La Degradación de una Viuda (04)

Veo como Braulio pasa salvajemente por encima de mi nieto Raúl, quie lo goza todo intensamente.

Capítulo IV

"Bien perra, acostá a esta otra perra en la mesa y abrímela… me la voy a coger…", no podía creer que Braulio le estuviese hablando de esa forma a mi nieto, menos que él lo consintiera… mucho menos que le obedeciera.

¿Don Braulio?

¿Cómo me dijiste perra?

Perdón… Amo… – ¿amo?, Johana llamó "Amo" a Braulio.

¿Qué querés perra?

Quiero que me coja, quiero que me haga ver estrellas, que me destroce por dentro con ese enorme fierro que tiene

Je, je, je… me encantan las muchachitas perras

La sonrisa que Braulio le dedicó a la muchacha me pareció más una amenaza, hubiera esperado que los colmillos le crecieran en ese momento. Apartó a Raúl de en medio con un empujón y la tomó de la cintura, jalándola con fuerza hasta ponerla de pié, así la besó apasionadamente. Luego se sentó en una silla y ella se le acercó, procediendo a montársele. La tomó de sus jugosas tetas y se las llevó a la boca, lamiéndolas y mordisqueando con suavidad sus pezones. Mientras tanto ella manipulaba su ciclópeo fierro dirigiéndolo hasta la mojada entrada de su intimidad. Eran 26 cm de carne dura y gorda que, lentamente, ella se fue ensartando, bajando sobre ella en suaves movimientos circulares de cadera.

¡¡¡DIOS MÍO AMO!!! ¡¡AAHH, AAHH, AAHH!! ¡¡Qué grade es, qué grueso, qué duro, SIENTO QUE ME VA A ROMPER!! ¡¡UUGGHH, AAHH!! – decía ella mientras acomodaba ese miembro dentro de su interior.

Ella pegó un grito cuando, aparentemente, la enorme verga llegó al final de su conducto. Johana se dobló y se mordió los labios gimiendo roncamente, luego empezó a moverse, despacio, circular y rítmicamente. Braulio le agarró el culo amasándolo, mientras su boca devoraba la de ella, poco a poco la empezó a bajar y a subir sobre su falo enardecido, haciendo las incursiones de este cada vez más rápidas y profundas, hasta que literalmente la dejaba caer sobre este, ensartándola hasta el alma. Así, con el ritmo, la profundidad y la violencia de las envestidas aumentando, los 2 enloquecieron de placer.

¡¡¡¡AAAAUUUUGGGGHHHH, BRAULIOOOOOOUUUUUUUGGGGGHHHHH!!!!

¡¡QUÉ PERRA SOS JOHANA, QUÉ PERRA!!

¡¡MAS, MAS, MAS!!… ¡¡¡¡RÓMPAMEEEEEEEGGGGGGHHHHHHHH!!!!

¡¡PUTA, PERRA, QUÉ PUTA SOS!!

¡¡¡¡UNA PERRAAAAA, SOY UNA PERRAAAAAAAGGGGGGHHHH!!!! ¡¡DEME DURO BRAULIO, DEME BIEN DURO QUE ME GUSTAGGGGGGGHHHHHH!! ¡¡¡¡UUUUUURRRRRGGHHHHH!!!!

La pequeña Johana estaba siendo literalmente partida por la mitad. Su cuerpo moreno se cubrió rápidamente de sudor, enrojeciéndose completo. Cada músculo de su cuerpo estaba tensado y se estremecía ante cada nuevo ataque de esa violenta visita. Su mirada estaba crispada y su rostro estrujado en un mueca de dolor. Pero no se detenía, aunque la estaba barrenando por dentro no se detenía, ni siquiera parecía tratar de escapar.

La cogida fue larga y brutal, Braulio se cogió a la jovencita como se le dio la gana, con lujo de fuerza bruta y violencia, insultándola y humillándola, lo que parecía aumentar el libido de la muchacha. Pero lo que más me impresionaba y consternaba era la actitud impasible y totalmente pusilánime de mi nieto, que lejos de tratar de defender a su novia, parecía contento y caliente de estársela entregando a ese degenerado, no lo entendía.

Por otro lado, yo me daba miedo sola, ¿cómo era posible que estuviera viendo aquella sucia escena sin hacer absolutamente nada? ¿Cómo era posible que estuviera caliente, excitadísima y deseando en mis adentros ser yo la puta a la que estuvieran ensartando tan salvajemente en vez de Johana? Mi actitud, mis pensamientos y mis sensaciones me aterraban, pero a la vez me mantenían muy caliente.

