La comprometida fantasía de Claudia

Mi marido os cuenta como fue manejando la situación hasta ser capaz de cumplir una de la fantasías que más morbo me daba...

Hola, soy Jose Manuel, el marido de Claudia.

Somos una pareja muy morbosa, fantasiosa, bastante liberal, y nos gusta cumplir aquellas fantasías que nos apetece, aunque para ello haya que hacer cosas como las que voy a contaros a continuación.

Cuando mi entonces novia y yo estábamos al tema, y los dos estábamos muy excitados, era frecuente que nos preguntásemos que nos gustaría, que nos daría morbo, etc., y que contestáramos sin ningún tipo de reparo. Yo le planteaba situaciones y ella me iba diciendo si le excitaría  que se diese esa situación o no, y al revés también, así nos íbamos conociendo más sexualmente.

Una de esas situaciones que le planteaba muchas veces y que sabía que a ella le ponía muy cachonda, era decirle mientras yo la penetraba, que se imaginase una chica lamiéndole el clítoris al  mismo tiempo. Esto le daba un morbo tremendo y se corría en seguida. Le daba mucho más morbo pensar en una chica que en un chico. Yo ya lo sabía y a menudo le decía que se lo imaginara cuando estábamos haciéndolo y estaba excitada. Pero iba más allá, y le decía el nombre de chicas o mujeres concretas que conocíamos, a veces me decía que no se atrevería, que le daría corte o que con una conocida no, mejor una chica desconocida, pero eso (yo ya la conocía bastante bien), era que no estaba lo suficientemente caliente, ya que cuando estaba al máximo, cualquier mujer que le dijera que en ese momento le iba a lamer el coño mientras yo la penetraba, la ponía a mil y nunca decía “no, esa chica no, no me atrevería”.

En una ocasión estábamos follando en su habitación, en su casa. Yo estaba sentado en una silla y ella sentada sobre mi dándome la espalda. Mi polla entraba y salía de su coño y mis manos rodeaban su cuerpo y apretaban y acariciaban sus tetas, para de vez en cuando deslizarse hasta abajo y jugar con su clítoris. Estábamos ambos viendo hacia la puerta de la habitación, que no tenía forma trincarse desde dentro, por lo que cualquier persona la podría abrir desde el pasillo. Empecé a decirle lo fácil que sería que en esa posición, una chica se pusiera de rodillas delante de ella y le lamiera el clítoris mientras yo la penetraba. Ella imaginándose lo que yo decía se ponía cada vez más cachonda. Le dije el nombre de alguna amiga suya, para que se la imaginara comiéndole el coño, y se puso cachondísima. Le dije el nombre de alguna mujer más mayor que conocíamos, y se puso a mil. Y la vi tan cachonda que me atrevía a decirle lo siguiente:

-Seguro que tu madre no sabe que estamos aquí. Imagina que viene a tu habitación a decirte algo, abre la puerta y te encuentra de frente así, con el coño abierto y mi polla dentro, porque desde la puerta lo ve perfectamente.

-Pues que llame antes de entrar –decía malamente entre gemidos- si no quiere encontrarse sorpresas.

Aparentemente mi comentario no le había influido, pero entonces respondí:

-A lo mejor es una sorpresa agradable, ver como se la meten a su hija, como goza. Quizá le guste verlo y se quede ahí en la puerta parada. Entonces tendré que decirle que pase sin miedo, y que se agache y empiece a lamerte el coño. Te imaginas Claudia? Tu madre abre la puerta y al verte se lanza entre tus piernas y empieza a lamerte el coño?

Entonces sí que hubo reacción por parte de Claudia.

-Aaaaaaahhhhhhhhhhhhh- soltó un gemido como nunca la había escuchado. El comentario le había hecho dar un subidón tal que se corrió en el momento, durante largo rato. Yo contribuía al darle más miga al tema.

-Te imaginas, la lengua de tu madre recorriendo tu coñito?

-Siiiiiiiiiiii

-Te da morbo la situación?

-Muchíííííííííísimo

-A que te gustaría correrte con mi polla dentro y su lengua lamiéndote

-Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii, mucho..

-A que te ha puesto muy cachonda pensar en eso????

-Ufffffff, que morbazo

-Te gustaría que pasara?

Y en ese momento, con el calentón que tenía, y corriéndose a la vez dijo

  • Me encantaría…

Yo nunca la había visto tan caliente hasta el momento, mejor dicho, nunca la había visto ponerse tan cachonda de repente con un comentario. Y eso lo sabía porque ya la conocía y sé que si no estuviera tan cachonda, se hubiera cortado y hubiera dicho “no, con mi madre no”, pero en ese instante, se corrió solo de pensar en esa situación.

El tema quedó ahí. Pasó el tiempo y seguimos disfrutando del sexo con otras fantasías y de otras formas, pero yo nunca olvidé el calentón y el morbo que le había dado en aquella situación pensar que quien le comía el coño era su propia madre. Difícil hacer algo al respecto, desde luego. Pero un día me decidí poco a poco a intentarlo. Desde luego no podía ir a junto de su madre y planteárselo, pero decidí empezar a acercarme más a ella. Y  digo que el tema era difícil porque su madre era una persona fría, poco cariñosa y de poco diálogo; muy buena mujer, pero distante en todos los sentidos. Mi relación con ella y mi confianza con ella eran correctas pero no pasaba de ahí.

