La decisión del rey IV - Final.

- Confía en mí - dijo Noelia al notar la inseguridad en la mirada de Leah - mi corazón pertenece a alguien más - agregó casi en un susurro - y está aqui conmigo.

  • ¡Mhino! - Leah corrió hacia donde estaba el niño - ¡Estás vivo! - exclamó notablemente feliz mientras cargaba al niño y volvía a dejarlo en el suelo.

  • Señorita Leah - Dijo Mhino sonriendo - no estaba en peligro, le he pedido al hombre que me llevó, que me trajera aquí con usted y lo hizo - prosiguió alegre - aunque fue un poco díficil seguirle el rastro.

Leah no cabía en su emoción de haber podido recuperar a Mhino - Debes contarme todo Mhino, ¿dónde estabas? ¿cómo era ese hombre? ¿qué te dijo? - preguntaba exasperadamente.

  • Señorita Leah respire, yo le contaré todo, vayamos con la princesa Noelia, ella también querrá escuchar.

Así lo hicieron.

  • Mhino, debes contarme ya, por favor - imploraba Leah al niño para que empezara a contar lo sucedido todos esos días.

  • Leah, déjalo respirar - Noelia la miraba dulcemente y eso a Leah la tranquilizaba de una manera impresionante.

  • Ya le contaré señorita - dijo Mhino y Leah comenzaba a estar impaciente otra vez - No recuerdo mucho el primer día, estaba muy mareado y cansado, recuerdo muchos árboles pasar debajo de mi, como si volara sobre ellos - prosiguió - luego estaba en una casa, en medio del bosque, con una chimenea más grande de la normal, salí de la habitación donde estaba y lo vi, muy triste, sentado en un sofá viendo hacia la nada. Le pregunté que le sucedía y me dijo que tenía 20 años buscando a su hijo perdido, que no hallaba que hacer, le pregunté para qué me quería a mí y me dijo que mi destino estaba enlazado con el de su hijo - en eso, Leah y Noelia se miraron confundidas - señorita Leah, debemos ayudarlo, su dolor es muy grande, me explicó que era amigo de la princesa Noelia - mirándola - su destino también está unido al de su hijo, de una manera diferente a la mía, eso no lo entendí - dijo con su mirada confundida - pero debemos ir y ayudarle, está sufriendo mucho.

Leah tenía un remolino mental, su princesa debía estar con otra persona, lo sabía y aun así le dio rienda suelta a su corazón para amarla...

Eso era nuevo ¿desde cuando la amaba? la miró fijamente, mientras Noelia seguía conversando con Mhino, era tan hermosa... Pero ahora debía ir a buscar al hijo de un mago para que éste se enamorara de ella, de su princesa.

  • Noelia... - dijo por fin - ¿es tu deseo ayudar al mago? - preguntó con un nudo en la garganta, una pregunta cuya respuesta  podría destrozar su corazón en un segundo.

  • S-sí - respondió.

Leah sintió que su mundo se vino abajo, las lágrimas querían salir, Noelia lo notó y agregó - Lo ayudaremos Leah, pero mi destino se enlazó con el de otra persona.

Y así volvió a la vida, insegura, ¿y si Noelia al ver al hijo del mago se enamoraba perdidamente de él y la olvidaba a ella? no podía competir contra eso, estaba aterrada y su mirada la delataba.

  • Confía en mí - dijo Noelia al notar la inseguridad en la mirada de Leah - mi corazón pertenece a alguien más - agregó casi en un susurro - y está aqui conmigo.

Leah no pudo evitar sonreír y más tranquila le dijo a Mhino - partiremos ahora mismo, ayudaremos al mago, acabaremos con su sufrimiento.

Recargaron sus mochilas, agua, comida y la plantas medicinales para Leah y siguieron las indicaciones de Mhino.

  • Señorita Leah, la veo más alegre que antes - dijo Mhino inocente de la situación, mientras caminaban por un sendero.

  • ¿De qué hablas Mhino? estoy igual que antes - respondió Leah sin prestar atención.

