La consulta

Mi nombre es Yria, doctora Yria. Especializada en ginecología y sexología.Tengo una consulta, mi consulta, dónde combino el trabajo con el placer. Llevo cinco años. Y entre vosotros y yo que delicia de vida uhmmm… ¿Tienes hora para entrar?

Mi nombre es Yria, doctora Yria. Especializada en ginecología y sexología. Tengo 30 años, melena larga, lisa y negra, ojos muy oscuros, con curvas, buenos pechos y mido 1’62. Me distingue el tatuaje de un dragón negro situado donde termina la columna vertebral y empiezan mis nalgas.

Tengo una consulta, mi consulta, dónde combino el trabajo con el placer. Llevo cinco años. Y entre vosotros y yo que delicia de vida uhmmm

Disculpadme pero debo ponerme a trabajar continuaremos hablando en otro momento. Os doy la bienvenida a mi mundo, un mundo que roza los límites.

Me dirijo al vestuario para cambiarme de ropa. Desabrocho la camisa, me la quito y la cuelgo en el armario. Luego bajo la cremallera de la falda y dejo que se deslice suavemente por mis muslos hasta caer al suelo. Llevo puesto el conjunto de intimisimi negro con los bordes rojos y brasileña a conjunto haciendo un poco de relieve. Sinceramente me sienta bien. Cambio las medias de color carne que llevaba por otras de rejilla rojas y procedo a ponerme un vestido negro de látex corto y ajustado con una cremallera de arriba abajo. Por supuesto, la cremallera queda abierta hasta la altura de los pechos, dejando entreverlos. Me pongo los zapatos de aguja -de charol negro- que tanto me gustan... Y lista. Bien, me queda repasar el maquillaje y el recogido, un recogido bastante suelto dejando que los mechones caigan. Pinto mis labios con el pintalabios de MAC, un brillo de color rojo con destellos púrpura. Perfilo una mirada profunda con tonos verdes y naranjas. Perfecto terminé de arreglarme justo a tiempo.

Buenos días, princesa.

Buenos días, doctora Yria.

¿Quién es nuestra primer paciente?

Se llama Aura. Tiene 25 años y es para hacerse una revisión completa.

¿Completa dices? Uhmmm ¿de cuánto tiempo dispongo hasta la próxima visita?

Hora, hora y media doctora Yria.

Bien princesa, hazla pasar a mi consulta.

Encantada de conocerte Aura soy la doctora Yria. Nerviosa ¿tal vez?

Sólo un poco doctora.

Tranquila estás en buenas manos. Cualquier cosa, no vaciles en preguntarme, pequeña. Ahora entra en el baño y desnúdate. Encontrarás una bata y unas zapatillas póntela y cuando estés lista pasa a mi consulta.

De acuerdo doctora, un par de minutos y salgo.

Túmbate en esta camilla. Deja caer tu culo casi al borde y coloca cada pierna a cada lado. Bien pequeña así estás perfecta que imagen más divina, eres preciosa ¿lo sabías?. Empezaré haciendo una exploración de tus tetas. Vamos a ver como está la derecha. Tengo las manos frías pero enseguida cogerán temperatura, uhmmm hermosa textura, piel suave, tersa ¿notas la presión de mis manos?

Sí doctora.

¿Te duele?

No doctora

Entonces prosigo. ¡Se te ha puesto erecto el pezón Aura!. Voy a pellizcarlo para notar esa dureza. Está perfecta esta teta continuo con la izquierda. Un poco más de presión. Está todo en su sitio pero pequeña pareces algo excitada, en todo caso, no te preocupes, estás en mi consulta no se lo contaré a nadie. Relájate la primera parte ya pasó, no te ha dolido ¿verdad?

No doctora, estoy bien

Ahora observaremos tu conejito. Vaya… todo rasurado, una delicia para ser inspeccionado. Tiene ese color rosado, brillante y lo tienes húmedo. En este caso no hará falta que te ponga el gel al agua para lubricarte, déjame que piense… Un poco de fresquito no te vendría mal ¿sabes qué? de igual manera te lo pondré. Vamos allá ahora notarás como mis dedos se introducen en él. Con dos dedos bastará para hacerte esa exploración rutinaria. Se dilata bien… notarás como mis dedos se acercan a tu matriz y los iré deslizando.

