La dependienta
He ido muchas veces a esa tienda pero un día estaba más simpática que los otros días, era un día nublado y justo cuando me disponía a salir de la tienda empezó a llover no mucho, y ella me dijo:
Por temas de Trabajo tengo que ir muchas veces a una tienda a recoger lo que me piden, allí trabaja una mujer de unos 40 años, bajita de 1,60 más o menos, algo rellenita con unos pechos bastante grandes y un culo también grande, es una mujer de trato agradable, tiene el pelo negro hasta los hombros y ojos oscuros.
Tengo 28 años mido 1,80, tengo el pelo castaño, ojos marrones y llevo gafas, mi cuerpo es normal ni delgado ni gordo, voy al gimnasio.
He ido muchas veces a esa tienda pero un día estaba más simpática que los otros días, era un día nublado y justo cuando me disponía a salir de la tienda empezó a llover no mucho, y ella me dijo:
-¿Está lloviendo?
Le respondí:
-Parece que sí, hace un día muy raro, ahora llueve después para y vuelve a llover...
ella respondió:
-¿Si quieres puedes esperar aquí a que pare de llover?, estoy sola en la tienda y no parece que vaya a venir nadie.
Me quedé sorprendido con su proposición pero acepté a esperar allí en la tienda.
Estuvimos hablando un poco de aquello y de lo otro cuando me pidió si podía ayudarla con algo que tenía en la trastienda, acepté ayudarla y entramos en la trastienda me dijo que tenía que hacer y la ayudé.
Mientras yo hacía lo que me pidió ella salió sin que me diera cuenta a cerrar la puerta de la tienda y volvió dónde estaba yo, me dió las gracias por ayudarla y cuando quise salir a la tienda para ver si ya no llovía ella me lo impidió quedándose frente a mi, al momento no supe que hacer pero ella lo tenía muy claroy me dijo:
-He visto que siempre que vienes aquí no me quitas los ojos de encima me miras los pechos y cuando me doy la vuelta no puedes dejar de mirarme el culo, si aunque te de la espalda puedo ver cómo me miras de reojo.
Ante esas palabras no supe que decir, ella se acercó más a mi y me dijo:
-¿Te gustaría jugar con mis pechos?
Yo me quedé helado mirando sus grandes pechos, que casi se salian de la camiseta escotada que vestía, mientras los sostenía en sus manos.
Unos segundos más tarde pude reaccionar y le dije:
-Eres una mujer muy guapa...
No me dejó terminar la frase se abalanzó sobre mi y me besó, yo la cojí por el culo y nos morreamos durante un rato, quité una mano de su culo y busqué uno de sus pechos, lo agarré por encima de la ropa y lo estrujé, ella respondió:
-mmm... ¿te gusta?
-tienes unos pechos muy bonitos.
Ella hizo un paso atrás y se quitó la camiseta dejando aquellos pechos a la vista solo con el sujetador.
-uff... son más grandes de lo que creia.
Ella no dijo nada sólo sonrió y se quitó el sujetador dejando aquellos pechos que siempre le miraba todos los días que iba a la tienda, pero sólo podía verlos con la ropa por encima y ahora los tenía frente a mí sin nada en medio.
Se acercó a mí me cogió una mano y la llevó a sus pechos, ella me sonreía mirándome a los ojos, me acerqué a ella le dí un beso en la boca y bajé hacia uno de sus pechos, que tenía en la mano, y empecé a chuparlo, era muy suave, con una areola grande y rosada con un pezón justo en el medio que crecía a cada chupetón que le daba.
Después de estar jugando con sus pechos un buen rato, ella me desabrochó el pantalón sacó mi pene, que ya había crecido un poco, y empezó a pajearme, uff... después de tantos días de ir a su tienda y sólo poder mirarla y ahora estaba allí con ella medios desnudos los dos, yo jugando con sus pechos y ella con mi pene era algo que estaba pasando pero no me lo creía aún, cuando bajó y se puso mi pene en la boca y empezó a mamarmelo me dí cuenta de lo que estaba pasando y me dispuse a disfrutarlo.
Besaba la punta de mi pene y se lo metía en la boca se lo sacaba y besaba por los lados de arriba a bajo también lamía mis huevos, al rato se paró me miró y me dijo:
-Es tu turno. –mirándome con una mirada pícara-
Yo supe enseguida a que se referia le dí un beso en la boca minetras le desabrochaba los pantalones, se los bajé y le quité las braguitas quedando completamente desnuda ante mí, me quité el jersey y la camiseta mientras ella se tumbaba encima de una mesa, se quedó con las piernas abiertas invitándome a disfrutar de ella, a lo que no dudé en aceptar su invitación, me puse a lamerle su vagina rasurada sin dejarme nada, ella sólo gemía y gemía, al principio bajito y al poco tiempo más alto.
Después de un rato saboreando su vagina se vino en mí cara, se retorcía de placer, cuando se recuperó me dijo:
-Quiero sentirte dentro de mí.
Cogí un preservativo y me lo pusé, encaré mi pene en la entrada de su vagina y poco a poco la fuí hundiendo hasta tenerla toda en su interior.
-Que rico – dijo ella con voz sensual y llena de lujúria -
Empecé un mete-saca lento y subí el ritmo progresivamente hasta embestirla con mucha fuerza, ella pedía más y más.
Tuvo un orgasmo muy fuerte, me agarró el pene con la vagina y empezó a temblar, se quedó inmóvil unos segundos, cuando se recuperó se sacó el pene de dentro nos besamos y me tumbé en la mesa ella se subió encima de mí y empezó a montarme, se lo metió dentro, yo noté su cálida y húmeda vagina cómo atrapaba mi pene y cuando la tuvo toda dentro empezó a cavalgarme cómo una bestia descontrolada, tenía una vista perfecta de todo su cuerpo, veía cómo saltaban sus pechos al compás de sus movimientos, cómo entraba y salía mi pene de su vagina.
Estuvimos bastante rato así hasta que noté que me corria, la avisé y me dijo:
-Correte en mis tetas, que se que te gustan mucho, porqué siempre me las miras y ahora son tuyas.
Esas palabras me pusieron muchísimo, si aún se podía más, ella se agachó y yo me pusé en frente de ella me cogió el pene y se lo metió en la boca, ¡dios!, mientras que con la otra mano me acariciaba los testículos, no tardé en correrme.
La avisé y se lo sacó de la boca pajeandome apuntando hacia sus pechos mientras me miraba con una mirada de vicio total, sólo me faltó esa mirada, y me corrí en sus pechos, fue una de las mejores corridas de mi vida, fue genial.
Después de todo esto nos limpiamos un poco, nos vestimos y antes de salir de la trastienda nos dimos un gran beso, salimos a la tienda cogí lo que me tenía que llevar y me fuí.
Estaba lloviendo otra vez pero no me importó nada después de lo que había pasado, me fuí a buscar el coche, volví al Trabajo y el día siguió sin más.