La condena 3

Los primeros 2 dias

Un segundo, un minuto, una hora, una eternidad, quien sabe el tiempo que Bella estuvo en los brazos de aquella mujer soltando por sus ojos cada lagrima con la que lloraba su alma rota…se deshizo en el agua salada que dejaba mojada la camisa de la doctora que le prestaba su hombro, gustosa, no sabiendo el porqué.

“Tranquila, desahógate, shhh” esas son solo las palabras que salían de la boca de Eva, la doctora. Le invadía una ternura inmensa al tener a Bella entre sus brazos, llorando con el corazón en las manos, sin poder parar. Eva sabía que existía la caja de pandora en ella, pero no se esperaba que se abriera tan pronto. Se sentía aturdida por sentir a Bella tan cerca y notar que le gustaba eso. Se dijo a si misma que simplemente era simpatía lo que sentía, a quien no le enternecería ver a alguien tan frágil romperse en llanto?

Pasó el tiempo y Bella se empezó a calmar. Sacó su cara del hombro de Eva y se encontró reflejada en los ojos de ella, ya no tenía las gafas puestas y pudo ver muy de cerca aquellos preciosos ojos que ya la habían hipnotizado al entrar. Volvió a olvidar que el cuerpo para vivir necesita respirar y sintió que con mirarla ya lo tenía todo. Su rubor se hizo presente pero sin saber porqué no apartó la mirada.

Eva la sentía tan cerca que su aliento le quemaba, su corazón palpitaba como caballo desbocado, sus manos sentían mil veces más de lo normal el roce de su cuerpo….pero alguien tenía que ser racional y en aquel momento fue Bella quien rompió el silencio y aumentó los centímetros escasos que separaban sus caras por casi 3 metros  al levantarse.

Eva – Bien, ya ves que no estás bien, asique la terapia te hará bien…-pero porque mierda me repito tanto! (se dijo notoriamente nerviosa volviendo detrás del escritorio a hacer como que anotaba algo)

Bella – si, estooo….sí, me hará bien, me puedo ir ya? – pero que me pasó ahí? (otra que hablaba consigo misma)

Eva – Si, claro, nos vemos mañana a las 3

Bella – Ok – y salió.

Bella se quedó con la misma sensación rara que Eva, no sabía que es lo que había pasado ahí dentro. Sus ojos, su boca tan próxima, sintió el cuerpo de Eva mucho después de haber caído en sus brazos y se reprochó no haberse dado cuenta antes….y luego se reprochó el estar pensando en el cuerpo de Eva…Su cabeza era un ir y venir de pensamientos contradictorios que no entendía. Le atraía esa mujer?....sí, mucho! Pero eso para ella no era normal! Lucho con todas sus fuerzas para arrancar todo ese enredo que tenía en la cabeza y volver a la realidad, volver al pasillo sin rejas donde la esperaba Fany para llevarla de vuelta a la celda.

Eva, mujer de 34 años, licenciada en psicología y directora general de la prisión, soltera y segura de sí misma sentía que su mundo estaba empezando a ponerse patas arriba. La primera vez que la vio no fue cara a cara, fue por la foto del expediente de prisiones justo antes de que llegara aquella misma mañana. La foto mostraba a una mujer menuda, demacrada, con acentuados moratones en su cara, mirada vacía y expresión sin color. Su mirada era lo que más recordaba, carecía de toda expresión de simpatía hacia el mundo, vacía, fría…pero en el momento que la miró cuando más frágil estaba, llorando en su hombro,  el brillo de sus ojos la dejó sin aliento. De un verde tan claro que la atrajo sin remedio a quedarse prendida de ellos.

Se quedó en su despacho, pensando en ese momento tan intenso que había vivido y se recordó severamente que ella era la directora y Bella una más en aquella prisión, no podía permitirse nada…

….

Ya abajo camino de su celda Bella no escuchaba los comentarios de las reclusas que desde sus celdas seguían con la retalía de piropos obscenos que provoca el no ver a nadie nuevo en tiempo. Estaba demasiado ocupada inmersa en sus pensamientos. Llegó a la celda, Fany avisó por radio de que abrieran, entró, la reja se cerró con el típico ruido del roce de los barrotes y se sentó en su cama aun con la mente en otro mundo.

Raquel  - Eh! Que tal por ahí arriba? – dijo asomando la cabeza desde la cama de arriba

Bella no contestó, solo se encogió de hombros y se recostó más aun en la cama. Raquel se quedó intrigada porque obviamente se notaba que había llorado pero no le dio más importancia, en su primer día todas lloraban.

…..….

En su celda, mirando por si acaso aparecía alguna funcionaria, cuidadosamente apartó de la pared el poster de esa chica en una pose de poco tacto y menos ropa para dejar al descubierto un pequeño hueco en la pared. Sin dejar de mirar por las rejas sacó cuidadosamente un móvil. Lo encendió y marcó.

