La Cosa
Historia sado gay entre adolescentes.
LA COSA
A continuación les voy a contar esta historia, que fue la que me inició en esto de la dominación. La historia es real y sucedió cuando estaba en 4º año del colegio. Solamente cambio los nombres de los protagonistas. Y no les voy a mentir ..un poquito la exageré para el morbo general, pero en líneas generales fue así. La cuento en presente, como si estuviésemos en los ochenta.
Me llamo Ignacio y tengo 17 años. Junto con mis amigos Tomas, Gonzalo y Juan fuimos expulsados de uno de los mejores colegios de Buenos Aires, justo cuando pasábamos a cuarto año.
Nuestros padres, además de la puteada de rigor, buscaron apuradamente un colegio en el cual anotarnos, y lograron hacerlo en uno del estado que nos aceptó. Nosotros felices de seguir juntos los cuatro.
Pero los verdaderos protagonistas de este relato son Tomas, mi amigo, y Amado, un chico paraguayo que conocimos en el nuevo colegio. Gonzalo, Juan y yo participamos en algún momento, por invitación de Tomás.
Tomás es bien fachero y todas las minas mueren con él. Es rubio de ojos verdes, tiene un lindo cuerpo formado para sus 17 años, pero eso si, es petiso, mide 1.65mts. Pero eso no le impide tener un carácter fuerte. Le encanta dominar a las personas, a excepción de nosotros sus amigos que ya lo conocemos bien, y si son más altos y grandes que él, más le gusta. Su familia tiene mucho dinero, lo que le hace más fácil conseguir sus objetivos.
Y qué mejor víctima que la que encontró en este nuevo colegio. Amado es un chico paraguayo que vino con su familia a Buenos Aires, ya que su padre consiguió un trabajo de portero, o sereno, o algo así. Amado mide 1.94 m. Y es gigante. Con sus 17 años tenia un cuerpazo, y varios le decían que se dedique al básquet. Es moreno de ojos negros y labios gruesos. Parecía que con una sola mano podía agarrarte toda la cabeza, y además calzaba 45.
Tomas no le dio mucha bola hasta pasados tres meses que cursábamos. Se notaba que Amado era dócil, el típico grandote más bueno que el pan, aunque en su caso, demasiado, era como temeroso de la gente, ya que venían del interior de Paraguay, y no estaban acostumbrados al barullo porteño.
Un día estábamos en el recreo con Tomás, y vimos a Amado sentado contra una pared. Nos miró y bajó de inmediato la cabeza como para no incomodar. Eso indudablemente hizo que Tomás empezara con sus juegos de dominación.
_ Che, grandote boludo, qué hacés ahí?
_ Nada
_ Vení acá
El gigante se paró y vino a donde estábamos, siempre mirando al piso. Tomas se dio cuenta al toque que Amado era presa fácil, y podía hacer con él lo que quisiera.
_ Cuando salgamos quiero que me lleves la mochila a casa, pesa mucho y no tengo ganas de cargarla, y para eso están los grandotes boludos como vos, para hacer fuerza.
_ Si _ dijo Amado sin amagar a negarse.
_ Para vos soy Don Tomás, entendiste?
_ Si Don Tomás
Cuando salimos Amado agarró la mochila de Tomas y lo siguió caminando hasta su casa, yo los dejé a mitad de camino. Tomás iba riéndose del animal, como el le decía, y lo insultaba cuando podía, a lo que Amado reía como si todo se tratase de un juego que le gustaba.
_ Mañana a las 8 te espero en la esquina para que me lleves de nuevo la mochila, ok? _ dijo Tomás cuando llegaron a su casa.
_ Pero tengo que llevar a mi hermanita a la escuela, no sé si puedo_ dijo Amado.
_ Okay, vos no venís, y bancate las consecuencias.
