La Competición

Por ganar dinero

Llevaba ya dos meses, recibiendo a Román, el cliente de Rita, al menos una vez por semana, nunca su sobre fue de 2500€ como la primera vez, pero nunca bajaba de 500€, jamás tampoco vino más el amigo de la primera vez, nunca se sabía si iba a venir solo o acompañado, unas veces estuve con el a solas, otras veces era Rita la que nos acompañaba y en otras ocasiones fui la puta de incluso 3 hombres y él solo se había limitado a mirar. Indudablemente mi economía mejoró muchísimo, mis penurias quedaron atrás, me pude alquilar un apartamento, la matricula de la universidad estaba solventada, y lo principal fue el poder empezar mis tratamientos hormonales. Conocí al Doctor Reyna en persona, y fue como encontrar agua en el desierto. Me programo todos los pasos que yo tenía que efectuar para mis cambios, freno mis deseos de que todo fuera rápido, y marcó mis pautas, al mismo tiempo comenze los trámites burocráticos para cambiar mi nombre y el reconocimiento de que yo era hembra y no macho, esto era como pegarse con una pared, todo eran trabas y cuando parecía que llegaba a la meta, me solicitaban un nuevo paso.

El día que me someti a mi tercera sesión de hormonas, el Doctor me aviso que descansará, porque mi cuerpo tenía que asimilar una cantidad enorme de cambios y me produciría molestias y sensación de malestar, en breve me someteria a mi primera intervención, por fin iba a tener mis primeros implantes mamarios, más pequeños de los que deseaba, pero era un principio. Yo había elegido ponerme una talla 100, pero el Doctor me convenció de que las niñas crecemos poco a poco, y nuestros pechos también. Después de la sesión, fui obediente y me marche a casa a descansar. Tomé una ducha y me quedé en tanga, me dirigia a tumbarme cuando llamaron a la puerta, no pensé en cómo estaba y creí que era Rita la que venía a verme. Al abrir vi a mi madre....

Mamá, que alegria

Me tire a sus brazos y la abracé, era la persona a la que más quería en el mundo, había llorado mucho por no tenerla a mi lado, y aunque de vez en cuando me llamaba a espaldas de mi padre, el no verla me producía mucho dolor.

Que cambiado estas....

Preferiría que me hablaras en femenino, ahora soy Joana.

Perdona "hija". Tienes razón, además te traigo esta documentación, perdona que la haya abierto, pero aquí tienes el reconocimiento del Ministerio de tu cambio de identidad. A tu padre, se le salía el corazón por la boca al enterarse

Mis lágrimas corrían por mi cara. Dos grandes noticias, tenía a mi madre y en el carnet ya era una mujer. Si no fuera por el malestar que tenía, el día sería redondo.

Me puse una bata, y tomé un refresco con mamá.

Hija, tu sabes que yo era reacia a esto que estas haciendo, va contra la naturaleza y contra Dios. Pero he asumido que tú felicidad es lo primero y si deseas ser una mujer pues que así sea. Lo que ocurre es que algo me corroe el alma, y quiero que seas sincera, lo serás si te lo pregunto?

Por supuesto mamá, sabes que nunca te he mentido.

Hija, eres puta?

Hubiera querido que la tierra me tragase, jamás había mentido a mi madre, pero ahora no sabía cómo decirla la verdad.

No mamá, no soy eso. Tengo un amigo, que me hace regalos y me mantiene, pero no soy su puta, digamos que soy su amiga especial.

Se la saltaron las lágrimas, me agarró de la cabeza y me abrazo. Sabía que la estaba mintiendo.

No es tu culpa... La culpa es mía por no imponerme a tu padre y consentir que te echara de casa, no duermo desde entonces, pero más que por eso por pensar que harías por sobrevivir. Todos estos trámites que has echo son caros, este apartamento, la universidad, tus cambios, todo vale dinero. Por eso te pido perdón, porqué se que lo que estás haciendo es venderte.

Iba a contestarla, cuando mi teléfono sono, era Rita, que quería hablar conmigo para un plan que había surgido esa misma noche. Me disculpe con mi madre y fui a mi habitación.

Dime Rita.

Niña, hoy Román quiere que vayas a una dirección de las afueras, por lo visto ha quedado con unos amigos, no me ha dicho nada más, quiere que yo te acompañe, y que allí ya nos dirán.

De acuerdo, sabes que yo confío en ti.

Quedamos en que ella pasaría a recogerme, y volví con mi madre, la encontré ya de pie, quería irse.

Mañana querría que me llamaras, hoy voy a hablar con tu padre y le voy a hacer entrar en razón, prométeme que vendrás a casa.

Te llamaré mamá.

Al poco de irse mi madre, llego Rita, como un ciclón me hizo vestirme, con lo primero que encontró, por lo visto mi ropa de trabajo estaba donde nos dirigíamos.

Llegamos a una zona exclusiva, las casas eran impresionantes. Entramos por una puerta lateral de la casa, imagine que era la de servicio. Me dio la impresión de que Rita conocía aquello ya, porque no dudaba por donde íbamos.

