La dama de hierro (3)
Las dos ayudantes de Jordana comienzan a sentir en sus carnes la verdadera naturaleza de su condicion.
Ya llevábamos un mes recluidas en mi enorme mansión y mis dos chicas habian aceptado ya por completo su doble rol de ayudantes y de criadas domesticas aunque ellas ni siquiera se habian dado cuenta de que lo eran . Y eso que en realidad dedicaban por lo menos el doble de tiempo al cuidado y limpieza de la casa que a "ayudarme " en mis investigaciones .
Entonces , inesperadamente un suceso fortuito modifico nuestras futuras relaciones y las delimito ya casi definitivamente . El hecho en cuestion ocurrio cuando Elo se disponia a servir la sopa en una de nuestras suculentas pero sucintas raciones . No se si a causa de la debilidad paulatina que se habia apoderado de sus sentidos o por lo caliente que estaba la sopera , pero el caso es que se le escurrio de las manos cuando se disponia a servir y cayo estrepitosamente en el suelo , destrozandose en mil pedazos y desparramando toda la sopa por el suelo , que formo un enorme charco , y salpico de minúsculos restos mis exclusivos zapatos de channel .
Yo me levante como por efecto de un resorte , increpándola e insultándola , y en un acto reflejo y sin un apice de premeditacion le solte un tremendo y seco bofetón que dio con sus huesos en el suelo encima justo de la sopa esparcida en èl . Inmediatamente Elo quedo toda empapada de restos calientes de sopa que debieron abrasarle el cuerpo porque empezo a convulsionarse y se levanto de golpe frotándose las partes quemadas para tratar de aliviarse el dolor mientras gemia lastimosamente . Yo le recrimine que la sopera que acababa de destrozar formaba parte de una vajilla antiquísima e irremplazable que habia pertenecido a mi familia durante generaciones . La pobre Elo estaba destrozada y desencajada por la angustia de la magnitud de los hechos , y se deshacia en excusas implorando mi perdon .
Pero yo inflexiblemente les ordene que limpiaran inmediatamente el suelo de toda aquella inmundicia , y que lo queria ver todo limpio y ordenado antes de que volviera al comedor después de cambiarme de calzado , y termine diciéndoles que ya que habian derramado nuestra racion diaria de alimentos , se quedarian el resto del dia en ayunas . Inmediatamente ambas cayeron sobre sus rodillas y comenzaron a recoger los trocitos de porcelana que habia repartidos por doquier . Yo sali del salon pero en vez de dirigirme a mis aposentos me quede espiandolas por un resquicio de la puerta . Lo que vi me dejo atonita , ni en mis sueños mas locos hubiera imaginado lo que estaba presenciando .
Mis dos desgraciadas " ayudantes " procedian a recoger minúsculos trozos de carne de entre los restos de sopa y se los metian en la boca con un ansia tal , sin importarles que estuvieran manchados de por la suciedad del suelo , que me hubiera enternecido si yo tuviera sentimientos normales como el resto de la raza humana . Por el contrario me producían una excitación y un morbo que me las hubiera follado a las dos alli mismo . Pero lo mejor del pastel vino después , una vez dieron cuenta de todos los trocitos que pudieron encontrar , poniéndose a cuatro patas como si de verdaderas perras se tratara , comenzaron a lamer directamente del suelo todos los restos de la sopa hasta que no quedo ni rastro de ella .
Verlas asi , al limite de la degradación humana y constatar que ellas ni siquiera eran conscientes de la magnitud de sus actos , hizo que no pudiera contenerme mas y un explosivo y espontaneo orgasmo me inundo por completo saciándome de placentero extasis . Fue el momento que elegi para sorprenderlas todavía en su humillante postura y casi gritándoles les increpe que si comian como perras , como perras deberían ser tratadas y que a partir de ese momento como tales las trataria .
Les ordene que cogieran los orinales de sus habitaciones y los trasladaran al pie del arbol del patio mas alejado de la casa , que estaria a unos 50 metros de distancia , y les dije que cada vez que quisieran mear o cagar , deberían hacerlo exclusivamente ahí . Tambien les dije que puesto que les gustaba comer en el suelo como animales en vez de sentadas a la mesa como las supuestas personas educadas que yo les suponia , a partir de ese momento todo alimento se les serviria o arrojaria directamente a èl .
Ambas estaban mudas y sobrecogidas de miedo y vergüenza por lo que habian hecho y por lo que les estaba diciendo , pero ni una sola de las dos se atrevia a iniciar la mas minima palabra de protesta y permanecían ahí en el suelo de rodillas , totalmente vencidas y derrotadas , y tratando de asumir el alcance de los acontecimientos que se estaban sucediendo a velocidad vertiginosa . Para terminar de remachar el ultimo clavo de su humillación , les eche sendos collares antipulgas al suelo delante de ellas y les inste a que se lo ciñeran en sus cuellos , diciéndoles que ya que se comportaban como perras , como tales debian ir vestidas .