De más está decir que a la mañana siguiente, Amado estaba obedientemente en la esquina esperando a Tomas, que se había convertido de repente en su Amo y Señor. Daba la sensación que a Amado le gustaba el juego, ya sea por conseguir que alguien como Tomás le dé bola, ya sea porque le gustaba que lo traten así, como a una basura.
Tomás le tiró la mochila encima para que la cargue.
_ Buen día, perro.
_ Buen día, Don Tomás.
_ Bien, vas entendiendo ..
Y así fue pasando el tiempo. Bastaba un chiflido de Tomás para que Amado aparezca corriendo para saber qué necesitaba. Los demás nos reíamos ante esa absurda situación, en que el más bajito de la clase, tenía cagando al más grandote. Lo humillaba frente a los demás insultándolo, haciéndolo llamar Don Tomás, pegándole patadas o cachetadas, etc.
Pero como dije, no había duda que Amado disfrutaba eso de alguna manera.
Pasado un tiempo la relación amo-esclavo de ambos estaba sólida, aunque la verdad nosotros no teníamos idea cómo disfrutaba Tomás de su nueva mascota humana. Conociéndolo, yo imaginaba que cuando lo llevaba a su casa, que era siempre cuando sus padres no estaban, le haría ordenar su cuarto, quién sabe qué otras tareas, aunque en lo de Tomás había varias mucamas. Hasta que un día nos enteramos bien para lo que lo aprovechaba.
_ Nacho, estás con los chicos? _ preguntó Tomas por el teléfono.
_ Si acá con Gon y Juan, por?
_ Tengo un programa que les puede interesar ..están para que les chupen bien la pija?
_ Qué ??? A quién hay que matar, jaja_ dije con la calentura propia de los 17 años.
A nadie, yo tengo una "cosa" que te chupa la pija y lo que quieras. Vengan ya que en casa no hay nadie hasta mañana!
Nunca tardamos tan poco en llegar a lo de Tomás. Juan venía nervioso ya que nunca le había chupado la pija ninguna mina, en cambio Gon tenia novia hace rato y según contaba, ella se la chupaba. A mi me la habían chupado una sola vez, una minita, y me encantó.
Cuando llegamos, Tomás estaba viendo tele en su living.
_ Donde están las minas?? _ gritamos.
_ Ninguna mina, chabones. Pero tengo un esclavo que hace todo lo que le ordeno, y no saben cómo la chupa !! Alguien quiere mear?
_ Yo _ dije, y Juan también.
_ Okay, vayan al baño mío arriba, acá los espero.
Subimos con Juan y llegamos al baño. Prendimos la luz y . sorpresa ! El grandote de Amado estaba sentado con la cabeza apoyada en la taza del inodoro, totalmente desnudo.
_ Qué hacés ahí? _ le preguntó Juan
_ Don Tomás me dijo que me quede aquí para cuando quieran mear.
Nos miramos con Juan entre asombrados y divertidos.
_ Pero si dejás tu cabeza ahí no me vas a dejar mear _ dijo Juan. Pero yo entendí el juego de Tomás al toque.
_ Correte _ le dije a Juan, y saqué la pija apuntando a la cara y la boca de Amado. En cuanto salió el chorro, Amado hizo todo el esfuerzo posible para tomar la mayor cantidad posible. Nunca había visto algo igual. Cuando terminé, Amado sólo dijo: gracias Don Ignacio. Yo estaba casi al palo con la situación. Juan me siguió e hizo lo mismo, riéndose a carcajadas. Y cuando terminó de nuevo: gracias Don Juan.
Bajamos riéndonos dejándolo a Amado todo meado en el baño. Cuando le contamos a Gon, ya todos entendíamos el juego, y le exigimos a Tomás que nos cuente.
_ El tema es así: Amado es mi esclavo, y lo uso para lo que tenga ganas, hace absolutamente todo lo que yo le ordeno.
_ Ya me dí cuenta_ dije yo, ante la escena del baño.