Un  día empecé mi acercamiento a ella. Ella vivía sola, ya que Claudia y yo  ya vivíamos juntos. Normalmente y cada varios días Claudia llamaba a su madre para charlar  y  se me ocurrió  que un día la iba a llamar yo. Así lo hice. Se sorprendió pero la llamada fue agradable. Me dijo que se alegraba de que yo la llamase, me dijo que por teléfono no se cortaba tanto para hablar conmigo, que en persona a veces no sabía que decirme etc. etc.. y yo le dije que si tenía que volver a llamarla para que charlase conmigo que lo haría y tal. Estuvimos hablando unos cinco minutos, de forma muy cordial, pero aquel día algo cambió en la relación con mi suegra. Evidentemente Claudia no sabía nada de esto. Yo no estaba seguro de nada, pero en principio solo quería coger más confianza con mi suegra. Y si por casualidad llegase a conseguir mi objetivo, quería que cogiera a mi mujer totalmente por sorpresa, así que no debía sospechar que su madre y yo nos estábamos cogiendo confianza. En las sucesivas semanas empecé a telefonear a mi suegra de cuando en cuando para ver como estaba, para que me contara, y las conversaciones eran siempre agradables; hablábamos de cualquier cosa pero yo siempre tiraba un poco al tema de la confianza, que se abriera conmigo, que contara conmigo para lo que fuera, que teníamos que ser más amigos y tal.. y así fue siendo poco a poco.

Después vinieron las visitas. Empecé a visitarla a su casa. Charlábamos de cosas normales, a veces le hacía algún trabajo en casa y luego me daba una ducha, y aprovechaba para olvidarme la toalla o pasar por el pasillo envuelto en ella, nada atrevido pero solamente que le hiciera pensar en mi como hombre, nada más. Como ella, a sus cincuenta años no salía y no tenía vida social, en un momento en que ya teníamos confianza y ya le contaba alguna cosa íntima diciéndole “esto queda entre tu y yo”, y siempre encontraba buena disposición por su parte, pues le dije que tenía que venir conmigo a tomar unas cervezas. Y después de hablar sobre ello un tiempo, un día así fue; un día en que Claudia estaba ocupada y yo en teoría iba a salir con unos amigos, fui a recoger a su madre y me la llevé por primera vez de bares. Tomamos unos vinos, picamos algo y finalmente la invité a una copa. Ella nunca había salido en ese plan, ya que en su juventud se llevaban otras cosas, y como ambos habíamos bebido algo, se sintió bastante libre para contarme cosas. Yo también me atrevía  contarle y nos hicimos más íntimos ese día. Al final de la noche yo le decía cosas del tipo “todavía eres joven” “te ves muy bien para tu edad”, “ muchos hombres se están fijando en ti”, etc. y ella comentarios como “mi hija ha escogido bien” “yo te aprecio mucho, eres un yerno genial”, etc. etc., y entre dimes y diretes, nos cogíamos la mano, nos dábamos besos y abrazos… lo típico al estar un poco colocados. Nos fuimos a casa, entré con ella y le pregunté si estaba cansada y quería acostarse. Me dijo que si, pero que estaba muy a gusto hablando conmigo. Entonces le dije.

  • No hay problema, te metes en la cama, yo me siento a tu lado y seguimos charlando hasta que te quedes dormida, luego me marcho.

Aceptó y así fue. Salí de la habitación para que se quitase la ropa y cuando estuvo en la cama me llamó. Entré en su cuarto y vi su ropa en el suelo. Nunca había dejado la ropa por el suelo, allí vi sus braguitas tiradas y se me pasó por la mente la idea de donde estaban esas braguitas unos segundos antes, me dio morbo y me puse un poco caliente. Me senté en la cama y empezamos a hablar, de lo bien que nos llevábamos, etc. etc. mientras le tenía cogida una mano y con la otra la acariciaba por encima de las sábanas. Ella se dejaba hacer. Al rato , para hablar más íntimamente me arrodillé en el suelo de forma que mi cara quedara pegada a la suya, muy cerca, le acariciaba el pelo mientra hablábamos, con nuestras bocas a pocos centímetros. Nuestra conversación iba por buen camino, “que pena que una mujer como tu se meta sola en la cama” decía yo “si tuviera unos años menos, un chico como tu no se me escapaba”, etc. etc. De vez en cuando nos dábamos un beso inocente, hasta que le dije que me tenía que ir, que empezaba a sentirme cansado para conducir hasta casa.

-Si quieres te puedes quedar- me dijo

  • No, después de las conversaciones que hemos tenido, no me apetece dormir solo

-Ya claro, pero bueno, …. hasta casa tienes un rato. Claudia te está esperando…

-Claudia no está en casa todavía, además le dije que iba a salir con amigos así que hasta las seis por lo menos no me espera.

-Bueno, pues descansa aquí un poco si quieres.

-No, de verdad. Me apetece estar cerca de una mujer – le dije- y me apetece sexo. Así que debo irme.

-Sexo no te puedo dar -me contestó- pero cerca de una mujer estás ahora. Si quieres acostarte a mi lado, no me voy a asustar.

-En tu cama, contigo?

-Así seguimos hablando hasta que tu también te quedes dormido.

-No tienes miedo de mi? Jeje, que te empiece a meter mano o algo. Te confieso que nuestra conversación me ha excitado un poco.

-Confío en ti - me dijo. Luego añadió –además, aunque  me roces un poco tampoco va a ser el fin del mundo.

Aquello era lo que estaba esperando.

-Tu quieres que me meta un ratito a tu lado, te apetece? Dime la verdad

-Se que no es lo correcto, pero me gustaría – me dijo-.

-Vale, como lo que hablamos antes, que todos necesitamos un poquito de cariño a veces, y tu estás tan sola, pues esta noche te voy a mimar un poquito quieres?