¿Notas como si te tocara una pequeña nuez, algo rugosa Aura?

Sí doctora.

Pues ahora sentirás como estimulo tu líbido desde tu interior. Con la otra mano, si te fijas tres dedos aproximadamente por debajo de tu ombligo está el centro donde se canalizan las energías. Si hago una pequeña presión dando pequeñas circunferencias voy a estimularte también por ahí.

Ooooh doctora. Perdón, lo siento, que vergüenza por Dios. Ufffff ¿cómo lo ha hecho doctora?

Es mi trabajo conocer todos los puntos de placer. Ahora voy a introducirte esta cámara que tiene forma de polla. Lo haré despacio para que penetre mejor. De esta forma veremos como están tus órganos internos..

Uhmmm qué gusto. Otra vez disculpe doctora, no sé qué me ocurre hoy nunca antes me había ocurrido.

Déjame hacer mi trabajo. La entro un poco más, otro poco más, ¿ves tus ovarios? Están perfectos todo en su sitio.

(Aura agarra la mano de la doctora, impidiendo que saque la cámara de su interior).

Un poco más doctora, tenga piedad de mí y continúe.

Si accedo a lo que me pides ¿te sometarás a mí voluntad durante un rato mi pequeña?.

Lo qué usted diga doctora, haré lo que sea.

Entonces está hecho. No obstante, deja reposar cada brazo a cada lado no te muevas. Estas correas no te doleran tan sólo impediran que te muevas. ¿Lo entendiste?.

Sí doctora.

(Me dirijo hacia el teléfono y hago una llamada interna). –Princesa llama a Sam y que venga rápido.

Ahora mismo doctora.

(Sam era un varón de de treinta años de color, 1’85, fuerte, ojos negros, sin pluma e irrestiblemente atractivo. Le conocí en un simposium de ginecología en Cuba. Casualidades del destino vi en él un perro huérfano que deseaba ser adiestrado. Así que me lo llevé. Desde entonces ha sido mi perro más fiel, obediente y siempre dispuesto a cumplir las órdenes de su Ama).

¿Me llamaba?.

Sí. Sam verás tengo una zorrita con ganas de ser follada ¿crees que podrás hacer algo al respecto? (La expresión de Aura era tímida. Se quedó algo atónita ante tal situación pero no dijo palabra alguna).

Sí ¿qué desea que haga Lady Yria?

Para empezar quiero que te desnudes cómo te he enseñado con elegancia, insinuación, provocación y claro está sin muestra alguna de excitación por tu parte.

A continuación quiero que muestres a Aura tu enorme polla de caballo. Pásala por su cara, sus labios, sus tetas y su coño que note tu textura, tu piel. Luego quiero que limpies mis zapatos hasta dejarlos bien brillantes ¿has comprendido?

Sí Lady Yria

(Sam se dispone a obedecer mis órdenes. Para ello emplea veinte minutos para enloquecer a Aura. Aura queda sorprendida en tanto que se fija en el detalle de que Sam no está empalmado. Sus ojos denotan frustación debe pensar que acaso no será suficientemente atractiva... No obstante cuando Sam empieza a limpiar mis zapatos, poco a poco, su polla va creciendo de tamaño. En ese momento los ojos de Aura denotan extrañeza, no entiende el por qué. Cuando más empeño pone Sam en dejarlos bien relucientes, más enorme se vuelve su polla.)

Levántate Sam y fóllala sin compasión. Su cuerpo me pertenece al igual que el tuyo. Trátala cómo a zorra qué es.

(Sam procede a ponerse el condón y a follarla sin tregua).