_ Asi que le dije que para mí ya no era humano, ni siquiera animal .era una "cosa". Mi "cosa". Así que . Alguien quiere algo? _ dijo riéndose Tomás con esa sonrisa de hijo de puta que tenía.
_ Que empiece Juan, que nunca se la chuparon ! Se rió Gon.
_ No sólo chupa pija, chupa lo que yo le diga. Le hago chupar mis pies mientras estudio o leo. La otra vez le hice chuparme el culo después de cagar, no saben lo lindo que es !
_ Qué más te hace? _ preguntó Juan
_ Lo que quieras! Pará que lo llamo y empezamos.
La verdad era que estábamos bastante calientes todos. A esa edad, que te hagan lo que quieras, sea una mina, un tipo o un perro, es fascinante.
_ Pedazo de mierda! _ gritó Tomás y Amado bajó por la escalera. Todavía tenía algo de nuestro meo encima, aunque la mayoría se lo había tomado. Venía desnudo. La verdad que tenía un cuerpo increíble para sus 17 años, una espalda enorme, bastantes músculos, un culo grandote y la pija ni les cuento. Además estaba con la pija casi erecta, ya que era obvio que todo eso le excitaba.
_ Gracias Don Tomás _ era una de las frases que podía decir: gracias Don Tomás y perdón Don Tomas. Lo tenía perfectamente entrenado!
Tomás le ató las manos a la espalda, y le ato las bolas con una soga, para llevarlo de las bolas por el living.
_ A Juan nunca le chuparon la pija, asi que arrodillate y comesela bien, no quiero que se decepcione en su primer chupada, entendés basura?
_ Gracias Don Tomás.
Se arrodilló frente a Juan que se quedó mirando sin saber qué hacer.
_ Es que no sé si se me va a parar_ dijo Juan
_ Correte_ dije yo que ya estaba al re palo, y le meti la pija en la boca a Amado. Se la comió como si no me la fuese a devolver. Creo que tardé menos de un minuto en acabar un litro de leche, que Amado se tomó hasta la última gota.
_ Dale boludo, esto es lo mejor !! _ le dije a Juan, que ya se había puesto al palo al ver mi escena.
Amado se la re chupó y Juan acabó tanta leche que Amado tosió un poco al tomarse la leche de Juan que no dejaba de largar de su pija, se nota que había acumulado.
Siguió Gon, y después Tomás. Yo no dejaba de pensar la cantidad de leche que había tomado "la cosa".
_ Parate, bestia_ le dijo Tomas a su cosa. El gigante se paró._ Como estoy enojado por el dos que me pusieron en química, necesito descargarme_ dijo Tomás como explicándonos lo que a continuación iba a hacer. Se sacó el cinturón, y empezó a pegarle a Amado en la espalda, en el culo, en las piernas. A esa altura ya todos estábamos con ganas de jugar. Mientras Tomás lo cagaba a latigazos, yo empecé a pegarle cachetadas, Juan lo escupía y Gon tiraba de la soga que tenía en las bolas. El aguante de Amado era impresionante, sólo balbuceaba "gracias Don".
Al rato tuvimos que parar porque estábamos cansados imaginate cómo estaría Amado !! Todavía hoy me asombro del aguante de ése pibe.
_ Bueno chicos, aflojemos un poco, vemos la peli que alquilé?
_ Dale _ dijimos
Tomás le ordenó a Amado que busque unas cervezas y una picada y la traiga así la disfrutábamos durante el vídeo. Amado fue desnudo y con las marcas en su enorme cuerpo a la cocina.
_ Che, boludo, esto es increíble _ dije, realmente sin poder creer la sumisión de un tipo que tranquilamente podía cagarnos a palos a los cuatro juntos.
_ Es el poder de la mente superior contra la mente inferior _ argumentó Tomás _ no te quedó claro?
Mientras nos cagábamos de risa, volvió el grandote lleno de botellas, queso, palitos, jamón, etc.
_ Donde pongo todo Don Tomás? _ preguntó no sin temor a las constantes humillaciones de Tomás.
