La cuñada de mi cuñada

Estando de vacaciones donde mi hermanos, llega la cuñada de mi cuñada y tuvimos que compartir el dormitorio, dando inicio a una deliciosa relación.

La cuñada de mi cuñada

Atendiendo una cordial invitación de mi hermano Luis y mi cuñada Linda, acepté tomar unas cortas vacaciones en Miami. La verdad es que me hacían falta. Ya hacia seis meses que me había divorciado y me sentía un poco sentido. Me había casados hace tres años cuando apenas tenía 18. La que fue mi esposa salió embarazada y como es costumbre en mi país, tenía que cumplirle, o sea dar la cara y casarme con ella. Lastimosamente, nuestro hijo se malogró por Xs razones, y nuestra relación comenzó a deteriorarse a pasos agigantados, hasta que desembocó en el divorcio.

Como dije, me encontraba algo sentido cuando mi hermano Luis se enteró de mi situación, y procedió a hacerme la invitación.

Yo por mi parte tengo casi 22 años, soy un apasionado a los deportes especialmente el futbol y los artes marciales, por lo cual me conserve en buerna forma física, además soy Técnico Traumatólogo, y estoy iniciando mi carrera de medicina, por lo cual también necesitaba disipar un poco mi vida.

Llegué a Miami un Viernes por la tarde, mi hermanos y su esposa me fueron a recibir. No era la primera vez que estaba en Miami, pero tampoco era un gran conocedor de la ciudad, pero me defendía.

La casa de mi hermano no es muy grande que digamos, pues consta de dos dormitorios bastantes amplios. Uno de ellos era el matrimonial y el otro de visita con dos camas amplias y cómodas. (Creo que el segundo dormitorio era para cuando tengan su hijo).

Nos encontrábamos cenando y conversando, cuando sonó el teléfono. Era Dina, la cuñada de mi cuñada, o sea, la esposa del hermano de mi cuñada Linda. Ella había tenido que venir de imprevisto a Miami para traer unas muestras para análisis y exámenes de su marido.

Luis fue con Linda a recibirla, mientras me duchaba y me cambiaba de ropa.

Al poco rato regresaron y cuando salía del dormitorio, me quedé estupefacto de la impresión. Tenía ante mí una mujer espectacular. Tendría unos 22 0 21 años, pero lo importante es su belleza, su carita de angel, un cuerpo fantástico, buenas tetas, una cinturita de avispa, un culo de fantasia y una piernas maravillosas. No se cómo habré quedado de la impresión que mi cuñada tuvo que llamarme la atención dos veces para presentarme a su cuñada Dina.

Linda le dijo que recién había llegado yo y que no sabía cómo hacer para acomodarla. Ante esta situación, yo les dije que no había problema, que podía irme a un hotel, a lo que ellos se negaron rotundamente. Linda le dijo a Dina, que como habían dos camas en ese dormitorio si ella aceptaba que yo duerma en el mismo dormitorio con ella. Dina se puso pensativa y dijo, que lamentaba las molestias que estaba causando a ellos y a mí, y que no tenía ningún inconveniente en aceptarlo.

Durante la conversación, Dina dijo que su esposo había sufrido una rara enfermedad que le había llevado a una disfunción erectil y cada vez se le acrecentaba este problema. Los doctores le había aconsejado para que traiga las muestras para hacerlo analizar en Miami.

Tenía apenas año y medio de casados y esas enfermedad se le presentó hace casi dos meses.

Me ofrecía a servirle de guía para llevarla dónde ella lo requiera. Linda nos cedió su vehículo para pudiéramos desplazarnos con facilidad.

Al día siguiente, Efectivamente a las 6 de la mañana Dina ya esta lista para salir, por lo que tuve que apurarme. Estuvimos todo el día ocupados que ni tiempo para almorzar tuvimos. Llegó la noche y estábamos realmente cansados. Cominos y nos acostamos para estar descansados al día siguiente.

Por la noche me despertó unos gemidos fuerte, y me dí cuenta que era Dina que estaba llorando. Le pregunté si estaba bien, pero no me respondió. Al rato la volví a escuchar, pero ya era una llanto seguido y mas o menos fuerte. Me levanté y me senté en el filo de su cama. Le volví a preguntar cómo estaba, y me respondió que mal. Se sentó en su cama y la abracé para consolarla. Ella se dejó abrazara y accedía a mis muestras de afecto y consolación. Se arrimó a mi pecho y gemía pausadamente. Le levanté su carita de angel y le limpiaba las lágrimas y arreglaba su cabellos. Ella trataba de sonreir pero no podía. La besé en la frente y no dijo nada. Seguí por la mejillas hasta cerca de las comisuras de su boca. Ella se apartó delicadamente y me agradeció mi ayuda. Me dió un beso en la mejilla y se dispuso a dormir.

