La Deliciosa Cena (II parte)

Una cena llena de pasión, ella completamente enamorada accede a todos los deseos pervertidos de aquel hombre, sin saber a donde todo esto la llevará

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Había caído en un tan profundo sueño…..

Y no era para menos, todas mis energías habían sido succionadas por los momentos de pasión que juntos habíamos pasado, además, el viaje había sido tan agotador, que quedé abatida ante tantas emociones, aun sin abrir los ojos, lo busque con mis manos a mi lado, pero él, no estaba. Tenía miedo de abrirlos y no encontrarlo pero logré palpar un papel y algo que …..si! Era una rosa, al abrirlos así lo confirme, una hermosa rosa roja y una nota que decía “A las 8 un auto te estará esperando para llevarte a nuestra cita. Te espero”.

Tenía solo una hora, así que me dispuse a arreglarme para mi cita, rápidamente me incorporé y tome una ducha tibia que me relajó. Quería verme perfecta para el, así que seleccioné el vestido mas hermoso de mi guardaropa, quería vestirme especialmente para la cena, voy totalmente depilada. Eso hace que “me sienta mucho más”, me excita prepararme. Me puse ropa interior negra de encaje, un sujetador “balconet” de seda que a penas me cubre los pezones. El roce del sujetador me excita y hace que se erecten mis pechos que se asomaban con un escote muy provocador, que dejaban brotar coquetamente su hermosura, tacones, un hermoso peinado y por supuesto, el mejor de mis perfumes, estaba llena de ansias y eso me agitaba aun mas. Me apresuré a bajar y caminé por el Loby con algo de temor y un hombre se acercó y me dijo Srta Dulce! Por favor acompáñeme, la esperan. Mi pecho sintió como mi corazón se aceleraba con cada paso que daba, todo este misterio y antesala me regocijaba …

Después de 10 Minutos llegamos a un hermoso local llamado Pomodoro, tenía muchas luces y parecía ser bastante elegante.¡Pensé¡ me apresuré a entrar y allí estaba él, logré divisar su silueta al final del salón en un privado, era un lugar hermoso, con luz tenue y la música no podía ser mas perfecta.

Mientras caminaba hacía el, cada uno de mis pasos aceleraba mi respiración, el rápidamente se levantó de su silla y caballerosamente me dio dijo: “Bienvenida, ha sido una eternidad” deslizo mi silla para que me sentará y sin mediar palabras lo hice, estaba tan nerviosa que mi pecho brincaba de forma indiscreta, el pudo notarlo y propino una sonrisa picara que dijo mas que mil palabras…Inmediatamente el mesonero se acercó con una botella de vino y se dispuso a servirnos, yo solo me limité a esperar los acontecimientos mientras no dejaba de mirar sus labios rozar la copa de vino que nos acompañaba, el me miró y con voz parca me dijo “te ves muy provocativa esta noche, me temo que no responderé a lo que pueda suceder”, yo solo respondí con una sonrisa de complicidad que el reconoció con un guiño de ojo.

La comida era excelente, el tenía razón, era un lugar especial y con su compañía aun mas, entre conversaciones y risas mis ansias crecían, no se que me pasaba, realmente lo deseaba tanto! Estoy casi segura de que el podría notar mi excitación que ya había mojado mi sexo, pues de vez en cuando una sonrisa de connivencia me lo confirmaba, y tocaba suavemente mi pierna que se asomaba la abertura de la falda que llegaba hasta donde nace la pierna..me hacia temblar y el lo sabia. Así que sin pensarlo deslizó su mano por debajo del mantel hasta llegar a mi entre pierna ya descubiertas por su manoseo anterior y mirando mis ojos fijamente sus manos llegaron hasta mi vagina, suavemente por encima de las bragas paso sus dedos y logro sentir mi humedad lo que lo excito aun mas, yo no podía resistirme, pero habían personas a nuestro alrededor, dos hombres de la mesa próxima, no dejaban de mirarnos ¿será que lo notarían? A pesar de todo hice un movimiento suave y abrí mis piernas un poco mas para facilitarle su labor, aun cuando sentía nervios y quería gritar que no, por alguna razón obedecía a todos sus deseos, lo que claramente le dio un permiso de acceso, corrió suavemente mi braga empapada y la coloco de un lado, eso le dejo expuesto mi sexo, lo que el aprovecho sin pensarlo y comenzó a masajear mi clítoris, no podía controlarme así que tome un sorbo de vino para calmarme mientras sus manos jugaban intensamente con mi vagina palpitante.

