LA CUIDADORA DE MI MADRE (Capitulo II)

La segunda parte de la historia, anterior

LA CUIDADORA DE MI MADRE (Capitulo II)

By AlexAbello

Tengo que admitir que la zurra que me dio, me dolió tres buenos días, cuando me duchaba y el agua corría por mi espalda y por mis nalgas me escocia y eso me provocaba grandes recuerdos.

Pensé en Loli y le quise enviar unas flores, pero creí que le haría mucha mas falta el dinero, por lo que puse 500 pesetas en un sobre y puse su nombre en él, se lo di a mi madre para que se lo entregara.

Estaba yo en el Aeropuerto, esperando el avión para regresar a Barcelona y me sonó el móvil, vi que era Loli y me asusté, pues nunca me llamaba, pensé que a mi madre le había pasado algo.

Me puse y un terremoto de gritos, insultos, que qué me había pensado, que ella era una puta, bueno intente interrumpirla y al final opte por dejarla que se desahogase, lo ultimo que dijo fue, si lo tuviera aquí delante, le daba una de la que no iba a salir ileso, estúpido, niño pijo de mierda y me colgó.

Decidí no devolverle la llamada, que se le pasara el enfado y cara a cara explicarle mis motivos.

Al cabo de dos días fui a hablar con ella, debía de estar a punto de salir de casa, la esperé abajo pues no quería una reacción negativa y que la pudiera oír mi madre. Me vio, le cambio el semblante e intento pasar por delante mío como si no me hubiera visto, la pare y le pedí por favor que fuéramos a tomarnos una agua, una cerveza al bar de enfrente, que quería hablar con ella 5 minutos, que había habido un mal entendido, dijo que no tenia nada que hablar Ud., se saco del bolso el sobre y me lo dio y me dijo, me lo metiera por el culo, después de insistir y pedirle mil veces por favor déjame que te explique, ella volvía a dirigirse a  mí de Ud., yo sin embargo la seguí tuteando, finalmente de mala gana acepto.

Deje a que se volviera a desahogar y decirme que qué me había pensado, que la había tratado como a una puta, que ella era pobre pero decente, le intente coger de las manos y las retiro y las puso en su regazo.

Cuando entendí que había acabado le dije que estaba totalmente equivocada, que me merecía una gran admiración y respeto y qué bajo ningún concepto, el sobre significaba el pago a unos servicios de una puta. Le conté la verdad, que quería agradecerle al rato tan agradable que yo pase con ella, y que me dio la impresión, que también ella había pasado conmigo y que pensé en enviarle una ramo de flores, pero reconozco que soy un patán y muy práctico y creí que tú te estas deslomando trabajando no sé cuántas horas al día, para tirar a tu familia adelante y que te seria de mayor ayuda ese dinero, que unas flores, así además, puedes comprarte un par mas de zapatillas, porque pienso que tienes pocas, eso le hizo gracia, se sonrió y el semblante de su cara se dulcifico.

Loli, tienes claro, que no he pretendido ofenderte, aunque no lo haya hecho del todo bien, me perdonas si te has sentido mal y sonriendo me cogió de las manos y me dijo que si, pero que aún estaba enfadadísima conmigo, pues la había engañado, que ya me lo explicaría en otro momento, que tenia que ir a casa a preparar la cena para su hijo.

Yo volvía a irme de viaje y tarde en volverla a ver, diez días, me acerque e ver a mi madre coincidiendo, con ella, me espere a que la acostara y nos quedamos charlando en el comedor, que era la zona mas alejada de la habitación.

Me dijo que era un sinvergüenza, y que la había engañado y que no era la primera vez que me habían dado una zurra, y no me refiero a las que te debieron de dar de pequeño. ¿quién eres, que eres Alex, porque me has engañado? que tonta he sido, todo el mundo me engaña, pensé que tu no tenías ni idea y que te hacía ilusión te diera unos azotes y por eso creí que a los 25/30 azotes me dirías FIN.