Yo la verdad, no pude conciliar el sueño el resto de la noche. Pensaba en lo bella que era Dina y en los besos que le había dado.

Al día siguiente fue similar al anterior. Mucho ajetreo de m

édicos y laboratorios. Finalmente regresamos a casa. Cuando bajamos del carro, estaba lloviendo a cántaros (lluvia fuerte). Ella salió corriendo para ir a la casa, pero con tan mala suerte que resbaló en la entrada y se dió un tremendo golpe en el costado izquierdo. Su cadera y muslo aguantaron el impacto de la caída. Luis y Linda fueron testigos de la caída de Dina, y trataron de ayudarla de inmediato. Dina lloraba por el fuerte dolor que sentía. La llevaron a la cama, y Linda la comnzó a cambiar de ropa, pues estaba totalmente mojada por la lluvia y la caída. Como no podía ella sola, me llamó para que ayudara, mientras Luis iba a la farmacia a buscar algo para el dolor. Efectivamente, la ayudé a desvestir y pude ser testigo en vivo de la maravilla de cuerpo que tiene Dina. Linda le puso una camisa de dormir tipo camiseta y nada mas. Me pidió que la chequeara para ver si no era necesario llamar a emergencia. La osculté y me pude cerciorar que no tenía nada malo, con excepción de traumatísmo por el golpe que presentaba en el lado izquierda de su cuerpo.

Toda la noche se quejó del dolor que sentía y siendo ya caso de madrugada recién pudo dormir.

Menos mal que para ese día y para los otros tres siguientes días, no teníamos ninguna cita con los laboratorios, por lo cual se quedó descansando en cama.

Al segundo día ya se sentía mejor, por lo cual se levantó de la cama. Yo la ayudaba ya que estábamos solos en casa. Luis y Linda estaban trabajando.

Nuestra confianza se acrecentó y no llevábamos muy bien. Me preguntó si podía chequearla nuevamente ya que violvía a sentir una molestia en su cadera. Fuímos al cuarto y se acostó. Le pedí que se levantara la camiseta para poder ver su cadera. Ella me miró y me dijo que sentía verguenza, ya que solamente tenía su tanga. Le dije que no se preocupara, que lo que iba a ver era su cadera. Dina después de tanto pensarlo y ante los hincones que sentía, accedió a levantarse la camiseta. No se si es falta de ética o qué, pero lo que ví me dejó anonadado. Tenía delante de mí una vulva que pareció que estaba del mes, pero no era así. Era tan grande y apetecible que no pude evitar una erección parcial ante ese espectáculo.

Le dije que tenía que voltearse hacia mi lado para poder ver bien. Finalmente le dije que era producto del hematoma que tenía en su cadera. Me preguntó cómo me quito eso. Le dije que con masajes y compresas calientes. Me dijo si podía darle el masaje y ponerle las compresas. Le dije que si que no tenía ningún incoveniente.

Le puse las compresas y luego procedí a darle masajes, suavemente para evitar que le doliera. En la parte en que la tira de la tanga pasaba, era dónde mas escoriaciones tenía y le dije que había algo que tenía que pedirle, ella me dijo qué? Le dije que la tira del calzón no me permitía hacerle el masaje que necesitaba en esa área, y que era necesario retirar la tanga. Ella trató de subirla pero le causaba dolor, luego trató de bajar la tira un poco, pero era imposible darle el masaje, ya que además le apretaba el área afectada. Ante esta situación me dijo, que le daba verguenza, pero que le dolía mucho todavía. Así que no tuvo mas remedio que sacarse la tanga, dejando ante mi la cosa mas rica que había visto hasta ese entonces en mi vida. No miento, mi pinga se levantó inmediatamente hasta el punto de dolerme la erección que tenía.