En la habitación sólo se escuchaban los gemidos de Aura, gemidos de dolor, ¿demasiado grande? Tal vez, pero ella accedió, no la forcé a nada que no quisiera hacer. Sus deseos de ser penetrada prevalecían sobre todo lo demás. Cuando Sam disminuía las sacudidas, Aura emitía sonidos de placer así que después de todo no sería tan malo. Su cuerpo no aguantaba más, mostraba abatimiento y sin embargo su mirada era profunda y radiante. Al cabo de una hora de sus ojos salían lágrimas, sus piernas empezaban a temblar, su cuerpo ya no era suyo. Se sentía indefensa. Aura trataba de implorar que detuviese aquello. Me acerqué. La acaricié dulcemente y besé su frente para que notase que estaba con ella, que no estaba sola y eso la dejó más tranquila. Sus lágrimas cesaron y su líbido volvió a crecer de forma inmediata. La pequeña se sentía exhausta pero su coño no dejaba de lubricar. ¿Paradógico verdad?

Sam tenía prohibido eyacular y en caso de que por alguna razón ocurriese sabía que tendría un severo castigo, la suspensión, ver su cuerpo atado con los brazos y piernas abiertas sin llegar a tocar el suelo, totalmente expuesto para mi satisfacción personal uhmmmmm, durante horas

El rostro de Sam en cambio, reflejaba suplicio, contención. Sin duda estaba a punto de de expulsar su leche pero no lo tenía permitido, no era digno de ese regalo.

Tomé la fusta que tenía colgada en la pared, toda una preciosidad, y le di en todas sus nalgas. Un golpe seco. Lo suficiente para indicarle que fuese a su rincón a cuatro patas con la mirada baja…tal y como hacen los perros obedientes.

A continuación cogí un pañuelo de seda negro y vendé los ojos de Aura. La idea era clara: crear la incerteza de saber que final le esperaría

Encendí una vela. Tomé unos cuantos cubitos de hielo de la nevera y los dispuse en un bol. Luego me quité el vestido y coloqué mi arnés.

Las primeras gotas de cera sobre el cuerpo de Aura le arrancaron un chillido.

  • ooohhhh está muy caliente, me quemo doctora.

  • tssshhhhhh no hables, sólo siente, experimenta, embriágate de estas sensaciones

Las posteriores gotas empezaron a excitarla. Su cuerpo se retorcía de dolor y de placer. Poco a poco fui alternando el calor de la cera con el frío de los cubitos de hielo… de manera que su cuerpo no se habituase a una sola textura…De forma brusca le metí mis dedos en su coño:

lo que pensaba… pequeña eres una gran zorra, estás tan húmeda, se te ve tan viciosa, tan lasciva… tienes el coño empapado. ¿Te das cuenta de qué eres como una fuente? ¿Escuchas tu propio sonido? Esa humedad, esa lubricación…esas olas…cuando te penetro con mis dedos

uhmmm, ooohhh doctora pare por favor se lo suplico, no aguanto más tenga compasión…(las lágrimas brotaban de sus ojos…)

el juego tal y como empezó también debe terminar, zorra. No eres nadie para decidir.

Le quité la venda para poder ver su mirada…. Me dispuse encima de Aura cómo lo haría una loba ante su presa y empecé a follarla. Movimientos rápidos, bruscos, mi pelvis contra su pelvis. Las pechos de ambas chocaban al unísono. Empecé a pellizcarle los pezones, a darle mordiscos, a pasar mi lengua por su cuello, por su rostro… hasta que agarré esos labios finos con los míos y metí mi lengua dentro de su boca –uhmmm-

oooooohhhhhh ahhhhhh oooooohhhhhh doctora, doctora….continúe, no me deje así

ésta será la primera y la última vez que sacie tu apetito, ¡recuérdalo bien!.

Continué follándola sin parar, penetraciones más y más profundas. Succioné sus pezones. La besé tórdidamente durante largo rato mientras la seguía follando hasta que su cuerpo experimentó un sinfín de orgasmos seguidos. No fue capaz de resistirlo y perdió el conocimiento… la desaté y ordené a Sam que la acostase en mi cama, se lo había ganado

Al cabo de unas horas despertó y cruzó su mirada con la mía. La estaba observando desde hacia rato sentada en mi butaca.

¿en qué me ha convertido doctora? Preguntó

pequeña… no te he convertido en nada que no fueses. Tan sólo te di la opción a cruzar la puerta y aceptaste… un nuevo mundo se ha abierto ante ti. Disfrútalo, no temas te llevaré de mi mano

Asyria