Me hizo desnudarme, puso cara de satisfacción cuando vio que estaba completamente depilada, y aún más cuando vio mis incipientes tetitas, rápidamente, me hizo ponerme un liguero con medias rojas, y un vestido de lycra, rojo también, que se pego como una segunda piel, unos zapatos negros de tacon de aguja, escardo mi pelo, y volvió a maquillarme exageradamente.

Mi niña, hoy puede que sea la noche más increíble de tu vida y también de la mía, por favor, no digas a nada que no, portate como si lo hubieras echo siempre.

Yo flipaba, no sabía a qué me enfrentaba, hasta ese momento pensaba que era otra noche de sexo con Román y alguno de sus amigos, pero por como me hablaba Rita, supe que era diferente. Un señor, llegó al cuarto donde estábamos, y habló a Rita diciendola que nos esperaban, le seguimos por unos pasillos eternos, y llegamos a un salón enorme, donde se veían hombres elegantes tomando una copa y charlando entre ellos, vi también a un par de chicas como yo, protegidas también por mujeres más mayores, las nenas serían de mi edad más o menos y sus ropas se parecían bastante a las mías, nuestro aspecto era de putas adolescentes. Román apareció, y me saludo con mucha efusividad.

Hola Joana, cuanto me alegra verte, estas guapísima, te ha contado algo Rita?

Simplemente que habíamos quedado con usted y que sería una noche diferente.

Te voy a explicar en qué consiste. Esta noche, todos estos amigos que hay aquí, somos un grupo selecto, con gustos especiales, así como nenas como tu, nos gusta vivir bien, comer, viajar, y sobre todo apostar entre nosotros. Me vas siguiendo?

Más o menos, Roman

Hoy hay una apuesta, de casi 1000€ por cabeza, espero ganarla, el montante serán casi 17000, y la mitad sería para ti.

Yo no me hacia a la idea, de en qué consistía la apuesta, y Román no me lo decía claro.

Y que se supone que tengo que hacer, le pregunte.

Ves a esas dos niñas parecidas a ti? Serán tus contrincantes.

Contrincantes?

Joana, la apuesta es que la que más aguante ser follada, por cuantos más hombres, se llevará el premio. Yo he apostado por ti, y otros dos amigos han traído a sus yeguas para la competición. No te tengo que decir, que se que tu tienes muchas posibilidades de ganar, para eso te he entrenado con la ayuda de Rita en este tiempo. Si no quieres hacerlo eres libre, pero no respondo de lo que te pueda ocurrir.

Mi cara debio de perder su color, mire a Rita y con su mirada me dijo que era mejor hacer lo que me decían.

Román, yo no sé si estoy preparada para algo así. Que debería de hacer? Y si pierdo?

Si pierdes no pasa nada, solo perderé 1000€, si no lo hicieras perdería el respeto de mis amigos, y te aseguro que estas en condiciones de ganar.

Un hombre mayor, pidió silencio, y dijo que la competición podía empezar. Yo sin haber dicho aún que si, fui acompañada por Rita a un sofá donde me hizo subir de rodillas, y apoyar mi torso sobre el respaldo, a mis lados vi a las dos chicas parecidas a mi, en mi misma postura.

Rita, empezó a lubricar mi ano, lo hizo con mucha suavidad, sus dedos entraban bien profundos, y entendí que lo que quería era dilatarme bien. El hombre, que había dicho que comenzará, empezó a preparar filas de hombres detrás nuestra, y nos prohibió girar la cabeza, una vez más, me iban a follar y no sabría quién era.

Después de una cuenta atrás rápida, dijo, YA, y al momento note como algo duro, empujaba en mi ano, por entrar. Sabía que esa era el peor momento, el esfinter tenía que despertar y adaptarse a lo que le violaba, era cuestión de un par de minutos. Así fue, después de ese primer momento de dolor, mi cuerpo recordó su misión de hembra echa para satisfacer a machos, y mi rol pasivo se convirtió en el recipiente de aquel pene desconocido. Intenté dejar mi mente en blanco y abstraerme del bullicio que había tras de mí, la nena de la derecha exajeraba sus gemidos, pensé que era una tàctica para poner más cachondo a su violador y que acabarà rápido. La de la izquierda, sin embargo, chillaba de dolor, me supuse que su dilatación no sería la suficiente o el pene que la follaba era muy grande y poco delicado.

Yo por mi parte, recibía, un pene, no excesivamente grande, pero si muy duro, que salía solo la mitad  de mi y cuando entraba no lo hacía con excesivo vigor, podría decirse que quien me follaba lo hacía con cuidado como para no lastimarme, sabiendo la noche que me esperaba. De frente veía a Rita, me sonreía, y con sus pulgares hacia arriba me decía que aguantará. Volví a no querér  pensar en lo que ocurría, y vino a mi mente mi padre, que ocurriría si viera a su hijo pequeño, vestido de puta, y con una fila de hombres dispuestos a encularle, o me mataría o se moriría él, enseguida deseche la idea, quería a mi padre aún a pesar de todo y me pareció feo el mezclarle en aquello que estaba haciendo.