Ella cerró los ojos y me dijo que le diera el masaje que necesitaba. El masaje con el tiempo se convirtió en caricias guiadas por las ansias de poseerla. Ella creo que se percató de la situación, ya que sus gemidos de dolor, se comenzaron a convertir en gemidos de placer. Se movía inquieta de un lado a otro, aunque a veces sentía dolor. Se dió la vuelta boca abajo y su cara quedó frente a mi pene que se encontraba totalmente erecto dentro de mi pantalón. Le sobaba la espalda y fui bajando lentamente a sus bellas nalgas. Qué culo mas delicioso tenía ante mí!!!! Mi pene luchaba por salir. Le comencé a sobar las nalgas, le metía la mano dentro de su raja y ella abría las piernas. Mi mano se deslizó hasta sus labios exteriores de su concha. Ella dió un saltito y levantó el culo dándome mayor acceso a su concha. De repente siento que me agarra el pene sobre mi pantalón y me dice "sácalo", me miraba con una ojos llenos de deseos de follar y ser follada.

Nos desvestimos inmediatamente. Ella me pidió que tuviera cuidado, porque todavía le dolía. Nos comenzamos a besar como deseperados, como si nuestras vidas dependiera de ello. Nos anhelábamos, nos deseábamos, queríamos poseernos mutuamente. Parecíamos pulpos acariciándonos por doquier. Bajé a sus tetas. Ohhh que maravillas!!! Las besaba, las chupaba, mordía suavemente sus pezones mientras ella gemía fuertemente. Mamaba sus pezones y ella deliraba de placer y pedía mas fuerte, mas fuerte. Bajé a su abdomen, ella se retorcía de placer, pareció una culebra con sus movimientos. Bajé a sus piernas deliberadamente sin tocar su coño. Ella empujaba su cadera de un lado al otro, deseando guiar mi boca a su concha. Se desesperaba, gritaba que la mamara, que se la chupara, por favor ya no aguanto mas, apura, apura me gritaba. Parecía una poseída por el verdadero deseo carnal. Yo ya no aguantaba mas, de inmediato invadí su tan deseada concha. Uuhhmmm que rico!!!!!!! Decía ella, dame mas papacito, dame mas por favor. Te amo, te amo pero dame mas uuuhmmmm! Mi lengua se movía cual serpentine dentro de su hoyo de placer. Yo estaba en otro mundo, estaba deleitándome de esos aromas, de ese sabor que me desquiciaba. Ella llegaba a su primer orgasmo, mientras aceleraba sus movimientos. Y el dolor… bien gracias, no había tiempo para pensar en eso. Solamente sentíamos placer. Durante su primer orgasmo ella levantó fuertemente su cadera, tratando de meterse mas mi boca en ella, gritaba que le gustaba, que se estaba viniendo, que la chupara mas fuerte. Cuando terminó su orgasmo, no se aplacó, sino que seguió moviéndose en círculos, de adelante hacia atrás sin detenerse. Yo por mi parte seguía con lo que estaba enloqueciendo, su chocho. Que delicia!!!! Dina nuevamente comenzó a experimentar un nuevo orgasmo mas fuerte que el anterior, pero este vino acompañdo de otros tres seguidos. Eramos dos luchadores en el campo de batalla. Su clítoris era mi presa. Ella se dió la vuelta y nos pusimos en un delicioso 69 – el mas rico que haya experimentado- Eramos dos desesperados mamando el uno al otro. Ella gemía fuertemente y gritaba que le gustaba, que me amaba, que quería mas, mas, mas.

Finalmente nos vinimos en un tremendo orgasmo mutuo que nos dejó casi fuera de combate a los dos. Estábamos totalmente extenuados, cansados, ella siguió chupando mi pene hasta dejarlo totalmente flácido.

Nos acostamos juntos y nos abrazamos. Recién nos dábamos cuenta de lo que había pasado. Le dije que había mi mejor y mayor experiencias y que nunca lo olvidaría. Ella me dijo que jamás se había portado de esa manera, pero que se encontraba sastifecha por todos y deseosa que eso se repitiera en otra occasion.

Me contó que tenía algunos meses sin tener relaciones sexuales con su marido y que ya le estaba haciendo falta, que esperaba que yo fuera su sustituto.

Para qué contarles, mis vacaciones se han prolongado ya por dos meses. Ella va y viene de Colombia con cualquier excusa. Ella dice que me ama y que no piensa dejarme, pero no sabe cómo hacerlo. Creo que yo también siento lo mismo por ella.

Ya mi hermano Luis y mi cuñada Linda comienzan a sospechar algo.

Govico1