…-Hola

María – Hola, sabes algo nuevo?

…- Si, después de averiguar los datos básicos que ya te dije se por fuentes muy buenas que viene de la familia Henares, la que construyó las dos torres de oficinas esas tan famosas en Valencia, las conoces?

María – Si, y que mas?

…- Su patrimonio es bastante extenso, no solo por las torres sino por sus 2 multinacionales de transporte, agencias de viajes y en propiedades tienen la vida, sobre todo su padre que es de renombre.

María – Bien, sabes algo de Vea? No estaba por entrar esta semana?

… - Si, creo que mañana es el traslado, pero no estoy muy segura, está en aislamiento por la trifulca que montó con las colombianas.

María – Bueno, mientras llega o no ya iré pensando cómo me puedo quitar de en medio a Raquel, te dejo que si me quitan el móvil mato a alguien, chau.

Y colgó.

María, la que todas temían menos Raquel, ya estaba saboreando el placer que sería sacarle a esa familia hasta el último euro. Su forma de actuar era muy sencilla, se enteraba de quien entraba a la cárcel y porque, investigaba su vida, su familia, todo! Para después arrinconar a la víctima y extorsionarla hasta conseguir que le dieran dinero. Siempre lo hacía cuando le quedaba poca condena así se aseguraba vivir bien cuando saliera. El único inconveniente era Raquel, que para su mala suerte las habían puesto en la misma celda. Desde pequeñas ella era la buena y María la mala, aunque Raquel no siguió totalmente el buen camino.

…..

La tarde pasó lentamente para Bella. Como un reloj de arena puesto de lado se le hizo eterna. Empezó a eludir pensar en la Doctora y casi lo consigue cuando abrieron las rejas para el segundo “recreo” del día. Raquel se fue al gimnasio como hacía cada tarde junto con Sandra y Carla y no tuvo otra que acompañarlas, tenía demasiado miedo de quedarse sola.

Después de estar un rato con ellas sin prestar mucha atención a lo que hacían decidió preguntarle a Raquel como llegar al patio y esta sin pensárselo se ofreció a acompañar. Ya en el patio paseaban dando círculos a las canchas de baloncesto y futbol sin decir nada. Seguían los piropos y silbidos hacia Bella pero no sabía bien si la vergüenza o el miedo la hacían ignorarlos completamente.

Raquel – Bella, sin rodeos, porque estás aquí? – Para que iba a andarse con preámbulos si después de lo que le dijo María la curiosidad podía con ella..

Bella – Maté a mi marido – la miró un instante y justo cuando iba a apartar la vista miró mas allá de Raquel. Justo en ese instante se volvió a parar el tiempo ya de por si lento cuando sus ojos se posaron, de nuevo, en los ojos de Eva que estaba en su despacho, mirando por la ventana, observándola. Sintió ese calor tan conocido por sus mejillas y apartó la mirada para dejarla fija en el suelo. Su cabeza bullía, pero que le pasaba con esa mujer!!

Raquel la sacó de sus cavilaciones continuando con las preguntas

Raquel – Porque?

Bella – No lo sé, tenía un revolver entre sus ropas, yo…yo…no se – Bella se tocó las sienes, le empezaba a doler la cabeza.

Raquel – Perdona, no quería incomodarte – se disculpó y  se recriminó a si misma por ser tan preguntona.

Bella – Y tu porque estás aquí?

Raquel – Robo con agresión y secuestro…esos son los cargos, pero en realidad no fue lo que pasó…

Justo cuando Bella iba a preguntar otra vez dieron el aviso de vuelta a las celdas y así, sin más preguntas ni situaciones incomodas, se fueron a su celda.

Bella seguía en su mundo, pensando en Pedro, en sus padres, en los de ella, en las palabras del juez, en las advertencias de Raquel, en lo que le decían las demás presas, en la doctora…la doctora, como se llamaba?

Bella – Raquel, sabes cómo se llama la doctora Núñez?

Raquel – Eva, por?

Bella – No, por nada, curiosidad…

Eva, la manzana prohibida, el pecado del hombre (mujer en este caso) a Bella se le iban los pensamientos por 1500 mundos distintos, era su primer día de los 1460 que le habían impuesto de condena y ya se estaba volviendo loca pensando en esa mujer que tendría que ver a diario…y solo la había visto una vez para estar así…

Cenaron a la hora prevista y de vuelta a la celda. Raquel le presentó a un par más de reclusas que Bella ya no recordaba por estar demasiado cansada para prestar atención. No tardó ni 10 minutos en dormirse después de que apagaran las luces….pero no sin antes oír los gemidos furtivos de alguna que otra pareja que por lo visto estaban bastante entretenidas eludiendo los brazos de Morfeo.