  • No no, está más alegre, sus ojos tienen brillo y su rostro a veces cambia a un rojizo, como sonrojada - decía Mhino, mientras Noelia miraba a Leah y Leah se sonrojaba notablemente.

  • Un riachuelo, hora del baño - dijo dirigiendose a Mhino - iré a ver si consigo algunas frutas.

Leah se adentró en el bosque, mientras Mhino saltaba al agua.

  • Oye Mhino ¿crees que puedes estar solo un momento? - preguntó la princesa Noelia.

  • Claro princesa - dijo sumergiendose al agua.

Leah estaba con los brazos hacia arriba, tratando de alcanzar algunas frutas de un árbol, cuando siente que la abrazan por la espalda.

  • Para ser guerrera, no previenes los ataques - dijo aferrada aun a ella.

  • No tengo que cuidarme de ti, Noelia - dijo sonriendo, tratando de alcanzar mas frutas.

  • Deberías - la hizo girar y quedar frente a ella. Se miraron y se fundieron en un beso que solo ellas saben lo mucho que lo disfrutaron.

Las manos de la princesa subían y bajaban lentamente por la espalda de Leah, aferrandola más a ella, como si no quisiera que se escapara.

La lluvia empezó a asomarse y a caer tímidamente sobre los cuerpos de ambas mujeres, aumentando cada vez su velocidad.

  • Noelia.. d-debemos volver - decía entrecortadamente Leah.

  • Solo un rato - pedía la princesa.

Soltó un gemido de afirmación, quería aquello, pero un grito la volvió a la realidad.

  • ¡Señorita Leah! - se escuchaba decir a Mhino.

Ambas corrieron hasta donde estaba y lo que vieron las aterrorizó. Eran alrededor de 50 gargonks adultos, rondeandolos, no tenían escapatoria.

Intentaron huir, pero a donde miraran habían mas de estos horribles animales y la lluvia dificultaba su visión.

Estaban acorralados, con la lluvia golpeandoles el cuerpo, truenos y relámpagos azotaban sus oídos. Mhino se encontraba en medio de las dos chicas, ambas se abrazaron y cayeron de rodillas cubriendo a Mhino.

Noelia y Leah se miraron, se notaban las lágrimas brotar. Leah posó sus manos sobre el cuello de Noelia y la acercó más a ella, Noelia aferrada a sus manos, asustada, lloraba sin parar.

  • Te amo - dijo Leah sin dejar de mirarla y sintió como su corazón era liberado de lo que sea que lo aprisionaba.

  • Te amo Leah - Y se besaron, como si fuese la última vez. Cerraron fuertemente los ojos y un estrépito se escuchó.

Un trueno, seguido de un relámpago que se dividió en varios más. Los gargonks caían pesadamente sobre la tierra mojada, carbonizados.

Noelia y Leah se abrazaron fuertemente, protegiendo de esa manera a Mhino.

¿Qué había pasado? el corazón de Leah se calmaba y las nubes negras iban desapareciendo del cielo, llevandose la lluvia. El olor a carne quemada no era agradable, pero no podían salir de su asombro, estaban completamente calcinados a su alrededor. Los 3 se miraron, agradeciendo su suerte. Se tomaron de las manos lentamente, quedando Mhino entre ellas y caminaron durante horas, sin decir palabra alguna.

Habían pasado unas 5 o 6 horas cuando vieron humo salir de entre los árboles - ¡Ahí es! - exclamó Mhino sobresaltado.

Por fin habían llegado, Mhino corrió hasta la humilde casa, mientras Leah ofrecía su mano a Noelia para seguir caminando. Al llegar, el mago, un hombre canoso, con poca barba y ojos oscuros y cansados se encontraba hablando animadamente con Mhino.

  • Son ellas, ellas ayudarán a buscar a su hijo - dijo rápidamente Mhino al ver entrar por la puerta a Noelia y Leah tomadas de la mano.

  • Princesa Noelia, tanto tiempo sin verte - se dirigió hacia ella y la abrazó.