-Si, ven- me dijo indicándome la otra mitad de la cama.

Comencé a quitarme la camiseta, los zapatos. La verdad es que me daba mucho morbo, me iba a meter en la cama con mi suegra. Quería cumplir la fantasía de mi mujer o que diablos iba a hacer? Hacia donde estaba yendo todo esto? Aunque luego pensé.. si no tengo la confianza de acostarme a su lado y abrazarla y tal, no podré jamás en la vida decirle “a tu hija le encantaría que le comieras el coño”. Así que me quité el pantalón, ella me miraba, y con los gayumbos puestos, debajo de los cuales se notaba que la tenía morcillona, rodee la cama y me metí dentro, abrazándola por detrás.

-Estás totalmente desnuda? – le pregunté

-Si, hoy no me apetecía ponerme nada para dormir

-Entonces tengo que tener cuidado con las manos, y no solo con las majos,  je je.

-No pasa nada, tranquilo.

-Ven, que te doy un abrazo- le dije.

Se giró hacia mi, puso la cabeza en mi pecho y empecé a darle cariño y a murmurar bajito.

Le decía que era raro estar metido con mi suegra en cama. Luego saqué el tema de las fantasías sexuales –por fin, que es donde yo quería ir- y le dije.

-Sabes cuantos chicos fantasean con sus suegras?

  • Pues no lo entiendo, si la hija siempre es más joven y más atractiva

-Ya, pero la hija es seguro, es lo de todos los días. El hecho de estar con alguien más mayor, que sea la madre de tu novia, etc., le da más morbo al asunto.

-No te entiendo.

Seguimos hablando del tema, se notaba que mi suegra era muy tradicional sexualmente, le expliqué lo que era el morbo, lo que eran las fantasías, que a veces se querían cumplir y otra veces no, etc., entonces me preguntó, en un momento determinado.

-Y tu? Seguro que no pensaste nunca en tu suegra porque la tuya no es nada guapa ni está de buen ver.

-Eso es mentira, le dije. Además, eso es secundario. Cuando alguien te da morbo, te pone cachondo cualquier situación con esa persona, aunque seas consciente de que no es atractivo. El morbo puede más.

Seguimos hablando y ella me contó que no había tenido fantasías, nunca se lo había planteado, solamente a veces había  tenido ganas de estar con ciertos hombres. Yo le empecé a tirar, a preguntar y fui sacándole cosas que le gustaban. Yo le conté algunas fantasías mías, incluso algunas de Claudia, las más inocentes, en plan que alguien nos viera, hacerlo en tal sitio, etc.  Ella se mostraba interesada y curiosa.

Llegado un punto me atreví a decirle.

-A mi siempre me puso cachondo la idea de que nos vieras a Claudia y a mi, follando.

  • Te gustaría eso? Que te gustaría que viera?

  • No se, a tu hija disfrutar, que vieras mi polla dura entrando dentro de ella, como nos corremos.. sería muy morboso

-Tu polla dura casi la puedo ver ahora, al menos sentirla

-Perdona- dije separándome un poco de ella-.

-Que no pasa nada, pero quiero saber por qué está así de dura

-Pues… por lo que estamos hablando, las fantasías, pienso en ellas y me excito, además, estoy contigo en la misma cama, estás desnuda, y claro que alguna vez he pensado en ti en fantasías, aunque no me atreva a decírtelo

-Ah si, y que pensabas

-Muchas cosas, como sería sentir tu boca en mi polla, como sería coger tus tetas, no se, muchas cosas.

-Te gustaría tocar mis tetas?

-Claro que si, mucho- mientras tanto la rodeé con mis manos, ella estaba en posición fetal y yo detrás de ella, y puse mis manos sobre sus tetas, apretando.

-Ay, que haces Jose

-Nada- dije retirándolas- Es que me cuesta contenerme y no meterte mano

-No pasa nada por que me quieras tocar.

-Pero es que no puedo, no puedo hacer nada sin que Claudia lo sepa. Que por ganas…

-Supongo que esto no se lo vas a contar…

-Pues como tu quieras, si a ti no te importa, yo no tengo secretos con ella-

-Pero una cosa es no tener secretos, y otra decirle que te metiste en cama con su madre y le tocaste las tetas

-Puedo decirte algo en confidencia total, secreto entre tu y yo?

-A estas alturas, puedes decirme lo que quieras- me dijo.

-Entre Claudia y yo no hay secretos de ningún tipo. Somos muy abiertos. Lo que no hacemos es nada a espaldas uno del otro, por eso siento que estoy haciendo mal por estar aquí contigo, porque si estuviera ella delante…

-Quieres decir que si Claudia estuviera aquí te dejaría meterte conmigo en la cama?- me interrumpió ella.

-Si, claro que si, si sabe que me da mucho morbo y que es una fantasía mía, claro que me deja hacerlo, bueno, supongo que si, por eso me gustaría que estuviera delante y me fuera permitiendo hacerlo.

-Joder-exclamó ella- Y tu te atreves a decirle a mi hija que tienes fantasías con su madre?

-Mari, otra vez te digo, puedo hablarte en confianza total, pero total total?

-Claro, cuéntame lo que quieras.

-No quiero que luego veas a tu hija de forma diferente

-No te preocupes, ya me quedó claro que soy bastante clásica en este mundo, y que la gente joven hace muchas más travesuras.

-No es que yo tenga fantasías contigo y se las cuente a Claudia, que también. Pero es que los dos juntos, a veces tenemos fantasías contigo.

-Y que pensáis?

-Puedo decírtelo?

-Claro, quiero saberlo.