Tienes toda la razón del mundo, pero no te engañe, más bien te oculte, lo que sucede es que lo que paso no debió pasar nunca, y no me arrepiento en absoluto, me gusto, me encanto y si tu quisieras me gustaría repetir, pero deja que te explique.

Tengo desde hace mucho tiempo la fantasía de que me azoten en el culo, con la zapatilla u otra cosa, pero no lo hago en Barcelona, por lo motivos que te puedes imaginar. Aprovecho mis muchos viajes para hacerlo y cumplir mis fantasías, y casi como los marineros, una mujer en cada puerto.

Mira una de las personas con las que mejor me siento, está en Sevilla, lástima que voy poco por esa ciudad, cuando la llamo para quedar ya me pongo a 100 con lo que me dice, que me va a pasar, que me lo piense bien, etc. Ella me ha insistido, que tiene una amiga en Barcelona, que es un fenómeno en este tema y siempre le he contestado que, en Barcelona, esas cosas no las hago.

Que me paso contigo, tus zapatillas me embriagaron, no podía quitármelas de la cabeza, y el día que te oí le decías a mi madre, la zurra que le habías dado a tu hijo, estuve soñando muchas noches en ser yo el que estuviera en tu regazo, recibiendo unos buenos azotes. Por otro lado, la prudencia me decía que no, que era una locura, por eso nunca me decidí a decirte nada, fuiste tu que el verme embelesado cada día que te veía en tus pies y en tus zapatillas la que me soltaste “A Ud. le gustaría le diera una zurra con las zapatillas” ella se sonrojo, y a mí se me abrió el cielo y hasta hoy, eso es absolutamente toda la verdad y nada más que la verdad.

Sin tiempo a que reflexionara le dije, si tú quieres, me encantaría volver a repetir y volver a estar encima de tu regazo con el culo al aire, esperando el castigo. Se sonrió y dijo ya veremos.

Tarde en volver y coincidir con ella casi dos semanas, debido a mis múltiples viajes.

La primera vez que la vi después de la charla, iba calzada con deportivas, me sorprendió y creo que con ese detalle contesto a mi petición.

Yo seguí con mis amigas en diferentes puertos y conseguí olvidarme de mi idea, habían pasado más de seis meses que entré en casa de mi madre y sorpresa, no llevaba las deportivas iba con zapatillas y estuvo muy simpática conmigo, cuando en presencia de mi madre, era salvo en casos concretos si, no, y poco más.

Espere a que la acostara y fui directo al grano, el cambio de las zapatillas por las deportivas es un sí, ella me dijo que probara y le pedí si quería darme una buena zurra con lo que quisiera.

Quedamos como la otra vez, el sábado a las 10,00 en casa de mi madre, yo llegué antes y ya puse la silla baja en el salón, entro y llevaba otra bolsa con dos pares de zapatillas, mas las que llevaba puestas, yo volví a elegir dos en este caso iguales, el modelo en todas era igual cerradas por delante, abiertas por detrás, con un pequeño talón y la suela de color amarilla, me entretuve un buen rato mirando las suelas.

Me pregunto si me gustaban y me pidió directamente que me quitara los tejanos, se calzo las zapatillas se sentó y se subió la falda, una vez en calzoncillos, me puse en su regazo, me acomodo y me empezó a azotar con la mano,

Azotes fuertes y espaciados, pero muy fuertes al poco, empezaron a caérseme las lágrimas, me dijo tenía ganas que probaras mi mano, veras como también duele, yo le conste que dolía mucho, me dio 10/12 más y me pidió me quitara los calzoncillos, me volvió a colocar bien y con el culo al aire, volvió a azotarme, esta vez igual de fuerte eso creo yo, pero con una cadencia mucho mas rápida, no me había repuesto del azote en la nalga derecha, que ya caía el de la izquierda, yo calculo, que conmigo sobrepaso los 100 azotes con la mano, paro y me pregunto como estaba, le dije que dolía mucho, que tenía razón, que zurraba muyfuerte con la mano, pero que estaba bien.