_ En tu espalda.
Nos miramos entre sorprendidos y divertidos, ya que la imaginación de Tomás para basurear a alguien parecía no tener límites.
_ Cómo en su espalda? Preguntó Juan, siempre en una onda más inocente que el resto de nosotros.
_ Si _ ordenó Tomás_ Amado se va a poner en cuatro patas, como una mesa, para que pongamos la picada ahí, y para apoyar los pies durante la peli . No ves que acá no tengo mesa ratona, boludo?
_ Ahhh _ dijo Juan, tomando como natural semejante humillación para el esclavo.
La película era un embole, y la verdad que yo ni me podía concentrar en mirarla. No dejaba de ver a Amado en cuatro patas, haciendo de mesa (que la verdad era más grande que muchas mesas ratonas) con platos sobre su espalda, más las patas que apoyaban alguno de los chicos. El tipo tenía una capacidad de aguante admirable, a pesar de que con su tamaño, era lógica cierta resistencia. Pero más increíble era su sometimiento a Tomás, a quien de una sola trompada yo creo que podría haber matado si así lo hubiese querido. Pero ahí estaba, e incluso de cierta manera, el gigante disfrutaba semejante vejación por parte de cuatro pendejos malcriados. Noté que a veces se iba al palo y al rato aflojaba, como que ciertas cosas que decía Tomás o alguien o que hacíamos, lo excitaba.
Gon estaba tan aburrido con la peli que empezó a jugar con una botellita de Heineken en el culo de Amado. Le llegó a meter el cuello, y nos cagámos de risa. Igual, el turro de Tomás, le pegaba cachetazos y lo escupía cada vez que su esclavo se movía un poco ante el avance de la botellita en su culo.
Al rato Juan dijo que tenía que irse a su casa, y Gon lo siguió. Nos quedamos con Tomás y su "cosa" que seguía en cuatro patas con las cosas en su espalda, y la botellita en el culo.
Hablamos un rato con Tomás de boludeces, y después me despedí yo.
_ No querés quedarte esta noche y usarlo?
_ No gracias Tommy, ya me divertí mucho por hoy.
_ Bueno, entonces le voy a decir que se vaya, la verdad que estoy cansado .
Cuando su amito le dijo que se vaya, mientras yo le sacaba las cosas de la espalda, Amado se paró y buscó su ropa en el baño de arriba. Bajó y lo único que dijo antes de irse fue: gracias Don Tomás.
_ De nada, pedazo de mierda.
Y se fue. Y yo me fui al rato a mi casa. Este episodio lo volvimos a repetir una sola vez, pero sólo Tomás y yo. Agregamos algunos jueguitos, como usar su boca de cenicero, mearle el culo, acabar en nuestros pies para que se coma la leche mientras los limpiaba con su lengua o ver cuántas cosas podía llegar a tragar, entre escupidas, meo, vodka, paté, o sea cualquier cosa, y de más está decir que se tragó todo lo que metimos en su boca sin dejar de decir el habitual "gracias Don".
A mí, el sexo con chabones ya me gustaba. Pero con Amado descubrí que me gusta más de esa forma, humillando, usando, a flacos bien sumisos. Tomás siguió usando a Amado un tiempo, hasta que se aburrió, cosa que increíblemente puso triste a Amado. Terminamos el colegio, y nunca más supimos de él. Alguien comentó que salía con una chica paraguaya, pero no pudimos confirmarlo. Hoy Tomás es divorciado, y no tiene hijos. A mí siempre me pareció saber el porqué de su divorcio, él disfrutaba demasiado de su esclavo. Una vez le pregunté si le había chupado la pija a Amado, que la verdad tenía un pijón, y me dijo que no. Pero no le creí.
Gon y Juan están felizmente casados con hijos y nos vemos cada tanto. A Tomás no lo vemos mucho.
Y yo sigo soltero, porque decidí hace tiempo qué me gusta hacer.