Toda la bodega estaba impregnada de un penetrante olor a sexo, ella tuvo otros 2 orgasmos tan violentos que la dejaron medio muerta, por lo que al final, cuando la tenía boca abajo sobre la mesa ella no era ya más que una muñeca de trapo excitada y totalmente entregada a su macho. Y este, finalmente, empezó a sentir esos riquísimos espasmos recorriendo su espalda y avisándole que el clímax estaba cerca.

¡¡¡¡JOHANA, PERRA, YA ACABO, YA ACABO JOHANAGGGGHHH!!!! ¡¡¡¡AAGGHH, PERRA RICAAAAAAAGGGGGHHH!!!! ¡¡¡¡¡¡AAAAARRRRGGGGGGHHHHHHH!!!!!! – gritó Braulio mientras inundaba y rebalsaba la cavidad vaginal de la niña con sus borbotones de semen.

Se quedó inmóvil dentro de ella por unos segundos, viéndola con los ojos rojos de deseo. Se salió de ella y se derrumbó sobre la silla que tenía detrás,. Estaba cubierto de sudor con el corazón latiéndole a mil por hora y la verga palpitándole. Y tanto él como yo veíamos embelesados como salían del interior de la intimidad dilatada y rebosante de la niña, su esperma mezclado con los abundantes jugos de ella. Johana estaba también empapada en sudor, respirando agitadísima y medio despierta, medio inconsciente.

Pero como dije, Braulio estaba medio mareado e infinitamente complacido, pero no agotado ni satisfecho.

Raúl, perra, limpiale la pusa a Johana… con la lengua.

No podía creer que le hubiese dado esa orden a mi nieto, pero menos podía creer que este estuviera dispuesto a obedecer. Raulito se arrodillo raudamente en medio de las piernas abiertas de su novia y empezó a pasar la lengua por todo lo largo de su abierta y enrojecida raja.

El estómago se me revolvía cada vez que lo veía deglutir, e estaba tragando el semen que el infeliz de Braulio había depositado dentro del sexo de su novia, ¡y hasta parecía disfrutarlo mucho! Pero, a pesar de mi repulsión hacia esa escena, no pude evitar que el morbo continuara apoderándose de mi, preguntándome "¿y ahora que le irá a hacer?".

Ya está perra, ahora vení y chupámela a mi.

Johana la sonrió a su novio, mi nieto se separó de ella y se dirigió con su Amo, no sin temor en su mirada y dudas en su expresión. Pero igual no titubeó, atrapó con los labios el glande de Braulio y empezó a mamárselo lo mejor que podía. Apenas le cabía, tenía que hacer esfuerzos para metérsela por lo gruesa que era.

En una de esas Braulio lo tomó del pelo y se lo comenzó a coger por la boca. Mientras lo hacía, estiró una mano e inició a dilatar el ano de mi nieto, sentí miedo por él, lo iba a romper. Pero nuevamente mi anormal excitación no me permitió reaccionar.

Veía al hombre meter uno de sus dedotes lo más adentro que podía de las entrañas de Raúl, estirando su frágil esfínter hasta abrirlo lo que él quería. Me di cuenta que no era la primera vez que Raúl tenía un dedo intruso en su interior, los recibía demasiado bien para ser primerizo.

Pronto el mástil de Braulio volvió a ponerse en forma y se colocó detrás de Raúl. Con una mano meneaba, metía y sacaba hasta 2 dedos del culo de mi nieto mientras que con sus labios y lengua recorría sus dos bellas nalgas, cubiertas por una fina capa de sudor que las había brillar. Mi nieto debía de sentir sensaciones riquísimas pues le levantaba las nalgas a Braulio, abriéndoselas con sus propias manos y ofreciéndose por completo. Gemía envuelto en una nube de lujuria sumido en un transe profundo de placer que provocaba su sumisión absoluta ante los deseos de ese hombre.

¿Te gusta perra?

¡¡¡SSSS… SS-SII…!!!… me gusta mucho… siga por favor Amo… soy suyo, su perra, hágame lo que quiera… – contestó mi nieto con vos temblorosa.