-Pues depende del momento. A veces estamos follando y pensamos en algo tan sencillo como que tu nos descubras, o nos veas y que te excites viéndonos, y te masturbes.

-Yo nunca me he masturbado

-Es lo que me contesta Claudia, “no creo que mi madre se masturbe”.

-No lo hice nunca

-Y yo le digo a Claudia, “pues podías enseñarle, para que disfrute ya que está sola”

-Y que te dice ella

-Le daría corte, pero cuando está cachonda dice otra cosa, que le gustaría ver como su madre se masturba, juega con vibradores y goza, y también que lo hiciera delante nuestro.

-Y a vosotros os gustaría ver eso?

-A mi me pondría muchísimo ver como te excitas, pero a tu hija también, le pone mucho pensarlo.

-A mi hija también,- repitió sorprendida-. Así que cuando lo hacéis imagináis que os veo.

-Bueno, eso es solo una de las fantasías

-Hay más? Dímelas

-Pues no se, a veces surgen cosas y luego uno se olvida, pero se de una fantasía que no se olvida, porque a Claudia le pondría muchísimo, pero no se si debo decírtela.

-Ahora quiero que me la digas Jose.

-Alguna vez has hecho algo con otra mujer?

-Algo? Tocarnos o así?

-Si, algo así, lo has pensado alguna vez?

-No, no me gustan las mujeres.

-Entonces nada- le dije.

-No, ahora me la cuentas igual- me exigió.

-Vale. Sabes lo que le excitaría mucho a Claudia?

-Que??

-Que mientras yo la penetro, una mujer le lama el coño

-Si? Le gustan las mujeres?

-No es que le gusten las mujeres, es que  pensar en eso le excita, le gustaría que se lo hiciera otra chica, por ser más diferente, o como sea..

-Y lo habéis probado?

-La verdad es que si, alguna vez… y se pone a mil, súper excitada y se corre enseguida. Me encanta verla así. Y bueno, a mi también me encanta, que voy a decir.

-Joder- volvió a decir- Que pasada. Pero que tiene que ver eso conmigo?

-Que tiene que ver? Que la persona que más morbo le daría y más le gustaría que le lamiera el coño mientras yo se la meto eres tu. Se volvería loca si su propia madre se lo comiera.

-Joder- y se quedó callada.

-No dices nada? Te pareció mal lo que te dije?

-No me pareció mal, me encanta que te atrevas a decirme esas cosas, pero me sorprende. No sé porqué le gustaría algo así. Es…

-Raro?- pregunté

-No, bueno si, es raro, pero es… joder, soy su madre.

-Pues por eso mismo, porque eres una persona con la que se supone que nunca habrá sexo, o porque es como tener tu aprobación para disfrutar, cuando el sexo siempre es algo que se hace como a escondidas, es como  si en lugar de tener que dejar de gemir para que no la escuches, pues le dijeras, venga hija, disfruta sin cortarte, es más, yo te ayudo.

-Bueno, me sorprende mucho, no se. Me siento rara. Pero no me escandalizo.

-Me alegro Mari. Eres la mejor suegra del mundo, poder contarte estas cosas es genial. Te aprecio muchísimo- le dije mientras le acariciaba el pelo y la espalda.

-Tu también eres especial para mi – me dijo-.

-Y tu hija, que es para ti? – le pregunté

-Mi hija lo es todo. Ahora mismo todo lo que hago es por ella.

-Estarías dispuesta a hacerla totalmente feliz?

-Claro, pero a que te refieres?

-A su fantasía. Serías capaz de lamerle el coño mientras yo la follo?

-No!- dijo en un primer momento- Como voy a estar con vosotros mientras folláis

-Pues porque es lo que nos encantaría, y porque a ella la volverías loca si le dieses ese gusto.

-Es que, lo estoy pensando y, no se… tengo el corazón acelerado.

-Te estás excitando de pensarlo- le dije- te encantaría hacerlo pero es algo muy nuevo para ti, tu mente no lo acepta así de buenas a primeras.

-No se- me dijo

-Estás excitada, como tienes el coño?

-Que preguntas le haces a tu suegra Jose.

-A estas alturas- le respondí usando una respuesta suya anterior.

-También es verdad- dijo mientras acercaba una mano a su coño- Está mojado y caliente.

-Mmmm- dije apretándome contra ella- Mi suegra está cachonda y excitada, a que si?

-Pues si

  • A que te encantaría ver como le meto esta polla a Claudia- dije mientras me apretaba contra ella para que la notara dura- por su coño y acercarte para darle unos lametones para volverla loca

-Si, es que, me sorprendo a mi misma diciéndolo, pero si, claro que me gustaría veros disfrutar y ayudar en lo que pueda.

-No solo es ayudar, es cumplir su fantasía. Quiero que lo hagas Mari, ya buscaremos la ocasión, pero quiero ver como le comes el coñito a tu niña y como lo goza.

-Y si ella no quiere?

-Ella se volverá loca, créeme.

-No se, ahora te digo que si, pero después…

-Pues si en frío me dices que no, solo habrá que ponerte otra vez caliente para que vuelvas a decir que si.

-Que malo eres.

-Si, pero ahora te tengo el punto pillado y se como excitar a mi suegra, je je.

Esa noche hablamos algo más, al rato, cuando ella se empezó a quedar dormida, le dije que me marchaba. Llegué a casa y Claudia acababa de meterse en cama.

-Que tal con los colegas?

-Si confías en mi y no me haces preguntas, te digo la verdad.

-Que malo, cuéntame

-Promete no preguntar, te lo contaré todo cuando llegue el momento.

