La compañera de la universidad. PARTE 2

Volvemos a reencontrarnos con Tamara años después. Le gusta que hagamos con ella lo que queramos: sigue siendo nuestra putita.

Pasaron varios años hasta que volví a ver a Mario. Después de lo ocurrido en la facultad mi familia opinaba que era una mala influencia y estando bajo su mismo techo me prohibieron verle. Por circunstancias, me trasladé con mi familia a vivir a Barcelona en 2010. Por aquel entonces dependía económicamente de mis padres y era inviable mantener la relación aunque fuera en secreto. Durante un tiempo continuábamos hablando por Facebook, pero con el tiempo la relación se fue enfriando y cada uno hizo su vida.

Terminé la carrera y encontré trabajo en Barcelona, por lo que pasados los años pude independizarme. Por suerte encontré un alquiler barato y céntrico e hice muchas amistades. Tuve relaciones sentimentales y también esporádicas con varias chicas, pero en el momento en el que sitúo el relato me encontraba soltero y llevaba algunos meses sin tener sexo.

Como seguía manteniendo familia en Madrid decidí hacerles una visita durante unos días que tuve de vacaciones durante la Santa Santa de 2019. Sigo teniendo muchos amigos en Madrid por lo que me puse en contacto con ellos. También me puse en contacto con Mario, aunque después de tanto tiempo sin hablar, supuse que no estaba por la labor de verme.

Para mi sorpresa me contestó a los mensajes de Facebook y me proporcionó su número para que quedáramos uno de esos días. Así hicimos y concretamos una quedada en el centro un día por la tarde.

-¿Que pasa tío?, ¿Como estas? Joder...cuanto tiempo…

-Ya ves...me alegro de verte cabrón- nos abrazamos - ¿que es de tu vida? - le pregunté.

-Pues ya ves, deje la carrera y ahora estoy currando en una agencia inmobiliaria que ha montado mi padre, y la verdad nos está yendo muy bien, ¿y tu?

-Yo sigo currando en Barna, puteado a veces, pero bueno, no me quejo.

-Genial, tío vamos a tomarnos algo y hablamos tranquilamente ¿no?

-Venga vamos

Fuimos a un bar del centro y estuvimos bebiendo unas cervezas mientras nos poníamos al día.

-Estoy viviendo por aquí por el centro, me he comprado una casa hace poquito. Bueno aun la estoy reformando y me queda mucho por hacer y por pagar de hipoteca, ¿quieres que te la enseñe?

-Claro, por mi perfecto.

Mario me llevó a su casa que quedaba por el barrio de Malasaña. La finca estaba rehabilitada y el piso era gigante. Con razón necesitaba reforma: solo el salón, la cocina, el baño y una de las cuatro habitaciones estaban reformadas, lo demás estaba viejo y cochambroso.

-Me está haciendo la reforma un amigo de mi padre...va a trozos claro...según ahorro le llamo y reforma, pero tío son muchos muchos gastos.

-Bueno al menos tienes casa propia, yo estoy de alquiler y viviendo en 30 metros.

Continuamos charlando de todo y se acabó haciendo de noche. Fue entonces cuando salió el tema de la universidad, y claro... hablamos de Tamara.

-Oye, ¿sabes algo de Tamara? – pregunté

-Pues mira, llevaba sin verla mucho, desde que nos echaron de la universidad, pero un día de fiesta por el centro me la encontré. Iba con unas amigas. Estuvimos hablando y me la acabe follando.

-¿Enserio?

-Si tío, no sabes como ha cambiado, esta superbuena ahora, ha adelgazado y tiene un piercing en el coño y todo...como me pone tío...

-Joder...¿y seguís viéndoos?

-Muy de vez en cuando, la verdad... la última vez hace un par de meses, la enseñé la casa. Y bueno...pasó la noche aquí. Te digo es una pedazo de guarra, no sabes como ha cambiado. No lo sabía pero por lo visto ha estado follándose también a un amigo mío de Móstoles.