Entonces el Amo guió su falo entre las nalgas de mi Raulito y colocó la cabeza sobre la entrada del ano, lentamente, pero sin detenerse, fue sumergiendo en su totalidad aquella barra de carne dura. Mi nieto abría sus ojos como platos al sentir semejante verga atravesándolo. Al llegar al fondo, Braulio comenzó a sacarla despacio para volvérsela a enterrar de nuevo, cada vez con más velocidad y potencia. De la garganta de mi nieto salió un grito grave y rasposo, que pensé era de sufrimiento, pero no, era de placer, del más absoluto placer al sentirse lleno por completo.

Lo tomó de las caderas y comenzó a cabalgarlo con ímpetu, Raúl se sentía enloquecer, su cuerpo sudoroso era preso de pequeñas convulsiones producidas por el gozo, su pene brincaban de un lado a otro por la tremenda potencia de la cogida. Braulio lo embestía cada vez con más fuerza, escuchándose el sonido de cada empellón como un aplauso.

Te gusta que te den por el culo perra… te gusta… ¿verdad Raúl, putita asquerosa? – le decía mientras sacaba su verga vaporizando de su culo.

¡¡¡¡SIIIII!!!! ¡¡¡¡SIIIII!!!! ¡¡¡¡DALE!!!! ¡¡¡¡DALE!!!! ¡¡¡¡SIIIII, AAAAASIIIIII!!!!

¡¡¿TE GUSTA PERRA?!!

¡¡¡¡SIIIII!!!! ¡¡¡¡SIIIII, ME GUSTAAAA!!!! ¡¡¡¡DEME MÁS DURO!!!! ¡¡¡¡DEME MÁS DUROOOOHHH!!!!

¡¡¡¿QUERÉS MÁS, ¿QUERÉS MÁS?!!!

¡¡¡¡SIIIII, DEME MÁS DURO!!!! ¡¡¡¡SIIIII!!!!… ¡¡¡ME GUSTA, ME GUSTAAAAUUUUGGGHHHH!!!! ¡¡¡¡SIIIII!!!! ¡¡¡¡SOY SU PUTA!!!! ¡¡¡¡SOY SU PUTA, NO ME LA SAQUE!!!! ¡¡¡¡DEME MÁS!!!! ¡¡¡¡DAME MÁAAAAAAASSSSSSSS!!!! – le decía a gritos suplicándole.

Braulio le sacó su mástil para apuntar y volvérselo a enterrar de un fuerte envión. Raúl apenas la sintió en la entrada de sus entrañas y paró sus nalgas echándolas hacia atrás en busca de esa tranca. El culo de mi nieto se abrió como una boca hambrienta devorando de un bocado aquella paloma. Braulio gimió por la embestida de su trasero, ahora era Raúl quien se movía como poseído, en busca de la verga para gozarla, paladearla dentro de la funda de carne en la que se había convertido. Ella me decía a gritos:

¡¡¡¡ASÍ RAÚL!!!!… ¡¡¡¡ASÍ!!!!… ¡¡¡¡QUE TU CULO SE COMA MI PALOMA HASTA LOS HUEVOOOOS, ASÍ!!!!… ¡¡¡¡QUÉ CULO RAÚL!!!! ¡¡¡¡QUÉ CULOOOGGHH!!!!… – le decía Braulio a gritos.

Braulio con una mano lo agarraba del pelo, con la otra le daba nalgadas al ritmo que sus calientes glúteos se lo pedían. Pronto comenzó a moverse en círculos dentro de él, lo que lo hizo explotar en un auténtico orgasmo anal. Boqueaba desesperadamente mientras sentía como su pene expulsaba copiosas cantidades de semen como si una bomba hidráulica lo estuviera expulsando de su interior, en medio de intensas y deliciosas descargas de placer que recorrían toda su columna vertebral hasta llagar a su cabeza que retumbaba enloquecida.

¡¡¡GOZÁ RAÚL, QUE SOS UNA PUTA RIQUÍSIMA CON UN CULO BUENÍSIMO!!! – le decía Braulio.

Mi nieto no hacía más que retorcerse del goce con los ojos en blanco y la boca abierta, dejando que se le cayeran las babas sin que apenas pudiera darse cuenta, presa sumisa de los mas deliciosos orgasmos. Y justo en ese instante Braulio pegó un tremendo grito y su tremebunda verga se vacío entera dentro del goloso ano del muchacho. Literalmente le inundó las tripas. En medio de mi incontrolable e insoportable calentura pensé que la cosa había terminado allí, pero no, aun habían muchas sorpresas para mi.

Continuará

Garganta de Cuero.

Pueden enviarme sus comentarios y sugerencias a mi correo electrónico, besos y abrazos.