La compañera de la universidad. PARTE 1

Tamara es una compañera de mi universidad. A Mario y ami nos hace pajas y nos la chupa todos los días en "El Escondite". Dice que es virgen pero estamos como locos por follárnosla.

La historia os voy a relatar tiene lugar en dos fechas separadas en el tiempo, por ello lo separo en dos partes:

Hace unos diez años acababa de cumplir los 18 y era mi primer año en la universidad. Por aquel tiempo estaba totalmente obsesionado con el sexo: solo había follado con una chica y hacia mas de un año, por lo que estaba que me subía por las paredes. Mi amigo Mario estaba en la misma situación que yo y los dos fantaseábamos con tener sexo con alguna chica de clase, sobretodo con las mas guapas.

Mi facultad era un edificio muy grande y había partes del mismo que no tenían uso. Los profesores nos tenían prohibido bajar a los pasillos de la -1 sin embargo mi amigo y yo eramos curiosos e hicimos caso omiso. Durante los tiempos muertos nos dedicamos a inspeccionar y allí encontramos “El Escondite” y se trataba de una habitación que no estaba cerrada con llave (la mayoría de clases y estancias si lo estaban). Tendría unos 6 m² y allí almacenaban distinto mobiliario viejo y en malas condiciones: pupitres y sillas de madera viejas, butacas de profesores acolchadas (esas nos gustaron). En general nos gustó la habitación porque además tenía un ventanuco al patio y otro al pasillo por el que se veía desde dentro, pero no se veía nada desde fuera por efecto de la luz. Era perfecto para vigilar si alguien venía y no ser vistos.

Allí nos íbamos de vez en cuando a fumarnos un porro, pero también a hacernos una paja... no me entiendan mal: cada uno la suya, ante todo no eramos gays. En esa época estábamos tan salidos que nos saltábamos alguna clase e íbamos a pajearnos. Mi amigo sacaba su móvil para ver las fotos de las compañeras que nos gustaban. Cada día fantaseábamos con una de las 4 o 5 que nos ponían de clase; hasta competíamos por quien se corría primero pensando en Marina, o en Carla, o en Belén...

En esas llevábamos unos meses cuando un día caí enfermo con gripe y no pude ir a clase durante una semana. El viernes Mario me llamo:

-Oye tío ¿como estas?,

-Bueno... sigo teniendo algo de fiebre pero creo que el lunes estaré bien

-Me alegro... Buaaah..! no sabes lo que me ha pasado hoy!

-¿?

-Esta semana he seguido yendo al escondite, básicamente porque me picaba la polla y necesitaba desfogar. Y esta mañana estaba ahí tan tranquilo y oigo que alguien se acerca... y entra Tamara!

Tamara era una compañera de clase, aunque era bajita y algo rechoncha, nos ponía muchísimo por sus tetas enormes y cara de zorrita. Sinceramente habíamos fantaseado bastante con ella.

-¿Enserio?

-Te lo juro, ha sido flipante.

-¿Que ha pasado?

-Pues yo la tenía fuera y claro, me la he guardado...es que no se si me ha visto… el caso es que me ha preguntado que qué hacía allí, y que si me estaba haciendo pajas pensando en ti.

-¿en mí?

-Si...porque dice que sabe que vamos al escondite a fumar y a hacernos pajas. Y luego, ¿sabes que paso?,

-¿?

-Que me acabó terminando la paja...dice que nunca había hecho una pero se le daba genial.

-¿no jodas? Pero,¿te la has follado?

-No a ver...nos dimos cuatro morreos, la toque las tetas y me la meneo hasta correrme y yasta, nos hemos ido, esto, ni cinco minutos.

-No me lo creo, eres un mentiroso.

-Te lo juro, y sino el lunes te lo demuestro.

-Vale venga a ver si es verdad.

El lunes quede con Mario un rato antes de entrar a clase y me estuvo contando con toda clase de detalles.

-¿le pediste que te la chupara?

-Si, pero no quiso, y follar tampoco, me ha dicho que es virgen.

-¿Virgen?, no me lo creo! Pero si tiene pinta de ser una guarra!