-Joder, si es que el mundo es un pañuelo.

-Ya ves...no sé tengo su móvil, si quieres la llamo a ver que hace.

-Como veas...

-Yo la verdad ya llevo un tiempo sin follar y estaba pensando en hablar con ella un día de estos.

Mario cogió su móvil y llamó pero no hubo respuesta.

-Mierda... no lo coge, pero lo mismo llama cuando vea la perdida.

Efectivamente cinco minutos mas tardes le llamó Tamara.

-Tami, ¿como estás guapa?…yo muy bien...mira, ¿a que no sabes con quien estoy?...SI!...ha venido a Madrid a pasar unos días, estamos ahora en mi casa ¿te vienes?...joder...para un día que está aquí...pues dile a tu amiga que se venga!! y cenamos aquí todos. Vale venga...si...nosotros estaremos por Malasaña. Vale...me dices...chao.

-¿Que dice?

-Nada, que está ahora con una amiga, y no sabe que hará. Que si luego puede se pasa por aquí.

-Vamos eso suena a que no.

-Pues la verdad que no tiene buena pinta.

Fue un chasco, la verdad que me apetecía verla. Me estuvo enseñando fotos de Tamara de Instagram y la chica había cambiado a mejor: estaba mas delgada y en las fotos que tenía subidas parecía un bombón. Sus enormes berzas seguían igual de bien puestas que siempre.

-Ademas del piercing se ha hecho un tatuaje en el bajo vientre y buaaah...no sabes lo que me pone.

Efectivamente vimos una foto en bikini en su perfil donde asomaba el tatuaje de unas mariposas. Eso ya me terminó de poner la polla dura.

Continuamos la noche bebiendo copas ya que Mario tenía varias botellas en casa y pedimos pizza para cenar. La idea que teníamos era salir a algún garito de la zona, sin embargo a eso de las 12 de la noche sonó el telefonillo del portal. Mario respondió:

-¿Quién?...vale, abro! – se giró hacia mi – es Tamara!

Me dio un vuelco el corazón. Mario abrió y entró Tamara. Sinceramente verla en la realidad superó mis expectativas generadas esa tarde. Venía con un vestido corto negro con medias de rejilla y una cazadora vaquera. Me fije que sus enormes tetas y, efectivamente, no habían cambiado; asomaban imponentes en el escote de su vestido.

-¿Cómo estáis?, Hombre! Cuanto tiempo! - me saludó con dos besazos en la mejilla y unas caricias en las espalda - ¿Hace cuanto no nos veíamos?

-Muy buenas! Pues creo que desde que nos expulsaron de la universidad…

-Ah claro...es verdad desde aquel día...pues eso, mucho tiempo.

Creo que en ese momento pudo sentirse incomoda, pero no era ni mas ni menos que la verdad. Se quitó la cazadora y nos sentamos los tres en el sofá.

-Estaba con mi amiga por aquí por el centro tomando algo y ella se ha ido porque ha quedado con su novio, pero ami no me apetecía irme a casa aún, y como me habéis llamado pues me he venido a veros.

-Claro, como en los viejos tiempos, ¿quieres una copa? - ofreció Mario quien ya andaba un poco perjudicado después de varias horas bebiendo.

-Vale, pero oye que aburridos sois, poned un poco de música ¿no?.

-Claro, voy!

Mario puso Youtube en la televisión del salón y le puso una copa a Tamara. Estuvimos conversando y me contó que había terminado la carrera en otra universidad y estaba trabajando en una empresa en Madrid. Me contó también que había tenido novio hace un tiempo pero que le había engañado con otra y ahora ella estaba en una “etapa de libertad” y “disfrutando al máximo de la vida” o en otras palabras: follándose a todo lo que se movía. Seguimos hablando de todo un poco y cada vez estábamos mas contentos.