2º Día de condena

Las celdas se abrieron  todas a la par a las 8 en punto de la mañana despertando a todas las reclusas.

Bella, no acostumbrada a ello pegó un brinco de la cama que casi le rompe la cabeza contra la litera de arriba.

Bella – auch! Joder!- salió de la cama con la mano en la frente y Raquel al verla no pudo contener la risa

Raquel – jajajaja, ahora sabes porque no me gusta dormir abajo jajaja – Bella la miró con cara de pocos amigos.

Bella – y ahora que?

Raquel – tu no sé, pero yo me voy a pegarme una ducha – agarró su toalla y se dispuso a salir.

Bella – espera mujer! Que aun no me conozco esto! – se puso los pantalones y salió tras ella.

Al llegar al baño, enorme, se sorprendió al ver que allí nadie se tapaba. No eran las típicas duchas comunitarias, sino que había duchas separadas a los costados y al fondo junto con los lavabos que estaban en el centro. La intimidad relativa que te puede dar un cubículo de esos no parecía importarle a ninguna de ellas. Cinco funcionarias hacían acto de presencia en cada esquina y en la puerta, suponiendo Bella que era por seguridad, sabiendo Raquel que era más por mirar que por vigilar.

Raquel se desnudó con total normalidad y se metió en una que estaba libre. Bella pudo observar el gran dragón que le cruzaba la espalda con un nombre que no supo descifrar al final de esta. Se sorprendió a si misma mirándola con algo más que curiosidad y enseguida apartó la vista. Buscó con la mirada alguna otra ducha que estuviera libre y cuando la encontró se metió hasta con ropa, era demasiado vergonzosa como para poder quitarse la ropa delante de todas ellas.

Se desvistió y abrió el grifo. Se relajó al instante de sentir el agua caerle encima, por unos segundos se evadió de la realidad….pero le duró bien poco.

Sintió que la cortina de plástico barata que la separaba del resto del mundo se abría entrando alguien con ella. Se dio la vuelta al instante y se arrinconó lo más que pudo tapándose su menudo cuerpo con sus pequeñas manos.

Bella – Que haces! Fuera! – Miró a aquella mujer a los ojos con el terror sacudiéndole el cuerpo.

María – Hola señora Henares! Bueno, ahora señorita no? – Dijo aproximándose, desnuda, a Bella – si no fuera porque tengo a alguien esperándome fuera te partiría en dos aquí mismo jajajaja

El miedo la paralizaba. María alzo una mano y le apretó el cuello mientras que con un dedo de la otra marcaba un camino desde su cara hasta su pecho, el que tapaban sus manos.

María – Es muy sencillo, si no quieres sufrir aquí dentro harás lo que yo de diga, 4 años dan para muchos malos ratos preciosa…- Bella no podía articular palabra, estaba aterrada, todos los momentos vividos con Pedro le vinieron a la mente y solo pudo llorar mientras que aquella mujer que la tenía agarrada del cuello la recorría con la mirada y con su mano.

María se acerco mas a ella, le pasó la lengua por la mejilla hasta llegar a su oreja y le susurró “nos volveremos a ver pronto” para después soltarla e irse. Bella se fue deslizando hacia el suelo de la ducha cayéndole el agua a mitad de cuerpo, las piernas le fallaban, no pudo hacer otra cosa que llorar…

Raquel vio a María salir de donde había visto a Bella entrar y poniéndose su toalla en la cintura fue corriendo hasta ella no sin antes mirar a María y gritarle un “hija de puta” a todo lo que daba su voz.

Cuando llegó y entro un sentimiento maternal se apoderó de ella, la vio tirada, llorando, tan frágil y temblosa como una hoja. Se agachó y no pudo hacer otra cosa que abrazarla. Cerro el agua, la levantó, la cubrió con una toalla y tapándose ella también se la llevó a la celda.

Raquel – Niña, venga, no llores más que aquí tienes que aprender a ser fuerte, que te dijo?

Bella no podía parar de llorar, se sentía humillada, por si no hubiera tenido suficiente durante el último año ahora, la mujer más jodida de la prisión le hacía pasar el momento más malo desde que había llegado, pensaba que pronto empezaban las cosas a irle mal allí dentro.

Cuando consiguió calmarse y después de las preguntas de preocupación de Raquel pudo contestarla.

Bella – Me dijo que si no hacía lo que me pidiera mi vida aquí sería un infierno – y volvieron a saltársele las lágrimas.

Raquel – Maldita hija de puta – dijo mientras se vestía – ya vengo, te mando a Sandra o a Carla para que te acompañen a desayunar, ahí te he dejado ropa del economato que tengo una amiga y me lo deja fiado – y salió hecha un rayo a buscar a María.

