La corrida de pasión

Cómo en una corrida de toros fui empezando en el oficio de call- girl de lujo.

LA CORRIDA DE PASIÓN.

Memorias de una puta de lujo 2.

Puedes ganar mucho dinero, de un modo fácil y cómodo. Hacerte un seguro para cuando seas mayor. Y además nadie tiene por qué enterarse"

Doña Lupe cerraba así conmigo el trato para ser una de sus yeguas, miré a Carmen que sonreía a mi lado. Iba a ser una "señorita de compañía de lujo". ¿Cómo había llegado a aquel salón en Velázquez?". Debo seguir la historia donde la dejé en mi narración anterior.

Al restaurante "Solchaga" entré hecha un pincel, había pasado por la peluquería, me había maquillado y arreglado las uñas, y entre mi ropa y la de Cecilia tenía un look distinguido, pero ligeramente insinuante. Eso pensaba hasta que entré en el reservado donde me esperaba Rubén con otra pareja y vi a la otra mujer.

Tenía algo más de 30 años, rubia , con ojos azules, bellísima , y vestía de mareo. Un traje sastre en azul marino que podía ser o de Carolina Herrera o Ferré, con una blusa de seda blanca, zapatos de tacón alto y bolso de Gucci, ¡ vamos que yo parecía una pobre a su lado!.

Rubén me presentó como su "novia española" al otro hombre , Alfonso, en los 50 bien llevados , y a Carmen "su prometida".

La comida fue larga y deliciosa: jabugo y lomo ibérico, ensalada de mariscos , verduras , merluza, y un sorbete de cava. Para tomar un blanco de Rueda frío que se bebía como el agua. La conversación la llevaban los hombres sobre el negocio que acababan de cerrar. Nosotras apenas interveníamos.

Carmen me pidió que la acompañara al baño, lo hice y al llegar volviéndose hacia mi me soltó de topetón:

"Maribel, se ve que eres nueva en esto, deja que te de un par de consejos: No bebas más alcohol , somos nosotras las que tenemos que estar serenas para que no abusen de nosotras. Imítame y cóbrale lo acordado al salir del restaurante y lo que te de después será propina, y siempre recuerda como dicen el Padrino : son negocios , no es nada personal"

"Entonces ¿tú?"

"Si , hija también cobro , pero tengo mas experiencia"

"Gracias , es mi primera vez, haré lo que dices".

Volvimos a la mesa, habían pedido cafés y nos esperaban para las copas.

"Mejor tomamos el café y nos vamos las dos a Serrano a comprar algo y vosotros seguís hablando de negocios para ganar mucho y regalarnos cositas. Dame nuestras entradas y nos vemos en los toros"

Nos levantamos después del café y de que nos dieran un buen fajo de billetes , con un beso y nos vemos salimos escapadas.

"¿ Donde vives? Para llevar el dinero en casa y luego o antes vamos a la mía".

Se lo dije, éramos casi vecinas, en un taxi fuimos a mi casa, subí, guardé el dinero y seguimos camino de la suya. Era un ático decorado con un gusto exquisito.

"Tenemos una hora, así que tranquilas nos vamos a tomar un café y te dejo ropa para que parezca que hemos comprado".

Era un vendaval de actividad, mientras se hacía el café, sacó de un armario un montón de ropa que separó para mí.

"Anda , desnúdate para ver lo que elegimos" –Me quedé en sujetador y bragas, estas dejaban ver el matojo de mi vello púbico, me disculpé diciendo que Rubén me había pedido que no lo tocara.

Me miró de arriba abajo como un tratante de ganado analiza una yegua y seleccionó una falda y una chaqueta en color tabaco, después volvió al armario y sacó un body verde aceituna de seda.

" Quítate todo y ponte esto, está limpio de tintorería. Con esos melones que tienes , vamos a lucirlos, que a tu edad no se caen. Yo me los he tenido que retocar"

No estaba avergonzada, Carmen había creado un ambiente de camaradería que me permitió desnudarme totalmente y vestirme como ella me indicó.

"Nos faltan las medias"- me dio unas medias verdes con dibujos en negro que se ciñeron a mis muslos como única sujeción.

"Soy un genio. Como diría Jesulín en dos palabras: im presionante "

Me miré en el espejo y me asombré, la mezcla de elegancia y lujuria se desprendía de mí con una fuerza que no hubiera imaginado. La falda tenía botones en el lateral izquierdo que al desabrocharlos para andar más cómoda dejaban ver mis piernas hasta la carne que las medias no cubrían. La chaqueta cerrada no llegaba a tapar la seda del body donde mis senos se movían elásticos bajo la tela, tenía razón mi compañera , nunca me había visto así.

