La de Química (1)

Cuando la fantasía de cualquier adolescente, se hace realidad.

LA DE QUIMICA ( 1 )

La mayoría de mis relatos, surgen de la vida misma...algunos son 100 % reales y otros tendrán un poquito de ficción...pero bueno, ya sabrán ustedes cual pertenece a cada categoría.

En mi épocas de colegio secundario, épocas en la que por demás, cualquier adolescente esta desesperado por tener sexo, estaba muy interesado en dos profesoras. Una era la "hembra" de Matemáticas y la otra, la de Química. Si bien, la de Matemáticas, tenía mejor cuerpo, la de Química, no se quedaba atrás y aparte, tenía la mala costumbre de apoyarse en los hombros de quien le estaba hablando, sobre todo de los varones, lo cual producía en nosotros, una especie de erección inmediata. Para ser sinceros, el secundario terminó y nada pasó con ninguna de las dos en cuestión.

Pero como se suele decir, la vida siempre te da una revancha.

Cuatro años después, mi hermano menor, también terminó el secundario en el mismo colegio. En la fiesta de celebración de fin de curso de mi hermano, tuve la "suerte" de re-encontrarme con mi querida profesora de Química. Susana ( así su verdadero nombre ) era una mujer que rondaba, para ese entonces, los 45 años, como de 1.75, unos hermosos ojos color verdes y debía tener no menos de 95 como medida de busto. Si a eso le sumamos la "calidez" que solía demostrar a sus alumnos...era una diosa del sexo, digna de ser poseída !!!

– Como estas ??, Tanto tiempo ! ; Palabra va, palabra viene, hasta que pregunté: Que te parece si algún día nos encontramos y tomamos un café ? Intercambiamos teléfonos y ahí comenzó todo.

Sin dejar que las cosas se enfriaran, a los 2 días la llamé y le propuse encontrarnos en un bar, lo que aceptó con gusto. Ese día, Susana llegó al lugar que acordamos, con una pollera apenas por arriba de sus rodillas, una remerita blanca muy ajustada y el pelo suelto, con rulos, tal como yo la recordaba de mis épocas escolares. Pero lo mejor que tenía Susana cuando llegó al bar ese día, era una sonrisa enorme dibujada en su rostro, que reflejaba que estaba haciendo algo que realmente le gustaba hacer.....y yo pensé: voltearse pendejos ¿? Si, tiene que ser eso...le encanta voltearse pendejos, porque en definitiva con mis 21 añitos, para ella, yo era eso...carne fresca !!!! Charlamos un rato de cosas pasadas y nos reímos de algunas anécdotas. Varias veces, durante la charla, me tocó las manos o los brazos y me hizo caritas…pero como encaraba el tema para el lado del sexo ? Y pensé…esta mina no es ninguna boluda, con lo cual solo necesito darle un pié, asi que pregunté: Decime, Su…esta charla esta bárbara, pero…como sigue esto ? para lo cual, solo tuvo un cálido beso en la boca de respuesta. Sin más preámbulos, pagué la cuenta y nos metimos en mi auto ( en el de mi papá a esa edad ) y de ahí, derecho al hotel. Me causaba gracia, ver con la velocidad que Susana se deshacía de los bolsos repletos de pruebas por corregir, para quedarse en bolas delante de un…ex alumno. Nos besamos mucho y pude comprobar que Susana no era TAN fogoza como imaginábamos...sino que MUCHO MAS de lo que imaginábamos !! Sin ningún reparo, en cuanto me saqué la ropa, se abalanzó sobre mi pene y me hizo una mamada como pocas de las que he recibido en mi vida...( lo digo ahora, con unos cuantos años de practica mas ). Su mamada me vino muy bien, ya que me resultaba medio difícil estar en esa situación con alguien que hasta hace pocos años atrás, podía decidir tu repetición de año. Igual, no tardé nada en que se me pusiera como una roca, ya sea por la chupada o por el morbo de la situación. Minutos después me ubiqué encima de ella, en la posición más clásica y estuve moviéndome cerca de 10 minutos, lo que terminó para ella en un escandaloso orgasmo. Acabé con preservativo, dentro de su concha, pero con 21 años, uno es un potro así que luego de un cigarrillo, estuve listo para más. La dí vuelta y la puse en la posición de cuatro patas. Me afirmé al borde de la cama y durante casi media hora, la agarré primero de su cintura y luego de esa melena enrulada que tanto me gustaba, para cabalgarla. Le apretaba las tetas desde atrás y Susana suspiraba, gemía y gritaba hasta el cansancio: Me encanta como me coges..me volvés loca, pendejo ¡!!!

No se cuantos orgasmos tuvo esa tarde, pero se que fueron muchos.

Cuando estuve a punto de acabar por segunda vez, le dije:

"No me vas a dar un premio por haberte cogido bien ?"

"Lo que quieras, pendejo.", me contestó.

E inmediatamente, abandoné la posición donde estaba y me quité el forro, para terminar estampando mi leche en su garganta. Toda..absolutamente toda se la tragó la muy puerca y me la chupó hasta dejármela bien limpita.

Por cuestiones de horario de ella ( tenía que seguír dando clases ) tuvimos que irnos del hotel. Cuando salímos, la sonrisa de Susana era mucho mayor que la que traía cuando nos encontramos y le dije: " Tené cuidado, que no te descubra algún alumnito que le estas bajando la caña a otro pendejo ". Me despedí con un terrible beso de lengua y la promesa de volvernos a encontrar…y vaya si cumplí.

Ya les contaré mas….

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