-No se tío...La he dicho de quedar aquí antes de clase.

Segundos después apareció Tamara y nos saludo con dos besos a cada uno. Ese día de primavera venía con un vaquero ajustado y un jersey morado.

-¿Como estás Tami como te ha ido el finde? - pregunto Mario

-Genial, estuve con mi hermana en el cumple de su novio y estuvimos de botellón en el parque y luego en mi casa, estuvo muy guapo.

-Oye, ¿te apetece entrar a clase? - les pregunte

-Pues no claro jajaja, pero hay que ser responsables – dijo Tamara

-Podríamos escaquearnos la primera hora y fumarnos un peta en el escondite no? - intervino Mario con una sonrisa.

-Vale venga, son menos cuarto, solo un rato, y diremos que perdimos el autobús – dijo Tamara

-Si vamos ahora tenemos que ir por la puerta de la cafetería para que no nos vean – añadí yo

Todos creo que nos hicimos una idea de a lo que íbamos allí, ya que un porro nos podíamos haber fumado en la calle.

Cuando llegamos a la -1 procuramos no hacer ningún tipo de ruido ni hablar por el pasillo hasta que nos metimos en el cuarto. Mario saco tabaco y hachis y se hizo el canuto. Nos lo encendimos y nos sentamos en las butacas.

-¿Sabéis lo que me esta apeteciendo?... hacerme una paja, es que yo por las mañanas estoy palote.

-Por mi no te cortes, no es la primera vez que te la veo y este tampoco jiji– dijo Tamara con una risa nerviosa.

A continuación Mario se la saco ya empalmado y comenzó a menearsela.

-Venga hermano, que no te de apuro por Tamara, si ella ya lo sabe...además yo creo que le gusta, es una mirona jaja

Con algo de shock y vergüenza aún me desabroche el pantalón y me la empece a cascar. Tardé pocos segundos en ponerme duro.

  • Que bonitas son – intervino Tamara - ¿me dejáis ami un poco?

-Claro, no te quedes con las ganas – dijo Mario

Comenzó a pajearnos con destreza: cogió una con cada mano y me sorprendió bastante dado que las movía a buen ritmo y sin tirones.

  • Joder tío, que vergüenza, es la primera vez que hago esto – decía mientras se chupaba el labio.

-Tía chupánosla un rato ¿no? - le dijo Mario

-Uff no digas eso que me pone muy cachonda, claro que quiero…

Sin mediar mas palabra se tiro primero a comer la de Mario, sin perder la mía de su mano, sin parar de agitármela. Mario agarraba su pelo castaño y marcaba el ritmo, al poco cambió y paso su boca por mi polla. De verdad que en mi recuerdo siempre quedara que lo hacía muy rico y aquella primera vez en muy poco tiempo estuve apunto de correrme; pero justo antes cambio a la de Mario.

Así se mantuvo por un rato, mientras tanto la quitamos el jersey, debajo llevaba un top negro. Comenzamos a tocarla las tetas, primero por fuera y luego por dentro, cada uno agarró una. Nos pusimos cada vez mas cachondos y comenzamos a desabrocharla el vaquero y acto seguido la metimos la mano en el coño: lo tenía casi rasurado y bastante mojado. Gemía mientras la hacíamos un dedo, de hecho nuestros dedos se juntaban en su coño. La verdad que la situación daba mucho morbo.

Llegó un momento que no pudimos mas y estallamos uno a uno en su boquita: primero Mario y poco después yo. Para ser la primera vez no dudo un instante en tragárselo todo, procuró no dejar ni una gota. Antes de irnos nos fumamos un cigarro cada uno y nos dirigimos a clase.

Tras este episodio seguimos viéndonos durante esa semana en el escondite donde cada día nos chupaba la polla y cada vez íbamos mas lejos. De hecho ese mismo fin de semana quedamos en un parque los tres y nos turnamos para dar un paseo con ella por una zona poco frecuentada (cada uno estuvimos 20-25 minutos calculo). Según contrasté luego con Mario: los dos nos liamos con ella, nos chupo la polla, la hicimos un dedo, la comimos las tetas y el coño, se corrió con los dos...pero, pese a todo, se resistía a querer ser follada.