" El cafelito, que para luego es tarde y hay que llegar con tiempo"

Bajando por la calle de Alcalá , camino de la plaza, todos los hombre y mujeres se paraban a mirarnos. Nos cortaron las entradas y subimos al palco. Al entrar se hizo un silencio, allí estaban nuestros dos galanes con un puro enorme. ¡ Cómo les gusta presumir a los hombres de las hembras que les acompañan! . Parecía que iban a reventar ante la mirada de deseo que nos dirigieron el resto de los ocupantes. Nos sentamos en la primera fila flaqueadas por Rubén y Alfonso.

La corrida duró dos horas, y acabé mojada. No sé como explicarlo, pero fueron muchas sensaciones unidas. Primero la seda en mis pezones, y los broches del body que me rozaban los labios de mi chochito. Eso era físico y me ponía a 100. Físico también era la mano de Rubén que sólo se separaba de mi muslo y del final de la media para aplaudir, mientras la otra la tenía ocupada en el vaso de whisky o en el puro, pero había mucho más.

La plaza y su ambiente , lleno de color y luz, su sonido y la música que se oía entre toro y toro, la belleza plástica de las faenas , ballet de arte y muerte, el riesgo del torero, su escroto marcado por el pantalón ceñido que arriesgaba ante los pitones de la fiera, los mugidos de ésta, la sangre.

No había visto una corrida en la plaza, es muy caro y difícil de conseguir entradas y además no me apetecía el espectáculo, pero allí y en aquel momento era una inyección de adrenalina.

Al ponerme de pié para pedir la oreja , fuera de mi, con la chaqueta abierta que dejaba ver el body y mis pezones erectos rompiendo la seda, bajé los ojos y vi que la bragueta de mi pareja estaba a punto de estallar. El bulto de su pija endurecida y en alto destacaba en el pantalón.

Un señor mayor que nos ofrecía canapés y champagne , que no quitaba los ojos de mi escote , comentó al final que nosotras debíamos ir más , que teníamos allí sitio perenne , pues se habían cortado 4 orejas , algo muy difícil de ver en una tarde, a parte de la alegría que éramos para la vista.

Bajamos , Alfonso tenía el coche aparcado al pie de la plaza, yo no sabia qué ni quién era pero debía ser alguien importante pues allí sólo pocos estaban autorizados a dejar el vehículo.

Rubén se sentó atrás conmigo y apenas salimos , se lanzó sobre mí besándome y tocando mis tetas a través de la seda. Mi mano buscó el bulto de sus pantalones.

"Quietos hasta llegar a mi apartamento, que nos va a parar la policía. Enseguida llegamos"- pidió riéndose Alfonso. Entramos en el garaje de un bloque de Juan Bravo, subimos en el ascensor y apenas entramos , Rubén me tumbó sobre un sofá en el salón, me subió la falda, de un tirón me abrió el body , y bajándose la cremallera , saco su verga dura en posición de ataque y me la clavó. Yo estaba mojada lo que hizo que entrara con facilidad.

Alfonso y Carmen se quedaron parados viendo el espectáculo. Dado lo rápido que se movía mi pareja , junto a la postura elegida, yo sabía que yo no iba a llegar al orgasmo, pero la sensación de vicio me era gratificante. Los dos mirando, el sentirme como una fiera a la que el matador atravesaba, la excitación acumulada , me tenía en una nirvana. Decidí ser más actriz, y comencé a gemir , y dar semiaullidos como si estuviera corriéndome , levanté mis piernas , las enlacé sobre el culo del hombre y apreté con fuerza. Estalló. La leche me llenó y él quedó como muerto sobre mi.

"Maribel , levántate que vas a poner perdido el vestido nuevo"- Carmen me devolvió a la realidad.

Desde luego que la leche del hombre había mojado la falda, así que fui de la mano de mi compañera al baño. Me lavé bien mi conejito, y pregunté: ¿ Y ahora qué?"