-          Acércate un poco y dame tus bragas ¡ me dijo con voz suave¡ a lo que accedí. El las tomo entre sus manos y las llevo a su cara la olfatearlas.

Ahora me tenía toda para el, en sus manos literalmente así que yo simplemente me entregué, era tan delicioso sentirlo, dos de sus dedos penetraron mi agujero para dibujar un circulo dentro de mi, yo solté un gemido que no pude evitar, solo cerré mis ojos y me deje llevar, bombeaba mi vagina con fuerza y de vez en cuando sacaba su mano para tomar enteramente mi coño con rudeza, sin contemplación alguna y lo estrechaba y exprimía como si fuera una esponja, mis pechos dibujaban sobre mi vestido dos pezones completamente duros como rocas, moviéndose mientras mi respiración se aceleraba, la angustia de sentir que los dos caballeros de la mesa próxima notaran lo que sucedía me excitaba aun mas, ellos me observaban mientras mi excitación crecía y mis piernas se abrían aun mas para dar paso al toqueteo que tanto me gustaba, la silla se reboso de mis jugos y el retiro su mano, con una mirada intensa sus labios soltaron la frase:

Ahora perra, mastúrbate para mi, quiero verte- Dijo mientras subía un poco el mantel para darle la vista perfecta de mi coño mojado.

Pero nos están viendo. Dije con voz temblorosa.

Toma, quiero ver esto penetrar tu coño pervertido- Dijo mientras ponía delante de mi una vela que había tomado del adorno de mesa.

Me gustas sumisa y obediente, es justo así como te necesito.

Pero has levantado el mantel, los caballeros de la mesa próxima me verán.

Pues que miren, solo eso podrán hacer.

La vergüenza me superaba, pero mas podía mis deseos y mi amor por aquel hombre así que tome la vela, la lamí y la baje a mi sexo, sin pensarlo la metí hasta el fondo y comencé a bombear, mi excitación estaba en su punto máximo y el lo disfrutaba, su mirada era intensa y perversa, mi espalda se arqueaba mientras aquella vela entraba y salía rápidamente de mi coño, Él, puso su mano sobre mi pecho duro y apretó mis pezones por sobre la tela, sentía que en cada apretón perdía mi pudor por voluntad de su deseo, me mordí los labios y cerré mis ojos para olvidar todo lo que me rodeaba y la mirada morbosa de esos dos hombres que no me perdían de vista, mi respiración aumentaba al mismo ritmo que mi mano clavaba la vela en mi coño y mis piernas se separaron aun mas dejando así un buen plano de vista, mientras Él castigaba mis pezones con fuertes apretones, sentí acercándose imparable e inexorablemente un orgasmo, me corrí dando saltos sobre la silla inundando el lugar con mi aroma y mis jugos, el soltó mis pezones doloridos y yo, quede cual muñeca de trapo tirada en la silla, sin poder moverme.

Que hermosa te ves entregada y sumisa ante mi, me gusta como obedeces, pronto conocerás cual es tu lugar a mi lado.

Su rostro dibujaba satisfacción por lo que había sucedido, pero antes de que pudiera decir nada, se acerco el mesonero

¿mas vino caballero?

él con su mano tomando fuertemente la mía respondió “no gracias, por favor la cuenta”

Yo sentía tanta vergüenza y placer que ambos sentimientos se revolvieron en mis entrañas haciendo de ello un cóctel delicioso de regodeo.

Me encantas. dijo

Yo solo me limité a sonrojarme lo que dejo a la vista que yo, estaba dispuesta.

Mientras conversábamos los dos caballeros de la mesa contigua se levantaron y antes de irse, le dieron una palmadita en la espalda a Juan, yo, me quedé atónita y el, me miro mientras sonreía y me dijo:

Bien Hecho Dulce

Gracias, dije mientras bajaba mi mirada, sentía vergüenza pero satisfacción por lo ocurrido, yo, no se como explicarlo.

Juan notó mi desconcierto y me dijo –Tranquila, pronto lo entenderás todo, mientras acariciaba mi mejilla…

Continuará…..