La semana siguiente seguimos con nuestros juegos en publico, cada vez mas subidos de tono, y volvimos al escondite donde casi todos los días nos volvíamos locos con la chica, eso sí, seguíamos sin penetrarla. Llego un momento que no pudimos mas con la seguía: “queremos follarte” la decíamos todo el tiempo “no estoy preparada” nos respondía, pero la carne es débil y conseguimos finalmente convencerla.

Recuerdo que fue el jueves siguiente, hablamos con ella y quedamos en ir al escondite: Mario y yo estábamos ilusionados, de hecho cogimos un condón cada uno que nos guardamos en el bolsillo para cuando llegara el momento.

Cuando acabaron las clases miramos a Tamara. Había llegado el momento. Sin juntarnos con ella para no llamar la atención del resto de compañeros que iban por los pasillos, nos dirigimos a las escaleras que bajaban a la -1. Cuidando de que nadie nos viera, como siempre hacíamos, y nos metimos en el cuarto. Un minuto después llegó ella.

Sin darla tiempo a respirar nos abalanzamos sobre ella y comenzamos a magrearla al tiempo que se besaba alternativamente con uno y con otro. Nos volvimos como locos con sus enormes tetas, las cual sacamos y comenzamos a chupar, cada uno la suya mientras ella gemía muy cachonda y nos acariciaba la cabeza para que siguiéramos pero... allí no estábamos solo para eso. Acto seguido la quitamos los pantalones rápidamente y se quedo en bragas: comenzamos a sobarla el coño por encima, aunque rápidamente se las quitamos. Ella por su parte nos agitaba las pollas de forma frenética.

-Me canso, venga follarme ya, que va a venir alguien al final.

Fuimos los dos a ponernos el condón y ella se sentó espatarrada en una butaca.

-¿Quien quiere hacer los honores?

-Me lo pido, jajaja – dijo Mario – lo siento pero es mia.

-No te preocupes, ahora hay para ti – me dijo Tami dándome un beso con lengua.

Acto seguido se sentó en una de las butacas con las piernas ofreciéndonos su coñito rosado hoy si totalmente depilado. Mario puso su polla en la entrada y se la metió poco a poco al principio pero llegó hasta el fondo. Tamara gemía pero ahora si lo vi claro: era imposible que fuera virgen. Por sus movimientos y su forma de estar parecía estar habituada. Ante la falta de oposición Mario comenzó a bombearla mas rápido y más fuerte. Yo mientras yo puse mi miembro en su boca y ella lo saboreaba con gusto.

-Que rico tío, que polla tienes.- dijo Tamara- Venga que ahora te toca atí ¿no?- dijo mirándome.

Recuerdo que Mario se la sacó no sin antes darle un par de metidas mas. Ahora si, era mi momento. apunte a su coño y se la metí despacito, quería saborearlo. Comencé a hundirme cada vez más dentro de ella, estaba casi chorreando. Mientras Mario le tocaba las tetas y le comía de vez en cuando los pezones.

Lo estaba gozando como nunca cuando la puerta del escondite se abrió de repente y apareció uno de los conserjes del centro. Como os podéis imaginar, en la situación en la que estábamos, no hubo tiempo a disimular y la pillada fue absoluta.

-¿Se puede saber que está pasando aquí?, ¿estáis mal de la cabeza?, ahora mismo vais a venir conmigo y vamos a llamar al decano para que os expulse!!

Pasare por alto el contaros como fueron esas reuniones con los responsables de la universidad. Por supuesto pusieron en conocimiento a nuestras familias: solo deciros que el padre de Tamara se enfureció tanto hablando con el decano del centro que sus gritos los pudimos oír desde el patio. Por supuesto nos expulsaron de la facultad por conducta inapropiada. Además a Mario y a mí nos encontraron unos porros que guardábamos allí. Somos así de listos. El caso es que después de eso durante mucho tiempo no nos vimos.

Continuara...