-Donde has estado?

-Preparando algo para ti, no te puedo decir mas.

-Algo de que?

-Algo sexual

-Buscando un lugar para follar por ahí o algo así?.

-Algo así, y de pensar en eso mira como vengo.

Ella también tenía ganas de guerra y con el calentón que traía yo de estar con su madre, echamos un polvazo tremendo. Volvimos a fantasear, a pensar en cosas, pero esa noche no le nombré su madre para nada, para que no relacionara nada.

Con mi suegra, en sucesivos encuentros volvimos a hablar del tema. Al principio se echo un poco atrás, diciendo que aquella noche había bebido, que lo olvidásemos y tal, pero hablando con ella y convenciéndole que lo de aquella noche entre nosotros había sido precioso y que ahora no podíamos volver atrás, que nuestras relación era mejor ahora, que contaba con ella para cumplir la fantasías de Claudia y tal… la fui convenciendo. Pasó bastante tiempo hasta  que ella tuvo claro que iba a hacerlo, pero no se daba el momento adecuado, igual pasó casi un año. Las escenas eran curiosas cuando estando los tres salía alguna conversación sexual o relacionada, porque entre mi suegra y yo había miradas cómplices pero Claudia no podía sospechar de nada, quería que fuera una sorpresa.

Un día surgió una situación que supimos aprovechar. Teníamos que ir a casa de mi suegra a hacer unos trabajos de jardinería. Le dije que a cambio nos invitara a cenar con ella, y aceptó. Le comenté a Claudia que podíamos quedar a dormir en casa de su madre, que hacía tiempo que no follábamos en su cama de “soltera” (aunque seguíamos solteros) , que me apetecía hacerlo en su cuarto entre sus peluches y braguitas de jovencita, como cuando empezamos. Y parece ser que a ella también le pareció buena idea y le dijo a su madre que esa noche nos quedaríamos ya a dormir allí. Su madre dijo que muy bien. En una escapada me pasé por casa de mi suegra y le dije que por fin ese día íbamos a hacerlo. Se puso nerviosa, y dijo que no iba a se capaz. Y yo le dije que no se preocupara, que nos tomaríamos unos vinos antes, y que el ambiente ya estaría preparado. La llevé a tomar unas cervezas  de nuevo, a un bar tranquilo y allí hablamos los detalles. Le pareció todo bien pero seguía teniendo el miedo en el cuerpo ante la reacción de Claudia.

Entonces llegó el día. Fuimos a casa de la madre de Claudia y empezamos a podar, cortar césped  y esas cosas. Yo ya me estaba encargando desde la mañana de mantener a Claudia cachonda, diciéndole cosas como “hoy te voy a follar como cuando venía a tu casa a escondidas”, o “esta noche tendrás que tener cuidado de que tu madre no nos oiga”, y le metía mano siempre que podía, con lo que ella estaba ya predispuesta.

Igualmente hacía con mi suegra, diciéndole lo que iba a ver esa noche “aquella noche sentiste mi polla contra ti, pero hoy la vas a ver entrar en el coño de Claudia”, “vas a hacer que tu hija se corra como nunca”, y también le tocaba las tetas y el culo sin que Claudia lo viese para tener a las dos a tono.

Llegó la noche y después de la cena, propuse a Mari que sacara algo para tomar, que ya hacía mucho tiempo que no cenábamos en su casa.  Apenas tenía nada, (había que aparentar que no pasaba nada, si de repente hubiese tenido una botella de ginebra, Claudia hubiera sospechado). Le pregunté a Claudia si no tendríamos algo en el coche (yo ya me había asegurado de que si), así que fue a buscar y apareció con una botella de Tanqueray. Mi suegra dijo que no quería de eso, así que se tomó un vino más, y al final la convencimos, después de probar del nuestro de que se tomara su propio gin tonic. Yo le iba diciendo a Claudia cosas como “falta menos” o “ya podíamos acostarnos”, y le tocaba de cuando en cuando para mantenerla con ganas.

Mi suegra en un momento determinado, dijo que se iba a la cama, así que se acostó. A diferencia de las demás noches, no cerró la puerta de su habitación, sino que solo la dejó arrimada para que no hiciera ruido al abrirla luego. Todos estos detalles los habíamos acordado un par de días antes tomando las cervezas. Evidentemente Claudia no sospechaba nada, y llegado un momento, también nos fuimos a la habitación. Le cogí ropa que tenía de hace años, cuando la conocí, y le dije que se fuera al baño y se la pusiera, me apetecía follarla recordando nuestros primeros polvos en aquella habitación. Cuando volvió, la muy cabrona se había echo además dos coletas en plan colegiala.

-Que cabrona eres- le dije- sabes muy bien por donde iba

-Ya se que es lo que te gusta, te voy conociendo.

-Y yo a ti, espero que esta noche haga cosas que te gustan

-Tu siempre haces cosas que me gustan- contestó sin saber por donde iba mi comentario.

Quise desnudarla yo. Despacio le quité la camiseta. Le toqué las tetas y se las besé sin quitarle el sujetador, de muñequitos, hacía años que no se lo veía y le quedaba pequeño. Claudia tiene unas tetas súper bonitas, grandes en su justa medida y muy bien hechas. Le desabroché el pantalón y me bajé con el. El pantalón salía de sus tobillos mientras mi lengua pasaba sobre sus braguitas, hasta que estuvieron bien mojadas con mi saliva. Luego le di media vuelta y me puse a lamer sus nalgas, bajé sus braguitas hasta la rodilla y separé sus nalgas, lamí su culo y ella se apoyó con las manos en la cama, así que también podía lamerle hasta el coño por detrás.