-¿Os acordáis de cuando íbamos al “escondite”? - preguntó de buenas a primeras Mario ya bastante afectado por el alcohol – que bien lo pasábamos...y como nos chupabas la polla...eh Tami!

-Si la verdad que no lo he podido olvidar, como nos poníamos de cachondos...cosas de juventud supongo – resto importancia Tamara

-Oye se me ha ocurrido que podíamos jugar a un juego de cartas de esos de beber...tengo por aquí una baraja española…-comenzó a rebuscar en un cajón.

-No sé, yo la verdad es que no tenía pensado irme muy tarde mañana he quedado para comer con gente del trabajo…

-Venga hombre...ya que has venido no te puedes ir tan pronto – intervine sabiendo por donde iban las intenciones de Mario.

-Bueno...venga, pero solo un rato más...que ya estoy un poco borracha y sino ya verás mañana que resaca voy a tener – respondió Tamara. Siempre se hacía de rogar pero lo cierto que era fácil de convencer.

-Mira os enseño el juego – dijo Mario- se llama Waterfull. Cada uno saca una carta sin mirar y cada carta es una norma. El 1 todos bebemos. El 2 verdad o prenda. El 3 reto. El 4 bebes cuatro tragos. El 5 mandas cinco tragos. El 6 bebe el de tu derecha. El 7 el de tu izquierda. La sota beben las chicas. El caballo beben los chicos. Y el rey bebemos todos otra vez. ¿de acuerdo?.

-Bueno nos vas recordando sobre la marcha porque sino…-contesté yo.

Comenzamos a jugar. La primera en sacar carta fue Tamara y saco el 3.

-¿Ahora que hago?

-Tienes que poner una norma y cada vez que salga el 3 tenemos que hacer lo que tu digas – aclaró Mario.

-Vale...umm…- se paso unos segundos pensando- cada vez que salga el 3 tenemos que levantarnos y ponernos a bailar la canción que esté sonando.

-Perfecto, me toca – saque carta.

Salio el 2.

-¿Que hago? - pregunté a Mario.

-Tienes que hacer una pregunta a quien tu quieras, y si no te la quiere responder debe pagar quitándose una prenda.

-De acuerdo...Tamara ¿eras virgen cuando nos lo dijiste en la uni?

-Bueno, no me voy a quitar prendas así como así, asique te lo diré...NO, no era virgen...lo había hecho con varios chicos, pero como a los tíos os ponen las chicas vírgenes por eso os dije eso.

-Ala!!...creía que te había desvirgado yo...asique ¿era todo mentira? jaja- dijo Mario.

En realidad los dos sabíamos que no era virgen, estaba haciendo el paripé para seguirla el juego.

-A ver, no quería ser tan fácil para vosotros y por eso me lo inventé, pero ya sabes: era joven e idiota jiji.

Después de aclarar ese punto el juego continuó. La mayor parte de las tiradas bebíamos sin mayor historia. Lo cierto es que el juego no daba para más, pero ronda a ronda yo me sentía mas borracho y cachondo. De pronto Mario sacó el 3 y había que cumplir la norma que había puesto Tamara.

-Venga a bailar!!!

Los tres nos levantamos, Mario subió el volumen de la música y nos pusimos a bailar. Comenzamos a rodearla entre los dos mientras ella se contoneaba provocativa. Lo cierto es que acabamos rebozándonos de lo lindo: Mario se restregaba contra su culo mientras ella y yo frotábamos nuestras partes sin pudor. Luego ella se giró y lo hicimos a la inversa. Cuando acabó la canción yo estaba totalmente empalmado y conociendo a Mario seguro que él también, aunque mantuvimos las formas y continuamos con el juego.