Nos levantamos y fue a buscar dos vasos de agua, me ofreció y bebi un poco, entonces ella levanto la pierna y se sacó la zapatilla derecha, esa imagen me vuelve loco, pero loco de verdad, se sentó con la zapatilla en la mano y me indicó me pusiera bien.

No digo que empezó, siguió azotándome fuerte y rápido, la zapatilla hacia un poco mas de ruido que la mano, plis, plas, plis plas, lloraba como un crio, me dolía un montón, pero igual que la otra vez, le puse el culo un poco mas en pompa, ella lo noto y me zurro mucho mas fuerte, cada azote me hacia mover de dolor, me dije a mi mismo que los contaría, pero me desconté calculo me cayeron unos cien más. Me dijo me bajara, bebiera agua y descansáramos un poco, me senté en el suelo y el frio de la baldosa me alivio un poco, pero al estar sentado me dolía y mucho el culo.

Me dijo que no habría más zurras, que esta era la última. A lo que no conteste y acepte. Al rato me dijo si estaba listo para recibir la ultima parte de la zurra y que como despedida me iba a acordar de ella durante mucho tiempo, se sentó y me puse encima suyo, me pidió le diera la zapatilla izquierda, ella hizo un gesto y se la me medio saco del pie, la cogí mire la suela, estaban por estrenar y la bese, y le di la zapatilla, me acomodo bien y empezó de nuevo fuerte, muy fuerte o eso es lo que percibía, teniendo en cuenta los que llevaba ya encima, un poco mas lentos, yo lloraba y entonces en el momento mas critico de la zurra para mí, empecé a notar que me estaba excitando, ella lo debió notar entre sus piernas y me volvió a acomodar en su falda y siguió con los azotes fuertes manteniendo la cadencia, perdí el oremus, estaba en el cielo, con el culo me imagino amoratado e hirviendo de caliente.

En un momento me dijo, cuéntalos son los últimos 25 azotes, yo creo que los últimos y los más fuertes que me había dado hasta el momento, no recuerdo en los muchos años que llevo, unos azotes tan fuertes como aquellos, lentos eso sí, uno… dos…tres,….cuatro….cinco…veinticuatro…y .veinticinco. Dejo caer la zapatilla y se la calzo.

Me dijo Y FIN y que le diera la crema de su bolso y estuvo mucho rato poniéndomela en el culo, y diciéndome, esta ha sido mucho mas fuerte que la anterior¡, tendrías que ver cómo te he dejado el culo, lo tienes amoratado de tantos azotes.

Relajados ya, aunque ambos sudorosos, y mientras me masajeaba el culo, me pregunto si allí donde iba con otras, me zurraban tanto y tan fuerte como ella, le comente que normalmente no, eran zurras de unos doscientos azotes, más o menos, pero no tan fuertes todo y  que me gustaban, me pregunto que con qué frecuencia solían zurrarme y le dije depende si viajo o no, lo máximo es una vez por semana, como mucho, normalmente dos zurras al mes, pero por supuesto no del tipo como las tuyas, las tuyas no las podría aguantar una ni cada semana, ni cada quince días ¿Qué no te gustan mis zurras?, me encantan le dije, pero se nota que salen del corazón , por placer, por agradar, las otras son parte de un trabajo, salvo las de Pat, la de Sevilla, que hoy por hoy, ante todo es una gran amiga, ya hace mucho tiempo ha dejado de cobrarme, si puedo la invito a cenar, luego se viene a mi hotel , me zurra y se queda a dormir.

Me repitió que esta era la última y me pidió por favor, no insistiera, le dije que de acuerdo.

Recogió sus cosas, llevo la silla a la habitación y nos despedimos con un beso en los labios muy casto