Se ponía cada vez más cachonda. Luego se dio la vuelta y me quitó la ropa, se agachó y de repente se metió mi polla en su boca y empezó a chuparla y masturbarme muy despacio.

-Tenía unas ganas locas de polla- me dijo.

-Y yo de boca en polla- le contesté-.

Cuando la tenía bien dura dijo que quería sentirla dentro, pero yo le dije que no tuviera prisa, que la quería comer enterita: le saqué el sujetador, le comí las tetas mientras mi polla rozaba su coño, ya que estábamos ambos en pie, con mis manos jugaba con sus nalgas, le tocaba el coñito y con sus jugos se lo mojaba bien incluso mojándole el culito y metiéndole un dedo dentro. Se estaba poniendo a mil mientras nos comíamos la boca hasta el punto en que me pidió que la follara.

Se sentó en la cama, se recostó hacia atrás y yo en pie, cogí sus piernas y las puse hacia mis hombros. Acerqué mi polla y la froté contra su coño.

-Quieres que te la meta?

-Si, fóllame ya que no aguanto más, quiero tenerla dentro.

Me hice de rogar un poco y después poco a poco la fui penetrando, hasta el fondo del todo.

-Mmmmmmmmm- empezaba a gemir.

Seguí metiéndosela y sacándosela despacio, pero hasta el fondo, mientras le besaba las piernas y los pies, que tenia a la altura de mi boca.

Cuando estaba a punto de correrse, me ralenticé y le dije que quería metérsela por el culito.

-Hazme lo que quieras- fue lo único que me dijo.

Saqué mi polla de su coño, y con ella totalmente mojada arrastré sus fluidos hacia su culo, donde después de jugar con el un poquito y dilatarlo, mi polla fue entrando suavemente, muy despacio. Me encantaba aquella sensación de tenerla aprisionada dentro de Claudia. Aprovechaba la postura para acariciarle el coño y meterle algún dedito… ella se volvía loca de placer y ahora si, no paré cuando tuvo su primer orgasmo, controlándose de no gritar demasiado para que su madre no la escuchase. Yo sentí un morbo tremendo al saber que su madre estaba esperando para entrar en acción y en realidad estaba atenta a lo que estábamos haciendo.

Después de tener el orgasmo, le dije que iba un momento al baño , que no se moviera, y que al volver quería que se subiera a mi en la silla.

-Ponte algo, que va a estar por ahí mi madre.

-Tu madre está en cama dormida, no te preocupes- y salí de la habitación en pelotas hacia el baño, a lavarme la polla. Pero al salir del baño fui a la habitación de su madre. Ella estaba en pie, con la luz apagada y detrás de la puerta, esperando para salir. Llevaba una bata como de licra o seda (no soy experto en telas) por el tacto, porque la oscuridad era total y no se veía más que su silueta.

-Estás desnudo- me dijo.

-Claro, estoy follando con tu hija.

-Ya ya, ya os escuché.

-Estas lista?

-Creo que si.

-Pues claro que si, no nos falles Mari, esto va a ser genial para todos. Vamos?

-Venga.

La cogí de la mano y fue tras de mi por el pasillo. Se puso a un lado de la puerta. Yo abrí la puerta y entré como si viniera del baño, pero dejando la puerta solamente asomada. Traía en la mano una pañueleta para taparle los ojos a Claudia, que su madre tenía en la mano preparada.

-Mira lo que me encontré en el baño- le mentí.

-Quieres taparme los ojos.

-Si, yo se que te gusta.

-Pero cierra la puerta, que está asomada y mi madre va a escuchar.

-Si, pero espera que te ponga eso y cierro la puerta.

Le puse la pañueleta, se dejó hacer. Le pregunté si veía algo y me dijo que no.

-Cierra la puerta- me repitió.

-Que si, ya voy- y me dirigí hacia la puerta, la abrí y cogí de la mano a mi suegra, que entró conmigo y se quedó al lado de la puerta. Luego la cerré para que Claudia escuchara.

-Ya está cerrada- le dije. Ahora ven aquí.

Y diciendo esto, la cogí con las manos, y me senté en la silla. Dirigí su boca hacia mi polla para que me la pusiera bien dura antes de subirse a ella, y empezó a hacerme una felación. Entonces, fue cuando levanté la vista y fui consciente de la situación.

Estábamos en su habitación, yo sentado en una silla totalmente desnudo, ella de rodillas también desnuda y con los ojos tapados chapándome la polla, y su madre detrás de ella, viéndolo todo y sin decir nada ni hacer ningún ruido, y la luz encendida. Me dio un morbo tremendo que mi suegra viese como su hija me la chupaba, Le hice un gesto de aprobación a mi suegra con el pulgar hacia arriba indicándole que me encantaba lo que me hacía su hija, y ella me sonrió y me devolvió el gesto.

Cuando tuve la polla bien dura, que fue en seguida, le dije a Claudia

-Ven, quiero que te sientes sobre mi.

La ayudé a incorporarse, y primeramente nos dimos un beso en la boca profundo, lento y con sentimiento. Me encanta mi chica y siempre hay sentimiento en el sexo con ella, por muy salvaje o morboso que sea, siempre noto que la quiero cuando lo hacemos.

-Ves algo? – le pregunté

-Nada de nada, me lo puedo quitar?

-Nooooo -le dije- quiero que sigas con el un rato mas, ya te lo quitaré yo luego.