Pasaron varios dias en los que invariablemente después de servirme la comida en la mesa en el unico cubierto que se disponia en ella , ambas quedaban arrodilladas a mi vera esperando que yo les arrojara mis sobras al suelo , donde ellas se abalanzaban frenéticamente para dar cuenta de ellas .
A veces eran huesos de cordero con algun resto de carne que ellas se encargaban de dejar mondos y lirondos , otras eran un puñado de arroz cuyos granos quedaban desperdigados y ellas lamian directamente del suelo , e incluso las pieles de la fruta que yo comia eran devoradas con fruición hasta que el suelo quedaba totalmente impoluto de alimentos .
Tambien aunque trataban de aguantarse sus necesidades todo lo que podian , no les quedaba mas remedio que al menos una vez al dia ir a su arbol y bajándose las mugrientas bragas y exponiendo sus traseros al aire libre vaciar sus cuerpos de sus liquidos fecales . Como estabamos a principios de Octubre y estabamos en medio de la sierra , en el exterior hacia un frio muy intenso en contraste con el sofocante calor del interior de la mansión , por ello siempre que salian al patio iban corriendo a toda la velocidad que les permitian sus agotados cuerpos hasta llegar a su objetivo y una vez realizadas sus funciones fisiológicas volvían nuevamente a la carrera jadeando y con la piel de gallina .
Desgraciadamente para ellas sus mugrientos uniformes hacia tiempo que habianse reconvertido en trapos de limpieza y la unica ropa de que disponian para protegerse de las inclemencias del tiempo era su exigua ropa interior .
Ademas a veces la lluvia hacia su aparicion y no paraba en todo el dia , asi que cuando ellas corrian hacia su letrina particular a veces resbalaban en el barro con sus zapatos de tacon y quedaban rebozadas por él de pies a cabeza . Yo , siempre que ellas salian al patio me quedaba observando desde una de las ventanas del piso superior , que era de mi acceso exclusivo , y era verdaderamente excitante ver a cualquiera de las dos con el cuerpo lleno de barro y el pelo mojado , sucio y desgreñado , con unas enormes y violaceas ojeras enmarcando unos ojos repletos de tristeza , y con sus correas caninas , acuclilladas en sus orinales con las tiñosas bragas , ya de color chocolate , por debajo de la rodilla , mientras meaban y cagaban muertas de frio .
Llegadas a este punto , decidi que habia llegado el momento de quitarme la careta y mostrarles mi verdadera personalidad , la de un ama dominante y severa con tendencias sadicas y una obsesiva tendencia a producir dolor en mis semejantes para mi exclusivo placer y deleite .
Llame a mis dos adjuntas y les comunique que estaban a punto de presenciar la culminación definitiva de mis investigaciones . A tal fin les coloque sendas cadenas de paseo a sus collares de cuero y las inste a que me siguieran a los sotanos de mi mansión tirando de ellas. Bajamos por unas angostas y siniestras esacaleras que dieron paso a un estrecho y largo pasillo en semipenumbra hasta que llegamos a una gran puerta de roble macizo . Una vez traspasamos el umbral entramos en una gran habitación casi vacia y con una tenue iluminación , ocupada tan solo por una pequeña tarima de 4 por 4 metros y de una altura de unos 50 cms que estaba ubicada casi pegada a la pared del fondo .
Rodeándola completamente habia una gran cortina a modo de telon de un tejido grueso y opaco que no permitia ver nada a traves de èl . Justo enfrente , un sillon de cuero dominaba por entero el recinto y a ambos lados de él , se encontraban colocados dos pequeños y humildes taburetes de madera sin barnizar . Les ordene a mis ayudantas que se acomodaran en éstos y yo a mi vez me recoste en el majestuoso trono . Mis asistentas estaban impacientes y muertas de curiosidad por las maravillas y prodigios que estaban a punto de presenciar , y se retorcían nerviosamente las manos en un intento de contener la ansiedad .
Decidi alargar al máximo su expectación e incertidumbre , hasta que con movimientos lánguidos y perezosos aprete un boton del control remoto que tenia insertado en uno de los brazos de mi sillon con mi mano derecha , mientras con la izquierda sostenia las cadenas de los collares de mis perras manteniéndolas bien sujetas e impidiendo que hipotéticamente pudiesen levantarse de los minúsculos taburetes si la impresión de lo que estaban proximas a presenciar fuera demasiado fuerte para sus vulgares y sensibles corazones , y el telon empezo a deslizarse lentamente .
Mientras lo hacia yo no quitaba ojo de mis ayudantas , pues yo ya sabia lo que se encontraba detrás de èste , y lo que realmente me interesaba era descubrir en los gestos y las reacciones de mis chicas lo que estas sentirian cuando descubrieran el horror de lo que se escondia detrás .
FIN DEL TERCER CAPITULO