendido?!
Camila asintió poniendo su cara de forma que quedara justo delante de la verga de su hijo, la cual estaba siedo furiosamente sacudida por -juan hasta que, con un gran grito se corrió, depositando hasta 20 chorros de lefa bien espesa en la cara de su madre,la cual se quedó cubierta por completo, pudiendo verse sólo un poco de sus ojos.
Camila se giró para que la viera así su mardioy éste no pudo contenerse y se corrió de manera muy abundante en el coño de su esposa.
-¡JODER, PERRA, SÍÍÍÍÍÍÍ!
Ambos jadeando se sentaron mientras Juan corría a su habitación. Al volver este llevaba su móvil
-Mamá-dijo siguiendo con su tono autoritario- ábrete bien de piernas y mira a cámara.
Camila, llevada por el morbo así lo hizo, abriendo su coño para que la lefa que tenía en su interior se viera aún más y así salió la foto con ella con lefa todavía caliente saliendo de su coño y decorando toda su cara y parte de sus tetas, adonde había ido a parar parte de la corrida de su hijo.
-Papá, has hecho un muy buen trabajo con esta perra, pero de ahora en adelante, te va a tocar compartirla conmigo.
-Nada me gustaría más, hijo mío.