Entonces le di media vuelta y le separé las piernas. Ella estaba totalmente desnuda delante de su madre y no lo sabía. La situación me excitaba. En ese momento su madre pudo verme la polla totalmente dura y levantada, y me di cuenta de que era precisamente lo que estaba mirando. Le sonreí y me sonrió nuevamente. Cogí mi polla con una mano al tiempo que iba bajando a Claudia sobre mi, sentándola de espaldas a mi, y mi polla se iba poco a poco metiendo en su coño. Me ponía a mil que su madre estuviera viendo en primer plano como mi polla entraba en su hija, ufff... Ella miraba atenta y no decía ni había nada, como habíamos acordado. Empecé a follar a Claudia, o tal vez Claudia a follarme a mi, porque subía y bajaba por mi polla de una forma salvaje, metiéndosela hasta el fondo, recostándose hacia atrás, y sintiéndola totalmente dentro. Yo la abrazaba y le tocaba los pechos, bajaba mis manos hasta su clítoris y  se lo tocaba, ella se retorcía de placer. Su madre me hizo un gesto como preguntando y yo le indiqué que todavía  no. Claudia tenía que estar muy cachonda antes de entrar en acción.

Así que seguí tocándola y besándole el cuello, las orejas, cuando se giraba la cara, nos besábamos en la boca, ella se movía sobre mi a su ritmo, mis dedos seguían masturbándola, estaba a punto de correrse cuando comencé a decirle al oído lo que a ella le gusta oír.

-Y ahora una chica te va a lamer el coño mientras te follo como a ti te gusta.

-Ohhhh, si….

-Te pone muy cachonda que una chica te lo coma, a que si?

-Cachon-di-sima- consiguió decir entre gemidos.

-Notas como entra mi polla – le dije mientras la penetraba-.

-Si, me encanta.

-Pues imagina que mientras mi polla entra en ti, mis dedos son la lengua de una chica que se muere por lamerte el clítoris.

-Ahhhhhhhhhhhhh.

-Te da morbo?

-Muchísimo.

-A que te encantaría que ahora mismo una chica te lo comiese?

-Si, me volvería loca de gusto.

-Quien te gustaría?

-Cualquiera, una chica, una mujer, cualquiera.

-A que con lo cachonda que estás, no le dirías que no a nadie fuera quien fuera.

-Si, cualquiera, me da igual, una lengua de chica.

-Pues imagina que se hace realidad… y te lame…

Y diciendo esto, le hice un gesto a su madre para que se acercara. Separé las piernas de Claudia para que pudiera acercarse sin tocarla. Lo primero que tenía que tocar a Claudia era su lengua. Justo en el momento en que su madre iba a lamerla, le cogí los brazos a Claudia para que no pudiera quitarse la pañueleta de los ojos y le dije:

-Siente ahora como una mujer te come el coño mientras te follo-  y en ese preciso instante la lengua de su madre pasó sobre los labios de su coño…

-Ummmmmmmmmmmmmmmmmmmm- gimió  ella

-Te gusta?

-Que gusto…..

-Te lo están haciendo nena, te están comiendo el coño mientras te follo, como a ti te gusta- mientras su madre lamia su coño de arriba abajo

-Mmmmmmm, que gusto, que morbo, me corro…

-Quien te gustaría que fuera?

-Me da igual quien sea , estoy muy cachonda, cualquiera….

-Quieres saber quien es???

-Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii- fue capa de decir mientras empezaba a correrse con los lametones y las embestidas

-Quítate la pañueleta.

De un tirón hacia abajo se la quitó de los ojos y pudo ver a su madre acariciándole los muslos y con su lengua metida entre su coño, lamiéndola con devoción, mientras ella se corría

-Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm se empezó a correr de gusto, y no paraba…

-Me sigo corriendo- dijo al cabo de varios segundos.

-Disfruta mi niña, disfruta de cómo los tuyos de damos todo el placer del mundo. Córrete.

Entonces con una de sus manos, la puso encima de la cabeza de su madre como  apretándola contra su coño, y solo entonces pudo decir:

-Mamáaaaaaaaaaaaaaaaa, me corro mamáaaaaaaaa.

Su madre la miró a los ojos sin dejar de lamerle, y le dijo:

-Córrete cariño, disfruta de lo que hacemos para ti.

Y Claudia volvió a correrse de nuevo. Yo estaba también a punto, la situación era súper morbosa y además de vez en cuando la lengua de mi suegra pasaba también sobre mi polla y aquello me daba un morbo añadido. Pero no quise correrme y en cuanto Claudia terminó su orgasmo le dije.

-Ahora quiero tu culito otra vez.

-Mmmmm, te gusta mi culito- dijo mientras se levantaba un poco para que mi polla saliera de su coño y  se fuera contra la boca de mi suegra. Claudia hizo que mi suegra se la metiera en la boca, yo sentí un placer y un morbo enorme, mi suegra con mi polla en la boca…

-Chupasela mami, mójasela bien que va a entrar en mi culo.

Y entonces la apuntó hacia su propio culo y fue bajando de nuevo, suavemente. Como ya lo habíamos hecho por ahí hacía un rato, entró si dificultad.

-Ahora tienes todo el coñito de tu niña para ti Mari, cómeselo entero, métele los dedos.

Y mi suegra empezó a hacer lo que yo le dije mientras Claudia se metía y sacaba mi polla de su culo. Cuando estaba de nuevo súper cachonda, yo también estaba a punto de correrme, eché mano hacia un cajón de la mesilla y cogí un vibrador. Se lo dí a mi suegra y le dije.

-Toma, métele esto en el coñito de tu hija mientras yo le follo el culo.

-Las dos al a vez?