Siguieron saliendo cartas, todas de beber, pero al poco volvió a salir el 3 (era el tercero de los cuatro que había en la baraja) y nos dispusimos nuevamente a bailar. Volvimos a rodearla y ahora sí comenzó a besarse con nosotros, primero conmigo y luego con Mario. La situación fue subiendo de tono y comenzamos a ser mas atrevidos: la tocábamos el culo o las tetas de forma descarada y se la notaba que comenzaba a estar mas cachonda al igual que nosotros. Terminó la canción y volvimos a sentarnos en el sofá para seguir jugando.

-Tengo que ir al baño – dijo Tamara.

Salió del salón y mientras nosotros cuchicheamos.

-¿Has visto? Esta cachonda perdida, esta quiere follar con los dos – le dije a Mario.

-Ya...mira vamos a hacer una cosa...vamos a cambiarla las cartas para que vuelva a salir el 3 y la pegamos otro repaso ¿no?.

Cuando Tamara volvió del baño continuamos jugando y evidentemente volvió a salir el 3. De nuevo nos levantamos y bailamos una canción. Tamara ya se morreaba con los dos sin rodeos mientras movía el culo. Comenzamos a meterla mano por dentro del vestido y de las medias. Mientras se besaba con Mario introduje mi mano dentro de sus medias y pude notar su coño perfectamente depilado y húmedo pidiendo a gritos que la diésemos polla. Ella solo gemía sin llegar a decir nada. Cuando termino la canción de nuevo volvimos al sofá dispuestos a seguir sacando cartas.

-Tengo una idea – dijo ella – quien vuelva a sacar el 3 me tiene que comer el coño, ya no hay escusa jaja

-Lo que pasa es que ya no hay 3, hemos sacado los cuatro que había – dijo Mario.

-No pasa nada, los buscamos y los metemos al montón.

Así lo hizo la propia Tamara: busco los cuatro 3 y los mezclo con las que no habíamos sacado. Como de hecho no había ni 15 cartas en total la posibilidad de comerla el coño era muy grande.

El siguiente en sacar carta fui yo y sorpresa!: Era un 3!

-Ya sabes lo que te toca…-dijo ella recostándose en el sofá.

Comenzó a bajarse las medias, pero yo fui mas rápido y se las rompí de forma brusca. Me puse de rodillas, aparte su tanga y comencé a comerle su precioso coño ya totalmente mojado. Relamí el piercing que tenía en el clítoris y ella se agitaba disfrutándolo. Cuando quise mirarla a la cara para ver su expresión de gusto vi a Mario ofrecimiento su polla que ella aceptó con mucho gusto. Mamaba como loca y Mario jadeaba:

-¿Ves tío?, para esto ha venido...ufff...es que Tami, eres una guarra.

Continué comiendo su coñito un buen rato hasta que ella misma dijo:

-Venga fóllame ya! que estoy muy cachonda!

Me saqué la polla, me puse el condón y la penetré mientras ella no dejaba de chupársela a Mario, quien no desaprovechó el tiempo y la sacó también sus enormes tetas fuera. Pudimos oírla gemir ahogada por el miembro que tenía en la boca.

-Ummmmmm…!!!

Comencé a darla fuertes envestidas a la vez que acariciaba su piercing y Mario no dejaba de decirla cosas:

-Joder como te vamos a poner...luego me toca ami y vas a flipar...te la vamos a meter hasta que tengas agujetas en el coño de puta que tienes...venga come!!

Ella tenía la boca ocupada para contestar. Mario y yo decidimos cambiar, ella no opinaba. Me puse a la altura de su boca y se la metí de golpe. Literalmente me estaba follando su boca a la vez que Mario comenzó a darla unas salvajes embestidas que hacían que ella se golpeara contra el respaldo del sofá, eso sí, sin sacar mi polla de su boca. Mario rasgó mas aún sus medias y también rompió su tanga sin dejar de penetrarla y así se mantuvo unos minutos mientras ami me recorría la polla con la lengua.

-Vamos a la cama, que a esta puta hoy la vamos a dar por culo!! – dijo Mario fuera de sí.

-Oye, no flipes, que por ahí si que soy virgen – intervino Tamara.