"¿ Has estado con otra chica?- ante mi negativa, la postura de Carmen fue clara- "Pues con eso les sacamos una hijuela. Si no te gusta , haz como si te gustara, como antes , mucho gemido, y ronroneo. Sácate al falda y a por ellos. Creo que nos podemos llevar 100000 pesetas cada una . Yo te iré guiando"

Se quitó la falda y la blusa, un sujetador blanco de nido de abeja, con aros, un pantaloncito de seda del mismo color, las medias negras , la chaqueta azul era su vestuario. Yo con el body, las medias y la chaqueta. Al salir los dos hombres nos miraron con deseo, el de Alfonso mas intenso, pues todavía no había toreado, hicimos un desfile resaltando nuestros encantos. Yo estaba divertida, aprendiendo un oficio y dándole vueltas a cuánto más iba a ganar.

" Me voy a echarle un polvo a Carmencita que le va a salir la leche por la boca. Anda niña vete preparando algo para cenar , hay de todo en la nevera"

Alfonso cogió de la mano a Carmen y la llevó hacia lo que pensé era un dormitorio.

Fui a la cocina, en la nevera había unas fuentes con percebes, jamón, lomo, queso, y unas almejas en un taper que abrí con cuidado de no cortarme y preparé con hielo machacado que saqué del congelador. Aquel hombre sabía vivir y el negocio hecho debía ser importante.

De vuelta al salón, puse la mesa, y llevé la comida. Rubén no perdía ojo de mi cuerpo que yo lucía a cada movimiento. Me incliné para poner las copas, mi culito quedó en pompa, sabía que le iba a excitar , así aunque me hice la sorprendida, no había sorpresa en mi grito cuando sentí sus manos en las nalgas.

"Eres insaciable, yo estoy agotada"-palpé su miembro que empezaba a recuperarse.-"Está juguetón, ¿quieres que te lo chupe un poquito?"

Me arrodillé ante él, y acabando de sacarlo del pantalón me lo metí entero en la boca. No se había lavado y el sabor amargo de su semen y mis jugos me impactó el paladar.

En esa postura nos encontraron nuestros compañeros de piso.

"Rubén , ¿ves como funciona de bien la viagra?. Vamos a comer algo y luego estas niñas nos darán mas juego, que Carmen ha tenido una idea perversa como es toda ella"

Para la cena me quité la chaqueta para no mancharla con los percebes . El yantar regado con cava era una continua broma cargada de erotismo y doble sentido . Se empezó por los percebes que debían ser como carallo de homme y de eso no tenían en Chile . Pero subió de tono con las almejas, era Carmen la que entró a saco en el asunto.

"¿ No parece esta almeja una almejita de mujer?"

Corrió la tela de la braguita mostrando su coño depilado y sentada se abrió de piernas para que pudiéramos ver bien su intimidad , con sus labios y su clítoris que Rubén iba señalando en el marisco para comprobar el parecido.

Tras el acuerdo unánime de la similitud entre ambas zonas vivas, pues vivas estaban las almejas que se movían cuando las echábamos limón, fueron Alfonso y Carmen los que se empezaron a meter conmigo.

"Qué morboso es verte comer almejas, me encantaría que se lo hicieras a Carmen."

Eché un chorro grande de limón, el molusco se contrajo.

"Pero no me pongas tanto limón que después del polvo de Alfonso me escocería mucho?"- dijo Carmen

Como si fuera tonta, pasé la lengua por el bicho y después me lo tragué de un bocado.

" Eso no lo he hecho nunca, me parece muy raro estar con otra mujer"

Carmen se levantó, se acercó a mi, y me dio un beso en la boca, no me metió la lengua, sólo la utilizó para recorrer mis labios. Yo estaba muy caliente , los toros , el polvo sin poder acabar, el ambiente, el dinero que veía podía ganar, creo que fue la mezcla de todo eso lo que hizo que me diera un subidón que se debió notar ante las risas de los hombres.

Carmen me cogió de la mano y me llevó al dormitorio, era un picadero de lujo, cama enorme, espejos en las paredes y en el techo, pero no se entretuvo, fue a uno de los armarios y saco dos capotes de torear. Se desnudó rápidamente y me hizo gestos para que la imitara, lo hice, quedamos sólo con medias y zapatos, se cubrió con una capa , yo hice lo mismo y volvimos al ruedo del salón.

Los hombres estaban en calzoncillos, y si bien no la tenían dura del todo se notaba el grosor de sus instrumentos. Alfonso puso un disco, eran pasodobles, y con "España Cañí", Carmen y yo hicimos el paseillo.

Al acabar les dimos los capotes y nos quedamos de pie frente a ellos. Éramos como dos toros esperando la faena, los cuernos nuestras tetas que agitábamos alegres con los pezones erectos como las puntas de la muerte.