  • Señor Leandro, que alegría volver a verlo - dijo alegremente mientras lo abrazaba - ella es Leah, es mi salvadora.

  • ¿En serio? - preguntó sorprendido el mago - ¿de dónde eres?

  • Soy hija del Rey Kreún III, rey de Empereon - dijo sincera.

El mago se tambaleó y si Noelia no hubiese estado a su lado, Se hubiese caído al suelo.

  • N-no es posible - alcanzó a decir, mientras la mirada de Leah pasaba de alegre a confundida - ¿cómo se llamaba tu madre?

  • Mi madre era la reina Natalie - dijo aun con su rostro confundido - murió al yo nacer.

Esta vez el mago alcanzó a caer sobre una silla, mientras de sus ojos brotaban lágrimas.

  • Yo me enamoré de ella a los 10 años - empezó a decir el mago - en ese entonces no sabía que era el amor, pero recuerdo cada momento a su lado, definitivamente estaba enamorado - decía mientras tapaba su rostro con sus manos para que no lo vieran llorar- el día que las brujas me secuestraron, estaba cumpliendo 25 años, tu madre y yo aun nos amabamos - siguió contando mientras intentaba secarse las lágrimas. Yo... n-no sabía que ella estaba embarazada y no pude decirle que volvería por ella, las brujas no me dejaron hacerlo - esta vez miraba a Leah entre los dedos de la mano que sostenía su cabeza - cuando regresé me dijeron que el rey la había tomado como su esposa, tenía 2 meses de embarazo en ese entonces, él pensaba que lo había engañado y la asesinó a los pocos meses de dar a luz - la miró fijamente mientras se levantaba - yo creí que había tenido un varón - la abrazó y ella lo sintió, sintió el amor de padre, el amor que nunca llegó a sentir con el rey Kreún, lo sintió en tan solo un abrazo.

Una lágrima resbalaba por la mejilla de Leah, Noelia ya lloraba y Mhino estaba con cara de sorprendido.

  • No me equivoqué al decir que ellos estaban enlazados con el destino de mi hijo... bueno, mi hija - dijo Leandro sonriendo con lágrimas aun en los ojos.

  • Después de todo, mi destino siempre estuvo unido a ti, Leah - dijo Noelia acercandose, tomando su brazo y recostando su cabeza sobre el hombro de Leah.

  • Créeme que es un alivio saber que no hay ningún hijo varón que estuviera destinado a tenerte - le dijo, tomando su barbilla y acercando sus labios para darle un tierno beso - y tú, pequeño - dijo estirando su mano hacia Mhino para que éste la tomara - ¿te gustaría quedarte con nosotros? puedes decirme mamá.

  • ¡CLARO! - exclamó dando un salto, abrazando a Leah y a Noelia.

Noelia se encontraba jugando con Mhino en el jardín, mientras Leah y su padre estaban sentados viendo la adorable escena.

  • Siempre me pregunté si habías nacido con poderes, lamentablemente no es así - dijo a modo de broma - aunque los truenos te protegen hija, no creas que fue casualidad que los gargonks se calcinaran.

  • Imaginé que había algo fuera de lo común en eso - dijo divertida - no me importa no tener poderes, tengo algo más importante y valioso... ellos - agregó mirando a su familia, su hermosa familia.

  • Esto sería muy distinto si el rey Kreún hubiese actuado correctamente, Leah - dijo Leandro con la vista fija en Noelia y Mhino.

  • Después de todo el rey tomo la decisión correcta papá - replicó Leah, volteando a ver a su padre y regresando su mirada a donde estaba - no podría imaginar mi vida sin ellos.

  • ¡Mamá ven con nosotros! - gritó Mhino sonriendo.

Leah sonrió y corrió hacia ellos, uniéndose al juego.

  • Ahora es que comienza tu aventura, hija.

Fin.

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A los que siguieron la historia hasta aquí, espero que haya sido de su agrado, a pesar de no tener contenido erótico (se me hace muy difícil eso)

Coman verduras, portense bien y nos vemos en otra historia xD