-Pues esta noche vas a dejar de serlo.

Mario agarró a Tamara de los brazos y prácticamente la arrastró a su cama. Tras tirarla sobre el colchón se montó encima de ella y sin miramientos busco el agujero de atrás, lubricó su miembro con saliva y la penetro de forma brusca. Ella entonces comenzó a gritar de dolor. Mario la tiraba del pelo y la embestía de manera brusca. Yo les observaba ahora sin participar algo cohibido y sintiendo lástima por ella.

-No por favor, para, para, por favor!! - gritaba entre sollozos- Me vas a matar! Aaaah!

Quise parar a Mario al ver las lagrimas y las súplicas de Tamara, pero pronto me dí cuenta que los gritos se convirtieron en gritos de placer. Decidí sentarme en la cama y observar a Tamara quien tenía los ojos en blanco, parecía fuera de sí. Aun conservaba el vestido y parte de las medias rotas. Comencé a acariciarla la cabeza y me tumbé junto a ella dejando mi miembro a su disposición. No tardo en metérsela en la boca y ahogó sus gritos como antes de nuevo con mi polla entera dentro de su boca. Me acomodé y con aquel vaivén sus tetas acariciaban mis huevos, era verdaderamente gratificante. Tamara se dió cuenta que me gustaba y se incorporó ligeramente para meter mis huevos entres sus tetas a modo de cubana a la vez que me sorbía la punta. En ese momento me las estaba gozando y Mario por su parte no cesaba: el ritmo que imponía era muy fuerte.

-Venga, ya estoy cansado, dala tu ahora.

Miré a Tamara y con su mirada me lo dijo todo: quería que yo también lo hiciera. Le gustaba que la tratáramos como un objeto y que hiciéramos con ella lo que quisiéramos: lo dicho ella no tenía ni voz ni voto. Me levanté y me puse en posición. El agujero estaba ya bastante dilatado por lo que no me costó entrar. El tacto resultaba algo rugoso y más áspero que por delante por lo que decidí sacarla y aplicar mas saliva: escupí varias veces en su ojete y en mi pija. Volví a meterla y ahora me esforcé por a darla todo lo fuerte que podía. Comenzó a gemir y a gritar como antes.

-Joder!... me estas reventado!...ah!!

Mario por su parte me reemplazó y se colocó para que Tamara se la chupara. Permanecimos así un buen rato. A todo esto no parábamos de darle cachetadas por lo que ya tenía las nalgas coloradas por los golpes. Entre los dos calculo que estuvimos aproximadamente una hora dándola por el culo, y ya estaba tan dilatada que mi polla entraba y salía sin ninguna resistencia.

-Espera, espera...Tengo que ir al baño – dijo ella con voz temblorosa.

Se la saqué y ella se levantó a duras penas con el vestido aun puesto (hecho un buruño alrededor de su cintura) y con las medias colgando hechas mil rotos y desilachadas.

-Tengo una idea – dijo Mario- cuando vuelva la esperamos sentados en la cama y que nos la chupe un buen rato como en los viejos tiempos.

Así hicimos y cuando volvió Tamara, ya totalmente desnuda, la pedimos que nos la chupara a ambos. Ella lo vio (bien al fin y al cabo era una forma de dar una tregua momentánea a su culo), asique se arrodillo delante nuestra y agarró una polla con cada mano meneándolas de forma rítmica. Sin mediar palabra las juntó y abrió la boca para metérselas las dos a la vez. A duras penas consiguió hacerlo ya que eran demasiado grandes para entrar a la vez en su boquita de piñón, pero aún sin llegar a entrar del todo con su lengua se interpuso entre ambos glandes y procuró darnos gusto a los dos a la vez. Después continuó pero alternándolas y metiéndoselas de forma individual. Siempre pensé que era una experta mamadora: le encantaba hacerlo y se notaba en la perfecta técnica que empleaba.