Mis dos rivales, empezaban su segundo asalto, y mi hombre no terminaba, endureci mis nalgas y las eche atrás, espere un momento y sincronize nuestros movimientos, dio resultado, y al poco mi follador desconocido empezó a correrse en mi. Salió de mi interior y rápidamente otro rabo ocupó su lugar, creí notar que su tamaño era ligeramente superior. Su ritmo era diferente, y sus penetraciones mucho más profundas, mi micropene no daba señales de vida, me estaba portando como una profesional, y supuse que mientras no me rozaran la próstata, podría aguantar unos asaltos más. Mi nuevo amante puso sus manos en mis hombros, como pidiendo colaboración, e hice lo mismo con el primero, acompañe mi ritmo al suyo, e intenté que terminará pronto, me costó un poco, pero la presión de sus manos subió de fuerza y la segunda corrida de la noche regó mi interior.

Iba empatada con mis rivales, aunque la chillaba tanto, me daba la impresión de que se rendiria pronto. Yo nunca había tenido espíritu competitivo, pero la forma de hablarme de Roman me había dado miedo. Luego podría ganar o perder, pero lo había intentado. Rita rodeo el sofá y se puso tras de mí, creía que ella también me iba a follar, al contrario limpio el semen que salía de mi ano y volvió a lubricarme, agradecí el frío de la crema, y nada más retirarse ella otro pene entró violentamente en mi recto, este era considerablemente más grande, y me lleno completamente, su mano se agarró a mi pelo, y tiraba hacia atrás, me montaba literalmente como a una yegua, debido a sus fuertes envites, un pequeño dolor se fue declarando en mi interior, a este no podía hacer nada por incitarle a terminar más deprisa, así que reze para que se corriera pronto. Al mismo tiempo, la chillona grito y se levantó, la pobre no soporto más aquello y antes de que terminará su tercer cliente se dio por vencida. Vi como la sacaban por un pasillo, y no se la oyó más. Me dio pánico pensar a donde llevaría aquello y decidí vencer al dolor. Por suerte acerté, y aquel pene eyaculo pronto. Quedábamos la gimoteadora y yo, pero sus gemidos ahora eran mucho menos fuertes, y creí percibir que algunos eran más de dolor que forzados de placer.

Otro pene me cubrió, era el más pequeño de la noche, pero su anchura era considerable. Román se situó al lado de Rita y me guiño un ojo, vi su bragueta abierta, y pensé que el ya había tomado parte en la competición, no sabía sin conmigo o con quien. Mi nuevo amante apenas me causaba dolor, pero si notaba sensación de escozor, me hubiera venido bien que Rita me hubiera vuelto a lubricar, pero no sabía si lo podía pedir, o cada cuantos polvos lo hacían. Notaba mis piernas entumecidas, tenía sed, y ya solamente me dejaba llevar. La polla pequeña, se endureció aún más, pero en lugar de correserse dentro de mi, lo hizo en mis nalgas.

Rita, volvió a situarse detrás de mi, me limpio y volvió a lubricarme, con disimulo se acerco a mi oído, y me dijo que iba a ganar, que la otra chica estaba a punto de rendirse, me beso suavemente en la frente y a quien fuera le dijo, OK.

Yo ya no sabía cuantas pollas llevaba, pero estaba decidida a no decir que no. No calculaba ya el tamaño, solo notaba calor detrás mio, me concentraba en que mis piernas temblorosas no se derrumbaran y eso me hiciera perder. No escuchaba, no abría los ojos. Intentaba no pensar. De repente unas manos agarraron mi cabeza y me devolvieron a la realidad, Rita lloraba y decía que había ganado, desperté y vi a la otra chica llorando en posición fetal en el sofá, un hilo de sangre corria por sus piernas. Note como yo aún tenía a alguien dentro de mi, y no se cuanto transcurrió, cuando lo note salir, mis piernas no aguantaron más y caí como un fardo. Rita me ayudo a ponerme en pie, estaba descalza, mis muslos estaban húmedos y al intentar caminar vi que no tenía fuerzas. Mi amiga uso toda su fuerza y casi a rastras me llevó a aquella habitación donde me había vestido. Lavo con toallas húmedas, mi ano, el cual debía de estar abierto como un pozo, y mis piernas, me pareció ver sangre pero no estaba segura del todo. Me vistió y ayudada por el hombre que nos abrió al llegar, me introdujeron en un coche.

Desperté al día siguiente, en la habitación de Rita, no podía moverme, un autobús me había atropellado, sobre me acerco un sobre, lo abrí, había 5000€.

Román, te agradece los servicios, eso es tuyo, yo gane 2000€, no pense que lo harías, eres la mejor Joana.

Sabes que no lo haré más, no?

Mi niña tu decidirás, pero tienes un Don. No seas tonta.

Me adormeci, con el sobre en la mano. Cuando desperté, pedí el teléfono a Rita y llamé a mi madre.

Mamá, estoy con gripe, la semana que viene nos vemos.