La crisis económica española

Un relato que intenta demostrar que la economía nacional se puede ir al garete en unos días.

LA CRISIS ECONÓMICA ESPAÑOLA

Hola amigos de todorelatos.

Escribo este breve relato porque quiero poner en conocimiento de todo el mundo la grave crisis económica que se avecina para los meses de octubre-noviembre de este mismo año 2007.

Es cierto que da la impresión de que la economía española va viento en popa; crecerá el PIB un 4% -según el ministro Solbes-, estamos más cerca de converger con la UE que nunca y la evolución de la renta media es muy cercana a la de la Unión Europea. Un panorama brillante. Sin embargo nuestra economía es un ídolo con pies de barro. El crecimiento está basado en aire (‘burbuja’) inmobiliario.

Y es que los indicadores no mienten: el índice de precios están el doble de altos que la UE. Animados por los bajos tipos de interés se ha disparado el consumo interno de tal forma que nuestras importaciones multiplican por siete nuestras exportaciones. Este hecho hace que el índice de producción industrial esté prácticamente en números negativos: ‘vivimos por encima de nuestras posibilidades’ A finales de octubre pasado la deuda familiar ascendía a 750.000 millones de euros, ¡un 107% de la renta disponible!, de la cual 550.000 de ellos corresponden a deuda hipotecaria.

El tema de la energía es grave en España. Somos auténticos devoradores de energía. En el año 2005 pasamos del 80% de importación de energía primaria (petróleo) que necesitamos para funcionar. La fluctuación del precio del crudo –normalmente al alza- puede ser un catalizador en esta crisis.

Y sobre todo la gran baza: la construcción.

El problema de la vivienda tiene una doble vertiente. Por un lado el aumento del precio –desorbitado-, por otro el encarecimiento de la financiación para su adquisición, con la subida del ‘euribor’ que parece imparable durante todo este año 2007. En diciembre alcanzó el 4%, cifra más alta de los últimos años. Según la Confederación Española de Cajas de Ahorro, un 70% de las cajas prevé que aumente la morosidad de los créditos en los próximos meses debido a este hecho. Para adquirir una vivienda los ‘españolitos’ utilizan el 42’1% de su renta bruta anual. El 75% de la riqueza de las familias está concentrada en la vivienda, porcentaje más alto de la OCDE.

La ralentización de la subida de los precios de la construcción –que ya se está produciendo- conlleva una desinversión en este campo: durante el pasado año 2006, la inversión extranjera en ‘ladrillo’ español ha caído un 30%, mientras que la inversión española en el extranjero (Túnez, Chipre, Turquía…) ha crecido hasta un 50%. Esto quiere decir que los grandes inversores (especuladores) ya no apuestan por España debido el alto precio de la vivienda.

Otro problema es que los activos inmobiliarios son poco líquidos y en el marco de una bajada de precios, son muy difíciles monetizarlos. Esto conllevaría un rápido y vertiginoso descenso del precio de la vivienda, arrastrando tras de si a los mercados financieros. La burbuja ha explotado.

La OCDE advierte que esto puede suceder en cualquier momento.

Todas estas circunstancias conducen inevitablemente a la crisis y nadie está haciendo nada por evitarlo (a las constructoras no les interesa, a los bancos no les interesa y al gobierno se le ha escapado la situación de las manos). Los políticos, al no poder hacerse con el control, prefieren mirar para otro lado (‘este año vamos a crecer un 4%’).

Buena parte de culpa también la tienen los medios de comunicación (sobre todo la prensa escrita) que, para no molestar a sus clientes, deciden silenciar la situación. Hoy mismo he leído la sección inmobiliaria de un diario de tirada nacional y desprendía euforia. Animaba a invertir en nuevos lugares ‘para hacer dinero rápido’.

Las consecuencias van a ser devastadoras.

La primera de ella es el desempleo por la parada total de la construcción. Las previsiones son de 5.000.000 a mediados de 2008. La caída del PIB será pronunciadísima, pero sobre todo la consecuencia económica fundamental sería la probable salida de España de la zona euro. Esta es una amenaza real. Tendríamos que volver a una nueva moneda ‘la nueva peseta’ con unas consecuencias catastróficas para la economía. La crisis puede durar décadas.

Por supuesto todo esto llevaría aparejado un aumento de la conflictividad social: aumento de la delincuencia urbana debida a la falta de dinero, persecución de los inmigrantes como ‘culpables’ de la situación, proliferación de los partidos de corte fascista o comunista y, sobre todo, los partidos separatistas que bien podrían llevar a cabo sus intenciones sin ningún tipo de oposición.

Con este relato no pretendo asustar a nadie. Hay muchos economistas que afirman que la caída libre del precio de la vivienda nunca se va a producir, que simplemente irá bajando hasta igualarse al IPC y ahí quedará, sin traumas. Yo, conociendo el carácter de los españoles (como español que soy), creo que sí se va a producir.

PD. Si el presidente Rodríguez Zapatero decide adelantar las elecciones generales para coincidir con las municipales y autonómicas, échense ustedes a temblar. El final de la economía española tal y como la conocemos será un hecho.