-Tami, ahora te tenemos que follar cada uno por un agujero ¿no?

-Uff, ¿una por el culo y otra por el coñito queréis?, venga vale…

-Me pido por detrás, quiero seguir reventándote el ojete – dijo Mario.

Entonces me tumbé boca arriba y Tamara se puso encima introduciendo mi polla en su raja. Mario se situó por detrás de ella y no le costó mucho penetrarla. Comenzamos a bombear y Tamara comenzó de nuevo a gemir de placer.

-Dios, que rico!! no paréis, joder…ahh!!

Por la posición en la que estábamos tenía su cara contra la mía. Me miró a los ojos durante un instante con ternura y nos comenzamos a besar de forma apasionada. En cierta forma fue algo romántico incluso. Pronto noté que se iba a correr con nuestras embestidas. Me besó de forma mas ardiente y desesperada y notamos como temblaba todo su cuerpo.

-Ahhh, joder me corro!! - gritó.

Tras su orgasmo decidimos cambiar las posiciones. Ahora Mario se puso abajo y ella sentada sobre él.

-Voy a ver si te entra la mía también en tu coño – le dije

-Vale pero con cuidado, por favor – me advirtió.

Aunque nuestros rabos eran grandes su coño estaba lo suficientemente dilatado y mojado. Poco a poco fui introduciéndome donde ya estaba Mario. Nuestras pollas se juntaron dentro de Tamara y la presión que sentíamos era grande. Tamara volvió a gritar:

-Ahhh, joder me vais a romper, aahh dios!!...ahhh! Que gusto joder!!

Fuimos poco a poco acelerando el ritmo y ella terminó por correrse nuevamente. Luego las sacamos y Tamara cayó en la cama boca arriba exhausta. Nos colocamos de rodillas uno a cada lado y nos quitamos los condones. Nos pajeamos mientras ella nos acariciaba los huevos y nos daba alguna que otra lamida. Terminamos corriéndonos encima de ella. Nuestras lefas salieron disparadas casi a la vez cayendo a borbotones por su cara, cuello y tetas. La pusimos fina.

Tras esto Mario invitó a Tamara a que se duchara, mientras nosotros nos vestimos y salimos al salón para fumarnos un cigarro. Poco después Tamara, ya con el vestido puesto (pero sin bragas ni medias) se reunión con nosotros.

-Me voy a ir a casa, ya es tarde…

-Quedate a pasar la noche aquí Tami – le dijo Mario.

-Imposible...mañana tengo cosas que hacer y tengo que pasar por casa, otra vez será...tios, como os pasáis: me habéis reventado el culo y el coño – dijo con voz de pena – estoy escocida, y encima me voy a casa sin bragas y sin medias, sois unos hijos de puta.

Nos despedimos de Mario porque yo también me iba ya que era bastante tarde. Salí con Tamara a la calle y pidió un Uber para acercarla a casa.

-Ha estado muy bien Tamara, me ha gustado volver a verte – le dije a modo de despedida.

-Oye...estoy pensando, ¿te quieres venir a mi casa?

-¿Que pasa?, ¿te has quedado con ganas de más?

-Yo siempre tengo ganas de más – dijo acariciándome la entrepierna.

Llegó el Uber y nos fuimos a su casa donde volvimos a follar.

-Tenía ganas de estar contigo a solas – me dijo mientras la penetraba nuevamente en plan misionero – quiero que te corras dentro de mí.

Así lo hice y fue exquisito. No entraré en muchos mas detalles porque la verdad que la noche no dió para más. Cuando terminamos de echar el polvo nos quedamos rápidamente dormidos, el desgaste fisico había sigo grande.

Por la mañana nos despertamos temprano porque Tamara se tenía que ir a una comida de negocios y tenía que pasar antes por su oficina. Nos despedimos con un rico beso con lengua y quedamos en volver a hablar para repetir la próxima vez que volviera a Madrid.