-Con cuidadito, a ella le encanta sentirse llena, y más si es su madre la que le da placer

-Mmmmmmmmmmmmm – fue lo único que alcanzó a decir Claudia cuando su madre empezó a penetrarla con el vibrador, mientras que seguía lamiéndole el coño…

Claudia se estaba poniendo otra vez a tope y a punto de correrse, pero yo también.

-Me voy a correr- dije

-Si, me dijo ni chica, córrete dentro de mi culo, quiero sentir tu leche dentro de mi…

Y al momento me vacié dentro de ella, que al sentir mi leche dentro estalló en un nuevo orgasmo, penetrada por ambos lugares a la vez y con su madre lamiéndole el coño.

-Mmmmmmmm que gusto, que morbo, que morbazo- decía- me corro otra vez, me corro otra vez mmmmmmmmmm

Y tuvo su segundo orgasmo. Ahora ya mas tranquila, se levantó y se quitó la polla de su culo. Se salió de encima mío y se fue a un cajón. Su madre se iba a incorporar, pero ella le dijo.

-Tu quieta ahí, mama. Ya me contarás a mi como habeis preparado esto, sois unos cabrones.

Ambos sonreímos. Claudia cogió una toallita húmeda y me la pasó por la polla. Cuando estuvo bien limpia se la metió en la boca y empezó a chapármela otra vez. Mi polla estaba de nuevo dura. Se la sacó de la boca y le dijo a su madre.

-Mama, ayúdame, que es mucha polla para mi sola- y la dirigió hacia la boca de su madre, que se la metió casi entera y empezó a chapármela. Claudia le ayudaba y entre las dos me estaban llevando al cielo. Con eso si que no contaba yo, el plan era solamente que mi suegra le lamiera a su hija, pero no me importaban en absoluto que ambas me la estuvieran chupando, madre e hija, típica fantasía que no por ello me ponía menos cachondo. Estaba ya a punto de correrme por segunda vez y así lo dije, pero Claudia me dijo

-No te corras, que aquí falta mi madre por disfrutar.

Y entonces llevó una mano al coño de su madre, a la vez que le quitaba la bata.

-Mamá, lo tienes empapado.

-Es que viendo esto, como va a estar. Te gustó lo que te hicimos?

-Nunca había sentido tanto placer, tanto morbo. Inolvidable. Pero como…

-No preguntes detalles ahora- le dije, disfrútalo, ya hablaremos.

-Me ha encantado mama, nunca pensé que podrías hacer algo así, fue increíble, no tengo palabras, y se que esto es cosa de Jose, por eso ahora quiero que disfrutéis los dos.

Y diciendo esto hizo levantar a su madre e inesperadamente le plantó un beso en toda la boca, que también inesperadamente su madre correspondió. Entonces guió a su madre encima mío para que se sentara sobre mi diciendo.

-Quiero que folléis, quiero ver como folláis los dos. Quiero ver a mi novio follarse a mi madre y disfrutar del morbo de follarse a madre e hija, y quiero verte a ti mamá, disfrutar de la polla de Jose y que te haga correrte de gusto.

Y dicho esto cogió mi polla y la puso a la entrada del coño de su madre y ayudó a su madre a bajarse sobre ella de forma que se la iba metiendo dentro.

-Mmmmmmmmmmm

-Ahhhhhhhhhhhh

Los dos soltamos unos gemidos al unísono por el placer y el morbo de la situación.  Me estaba follando a mi suegra delante de su hija, esto no lo hubiera pensado nunca. Si lo pensé, pero nunca creí que llegaría a hacerse  realidad. Claudia me dio un beso en la boca profundo diciéndome  “eres el mejor” y luego acercó la boca de su madre para que nos besáramos los tres a la vez. Increíble, mientras seguía follandome a mi suegra. El morbo de meterla en ese coño era tremendo, sus tetas se movían delante de mi, Claudia se las cogió y las acercó a mi boca, empecé a lamérselas y noté que mi suegra llegaba al orgasmo por su cambio de movimiento y su expresión en la cara.

-Ahhhhhhhhhhhhhh- me corro.

-Cuanto tiempo hace que no follabas mami?

-Ahhhhhhhhhhhhh, mucho mucho…

-Te está gustando follarte a mi novio?

-Ahhhhh, me estoy corriendo, nunca disfruté tanto como hoy..

-Pues córrete, dije yo, me encantaría hacer  que te corras Mari…

-Y tu- me dijo ella- córrete también.

-Ya no tienes regla mama?

-No, hace tiempo, puedes correrte dentro de mi Jose, córrete dentro.

Y con un par de embestidas más, mi suegra empezó a retorcerse  de gusto y correrse, y yo al verla, y como mi polla entraba en su coño me corrí de nuevo dentro de ella, diciéndoselo a Claudia.

-Claudia, me corro, me corro dentro.

-Si- me decía ella- córrete dentro de mi madre, dale tu leche, llénala.

-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh – gemí mientras me corría en  mi suegra.

-Ohhhhhhhhhhhhh- gemía ella al sentir mi leche, corriéndose también…

-Ha sido increíble- dijo ella.

-Totalmente- dije yo- no contaba con este final.

-Si en el fondo teníais ganas de follar juntos- dijo Claudia- sino, hubieseis puesto pegas. Además, después de lo bien que me lo hicisteis pasar, lo teníais merecido.

-Te ha gustado hija?

-Mamá- dijo ella dándole un besazo en la boca- fue increíble. Nunca había sentido tanto morbo. Tanta excitación. Gracias.

Esa noche dormimos los tres juntos. Y desde entonces, alguna mas también, durante un tiempo.

Espero que os haya gustado.

Jose.