"Marcial tú eres el mas grande" empezó y Carmen embistió a Rubén , yo hice lo mismo con Alfonso, al ritmo de la música , nos movíamos alrededor de los hombres que nos hacían pasar delante de las capas. Cada vez la tenían más dura, y ya les salían airosas de los boxer. Carmen se arrimó a Rubén que la tapó con la tela y Alfonso hizo lo mismo conmigo. Me cogió de la mano y me la llevó a su polla enardecida. Yo estaba cachonda perdida, así que la agarré y empecé a masturbarlo siguiendo el pasodoble, que con sus paradas y rápidos era excitante y excitador. Al acabar nos separamos. Jadeábamos los cuatro. A ellos el miembro les salía por la bragueta. Nos apuntaban con las armas, cuyas cabezas colorada y violeta se mostraban mojadas en su esplendor.

"Creo que debéis quitaros los calzoncillos para destacar esas espadas"- pidió Carmen a nuestros clientes. Lo hicieron, yo tenía una mezcla de sensaciones que califico ahora de curiosas. Avaricia por la pasta que me iba a llevar, lujuria porque estaba cachonda perdida al haber estado excitándome todo el día y lo que llevábamos de noche sin irme, dramática como actriz que hace un papel de mujer viciosa, y muerta de risa por dentro al ver la situación de aquellos dos empresarios, señores de horca y cuchillo, en sus cincuenta y..con las pollas en alto , desnudos y con calcetines, y nosotras como dos artistas porno en medias y zapatos de tacón.

"El gato montés" arrancó y fuimos de nuevo toritos para Alfonso y Rubén, esta vez nos fuimos cada una con su cada uno. Al momento de bailar apretados, coloqué su minga entre mis piernas, él creí que se corría , y a mí me ponía todavía más caliente el roce de su verga contra mi sexo. Acabó la música y ninguno hizo ademán de separarse, estábamos dándonos la fiesta.

"Soldadito español" empezó y oí la voz de Carmen mandando a los hombres al sillón , diciendo que esta era nuestra pieza.

Me agarró como llevan los hombres en el pasodoble, un poco separadas, aunque los pezones quedaban en contacto, pues si yo era más alta, los tacos de ella eran mayores. El ritmo que imprimió a sus hombros al bailar, movía sus senos restregándolos contra los míos, me puso todavía más caliente que lo que estaba. El ver a nuestra parejas masturbándose lentamente mientras nos acechaban, aún me excitaba más.

El andar del Soldadito de Carmen nos llevó al dormitorio, los hombres nos siguieron. Al acabar me tendió en la cama, con las piernas colgando, iba a ser víctima de algo que no me asustaba y que deseaba ocurriera de una maldita vez.

"¡ A por ella!"- grito Carmen arrodillándose entre mis muslos abiertos y bajando su boca hacia mi coño, con la mano se abrió camino entre mi vello púbico hasta que el clítoris quedó al descubierto y como un caza bombardeando población civil cayó sobre él. Fue notar la punta de la lengua y apenas dos lametones cuando empecé a irme, el orgasmo eran ola tras ola, no podía parar, cuando entreabrí los ojos, vi como Alfonso estaba follando a mi compañera a lo perro y babeaba sobre ella, Rubén arrodillado ante mi cara me ofrecía su verga para una mamada. Le lamí los cojones antes de agarrarle la polla y acercármela a la boca. En la postura que estaba me daba miedo que me ahogara si no tenía cuidado.

Los hombres de cierta edad tardan en correrse si lo han hecho antes, así que la actividad se desarrolló durante bastantes minutos, el disco había dejado de sonar y sólo se oían nuestros murmullos y gemidos, no sé las veces que pasé la frontera del placer, estaba agotada cuando Carmen se retiró de mí. En el suelo , los dos hombres tumbados con su estoque apuntando al cielo, de la mano , nosotras juntas y a la vez ,nos dejamos ensartar hasta lo más profundo y al unísono , sin soltarnos empezamos nuestro sube y baja que llevaría a nuestros compañeros de sexo a su culminación. Lanzó su descarga primero Rubén , Alfonso le siguió en segundos.


Cuando doña Lupe me dijo mis condiciones económicas y vi que de mis 10 primeros clientes , Carmen se llevaría el 10% entendí porque estaba tan feliz de mi incorporación al mundo de las putas de lujo