Sabia donde estaba su celda y de camino le pidió a Sandra que acompañara a Bella. Llegó a la celda de María y sin pensarlo le pego tal trompazo que la dejó sentada en el suelo. La bestia se levantó al instante y sin importarle que estuviera medio desnuda se abalanzó sobre Raquel sacándola fuera de la celda y casi consiguiendo que se cayeran hasta el piso de abajo pero por suerte la barandilla las sujetó. Empezaron a darse duro, los puños volaban, parecía una pelea de boxeo de las mejores y como en cualquiera no faltaba el público, que las seguía por el pasillo abucheando y gritando unas en el bando de María, otras en el de Raquel. Pero como en toda prisión, las peleas duran poco, asi que ahí aparecieron 6 funcionarias entre ellas Fany para separar a esas dos mujeres, que menos mujeres parecían de todo.

Cuando por fin la situación estaba controlada Raquel le advirtió por segunda vez

Raquel – Hija de puta! Como te vuelvas a acercar a Bella no tendrás piedras para meterte debajo!

María – Cada día firmas tu sentencia de muerte más grande hermanita! Voy a seguir haciendo lo que me da la gana! – la sonrisa en la cara de María enfureció aun mas a Raquel que casi consigue zafarse de las 3 funcionarias para volver a la acción.

Fany  - A aislamiento, ya! – los 2 animales y las funcionarias que las sujetaban se fueron hasta aquella parte de la cárcel que tan poco gustaba. Celdas de 2m por 2m con una diminuta ventana y sin nada más.

A regañadientes las dos entraron en sus nuevas casas aun bastante exaltadas. Se habían gritado de todo por el camino y ahora, encerradas a 4 metros de distancia cada una no cesaban en el empeño de ver quien ganaba en el discurso verbal de disparates.

Raquel, después de una hora allí dentro y quedarse sin voz de todo lo que le estaba gritando a María hizo reporte de daños a si misma…nariz sangrando, labio sangrando, ceja sangrando, mano sangrando, ojo morado, mentón morado….sacó la conclusión que después de unas horas su cara sería un cuadro.

María, después de una hora allí dentro y quedarse sin voz de todo lo que le gritaba a Raquel también hizo reporte de daños a si misma….nariz sangrando, labio sangrando, ceja sangrando, mano sangrando, ojo morado, mentón morado y metiéndose un dedo en la boca se irritó muchísimo mas de lo que estaba al notar que se le movía un diente. “maldita sea” se dijo, en la prisión no es que hubiera muy buen dentista…

….

Bella vio como Raquel se iba furiosa.Se empezó a vestir y llegó Sandra para llevársela a desayunar. Camino del salón vio como se llevaban a María y a Raquel y estaban bastante alteradas.

Bella – Que pasó? – le preguntó a Carla que se unía a ellas

Carla – Raquel, que está loca! Se ha empezado a dar de ostias con María. Ya le ha tenido que hacer algo gordo para enfrentarse al armario ese….yo antes me intento escapar de aquí que meterme con ella…

Sandra – Ya, yo igual, pero sabes cómo es Raquel, además, algo me ha contado…-miró a Bella y está bajo la cabeza sin decir nada. Se sintió mal al saber que Raquel se había peleado por ella.

Llegaron al comedor, desayunaron y después salieron al patio a cambiar el aire de encierro por algo más fresco. Una de las reclusas que ayer le habían presentado a Bella, Laura, se acercó a ellas. Les contó que las peleonas se habían ganado una semana de encierro. Bella se sintió sola por primera vez desde que había llegado el día anterior, Raquel era lo más parecido a una amiga aunque no hablaran mucho y ahora iba a estar una semana sin verla. Sintió miedo al pensar en eso pero le duró poco al recordar que María también estaría una semana ausente.

Terminó la hora del recreo, llegó la hora de comer y cuando Bella estaba ya en su celda Fany vino a buscarla.

Fany – 7685, te espera la doctora- y mandó abrir la celda. Con todo el ajetreo se había olvidado completamente de Eva!

Bella – No me podrías llamar Bella? O Henares? – solo se ganó una mirada de desprecio de la funcionaria.

Se fue con Fany y al llegar se sentó a esperar que la llamaran. Como el día anterior la mujer mayor salió y Bella entro ante la mirada de Fany.

Mirando al suelo en todo momento entro y cerró la puerta.

Eva – Hola Bella, como estas hoy? – le dijo señalándole la silla para que se sentara.

Bella – Estoy, que no es poco…. - Se sorprendió de su respuesta justo en el momento de decirla.

Eva – Bueno…si te parece vamos a empezar…

Gracias por los comentarios, como siempre buenos. Siento si no escibo tan seguido como en el otro relato, intentaré tener mas tiempo...

Minara